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27: ¡Namjoon!


Llegó el fin de semana y Jimin estaba tan ansioso que no podía evitar sonreír como un tonto. Había esperado que llegara sábado como un niño espera un helado. Quería que fuera todo perfecto. Sabía que se iba a divertir mucho con Nam.

Esa tarde como nunca antes en su vida, tomó un baño de 1 hora, llenó la tina y encendió una vela con aroma de lavanda, se lavó en cabello y cuerpo, sus dedos de estar tanto tiempo sumergidos en el agua parecían pequeñas uvas pasas, realmente quería sentirse mucho más lindo, para sí mismo y para Namjoon. Luego de su largo baño, envolvió su cabello con una toalla para evitar mojar el piso de su dormitorio, abrió su armario, que por fin, había organizado, gracias al cielo, si la silla hablara, seguramente estuviera agradecida de que por fin está libre.

Se quedó parado unos minutos mientras buscaba su outfit perfecto. Escogió un pantalón y una camisa amarilla, se colocó unos divertidos calcetines con colores intensos y se puso un rompeviento de colores, parecía sacado de una película de los 80's, cepilló su cabello y maquilló un poco su rostro, colocó una fina capa de rubor, el cual la hacía ver muy tierno. Colocó un fina capa de brillo en sus labios, justo en el momento exacto en el que Namjoon tocó su puerta.

—¡Holi!

—¡Wow! Estás... Muy bien.

—¿En serio?

—Por supuesto que si... ¿Estás listo?

—Claro.

Los vecinos bajaron las escaleras para salir del edificio, iban a ir directamente al parque de diversiones porque Taehyung ya estaba en el lugar esperándolos junto a Jungkook.

Subieron al auto, ambos estaban muy nerviosos, esta salida se sentía diferente a las demás, era un poco más íntima, aunque siempre salían los tres, a ambos no les paraba de latir el corazón, indistintamente, sentían que muchas cosas podrían cambiar para ellos esa noche.

Namjoon no dejaba de ver a Jimin con ternura, esto hizo sentir aún más nervioso al chico, el cual empezó a mover sus piernas ansioso.

—¿Estás bien?

—Si, s-solo que, estoy nervioso y no sé por qué.

—Tranquilo, nos vamos a divertir mucho—comentó Namjoon, mientras conducía con una mano,  con su mano libre tocó la mejilla de Jimin para limpiarla sin pensarlo. Esto provocó un escalofrío en su interior, pues él siempre era tan atento, aún siendo tan gruñón, pero no se había dado cuenta lo atractivo que se veía realizando estas acciones tan sencillas.

Jimin sonrió y rápidamente desvió la mirada hacia la ventana, Namjoon se dio cuenta y sonrió ladino. Estaba muerto de nervios, pero de algo estaba seguro... Hoy era el día perfecto para confesar sus sentimientos.

Llegaron por fin al enorme lugar, familias enteras disfrutaban los juegos, parejas tomadas de la mano y grupos de amigos se veían entrar y salir, Tae estaba a un costado de la entrada listo para reunirse con los chicos, se encontraba Jungkook junto a él y apenas los vieron corrieron a saludarlo.

—¡Estás extremadamente guapo hoy!—comentó Taehyung mientras le daba una vuelta a Jimin.

Namjoon por poco lo asesina con la mirada, su mejor amigo lo notó y se echó a reír.

—No seas celoso, tú también estás muy guapo.

—Idiota.

—¡Vamooooos ya! Quiero subirme a todos los juegos y entrar a la casa del terror—dijo Jimin y ambos chicos se miraron con los ojos abiertos enormemente. Jungkook se despidió rápidamente para terminar de alistarse para su presentación.

Entraron al lugar y lo primero que vio Jimin fue un carrusel, era divertido verlo entre todas las pequeñas niñas, ella, como si se tratara de una pequeña de 6 años, daba vueltas sobre el gran caballo, mientras los otros chicos lo miraban con ternura.

— Es hermoso — dijo Namjoon.

Taehyung asintió con la cabeza mientras palmeaba la espalda de su amigo, observando a Jimin saludándolos en cada vuelta que daba. Y así estuvieron por varios minutos.

Terminó por fin de dar vueltas el carrusel y mientras los padres de las pequeñas niñas las recogían, Jimin saltó sobre la espalda de Nam.

Aferrado a su gran espalda, Jimin se veía diminuto sobre él, pero Namjoon jamás le dice que no a su pequeño. Llegaron al barco pirata y se sentaron los tres en la parte de atrás, empezó a moverse el aparato y al unísono empezaron a gritar por las cosquillas que les causaba el vaivén del juego.

Parecían tres niños, disfrutando, riendo y gritando, con la adrenalina recorriendo su interior, realmente Namjoon estaba feliz. Nunca se había sentido más feliz en su vida.

Bajaron del juego con los estómagos revueltos pero felices, así se les pasó la tarde, recorriendo todo el lugar, Jimin comiendo un enorme algodón de azúcar en forma de oso, se tomaron fotos en una pequeña cabina fotográfica, jugaron en los autos chocones hasta que el hambre los detuvo.

—¿Tienen hambre? ¡Vamos a comer pollo frito y luego vamos a un karaoke!—gritó Jimin, pareciera que su energía jamás se iba a acabar, los chicos asintieron sin oponer resistencia alguna, salieron del lugar y se dirigieron caminando al restaurante de pollo frito.

Hicieron sus respectivos pedidos y disfrutaron juntos de su compañía junto con la deliciosa comida. Acabaron repletos, apenas se podían mover, los chicos ya no podían comer una sola papa más pero Jimin terminó una vez más arrasando con todo.

—Jimin tienes un apetito enorme para ser tan diminuto— mencionó Taehyung sorprendido, apenas apoyándose en el espaldar de su asiento.

—Es que la comida es tan deliciosa, imposible no disfrutarla— respondió con sus mejillas llenas de las últimas papas fritas.

Namjoon lo miraba en silencio pero con un brillo en sus ojos, cada vez le encantaba más, todo en él se sentía distinto, mientras algunas quieren cuidar su figura comiendo ensaladas y matándose en el gimnasio, Jimin disfruta de la comida, era muy seguro de sí mismo, y a pesar de que comía mucho, se mantenía en muy buena forma.

Salieron y caminaron juntos por las calles de la ciudad, Jimin tomó el brazo de cada uno de los chicos y la diferencia de estaturas entre los tres era notoria, se veía muy gracioso entre dos chicos atractivos y altos pero a la vez se sentía seguro y protegido.

—¿Qué hacemos ahora?—preguntó Jimin con entusiasmo.

—En el parque Jungkook está a punto de empezar a cantar ¿Quieren ir? Podemos sentarnos en el césped y disfrutar de la música—comentó Taehyung.

Jimin miró a Namjoon con ojos suplicantes, él lo miró de vuelta y asintió con una sonrisa.

Se dirigieron hacia el lugar, algunas personas estaban buscando el mejor espacio para sentarse, un hermoso cielo estrellado y despejado era perfecto para un concierto al aire libre. Encontraron un espacio lo suficientemente cerca a la pequeña tarima, se acomodaron mientras Jimin bebía un té.

Se escucharon los aplausos alrededor, Jungkook y su banda saludaron al público y dijeron algunas palabras, dando inicio al show.

Ayer me dejaste
No puse excusas
Volví a casa tranquilamente
Estaba muy cansado y me quedé dormido
Cuando abrí los ojos, estuve muy ajetreado
No puedo llegar tarde, tengo que ir a trabajar
Tengo poco tiempo para pensar en ti y sufrir...

La preciosa voz de Jungkook, se escuchaba en todo el lugar Taehyung estaba hipnotizado con  él cantando aquel Bossanova, fue increíble. Se puso de pie y empezó a bailar al compás de la preciosa melodía, el no tenía vergüenza de nada, bailaba lentamente como si copiara los pasos de su pareja, quien lo vió a lo lejos y le sonrió.

Continuaron disfrutando del show, Jimin atento con sus ojos brillantes miraba a su alrededor y Namjoon sin dejar de observarlo.

Apenas terminó el pequeño concierto Tae como todo un galán se acercó a Jungkook y lo abrazó para felicitarlo por su presentación junto con los demás.

—Hoy ha sido una buena noche—dijo Taehyung victorioso, no sólo había disfrutado con sus amigos sino que también había disfrutado del espectáculo.

Pronto se despidieron para ir a sus respectivos hogares, ya era media noche y pese a que el bullicio y la gente seguía en las calles, Namjoon y Jimin decidieron que era tiempo de volver al edificio.

Durante el camino de regreso estaban callados, tal vez por el cansancio, pero el silencio fue interrumpido por Jimin.

— Nam, t-tengo algo que decirte.

—Yo también.

—Dime tú primero.

—Tú empezaste, tu dime.

—¡Tú!

—No, ¡Tú!

—¿Y si lo decimos los dos a la vez?

—¿Y si mejor hablamos en casa?

—Buena idea. ¿Vamos a hacer pijamada?

—E-este... ¿Estás seguro?

—Siiiiiii, ¡Segurísimo!

—OK, esta vez llevas tu sábana.

—¡Siiiiiii!

Ambos llegaron al edificio, Jimin subió corriendo las escaleras para llegar a su departamento y sacar todas las cosas necesarias para pasar la noche con Namjoon. A su vez Namjoon era un mar de nervios, se sintió estúpido y varias veces mojó su rostro con agua con el fin de calmarse sin éxito alguno.

—Maldita sea, Kim Namjoon, contrólate— se decía una y otra vez frente al espejo de su baño. El corazón se le iba a salir por la boca, empezó a dar vueltas en círculos pensando cómo decirle a Jimin lo que sentía, ya no podía seguir ocultándolo.

Se duchó, colocó su pijama y se sentó sin hacer absolutamente nada frente al televisor. Se encontraba en shock, era un sin fin de sentimientos y pensamientos nuevos para él, a pesar de su edad, era muy inexperto en las cosas del amor.

Después de unos minutos Jimin llegó con su sábana afelpada de dinosaurios, su pijama de tiburón y sus horrendas pantuflas de pollo.

Jimin se acomodó en el gran sofá de Namjoon y con una linda sonrisa lo observaba que se encontraba mirando un punto fijo en el televisor.

— Nam, ¿te encuentras bien?

— No, digo, si... ¿Y tú?

— Sí, claro.

Ambos se quedaron en silencio. Ni uno de los dos quería decir nada, el ambiente se sentía ridículamente tierno, no era incómodo, pero Namjoon decidió que era tiempo de hablar.

— Jimin, y-yo... No sé cómo decir esto, jamás he hecho algo parecido, no sé cómo empezar, y-yo estoy muy nervioso...

La mirada atenta de Jimin sobre sus ojos lo tenía más asustado, él siempre lo observaba con detenimiento, parecía que le miraba el alma. En realidad no tuvo nada que decir, pues Jimin sin pensarlo se lanzó sobre él rodeándolo con sus brazos y lo besó.

Namjoon no supo cómo reaccionar al inicio, el beso lo tomó por sorpresa, tardó dos segundos en procesar lo que estaba ocurriendo en ese instante hasta que por fin salió de su trance y correspondió al beso, envolviendo suavemente con sus brazos al chico, no tuvieron que decir nada más, aquel beso hablaba más que mil palabras, fue un beso suave y tierno, como si dos adolescentes se hubieran besado por primera vez, Namjoon era delicado con Jimin, acariciando sus mejillas con suavidad.

Luego de unos largos segundos se separaron y sonrieron, Namjoon quedó mirando el rostro de Jimim que estaba tan sonrojado por tal acción impulsiva y volvió a besar sus labios. Pudo sentir el latir del corazón de Namjoon, esta vez, se sentía diferente.

— Me gustas, Nam — decía entre besos y sonrisas, tenía que decirlo, sentía la urgente necesidad de hacérselo saber, aunque ya se lo haya demostrado unos segundos atrás.

—A mi también me gustas, Jimin— contestó mientras besó su frente y acariciaba su rostro.

Jimin se escondió en el cuello del moreno, lo cual lo hizo reír pues le causó cosquillas, ambos pensaban que esta noche no pudo haber terminado mejor.

— ¿Vamos a ser novios? — Preguntó Jimin con sus ojos iluminados y con una gran sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Quieres ser mi novio?— Preguntó Namjoon mientras acomodaba un mechón rebelde de su frente y lo miraba fijamente. Esta era, una propuesta real y muy seria.

— Acepto— contestó divertido mientras lo envolvía con sus brazos..

— ¿No importa que sea un gruñón, aburrido y enojón?

— Eso es lo que me enamoró de tí. Me gusta ese Namjoon gruñón.

— ¿Sabes lo primero que voy a comprarte ahora que empezaremos a salir?

— ¿Qué cosa?

— Unas nuevas pantuflas, realmente odio tus pantuflas de pollo peludo.

— ¡Namjoon!

...

Canción: Yesterday you left me - 10CM

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