18: Miedo
Llegó por fin el día viernes, pero a diferencia de otras ocasiones, para Namjoon, no parece ser tan bueno. Una llamada de un cliente insatisfecho por un diseño que realizó lo tiene realmente molesto.
- Me había pedido que le haga los planos de un restaurante con estilo clásico, ahora me indica que no lo quería así, que deseaba estilo contemporáneo, ¿acaso no tiene idea de lo mucho que trabajé en este proyecto? - Le indicaba molesto a su jefe.
- Kim, yo entiendo que has invertido mucho tiempo en este proyecto, pero ayuda al cliente a que salga satisfecho del lugar - respondió su jefe mientras discutían en su oficina.
Le parece absurdo que siempre deba solucionar los problemas que los mismos clientes causan. Estaba irritable, es injusto, haber pasado días enteros dibujando, pensando en todos los detalles y al final recibir una respuesta negativa ante su trabajo.
- Está bien, voy a rediseñar, dile al cliente que no se preocupe, en dos días tendrá listos los planos de su restaurante - respondió Namjoon, con pocas ganas de seguir con esta conversación.
Su jefe se retira de su oficina, el chico a su vez se queda sentado en su escritorio, se quita sus anteojos y se pasa las manos por el rostro, su humor está todo menos positivo, sólo quiere que ese día termine de una vez por todas.
- Ahora tendré que dibujar de nuevo esos planos - se quejó mientras organizaba sus cosas, no tenía ganas de nada, solo debía estar enfocado en rediseñar.
Esa noche salió de su trabajo muy desanimado, tomó su bicicleta y va de regreso a su edificio, logra oír a lo lejos un bullicio y varios jóvenes entrando mientras hablaban entre sí, recordó que el idiota de su vecino Jake, iba a tener una fiesta esa noche.
- ¡Mierda!, lo que faltaba - bufó, mientras entraba al edificio, miró con desagrado a varios chicos que estaban conversando fuera del departamento del tipo. Decidió ignorarlos y entrar.
Deja a un lado su abrigo y bolso y lo único que quiere es relajarse. Decide ir a la cocina a preparar algo para comer y su respectivo café, para pasar la noche en vela a causa de la fiesta y de su trabajo.
Mientras está comiendo, la música se empieza a escuchar, retumbando en sus oídos, esta noche la escuchaba más horrenda que otras veces. Puede oír risas y silbidos, - ¿realmente no tienen nada mejor que hacer? - se preguntaba.
Se colocó sus audífonos, para lavar los trastes sucios, quiere inútilmente mitigar en algo el ruido del exterior, y mientras limpia su cocina, recibe un mensaje de Jimin, pero no cualquier mensaje.
Al terminar de leer, apretó la mandíbula, un sentimiento de preocupación y enojo lo invadió, sabía que algo no estaba bien. Salió de inmediato al departamento de en frente.
El departamento de Jake es mucho más grande que los demás, son dos departamentos en uno, lo cual permitía las grandes fiestas en el piso.
Apenas se podía caminar, decenas de chicos se encontraban bailando, bebiendo y algunos drogándose, la música retumbaba en sus oídos, caminó entre las personas, buscando al tipo, logró verlo en el área de la cocina, tenía prácticamente acorralada a Jimin, en una de sus manos tenía un vaso rojo, mientras le hablaba al oído, se veía aterrado, movía sus manos con nerviosismo, mirando al suelo.
Namjoon se acercó y agarró a Jake con fuerza de la camiseta y golpeó su espalda contra la pared de la cocina. Jimin lo miró con preocupación pero a su vez con un alivio enorme, seguido a esto se escondió tras Namjoon.
- Miren, nada más... No le vuelvas a poner un dedo encima, si no quieres que esta fiesta de mierda se termine, ¿acaso tu padre sabe que usas estas fiestas para vender drogas? - le preguntó con sus ojos inyectados de ira.
- Wow, wow, tranquilo viejo, solo estaba hablando con él - se excusó el tipo, tenía aliento a alcohol y los ojos enrojecidos, no sólo estaba ebrio, quién sabe que otra cosa consumió.
Namjoon lo soltó y tomó de la mano a Jimin para salir del sitio, esquivando a las personas que observaban atónitos lo ocurrido.
Los chicos al salir subieron al cuarto piso, al llegar a su departamento, Namjoon se agacha a su nivel, lo observa completamente, revisando que esté bien. Jimin levantó la mirada y las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos.
- Jimin, ¿estás bien? ¿No te tocó? -Preguntó preocupado.
- E-estoy bien, yo solo... él me invitó, pensé que era buena idea y acepté. Soy un tonto, soy muy estúpido...
No pudo terminar de decir nada, comenzó a llorar sin parar, se aferró a Namjoon y este la envolvió en sus brazos sin pensarlo, por primera vez tuvo miedo, al verlo tan indefenso y desprotegido, se preocupó por él, en algún momento pensó lo peor, sintió rabia e impotencia con el mismo por no poder estar con él antes, se sentía culpable de no poder evitar que pasara por esto.
- Estoy aquí, pequeño - se limitó a decirle mientras acariciaba su cabeza.
Después de varios minutos, Jimin se separó de Namjoon y entre sollozos abrió la puerta de su departamento y lo invitó a pasar.
-No te vayas, por favor, tengo miedo- lo miró con ojos suplicantes, Namjoon se rascó la cabeza, y accedió a pasar, era cierto, no podía dejarlo solo cuando aún se sentía asustado.
- De ahora en adelante, cuando salgas tarde de la universidad, llámame y te voy a recoger. Si tienes que ir a algún lado, yo iré contigo. Si ese imbécil de Jake vuelve a poner su estúpida mirada sobre tí, yo... Golpearé su rostro.
-¿Estás seguro?
- Jimin, no quiero que vuelvas a pasar por esto.
Al escuchar aquellas palabras, el chico iba a volver a llorar.
-No, no, ya no llores, por favor- suplicó Namjoon mientras limpiaba las lágrimas de su rostro con sus dedos.
- ¡Es que eres tan lindo!
- N-no es nada.
Los ojos de Jimin se iluminaron y le regaló una sonrisa enorme, Namjoon con una mezcla de sentimientos, se limitó a corresponderle con una leve sonrisa.
- Huelo muy mal, me voy a bañar, siéntete cómodo. Salgo en un momento.
- OK.
Jimin entró a su habitación, mientras que Namjoon caminaba alrededor del departamento y lo primero que llamó su atención fueron las pequeñas plantas que adornaban su ventana junto al balcón. Sonrió para si mismo con ternura, al ver que el más pequeño había pintado a mano sus propias macetas, en realidad, todo era tan Jimin, lleno de color y vida.
Siguió observando y notó que el chico había despejado un área en la pequeña sala, había una pared en blanco, un millón de pensamientos pasaron por su cabeza, era un espacio perfecto para dibujar y pintar algo.
Namjoon se mantuvo por un momento sumido en sus pensamientos hasta que escuchó a Jimin hablar.
- Quisiera pintar algo en esa pared, pero aún no me decido qué -habló mientras secaba su cabello con una pequeña toalla de colores.
Namjoon volteó a verlo y lo observó detenidamente, llevaba un buzo color celeste que le llegaba hasta las rodillas, pantalón de pijama del mismo color y calcetines color crema con estampado de papas fritas.
Se quedó estático, Jimin le sonrió y notó en sus mejillas un leve tono carmín, una sensación de cosquilleo en su estómago lo tenía confundido, lo miró nuevamente ahí, parado frente a él con sus enormes ojos cafés, observándolo con esa sonrisa de siempre, tan tierno.
Salió de su trance al escuchar la voz hablándole nuevamente.
-Nam, ¿Estás bien?
- Claro, si, estaba pensando... Puedo hablar con Tae, para dibujar algo en tu pared y pintarla, aunque ahora está muy ocupado con su futuro novio.
-¿En serio? ¡Eso sería increíble! ¡Gracias, gracias! -soltó dando saltos de alegría, hizo una especie de baile feliz, Namjoon sonrió al verlo y su corazón se enterneció.
Conversaron un poco más, Jimin ya se encontraba más tranquilo, Namjoon había preparado chocolate caliente que tenía el otro en su alacena, Jimin hablaba sin parar de su planta carnívora Diana, vieron juntos la televisión, afuera al parecer, luego del incidente con Jake, la fiesta se había terminado.
Mientras tanto se encontraban en el sofá mirando un programa en National Geographic, y Namjoon siente como Jimin coloca su cabeza en su hombro. Se había quedado dormido.
Entró en pánico, no sabía que hacer, si dejarlo durmiendo en el sofá o llevarlo hasta su cama para poder irse a su departamento a trabajar, era casi la 1 de la mañana y tenía que aprovechar el tiempo.
Respiró profundo y decidió que sería mejor que durmiera en su cama, el sofá era muy estrecho, ¿Por qué se preocupaba tanto? ¿Por qué sentía la necesidad de que Jimin estuviera bien? Todas estas preguntas se hacía en su cabeza mientras delicadamente tomó al chico en sus brazos y lo llevó a la habitación, era tan pequeñito y liviano, pudo percibir un dulce aroma en su piel, lo llevó a su cama y lo cubrió con una gran manta afelpada, tan delicada y colorida como él mismo. Se quedó mirándolo por unos minutos, pudo ver con más claridad los detalles de su rostro, pequeños lunares, una marca diminuta en la frente, era precioso, no se había dado cuenta, lo vió tan bello, tan calmado, que una paz invadió su ser.
Quitó algunos de sus cabellos del rostro y lo dejó descansar. Cerró la puerta de su habitación y salió del departamento para ir al suyo. Bajó las escaleras y ya no había rastros de aquella fiesta.
Entró en su departamento, fue directo a ducharse, estaba lleno de humo de cigarrillo y otras cosas más, pero al quitarse la camiseta, el dulce aroma de la colonia de Jimin le hizo sentir ese cosquilleo en su estómago otra vez.
Recordó las palabras de su amigo, necesitaba hablar con alguien, y ese alguien era Taehyung. Tomó una ducha fría, sentía un calor abrumador, sus mejillas ardían y no tenía fiebre.
Decidió meterse a la cama y dejar su trabajo para el día siguiente, se acostó boca arriba y se le dificultó conciliar el sueño, todo lo que tenía en su mente era él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro