22: Perdido
La conversación con su padre lo hizo sentir un poco más tranquilo, tenía razón, no puede siempre controlar todas las cosas. Esa noche, había terminado de cenar junto a sus padres, en su habitación, mientras miraba una película, recibió un mensaje por parte de Jimin.
Pensó un poco antes de responder, no se había sentido antes tan nervioso, Jimin siempre le escribía, esta vez decidió llamarlo. Tenía ganas de escuchar su voz.
-Nam, hola, ¿cómo estás? - gritó al otro lado de la línea alargando el saludo.
- H-hola Jimin, estoy muy bien y ¿tú?
- Muy bien, ¿sabes? Empecé a trabajar medio tiempo en una pequeña heladería cercana a la universidad, estoy muy emocionado, ¡voy a poder comer helado de menta y chocolate todos los días!
Namjoon lo escucha atentamente, puede imaginar su rostro irradiando felicidad y haciendo su "baile feliz" cuando algo le emociona. Conocer esos pequeños detalles, lo hicieron sonreír levemente.
- Felicidades pequeño, solo trata de no espantar a los clientes.
-¡Eres un malo!
-Es cierto, eres muy peligroso.
-No lo soy...
-Si lo eres
-¡No!
-Si.
-Bueno, soy un poco torpe pero lo haré bien.
-Lo sé. Lo harás bien. Te iremos a visitar con Tae.
-¿En serio?-Preguntó emocionado, comenzó a hacer un ruidito que hizo reír a Namjoon. Sabía que esto la había puesto mucho más feliz.
Hablaron un poco más, sobre cosas triviales, Jimin siempre con esa energía y su risa contagiosa, le cuenta cómo ha ido su semana con lujo de detalles , Namjoon de igual forma, aunque hablaba mucho menos, le comentó que había hecho durante sus días de descanso, luego terminaron la llamada y se tira sobre su cama, soltó un gran suspiro, su corazón no paraba de latir con fuerza, se sentía diferente. Quería ya volver a su departamento. Quería verlo a él.
Después de mirar un poco sus redes sociales y responder los estúpidos comentarios que deja su mejor amigo en sus publicaciones, decidió dormir.
...
Llegó el fin de semana y Jimin con toda la mejor actitud, va a la heladería, al ser domingo, decidió tomar el día completo para trabajar, se coloca su uniforme, azul con el logo de la heladería, peinó algo su cabello, que en una locura lo tiñó de colores y salió rumbo hacia su trabajo, con esa alegría que la caracteriza, deseando que este, como toda su semana, sea agradable.
Llega después de unos minutos de camino en bus, saluda a sus compañeros y enseguida se pone a trabajar, debe atender a los clientes, preparar los helados y cobrar los pedidos. Realmente para él esta es una gran oportunidad para ser más independiente, y tal vez, no tan torpe.
Son las 3pm y el sol está en su máximo esplendor, el lugar está muy casi lleno, las familias van a disfrutar con sus pequeños los deliciosos helados que ofrece la heladería, Jimin con una amable sonrisa, toma los pedidos de las personas que llegan y prepara los helados.
Después de una oleada de gente, pudo limpiar un poco, aprovechando que de un momento a otro no llegaron más clientes, el lugar se había vaciado, apenas había una familia en una mesa y un par de amigas conversando en otra.
Al ser su primer trabajo en la gran ciudad, la hace sentir muy nervioso, pero él quiere demostrarse a sí mismo que puede hacer las cosas bien.
Pronto terminó su turno en la heladería, acomodó las sillas, limpió las mesas y por fin pudo ir a casa, después de despedirse de sus compañeros. De camino se topó con algo que llamó su atención. Un peluche de Koala color gris, estaba en una vitrina de un pequeño local. Apenas lo vio, no pudo evitar recordar a Namjoon, era idéntico a él. Con sus ojos cerrados y una amplia sonrisa, Jimin, no se contuvo e ingresó al lugar.
- Buenas noches, joven, ¿en qué lo puedo ayudar? - dijo el encargado de la tienda.
-¡Hola!, si, ¿me ayuda por favor con ese koala que está ahí en la vitrina?- Preguntó con gran entusiasmo señalando con su dedo.
-¡Oh! El koala, claro que sí, ¿se lo va a regalar a su novia?-el encargado con una sonrisa preguntó y Jimin no pudo evitar sonrojarse.
-N-no... Es para un amigo-respondió con timidez. El hombre la vio rojo como un tomate y le sonrió.
-Tiene un amigo muy afortunado.
Jimin pagó el peluche y volvió a su departamento, iba dando saltitos de felicidad por la compra realizada, posiblemente Nam lo miraría con desagrado por tal ridiculez, pues es muy gruñón, pero ya se acostumbró, al final siempre termina aceptando todo lo que él de da.
Tomó el bus para llegar más rápido, ya el sol se había ocultado por completo, quería llegar, ducharse, comer algo y terminar un pequeño proyecto de la universidad.
Al ingresar al edificio, subió con cuidado las escaleras, ahora si se fija por donde camina, llegó, entró en su departamento, dejó la bola con el peluche en su sofá junto con sus pertenencias y directamente fue a tomar un baño.
Se pudo relajar mucho, pues había encendido una vela aromática de lavanda, pudo escuchar música, esta vez en volumen bajo, y se tomó su tiempo. Salió y se colocó su pijama, fue a la nevera mientras secaba su cabello con una toalla del Rey León, y preparó algo para comer. Después de revisar sus redes sociales por un momento se puso a terminar su proyecto.
Jimin, a diferencia de Namjoon, no trasnocha, él prefiere tomarse las cosas con calma, terminó casi a las 11 de la noche. Calentó un poco de leche y se fue a la cama.
Una vez ahí envió un mensaje a su vecino gruñón.
Bloqueó su teléfono y se acomodó un poco más bajo las sábanas. Hasta que recibió una respuesta que en el fondo anhelaba mucho.
El sueño le ganó, bloqueó su teléfono y se durmió.
Namjoon por otro lado, que ya estaba de regreso a su departamento en taxi, después de toda esa semana de vacaciones, se sintió muy nervioso. ¿Cómo alguien te puede conocer tanto? Que aunque no se vean, ¿sabe lo que el otro está haciendo?. Su corazón latió con fuerza, Jimin definitivamente lo estaba volviendo loco y en el fondo sabía que había perdido, se estaba empezando a enamorar de él.
💕
Nota de la autora: Amo a Namu enamorado 😭💜
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