veintitres
El primer año de relación había volado más rápido de lo que alguno de los dos podían haber imaginado. Había sido especial, mucho, JiMin siquiera podía explicarse que tanto le gustaba el albino; siempre creía estar profundamente enamorado de él, pero más tarde se daba cuenta de que no; de que sus sentimientos incluso crecían más.
Ahora estaba comenzando el segundo año de universidad, y aquello lo tenían más feliz si eso era posible.
Había sido felicitado por el año tan fabuloso que había hecho; incluso con honores. Todo el esfuerzo estaba teniendo recompensa; además, había podido ver el orgullo en los ojos de sus padres. Lo que más quería era que todo lo que ellos se estaban esforzando económicamente por sus estudios tuviera resultado.
En cuanto a YoonGi, había terminado su último año de cocina, estaba pensando si entrar en otro curso para especializarse en postres; que realmente era lo que más le gustaba, pero para la suerte de todos, la cafetería daba mucho trabajo, y el pálido se hizo la mano derecha del dueño del local, lo ayudaba en todo; por voluntad propia, y por un buen sueldo también.
JiMin estaba desayunando en la cafetería de la universidad, hasta hacía cinco minutos había estado solo, pero pronto habían llegado SeokJin y NamJoon para hacerle la compañía diaria. El omega se sentía como el hermanito menor de esos dos agradables alfas. -- El próximo día que vayáis a la cafetería vais a derretiros de ternura. -- Anunció el de mejillas regordetas mientras le daba un mordisco a su sándwich.
-- ¿Y eso? ¿YoonGi aprendió a hacer algún nuevo dulce? ¿O han contratado a alguien bonito por el que voy a caer enamorado? -- Preguntó NamJoon en una suave risa.
-- El jefe de Yoon tiene un cachorrito de casi dos años ¡Y es lindísimo! Os prometo que creo que es la persona más guapa que vi jamás... -- Aseguró, ese cachorrito de piel canela tenía las facciones más bonitas que jamás vio.
-- Vayamos hoy, tenía pensado ir a la biblioteca, pero puedo hacer el trabajo allí mientras tomamos café. -- Dijo SeokJin en un murmuro, sabiendo que ir al local haría el día de su bolita de arroz más ameno; y él daría lo que fuera por el omega dulce.
Bastante feliz por la idea el menor asintió con su cabecita, ir allí significaría poder ver al pálido un poco más temprano de lo usual, ya que con los estudios y el trabajo apenas se veían por las mañanas antes de salir y después en la noche, donde ya estaban medio cansados; y eso solo los días en los que Yoon se quedaba a dormir con él, que no eran todos.
Quiso por supuesto proponer invitar a HoSeok, pero para su suerte sus labios no se abrieron para soltar aquella estupidez. Hacía poco más de dos semanas el risueño alfa había comunicado muy emocionado que había iniciado una relación con una omega de su facultad; todos intentaron alegrarse por el castaño, pero lo único en lo que pudieron pensar fue en SeokJin.
El mayor fue el primero en felicitarle y dejarle un apretón amistoso en su hombro, aunque después al llegar a casa llorase hasta caer de puro cansancio. El alfa aparentaba siempre estar bien, llevarlo fantástico, como si no doliese verles con las manos tomadas o dándose cariñosos besitos a cada momento; pero NamJoon podía verle como en casa se derrumbaba.
Y ver a tu hermano así no era plato de buen gusto, mucho menos a causa de tu mejor amigo.
Estaba dividido en dos.
-- Iremos hoy entonces... aunque ¿Cómo está YoonGi, bolita de arroz? ¿Seguro que está en la cafetería? --
Una sonrisa automática se dibujó en sus voluminosos labios. -- Está bien ¿Qué pasa, huelo mucho a él? -- Inquirió entre risitas, olfateándose a si mismo.
-- Sí, hueles a su dulce fragancia; pero es un poco más intenso de lo común desde hace un par de días. Marea un poco... -- Dijo el de hoyuelos bebiendo de su café. -- Ese alfa tierno se vuelve posesivo cuando su celo está a la vuelta a la esquina, te marca con su aroma intentando que ningún otro alfa se acerque demasiado. --
-- ¿No es perfecto? -- Suspiró el de cabellos rubios, casi derritiéndose encima de la mesa. -- Ash, lo quiero mucho, mucho, mucho. --
SeokJin sonrió por primera vez de forma sincera en toda la mañana, estirando su mano hacia la cabeza de su amigo. -- Lo es, es perfecto para ti y tú para él. -- Afirmó, enredando sus dedos entre los mechones dorados con cariño. -- Al inicio fue todo un lío para nosotros por la ruptura de JonGin, pero ahora definitivamente entendemos el por qué os atraisteis al instante. No creo haber conocido a dos personas que se complementen tanto. --
-- ¡Qué bonito, hyung! Gracias. -- Estando recostado en la mesa recibiendo sus cariños, JiMin le regaló uno de sus dulces eyesmiles desde aquella posición, cerrando sus ojitos después para disfrutar de las caricias.
Solo faltaban unas pocas horas más para que pudiera verle, intentaría ser paciente.
-- Mi chico está de viaje de negocios y Tae tiene que venir más de lo que me gustaría aquí, puesto que no se quiere quedar con nadie más... seguro que no se siente bien en este local lleno de gente... -- Dijo preocupado YoongSoo, el jefe de Yoon, ambos estando en la cocina de la cafetería.
-- Hyung, no debes de preocuparte... él es un cachorrito y obvio que estaría mejor en casa, pero no puedes hacer nada, hay que aguantar este mes mientras tu omega está fuera. -- Animó el pálido, o al menos lo intentó, viendo como el pequeño no dejaba libre el cuello de su padre, abrazándose a este mientras dormía.
YoongSoo estaba preocupado, sentía que el pequeño estaba triste porque hacía más de una semana que no veía a su otro padre; y él era muy dependiente de ambos, no le gustaba estar por lo general con otras personas. Tenía real dependencia de ellos. Pero bueno ¿No era eso medianamente común entre los bebés? Aunque claro que sería algo que tenían que trabajar, no podía ser siempre así.
-- TaeHyunGie, mi niño... despierta, tienes que merendar... -- Pidió el mayor con voz suave, intentando que su hijo despertase de entre sus brazos.
Para YoonGi fue tierno ver como el cachorro negaba con su cabeza, restregando aún más su naricita en el cuello de su padre alfa; en busca del aroma de su otro padre, porque normalmente el de ambos se mezclaba.
Hoy a Min le tocaba estar dentro de la cocina todo el rato; sus días favoritos sin dudas. No odiaba hablar con la gente, pero si que amaba con toda su alma el poder llevarse la tarde cocinando. -- Osito TaeHyung... tienes que comer, por favor. -- Volvió a intentar, preocupado porque el bebé siquiera había almorzado.
-- Vaaaya... y yo que pensaba preparar tortitas con arándonos, tal vez chocolate y un poco de miel... -- Dijo YoonGi en voz alta, casi estallando en una carcajada cuando divisó como los cabellos castaños del pequeño se alzaban. Había captado su atención. -- ¿Debería? --
Los labios del pequeño se fruncieron nervioso. Él solo quería estar con sus papás, pero ese alfa de piel de leche ya era conocido para él... su aroma no estaba mal y estaba seguro de que no le haría daño. Y lo más importante, le iba a hacer una rica merienda. -- Pofri... -- Pidió pegando su mejilla a la de su padre, quien sonrió hacia su joven empleado.
-- Gracias, gracias, de verdad. No sé qué haría sin ti, YoonGi. --
-- No te preocupes, hyung, para eso estamos. -- Fue lo que dijo antes de moverse por la cocina, intentando hacer la merienda del pequeño tan rápido como le fuera posible, bajo la atenta mirada del mismo.
Estaba decorando las tortitas con los otros ingredientes, haciendo como si estas fueran ositos, estos que tanto le gustaban al pequeño.
El cachorro Kim era muy inteligente, muy pequeño también, sin embargo sabía hablar un poco y solía entender todo lo que se le decía. Muchas veces sus padres se veían más que sorprendidos, no entendían como Tae podía aprender tan rápido.
YoongSoo estaba ayudando en lo que podía, trayendo hasta la cocina los pedidos de los clientes; por supuesto sin soltar a su bebé. No por lo menos hasta que su teléfono sonó. -- YoonGi tengo que ir a recoger unas cosas a la cafetería de mi hermano, le llegó una cafetera nueva y la queremos aquí, dicen que allí con la que tienen es suficiente... uhm, podrías... -- se sentía mal de pedirle algo así, tanto por el jovencito como por su hijo, quien ya le estaba mirando atento oliéndose lo que iba a hacer.
