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veintisiete


¡Segundo mes! 

Las navidades habían pasado y con estas se dio uno de los recuerdos que abmas familias recordarían toda su vida con el corazón vibrando. Ese instante en el que JiMin se colocó de pie y tomó la mano de su alfa para dar la noticia en la cena de noche buena, donde toda la familia se encontraba al completo. 

Esos ojos que desbordaron felicidad a través de lágrimas, todas las felicitaciones, los planes futuros contando con el pequeño bollito; todo había sido tan maravilloso que si no se esforzaban en tener la mente fría llegaban a creer que había sido un sueño. 

Aún su barriga seguía prácticamente igual, nadie notaría que estaba embarazado a simple vista ¡Pero todo iba estupendamente bien! Las visitas al doctor siempre terminaban en buenas noticias, a pesar de que JiMin era un omega joven y primerizo en cuanto al embarazo, su cuerpo lo estaba haciendo tremendamente genial. 
Estas palabras llenaban de autoestima y orgullo a su lobito, ellos hacían un equipo estupendo. 

-- Gigi ¿Queda mucho? -- Preguntó el rubio colocando sus manitas sobre el cristal de horno, viendo como lo que estaba dentro se cocinaba. 

-- 30 minutos aproximadamente ¿Por qué? ¿El bollito está dándote problemas? -- Bromeó el pálido a la par que fregaba los utensilios de cocina que había tenido que usar. 

Un pequeño mohín se dibujó en los pomposos labios del más joven, asintiendo en un murmuro que YoonGi consiguió escuchar. -- No sé por qué, pero tus dulces son lo único que no le gusta rechazar, ama tu repostería. Aún no nació y ya es todo un caprichoso nuestro bollito. -- 

El corazón le iba a mil cuando hablaba sobre su pequeño retoño, Min en serio no tenía en sus planes ser padre a corta edad, pero ahora que se le había presentado la situación solo podía ansiar que este proceso pasase rápido, poder tener a su cachorro en sus brazos y poder cuidar de él y JiMin con su vida. -- Tranquilo, ya falta poquito. Por cierto ¿Decidiste que harás con tus estudios? -- 

-- Creo que... seguiré tanto como pueda, a lo mejor tengo un embarazo tranquilo, no quiero precipitarme y decidir algo antes de tiempo. Así que si en algún momento se vuelve incómodo pues pausaré mis estudios, mientras esto no pase seguiré. -- Explicó dejando de prestarle atención al horno, estar ahí solo le estaba dando más hambre. 

Dando un par de saltitos llegó hasta donde Yoon estaba ocupado limpiando, subiéndose con cuidado a la encimera para poder hablar con él. -- Elijas lo que elijas me parece perfecto, Mimi. Es tu cuerpo y estudios, corazón;  totalmente tu decisión. -- 

Park asintió teniendo una sonrisita de labios cerrados decorando su rostro, que su media luna fuera un alfa como YoonGi era lo mejor que le pudo pasar. Por desgracia las jerarquías y los roles seguían impuesto en algunas familias; no todo el mundo era educado en la igualdad entre alfas, omegas y betas. 

En la misma universidad JiMin se había encontrado a alfas que se creían superiores que él solo por serlo, intentando quitarle créditos en trabajos de clases simplemente por aquello. 

El pie de Park se estiró hasta llegar al borde de los pantalones cortos deportivos que el pálido estaba usando en ese momento, haciendo que este desviase su mirada de los trastes que limpiaba hacia el rostro de su pareja, dedicándole una mirada divertida. -- ¿Qué se supone que haces, Minie? -- 

-- Pensar, ojalá nuestro bebé salga albino como tú. Sois tan lindos. -- Explicó abultando sus labios con gracia, ya podía imaginarse a su bebé todo tierno con su piel blanca como la porcelana y cabellos blancos. Se le derretía le corazón. 

