05
Cuando el sol se puso, Jin y NamJoon llegaron.
YoonGi, ahora en su forma humana, caminaba impaciente de un lado a otro en la sala.
Tras la huida de JiMin, por supuesto que había ido a buscarlo.
La cosa era que, siendo tan pequeño, el conejito pasaba fácilmente desapercibido.
En el mejor de los casos, el menor estaría oculto en algún lugar pequeño. Sin embargo, su mente no dejaba de atormentarlo pensando en que existía la posibilidad de que algún perro u otro gato se haya comido al pequeño peludito.
Sus uñas eran muy cortas de lo mucho que las había mordido tras su búsqueda fallida, la piel de sus dedos comenzaba a resentir el maltrato.
Con cada paso hacia la puerta se sentía aún más ansioso.
Las llaves abriendo la puerta lo impacientaron, pensando en lo que tendría que enfrentar una vez entrarán. ¿Qué se supone que les iba a decir?
—Estamos en casa. —escuchó la alegre y melodiosa voz de Jin al ingresar en la casa.
Como todos los días, el mayor esperaba ser recibido por el felino, con la pequeña diferencia de que ahora también habría un pequeño conejito esperando su llegada.
Cuando el mayor vió a YoonGi en su forma humana, su expresión se tornó completamente sería. Este no solía cambiar a menos que fuera algo realmente importante.
La casa en completo silencio no era una buena señal. Y no había huella del conejito cerca.
Las ideas de Jin divagaron, dudando en sí YoonGi realmente habría sido capaz de cumplir su amenaza de deshacerse del menor.
»—YoonGi, ¿dónde está JiMin? —intento no oírse demasiado alterado.
—Hyung, yo... tengo algo que decirle.
Las palabras parecían haberse esfumado de su cabeza, por qué simplemente no encontraba qué decir.
—YoonGi, ¿qué sucedió? —volvió a interrogar el mayor controlándose lo más que podía para no explotar en ese momento.
El híbrido no podía evitar sentirse regañado. La culpa recayendo en su persona.
—N-nosotros solo...estábamos jugando y luego JiMin, solo se fue.
—¿Se fue?, ¿quieres decir que está ahí afuera, solo y perdido?, ¿es eso a lo que te refieres? —alzó un poco la voz.
NamJoon que había llegado un poco después, intentaba tranquilizar a Jin de manera silenciosa.
Conocían a YoonGi, y por más frío que aparentaba ser, no sería capaz de herir a nadie, menos a alguien tan indefenso como JiMin.
YoonGi abrió su boca repetidas veces sin saber qué decir, y es que ¿qué se supone que dijera ante esa situación?
—Lo siento. —fue lo único que atinó a decir.
Sus ojos ardían por las lágrimas y su pecho se oprimía ante la sensación de arrepentimiento.
Nunca pensó que eso pasaría, pero ahora la sola idea del conejito herido o asustado lo hacía sentir tan culpable y triste, por qué nunca había sido su intención lastimarlo, pero aún así, las cosas pasan.
Jin jalo ligeramente sus cabellos con exasperación, rogando en su interior que el menor estuviera bien.
He tenido tres conejos en mi vida y dos de ellos se me han escapado en diferentes ocaciones y es una muy fea sensación, por qué son tan pequeños e indefensos que cualquier cosa podría hacerles daño. Un perro podría comérselos, un auto podría atropellarlos al intentar cruzar las calles o un gato podría matarlos, son muchas cosas las que podrían sucederles y por eso es angustiante.
Pero bueno, le toca asumir las consecuencias UnU.
1/3
¡Mini maratón por el cumple de mi hermana!
Tengo tres capítulos de otras historias sin terminar, si los acabo los publico hoy y si no luego.
¡Que lo disfruten!
Gracias por leer >3<~
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