30: Dónde todo empezó
Los días siguen su curso y cada vez hay más responsabilidades. La soledad se ha convertido ahora en parte de su día a día, existen ocasiones en las que ni si quiera logra verlo por sus diversas actividades, llega tan agotado a su departamento que lo único que desea es fundirse en su cama y dormir por una semana entera. Cree que necesita vacaciones, pero no puede darse el lujo en estos momentos, cada vez llegan más y más proyectos a su oficina que no puede rechazar. Hace más horas extras que antes, el jefe conoce el potencial de Namjoon y lo está poniendo a prueba para ver si tiene todo lo necesario para dirigir su propia empresa.
Namjoon siente que su relación ha entrado en la monotonía a causa del trabajo, escasas muestras de afecto físico y cansancio mental, Jimin lo entiende pero aún así siente que necesita compensarlo de algún modo. El arquitecto ha tenido que salir de la ciudad por varios contratos con constructoras, reuniones con diseñadores y Jimin pudo conseguir un puesto como pasante en el Jardín Botánico, en realidad desearía permanecer ahí por mucho tiempo. Pero a pesar de todo, una llamada, un mensaje, un recipiente con comida caliente hecha por él fuera de su departamento todas las noches, le hacen volver al principio, le calientan el corazón, le renuevan las fuerzas y está completa y absolutamente seguro de que todo sigue en marcha. Porque Jimin y Namjoon se aman, se cuidan y se tienen el uno al otro.
Incondicionalmente. Sin importar qué.
Namjoon está solo en su departamento, mueve las piernas sin parar, lleva su lápiz a la boca, se quita los anteojos por unos momentos y pasa sus manos por el rostro, son las 2 de la mañana y quisiera dormir pero debe terminar un diseño para esa mañana, un reconocido abogado francés, lo ha contactado desde aquel país para solicitar sus servicios. Esta es más que una oportunidad para darse a conocer fuera de Corea, esta sería más bien, la puerta que lo llevaría al éxito.
Suspira agotado, se levanta por su segunda taza de café, ha estado evitando beber por algún tiempo, lo pone de mal humor al día siguiente y el insomnio se hace presente después. Va hacia la cafetera y vierte el contenido hirviendo en su taza y bebe sorbo a sorbo el líquido un tanto amargo, se detiene un momento y da un vistazo a su alrededor. Color, color y más color.
Su departamento se ha convertido en el segundo hogar de Jimin, sonríe para sí mismo porque casi no queda rastros de lo que algún día fue su departamento aburrido y monocromático, hay libros de botánica por doquier, sombreros, pegatinas y diminutos portaretratos de colores con fotos de ellos y puede observar al koala gris que le obsequió alguna vez. Suelta una suspiro enamorado y siente el rostro caliente, lleva su mano a su pecho y cierra los ojos por un momento. Está completamente loco por él.
Camina descalzo de vuelta a su escritorio, y en el momento que va a dibujar una sección en su gran hoja de papel en dónde tiene su diseño arquitectónico, el lápiz se rompe por el esfuerzo. Namjoon solo abre su cajón y buscando un sacapuntas, encontró aquella vendita que Jimin le regaló la primera vez que se conocieron.
- Fue aquí dónde todo empezó - conversaba en voz alta consigo mismo y con una sonrisa que le llegaba hasta las orejas, sus hoyuelos se asomaban y su corazón latió con fuerza. ¿Quién iba a imaginar que Kim Namjoon, se iba a enamorar del chico que casi le rompe la cabeza?
Comenzó a reír de gusto al recordar, esta vez ya aquella vendita no estaría en el cajón de las cosas sin importancia. La colocó dentro del álbum de fotos que Jimin decoró con preciosas flores de cerezo que le hacían recordar a su diminuto bonsai y lo miró por última vez y dando una suave caricia a la portada, lo dejó junto a su escritorio y volvió a trabajar.
Recordó que el siguiente fin de semana irían por fin a casa de sus padres a presentar formalmente a Jimin. Cuenta los días y los va tachando en su calendario, deseando poder ir lo más pronto posible a su antiguo hogar, quisiera gritarlo a todo el mundo, si pudiera, enviaría la noticia por la radio y la televisión. Namjoon quiere que todos sepan que su novio es el más hermoso del planeta, quiere poder tomarlo de la mano y presumirlo en todas sus reuniones de trabajo, quiere casarse con él y llenarlo de besos detalles y amor por todos los días de su vida.
Al terminar por fin, ya no se sentía cansado. Se levantó y buscó entre sus cosas un gran folder, era su tesoro más preciado, cuando lo abrió miró cada hoja de papel que se encontraba ahí y volvió a sonreír. Verlo plasmado, poder contemplar cada detalle, cada línea, cada hebra de cabello dibujada... y su sonrisa, ¡Oh por Dios! Su sonrisa, aquella sonrisa que ni siquiera en los días pesados deja de brillar, y lo mejor de todo es que Namjoon es el motivo de aquella sonrisa.
Vuelve a su escritorio y comienza a dibujar, esta vez es diferente, se siente diferente, dibujar a Jimin es como dibujar una obra de arte digna de ser presumida en todos los mejores museos, pero su corazón se ensancha de orgullo pues Jimin es solo para él. Se siente infantil y egoísta pero ese sentimiento de pertenencia lo hace feliz.
Y es que Namjoon no quiere pensar en otra cosa que no sea... Una vida con Jimin.
...
Un capítulo a media semana porque estoy feliz.
Nos vemos el viernes
💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro