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15: Un Corazón Roto.

Namjoon ha estado intercambiando mensajes ya desde hace algunas semanas con Ava, no lo quiere decir, pero necesita quitarse la absurda idea de que está empezando a sentirse cómodo con la compañía de Jimin, que siempre está detrás de él. Quiere quitárselo de encima, pues en el fondo no se siente merecedor de su atención, al haber sido un completo idiota con su vecino.

Se coordinó una cita, Ava llegaría al caer la noche al departamento de Namjoon para hablar, beber vino y conocerse un poco más. El chico tiene ya todo casi listo, se asea y alista con anticipación, quiere dar una buena impresión, se mira una y otra vez al espejo, se ve bien, se siente bien y le gusta que en su mente apenas ha estado la ridícula sonrisa de Jimin haciéndole sentir miserable.

Quiere quitarse de la mente que está haciendo algo mal, pues Jimin sólo es un chico infantil que vive en el piso de arriba, que lo alimenta todos los días, lo saluda todos los días, le sonríe todos los días, está pendiente de él todos los días... Esperen... No. No puede ser posible, de ningún modo, Namjoon sólo se ha acostumbrado a la atención, no pasa nada más, está seguro.

Mira en su reloj la hora, pronto Ava llegará, coloca un poco de música para que el ambiente se vuelva mucho más agradable y solo queda esperar que esta noche se concreten cosas. Namjoon cree que es tiempo de dejar de lado su tonta forma de pensar y formalizar con alguien. Tiene derecho, lo necesita. En el fondo no quiere estar solo.

El reloj marca las 9:45 de la noche y mientras espera un poco más, como siempre, Jimin llega a poner su mundo de cabeza.


Suelta un suspiro pesado, siempre le dice que no sin sentirse mal y ahora siente que ha lastimado los sentimientos de Jimin. No quiere pensar más en él, por fin llegó Ava y rápidamente sus pensamientos fueron disipados por la presencia de la mujer, quien con una preciosa sonrisa entró a su departamento y se sentó en su gran sofá.

Había mucha comodidad entre los dos, tenían muchas cosas en común, muchas aficiones, la mujer trabajaba en una empresa de negocios internacionales, era muy inteligente al hablar, madura y firme en sus ideales.

Comenzaron a beber y Namjoon notó que la mujer comenzó a estornudar, una y otra vez, pensó que tal vez no limpió bien su departamento, pero prefirió preguntar para quitar cualquier duda, la respuesta fue simple. Tiene alergia a las plantas, Namjoon se entristeció en su corazón, pues su pequeño balcón está decorado con preciosas flores de todos los colores, hermosos pétalos y grandes hojas. Era algo que no podía evitar, amaba a sus plantas.

Decidió cerrar la gran ventana para que el aroma de las flores no llegase hasta la sala. La mujer se sintió mejor luego de unos minutos de haber tomado una pastilla para las alergias que le dio Namjoon y continuaron su velada, fue mejor de lo que había esperado. Pasaron la noche juntos.

Amaneció por fin y Jimin se había quedado dormido sobre el sofá, con el bote de helado en la mano y mirando una película. Se limpió el rostro con el brazo, se estiró sobre el sitio y se levantó, dio un vistazo a su alrededor y recordó que se había hecho una promesa de ser un poco más ordenado. Había helado derretido en el suelo, enseguida se puso de pie y apagó el televisor y fue por una toalla para limpiarlo.

Se sentía un poco desanimado, ver películas con Namjoon se había vuelto una rutina, veía gracioso ver su expresión de molestia por el desorden cuando iba al departamento y tierno cuando prestaba atención a sus plantas. Se le ocurrió que sería una buena idea llevarle gimbap como casi todas las mañanas. Puso manos a la obra y antes de empezar a preparar los alimentos, recogió todo en la sala, ordenó su cama, cepilló sus dientes y por fin estaba listo para cocinar.

Jimin se puso un delantal de patitos y fresas y comenzó a sacar los ingredientes del refrigerador, picó con mucha concentración los vegetales, mientras el arroz se cocinaba en la olla, estaba feliz, el sólo imaginar la linda sonrisa de Namjoon al recibir la comida, le bastó para volver a llenarse de buena energía y volver a sentirse feliz.

Luego de unos minutos, ya los últimos rollos estaba siendo colocados en el plato para llevarlos donde su vecino, se puso sus pantuflas de pollo peludo, sin importarle mucho lo ridículo que podría verse con el delantal, bajó de puntitas la escalera. Llegó a la puerta y tocó.

Un par de minutos y no hubo señales de Namjoon, Jimin no se da por vencido y vuelve a tocar suavemente la puerta y su sonrisa se desvanece al no ser él quién lo recibe esta vez. Una joven hermosa vestida con una enorme camiseta de su vecino, le sonríe y lo saluda amablemente.

—Hola, buenos días. ¿Necesitas algo?

—H-hola, yo...Vine a dejarle esto a Namjoon.

—¿Quién es, Ava?—se escuchó la voz de Namjoon a lo lejos.

—Es un chico bonito, vino a dejarte algo.

La mujer le extiende la mano para recibir el plato cubierto con papel aluminio, enseguida se ve llegar a Namjoon con una expresión de incomodidad en su rostro, se rasca la nuca y sonríe con nervios.

—Buenos días Jimin.

—Namjoon, lo siento mucho, no sabía que tenías compañía. Me iré enseguida.

—¡Jimin!— alza la voz el chico al ver salir corriendo a su vecino escaleras arriba. Aquel encuentro no fue tan bueno, como debió haber sido. Namjoon en su corazón se siente triste. No entiende por qué. La mujer lo toma del brazo con una sonrisa ignorando por completo los sentimientos del chico y cierran la puerta del departamento.

Jimin llega al suyo de prisa, su corazón late con fuerza, su sonrisa había desaparecido por completo, sintió muchas ganas de llorar, no lo entiende. Ahora comprende el motivo del por qué no lo acompañó esa noche como todos los fines de semana. Tiene su mente hecha un lío, una mezcla de dolor y rabia están presentes en su interior, no sabe con exactitud por qué, pero sus ánimos volvieron a decaer.

Tenía celos.

Jimin no lo comprende. ¿Por qué esa chica era tan bonita?, ¿Qué es lo que le llamó la atención a Namjoon de ella?, ¿Por qué llevaba una camiseta suya?. Muchas preguntas con tan pocas respuestas se hacía, hasta que aterrizó y se dijo así mismo que él no tiene ningún derecho de sentirse así, total, Namjoon no siente nada por él y él... Tampoco.

Sólo son vecinos.

Suspiró profundamente y soltó el aire con fuerza, se lanzó sobre su sofá y se quedó estático por unos minutos. Quisiera no haber bajado nunca las escaleras, quisiera no haber tocado nunca esa puerta, está triste y se promete así mismo de que es preferible dejar de molestar a Namjoon.

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