4: Sana, Sana
La noche cae por fin y Jimin se siente culpable por haber golpeado a su vecino. En realidad él siempre comete este tipo de acciones, le sale de forma natural. Ser torpe e impulsivo es parte de su diario vivir.
Decide bajar a disculparse con el temor de ser golpeado en el rostro como venganza.
— No creo que me golpee.. ¿O si? — se preguntó así mismo debatiéndose si bajar o no.
A simple vista el tipo causaba terror, un solo golpe con su mano y te reiniciaba la vida, es lo que pensaba. Sale despacio de su departamento, se coloca sus pantuflas de pollo, unas pantuflas realmente peludas, y de puntitas baja las escaleras, busca con su mirada la puerta del departamento y llega a ella. Apega su oído y no escucha ruido.
— Que tipo tan silencioso, ¿será que se fue? — dudó.
Volvió a apegar su oído en la puerta y se logra escuchar algo. Empezó a sentir nervios, se aclaró la garganta y tocó la puerta, mientras repasaba en su mente todo lo que quería decirle a su vecino.
Esperó unos segundos y se escucharon pasos y una sombra por debajo de la puerta.
— Buenas no....
— ¡No me golpees!
— Tú...¿Qué quieres?
— V-vine a disculparme contigo correctamente por lo de hace un rato.
Namjoon lo miró con notable disgusto, recordó el golpe que le dio e inconscientemente se tocó la parte afectada.
Iba a cerrarle la puerta en la cara y antes de hacerlo él gritó:
— ¡No me cierres! Por favor... Toma, una vendita, veo que tienes un raspón, en serio lo siento, no me odies.
Le extiende una pequeña vendita de colores con un estampado de Minions, mientras mantenía su rostro agachado, realmente se sentía mal por el incidente.
Nam lo observó y soltó una carcajada.
— ¿En serio crees que voy a utilizar esa ridiculez?-Preguntó.
— Pues... ¿Si? Además algo de color no te caería mal — respondió con una sonrisa queriendo romper el hielo.
— Estás loco. No voy a usar eso.
— Tómalo por favor, en serio me siento mal por el accidente.
El chico tomó la vendita de mala gana, ya hasta le dio un poco de pena al verlo con sus ojos de cachorro abandonado.
— ¿Ya te vas?
— ¿Eres así de gruñón todo el tiempo?
— No se responde una pregunta con otra.
— ¿Vas a usar la vendita?...Tienes un raspón grande, podría infectarse y podrías morir. ¿Te ayudo?
— No voy a morir, eso es exagerado. Qué ridículo.
— ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Park Jimin, pero me puedes decir Jimin
— dijo el chico con una gran sonrisa estirando la mano para saludar.
— Soy Namjoon.
— Mucho gusto Nam, ¿Te puedo decir Nam?...Mmm... Bueno ya me voy, perdón por molestarte. Prometo no ser tan ruidoso. Pero... ¿No me odias?
— No me puedes llamar Nam y no se puede odiar a alguien que recién conoces.
— ¿Ni siquiera porque casi te rompo la frente?
— No me lo recuerdes. Creo que si te odio.
— La vendita que te di, tiene poderes curativos. Le canté sana sana colita de rana antes de bajar.
— Espera... ¿Qué?
— Sana, sana colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana — canturreó de forma infantil haciendo mímicas.
— ¿Eres un niño?
— Hasta mañana Nam, nos estamos viendo. ¡Que descanses!
— Espero no verte, adiós.
Jimin sube a su departamento con una pequeña sonrisa, cree que su vecino no da tanto miedo como pensó y se propuso a ser su amigo.
Por otro lado Namjoon vuelve a su escritorio, dejó la vendita a un lado, ignorando por completo lo que acabó de ocurrir hace unos momentos, pensaba que ese chico era demasiado inmaduro e infantil, lo curioso es que notó que traía puesta una pijama de cactus idéntica a la de él, pero verlo con esas pantuflas de pollo peludo le pareció en extremo ridículo.
Se colocó sus audífonos y puso la canción "Complicated" de Mac Miller y se relajó un poco mientras continuaba su trabajo.
— "Sana, sana colita de rana", qué ridiculez. ¿cuántos años tiene, 12?
— se quejaba al recordarlo, dirigió su mirada hacia la vendita, era tan diminuta como él, con la cara de uno de esos personajes graciosos. Decidió no botarla, la metió en un cajón donde guarda cosas sin importancia y continuó en lo suyo hasta la media noche.
Por fin había paz y tranquilidad en su habitación, se había duchado y puesto su pijama y se acostó en la cama. Al día siguiente tenía que trabajar y esperaba dormir bien.
Mientras Namjoon intenta conciliar el sueño, puede escuchar con claridad a Jimin moviendo cosas arriba en su techo. Se remueve en la cama con molestia y coloca su almohada sobre el rostro, intentando mitigar el ruido pero le es imposible. Patalea hasta que simplemente quedó en un trance, mirando un punto fijo en la pared y escuchando a lo lejos lo que hacia su nuevo vecino.
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