Un hombre más mayor, de entre 40 o 45 años estaba frente a él, con un bote grande de pintura en los brazos y tras él varios niños jugando entre ellos.

—Buenas noches. Mi niño me dijo que había visto a un conejito en esta casa y lo encontraron allá por nuestra calle.

El hombre inclinó el bote hacia Jin y una felicidad desbordante inundó su pecho al ver a su pequeño peludo de naricita blanca en el fondo.

Intentando ocultar su sonrisa de completa felicidad le agradeció al hombre haciendo varias reverencias antes de despedirse.

Al cargar al animalito, se preocupó al sentir su pulso tan acelerado y verlo temblar ligeramente, pero de momento no le.dio real importancia. Lo había visto hacerlo antes pero no era nada grave.

YoonGi y NamJoon levantaron la mirada curiosos al ver al mayor entrar con una gran sonrisa en su rostro, junto al conejito en sus brazos.

—¡¿Dónde lo encontraste?! —pregunto Nam, sorprendido.

—Un señor y su hijo lo encontraron por su calle. —Dijo sonriente, acariciando la cabecita del conejo.

—¿E-él está bien? —preguntó YoonGi preocupado.

Jin le lanzó una momentánea mirada resentida, pero lo dejó acercarse a ver por sí mismo.

El alfa se acercó precavido, posando su mano por sobre la cabeza del conejito omega pero sin llegar a tocarlo, como si pudiera hacerle algún daño.

De nuevo, algunas lágrimas escaparon de sus ojos. Se había asustado tanto, la sensación aun permanecía a flor de piel.

Jin dejó al pequeño animalito en el suelo, y fue entonces cuando todo el alivio que habían sentido hasta el momento, desapareció.

En cuanto el conejito tocó el suelo, se desplomó en su lugar. Ni siquiera parecía tener la fuerza suficiente para levantar su cabecita.

El gatito de YoonGi rasguñaba preocupado en su interior.

Y de nuevo, la culpa fue inevitable.

Jin rompió en llanto al pensar en una probabilidad.

»—¿Qué es lo que tiene?, ¿está herido? —preguntó el alfa con voz ahogada.

—L-los conejitos... —el mayor respiro profundo, calmandose antes de continuar. —suelen ser muy delicados. Un susto muy fuerte, puede matarlos. —apenas pudo terminar antes de que el nudo en su garganta se lo impidiera.

NamJoon por su parte, después de abrazar al mayor, revisó el pulso del omega conejito. Aún seguía con vida, pero habría que esperar al día siguiente para ver qué sería de él.

YoonGi siendo guiado por su instinto más que nada, tomó cuidadosamente al menor entre sus manos, dejándolo delicadamente en la cama donde solía dormir en su forma híbrida.

—Yo lo cuidaré. —se ofreció de inmediato.

Independientemente del sentido de responsabilidad que lo atosigaba, tenía la necesidad de quedarse a su lado y velar por su sueño, aun si era probable que no sobreviviera la noche.

Sin avisar, se transformó en gatito, saliendo de entre el bulto de ropa para ir a acurrucarse al lado del cálido cuerpo del omega.

Jin solo asintió con pesar antes de que ambos se retiraran, dejando a los dos híbridos en la oscuridad.

Confiaba en que YoonGi cuidaría bien de él. solo deseaba que el menor pudiera pasar la noche. 

¡Ya el último!. 

Demore un poco en sacarlo porque me ocupe un poco comiendo y entre otras cosillas, pero ya está aquí. 

¡Espero que les haya gustado!. 

Son pocas las veces que hago maratón, pero ese día me fluyó muchísimo la inspiración y me los guarde para hoy ^w^ 

¡Gracias por leer!. 

>3<~