Amaneció y Namjoon despertó por el frío que lo envolvió, pues toda la noche había llovido y una brisa fresca entraba por la ventana de su dormitorio. Intentó taparse con la sábana y sintió un peso sobre ella, era Jimin, envuelto como un burrito de pies a cabeza profundamente dormido.

-Y me dijo que no iba a quitarme la sábana-pensó mientras sonreía. Se levantó despacio sin hacer ruido y se alistó para el trabajo, preparó café y pan tostado con mermelada. Le dejó una pequeña nota sobre la mesa y salió de su departamento rumbo a su trabajo. Cada minuto que pasaba se sentía más cómodo con Jimin, sentía la necesidad de permanecer junto a él. Desearía que también sintiera lo mismo. Pero... ¿Cómo saberlo?

Mientras conducía a su trabajo, recordó la conversación con su amigo y empezó a organizar una pequeña salida con Jimin, quizá así, podría confesar sus sentimientos y por primera vez, podría comenzar una relación.

¿A dónde podría llevarlo? ¿Cómo se vestiría? ¿Qué harían?. Un sin número de preguntas se realizaba así mismo, pues no tenía idea de cómo era conquistar a alguien, jamás había tenido aquellos sentimientos por nadie, nunca se lo había permitido, estaba muerto de miedo, sudaba sin control y solamente lo estaba pensando.

-Bien, Kim, piensa-se decía mientras llegaba a su trabajo. Su día laboral se dio con mucha tranquilidad, mientrss realizaba unas correcciones en unos diseños de un cliente que deseaba una casa de campo, recibió un mensaje de quién se había adueñado de su mente.

A veces pensaba, ¿Cómo Jimin aún estaba ahí, siendo él tan aburrido, serio y sereno? No podía concebir la idea de que un chico con tanta energía puede estar con alguien como él. Se empezó a sentir desanimado cuando recordó las palabras de su padre, tal vez era cierto, Jimin tenía lo que a él le faltaba y él tenía lo que necesitaba. Por primera vez pensó que tal vez él destino jugó a favor de ellos y permitió que se encontraran.

¿Un futuro a su lado?, ¿Toda una vida?. El sólo imaginarlo su corazón se sintió con una calidez especial, se llevó sus manos a su pecho y sintió como su corazón latía de forma distinta. Sonrió levemente y continuó trabajando.

Jimin por otro lado, no tenía clases de la universidad y se dirigió directamente a la heladería, con la esperanza de encontrar sus llaves.

- Park, buen día, hoy no tienes trabajo, ¿qué te trae por aquí?-preguntó una compañera, al verlo entrar por la puerta.

-Vengo a ver si dejé mis llaves aquí, creo que se quedaron en mi casillero-comentó con una sonrisa.

-Entonces, ¿no pudiste entrar a tu departamento?, ¿Dónde dormiste?

-Dormí en casa de mi vecino.

-¿¡Tu vecino!?

-S-si...

Su compañera lo miró curiosa, y le sonrió juguetona, Jimin desvió la mirada y se sonrojó.

-¿Te gusta verdad? Se te nota en la mirada.

Jimin se quedó en silencio sorprendido por la pregunta, ¿era tan obvio?, ¿Namjoon se habrá dado cuenta?

-No lo sé-soltó con sus mejillas color tomate.

Su compañera soltó una risita mientras observaba como Jimin se tapaba el rostro con sus manos.

-Deberías decirle.

-¿Y si yo no le gusto?

-Pues, ni siquiera le has preguntado, ¿y si le gustas igual?

-No lo sé... Nunca me le he confesado a alguien antes.

-¿Qué es lo que te gusta de él?-Preguntó su compañera, aprovechando que no había ningún cliente aún, podían conversar tranquilos.

-Pues...es callado y tranquilo, es tan diferente a mí, tenemos mucho en común aunque no parezca, es enorme, parece un oso gigante, tiene una sonrisa preciosa, es muy trabajador, es la única persona que me soporta tal como soy, al principio me odiaba, casi lo mato por dos ocasiones, pero, ¿te soy sincero? Me gustó desde la primera vez que lo vi
-comentó mientras sus ojos brillaban y no dejaba de sonreír como un tonto, su amiga lo vió muy emocionado, sonrió mientras le tomaba ambas manos y le habló.

-Jimin, qué lindos sentimientos tienes, debes dejar un poco el miedo, te conozco muy poco pero eres muy valiente y muy alegre, recuerda que los polos opuestos se atraen.

-¿Tu crees?

-¡Obvio!

Jimin soltó una risita nerviosa, tal vez su amiga tenía razón, debería animarse a confesar sus sentimientos.

Su conversación se vio interrumpida por unos clientes que habían llegado, Jimin se levantó de su asiento, saludó y dejó a su compañera trabajar, mientras se dirigía a los casilleros, tenía que encontrar sus llaves, de lo contrario iba a tener que pedir un juego nuevo a la señora Jung o dormir otra noche con Namjoon.

Buscó por todos lados y ahí estaban, las tomó e hizo su baile feliz, estaba muy agradecido de que no se le hayan caído en la calle mientras intentaba cubrirse de la lluvia la noche anterior, las tomó, se despidió de su compañera y salió del lugar. Iba a paso lento, ese día tenía libre, quería llegar a su departamento para poder bañarse tranquilamente y terminar sus tareas pendientes.

Llegó a un pequeño parque, el rocío por la lluvia nocturna cubría todo el follaje verde del lugar, respiró profundo pudo observar como una pareja iba sonriendo disfrutando de un paseo en bicicleta.

-Así me vería con Nam... - Pensó y enseguida sacudió su cabeza para disipar los pensamientos, su corazón empezó a latir con fuerza, estaba segura que Namjoon no sólo le gustaba, se estaba empezando a enamorar de él. Se había acostumbrado a ver su mirada seria e intimidante, su forma de hablar, la forma en como sonríe, todo de él le parecía hermoso.

Se dijo a si mismo que debía armarse de valor y confesarle sus sentimientos a Namjoon. ¿Pero cómo?