-- ¿Quieres que me quede con Tae? -- Le animó a seguir, recibiendo un asentimiento de su parte.
Bueno, a él no le importaba cuidar al pequeño mientras el mayor estuviera fuera; él amaba a los bebés y cuidar de ellos, pero no sabía si era recíproco. El castañito lo estaba mirando mientras abrazaba a su padre, definitivamente estaba seguro de que se venía una berrinche del pequeño Kim.
Pero no, fue una grata sorpresa para ambos alfas el ver como TaeHyung estiraba sus bracitos hacia el albino; pidiéndole de esta manera que lo tomase en brazos. -- ToonGi. -- Llamó a su manera, para que el de ojos felinos se acercase de una vez.
-- S-sí, voy. -- Con cuidado Min tomó el suavito cuerpo del bebé, dejando que este se escondiera en su cuello y jugara con sus cabellos blancos. >> Es tan tierno...<< Pensó acariciándole la espalda con cariño.
-- Bueno... -- Dijo anonadado, aún intentando asimilar lo que estaba pasando, YoongSoo. -- Sal de la cocina, dile a alguno de tus compañeros que te cubran y por favor encárgate de que Tae meriende todo... Disculpa por todo esto, YoonGi, siempre tienes que ayudarme. Gracias, prometo que te recompensaré. --
-- No te preocupes, hyung. Todos necesitamos ayuda, intentemos hacernos la vida más fácil unos a los otros. -- El alfa le sonrió, moviéndose hacia donde el plato con tortitas descansaba. -- Ahora vete, tu hermano te espera. --
El mayor asintió yéndose, por supuesto después de despedirse de su bebé. -- Bien, osito Tae... ¿Quieres zumito de piña o leche chocolatada? -- Preguntó escuchando como el pequeño murmuraba un "uhmmmm" al pensar.
-- Chototalada. -- Pidió.
YoonGi sonrió para sus adentros, el vocabulario de los niños le parecía de lo más divertido. Tal y como le encomendó YoongSoo, mandó a uno de sus compañeros a la cocina para cubrirle mientras se encargaba del cachorro. Fue casi mágico cuando salió con el niño en brazos para sentarse en una de las mesas que vio unos cabellitos rubios entrar en el establecimiento.
Su lobo se removió inquieto por acercarse, que JiMin apareciera de sorpresa siempre era gratificante. -- ¡Hyungie! -- Exclamó el omega, parando sus pasitos al ver a quien tenía agarrado su pareja.
Bueno, frenó en seco por dos razones; la primera era porque sabía que ese cachorrito era igual de tímido que bonito; y segundo, el tener la magnifica imagen de YoonGi sosteniendo un bebé le había dejado más atontado de lo que creía , su lobo incluso se atrevió a aullar emocionado.
Sus pomposas mejillas se habían sonrojado. >> ¿Qué tantas tonterías estoy pensando? << Se reprochó, dándose cuenta de que el alfa se encontraba frente a él de repente. -- ¡Habéis venido! Muchas gracias... Me alegra mucho teneros aquí. -- Agradeció a todos sus amigos, dejando un beso en los cabellos rubios de su chico. -- Este es TaeHyung... pequeño osito, ellos son mis amigos SeokJin y NamJoon, a JiMinie ya lo conoces de otros días ¿cierto? --
Tímidamente asintió llevando su puñito hacia propios sus labios para poder morderlo, estaba un poquito inquieto con tanta gente desconocida. -- Hambre... -- Murmuró hacia el de ojos felinos.
-- Tae ¿te puedes quedar con ellos un momentito? Voy a por tu merienda, son solo cinco segunditos. -- Al parecer el castañito tenía ganas de cooperar un poco el día de hoy; porque asintió, esta vez pidiendo a JiMin que lo agarrase en brazos estirando estos mismos hacia él.
De esa manera los universitarios; junto al bebé que residía en las piernas del omega, acabaron en la mesa donde habitualmente se colocaban cada que iban allí. Más pronto que tarde YoonGi estuvo con ellos, encargándose de darle de comer al cachorrito que ahora mismo parecía más feliz que en cualquier momento de la tarde.
Los mayores parloteaban cosas a las cuales no le estaba prestando atención, simplemente se concentraba en acercar su boquita cuando el chico de piel de leche le acercaba el tenedor con un poco de sus tortitas, mientras él disfrutaba de las caricias del omega dulce le estaba dejando en su pancita. Puede, y solo puede que esos dos chicos no le incomodasen.
Podría aceptar a YoonGi y JiMin a su lista de personitas gratas.
-- ¿Nervioso, SeokJin hyung? Este es tu último año de universidad. -- Comentó YoonGi.
Era de lo más gratificante escuchar al alfa pálido hablar con sus amigos sin tartamudear en el proceso. JiMin se sentía orgulloso de si mismo por poder haberle ayudado con las relaciones sociales, y por supuesto de igual manera se sentía orgulloso de su pareja, quien pareja hizo todo el trabajo pesado en cuanto esto. -- Ni me lo recuerdes, este va a ser el último año que podré ver por las mañanas a Seokie hyung. -- Se quejó con un puchero el omega.
Llevaba toda su vida literalmente disfrutando de la presencia de ese chico; ahora si que ya no lo vería tan, tan a menudo. -- Estoy ansioso, Yoon. -- Contestó el alfa más alto, levantando su vista de su laptop, porque como había dicho, tenía cosas que hacer. -- Quiero ejercer ya, este último año se divide en dos por lo menos, la segunda mitad son prácticas. Así que me queda muy poquito. --
-- Wah... te envidio mucho, yo aún tengo que esperar un año más... -- Murmuró su hermano, NamJoon.
-- No te quejes, yo aún dos. -- JiMin suspiró, apoyando de la manera más delicada su mentón sobre los cabellos chocolate del bebé.
La conversación siguió, pero él desconectó por completo. Sus ojitos se quedaron fijos en como los labios finos de su alfa estaban estirados hacia arriba mientras atendía a TaeHyung. YoonGi eran tan bonito para él, no podía pensar siquiera en separarse de él algún día.
Hacía mucho tiempo que la leyenda de los destinados se había perdido, las personas ya no creían en ellos porque a decir verdad era algo muy complicado; pero para JiMin se sentía así. No podía describir esto que tenían si no fuera como si estuviera hecho a medida, como si el mundo les hubiera creado a ambos para estar juntos.
Hoy al parecer estaba un poco más embelesado con la presencia de su alfa; tal vez por el aroma tan atrayente que este tenía sus días anteriores al celo. El pensamiento futuro de poder disfrutar luego al acurrucarse con él lo tenía ilusionado. Hoy dormirían juntos, y eso significaba muchos mimitos de su parte y entrar en el mundo de los sueños siendo rodeado por esa fragancia a pan horneado y leche.
-- ¿Tieres? -- Preguntó el pequeño de piel canela, mirando hacia arriba para observar a Park y apuntar con su rechonchito dedo sus toritas. -- ¿Tieres totititas? --
El omega rió, posando su naricita de botón sobre los cabellos del cachorro. -- Un poquito. -- Aceptó la propuesta entreabriendo después sus labios para que YoonGi acercarse un poco de comida, al igual que lo había estado haciendo con el pequeño Kim.
Una vez más ambos se dedicaron sonrisas cómplices, escuchando como TaeHyung daba palmitas por sentirse genuinamente feliz y cómodo.
-- El mundo se perdiere cuando ellos dos están juntos... -- Le susurró NamJoon a su hermano en el oído; por supuesto riendo enternecido ante la situación.
-- Porque ellos tienen el suyo propio, Namie. -- Contestó, queriendo poder haber sonado más alegre, pero sintiéndose inevitablemente nostálgico, porque su otra mitad estaba creando su sitio junto a otra persona.
Cuanto extrañaba a HoSeok y cuán mal se sentía por aquello.
¡Hola, angelitos! Aquí empieza el primer capítulo del segundo arco de esta historia. uwu
Espero que lo hayáis disfrutado y que os haya dado un poquito de esa dulzura que busco con esta obra. Si por lo menos he conseguido haceros sonreír un poquito, mi trabajito personal está hecho. <3
Cuidadse mucho ¿si? Espero que estés bien. Os quiero mucho. Kissuuu~~ 210422.
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