-- Bueno, eso sería bonito, pero si no es así tampoco me daría lástima. Mucha gente es cruel con las personas albinas... mi mama, EuiJinie y yo sufrimos bastante por ello. -- Dijo, ya terminando de limpiar mientras aún sentía el pie de su novio en el muslo, jugueteando inocentemente. -- No sé si me gustaría que el bollito pasase por ahí. --

-- Entiendo... -- Murmuró ladeando su cabeza, volviendo ahora a echar un vistazo al horno, en serio se moría de hambre solo por aquel postre que inundaba la cocina con su rico aroma. 

JiMin no podía parar de pensar en otra cosa que no fuera la comida, lo único que logró desconcentrarle fue la vibración de su teléfono en su bolsillo. -- Tengo una super noticia, voy para tu apartamento. -- Leyó en voz alta. -- Es un mensaje de SeokJinie hyung, al parecer tenemos visita; menos mal que hiciste más cantidad de la cuenta. -- 

-- Vaya, parece que papá, papi y bollito no tendrán ni un día de tranquilidad. -- Bromeó el mayor, obviamente feliz y emocionado por saber lo que su amigo tenía que contar. -- Iré a colocarme ropa un poquito más presentable, amor ¿Quieres que haga algo más? Tal vez café o- -- 

-- Ay no, ven aquí, quiero un poquito de tu aroma antes de que llegue hyung, me mareo con facilidad al oler el olor de otro alfa en espacios cerrados. -- Pidió estirando sus brazos, invitando al contrario refugiarse entre estos. 

Bueno, creo que no hace falta decir cual fue la reacción Min. 

Cual gatito en busca de cariño de su persona favorita el joven alfa se hizo un hueco entre las piernas del más bajo, quien aún estaba sentado en la encimera. YoonGi sintió como los brazos ajenos rodeaban su cuello, los deditos del chico enredándose entre sus hebras blancas mientras el deslizaba sus labios sobre sus pomposas mejillas. 

Ahí se encontró de repente, besando despacio cada rincón del rostro contrario con todo el amor que le cabía en sus acciones. Podía sentir a través de la marca como el lobo de Park ronroneaba a gusto por sus mimos. 

Las manos de Yoon se encontraban posadas a cada lado del cuerpo del pequeño, apoyadas en la encimera para apoyarse. Su cabeza cambió el rumbo para bajar hacia el cuello del precioso rubio, donde volvió a besar y esta vez succionar con delicadeza para no dejar alguna señal. -- Gigi... -- Llamó JiMin sintiendo que el estómago se le revolvía; y no por algo malo, sino por pura satisfacción. Siempre le pasaba cuando el alfa merodeaba alrededor de su marca. 

El omega del de mejillas regordetas se sentía feliz siempre que aquello pasaba. 

-- ¿Uhm? -- Respondió el mayor, no alejándose de aquella zona; sino más bien prestándole más atención. 

YoonGi mordía con cuidado pero totalmente seguro de sus acción, lamiendo y besando también la zona de la marca. Aquellas acciones sumadas al perceptible ahora que ahora había opacado a los dulces del horno, estaban haciendo que su cuerpo se sintiera un poco descontrolado. Otro síntoma del embarazo; por lo menos en este mes, estaba siendo los altos niveles de lívido. -- Deberíamos de parar antes de que llegue SeokJinie hyung. -- Murmuró, realmente en contra de su voluntad, puesto que disfrutaba bastante estos pequeños momentos con su pareja. 

-- ¿Quieres que paremos? -- Preguntó el albino a media voz, dejando la calentita piel del cuello ajeno para ahora poder mirarle a la cara. Los orbes felinos le brillaban, y a JiMin se le cortó la respiración al tener a YoonGi tan cerca relamiéndose los labios, de donde asomaban sus colmillos. 

Realmente el de cabellos dorados no se sentía capaz de encontrar alguna palabra que describiese todo lo que sentía cuando veía aquellos dientes asomados. Amaba; no, adoraba ser él quien despertase día sí y día también el deseo en YoonGi de volver a reforzar su lazo. 

De nuevo ya estaba su omega moviendo la cola de lado a lado feliz y orgulloso. 

-- No es como que quiera... es que no quiero que hyung se sienta incómodo al llegar, y tampoco quiero sentir que él ha interrumpido algo que iba a acabar pasando. -- Se explicó, mordisqueando su belfo inferior mientras alargaba sus manos para tomar el rostro de su pareja. -- Gracias por marcarme con tu aroma, príncipe; realmente esto me ayuda mucho. --

-- No tienes que agradecerme por eso, Mimi. -- Yoon sonrió, depositando un último y efímero beso, esta vez sobre los pomposos labios de su chico. El timbre sonó, y el mayor ayudó al jovencito a bajar de la encimera tomándolo de la cintura. -- Abre, prepararé café; realmente a estas alturas no me importa que hyung me vea en ropa desarreglada. -- 

Park rió con suavidad asintiendo, dejando una caricia sobre el brazo del contrario antes de ir hacia la entrada del apartamento. -- Hola SeokJi- Oh ¿Hola? -- El rubio se vio totalmente sorprendido cuando vio a más gente de la esperada. 

Ahí sí que estaba SeokJin; bastante sonriente por cierto, tanto como para que sus ojitos se hicieran más pequeños y se crearán arruguitas alrededor de estos. Pero también se vio con la sorpresa de encontrarse con Hoseok colgando del cuello del más mayor mientras chillaba emocionado; y NamJoon al otro lado de su hermano. 

-- ¡No te lo  vas a creer! ¡No te lo vas a creer, Bolita de arroz! -- Exclamó HoSeok removiendo el cuerpo del alfa a quien estaba abrazado, no pudiendo contener su emoción. -- ¡Díselo, SeokJin hyung! ¡Vamos, vamos! --

-- Acabo de firmar un contrato... voy a comprar un local, ya puedo comenzar a montar mi propia clínica veterinaria. -- Y ahora JiMin entendía a la perfección por qué sus amigos parecían tan felices. 

No pudo pensar en algo más antes de dar un salto y engancharse también al cuello de SeokJin por el otro lado. -- ¡Felicidades, felicidades, felicidades! ¡Hyuuuuung! Eso es grandioso! -- 

-- Bolita de arroz, cuidado con los saltos; el pequeño bollito. -- Recordó NamJoon, haciendo que el jovencito riera enternecido. Su amigo de hoyuelos era el típico familiar que entraba en pánico rápidamente por si algún accidente sucedía. 

-- Está bien, Namie; aún puedo moverme con normalidad. El bollito es aún enanito. Pasad, pasad ¡Gigi, escucha esto! -- 

El omega corrió hacia la cocina para contarle a su pareja la gran noticia, mientras los otros tres se adentraban en la sala; la confianza que tenían con la pareja les hacía sentir que estaban en su propio hogar. 

En estos meses todo eran buenas noticias. SeokJin conseguía su propio negocio de lo que siempre soñó, el bollito se estaba cociendo a la perfección, HoSeok y SeokJin al fin estaban intentando algo poco a poco y la cafetería donde YoonGi trabajaba solo hacía crecer. 

Todo iba más que bien. 



¡Tercer mes!

-- Es impresionante verte en cinta, mi bolita de arroz lleva otra bolita dentro... -- Murmuró NamJoon, con su belfo inferior abultado y recostado sobre la mesa de la secretaría. Ahora el moreno trabajaba en la veterinaria de su hermano mayor organizando las citas, por lo menos hasta que terminase la carrera universitaria. 

-- Bollito, no bolita. -- Corrigieron a la vez SeokJin y HoSeok, quienes por pasar tanto tiempo juntos últimamente ya incluso conseguían decir cosas al mismo tiempo. Era increíble la conexión que presentaban tener a pesar de ser dos alfas. 

El rubio rió con suavidad, acariciándose la pequeña barriguita ¡Ya se notaba un poquitín! El nuevo hobby de YoonGi se basaba en mimar esa pancita a cada momento. -- No vayas a llorar de nuevo, Namie. -- 

-- ¡Es que voy a ser tío! Es el primer bebé de todos nosotros, me es imposible no emocionarme. -- Dijo sentándose de manera correcta, ahora cruzándose de brazos para también suspirar, a veces no le gustaba ser tan sensible. -- ¿Ustedes no estáis nerviosos? -- Obviamente se refería a los futuros padres, aunque ahora solo se encontrase allí JiMin.

-- No lo estamos, lo único que estamos es impacientes. Con muchas ganas de que el bollito nazca. -- JiMin sonrió con sus labios sellados, pronto teniendo a su amigo más mayor abrazándole desde la espalda, dejando su mentón sobre sus cabellos dorados. 

-- ¿Cómo iríais a estar nerviosos? Vais a ser los mejores padres del mundo. Ese bebé va a vivir una vida estupenda. -- Fue SeokJin quien habló, dejando como un último beso sobre su coronilla. -- Ahora sí, vamos a la cafetería, antes de que el omega bonito se ponga de los nervios por estar demasiado tiempo separado de su alfa. -- 

Jin se puso en marcha, quitándose la bata blanca que ahora portaba a diario. Agradecía que sus amigos y el chico con el que estaba a punto de empezar una relación le estuvieran ayudando este primer mes con el negocio. Su hermano se encargaba de organizarle la gran mayoría de cosas, desde los pedidos de medicamentos, comida para los animales, hasta las citas con pacientes. HoSeok siempre estaba atento de llevarle comida, puesto que últimamente no tenía tiempo ni siquiera de cocinar. Y JiMin, bueno; obviamente no podía hacer demasiado debido al embarazo, pero siempre estaba ahí para poyarle y animarle, eso era más que suficiente. 

El chico de mejillas regordetas iba feliz, casi que adelantado unos poquitos pasos a sus tres amigos; posiblemente por las ansias de poder ver a su pareja, a quien había visto de nuevo desde las siete de la mañana que ambos se habían despertado; uno para trabajar y otro para estudiar. 

Atrás, en el medio iba SeokJin, quien tenía su dedo meñique entrelazado con el del otro alfa más bajo; y al otro lado a su hermano de cabellos azules. Los tres reían en voz baja al ver a un impaciente JiMin, mira que ya llevaba bastantes meses saliendo con el pálido, pero la emoción por verle nunca se iban. 

Como siempre, la campanita sonó en el momento en el que abrieron la puerta. El de mejillas regordetas fue dulcemente recibido por todos los trabajadores, quienes le preguntaron en seguida como se sentía y cómo estaba siendo el proceso. Realmente los compañeros de YoonGi le parecían personas maravillosas. 

-- ¿Dónde está Yoon? -- Inquirió el rubio con la chica la cual hablaba ahora, ChaeYoung. 

-- En seguida sale, hoy el pequeño Tae estaba aquí y ya sabéis como es, solo se deja cuidar por YoonGi-ssi. -- Dijo ella mientras terminaba de limpiarles la mesa al lado del ventanal, donde siempre se ponía aquel grupo de amigos. -- Listo, en seguida le digo a oppa que salga. -- 

La muchacha sonrió haciendo una reverencia y se fue directa a la cocina para hacer lo dicho. 

Últimamente la cafetería estaba en su mejor momento, no había momento del día en el que se encontrase vacía y como mínimo de hecho siempre estaban la mitad de la mesas cubiertas, por eso mismo el jefe de la cafetería se encontraba más ocupado que de costumbre, mirando nuevos locales donde expandirse y además haciendo entrevistas a nuevos trabajadores. 

Las cosas no habían cambiado en el hecho de que YoonGi seguía siendo su mano derecha, parecía que aquello iría a ser siempre así. El pálido siempre era la personas en la que podía confiar plenamente desde cosas personales como en el ámbito laboral, cuando él no podía estar presente era el albino quien se encargaba de manejar el lugar. 

Obviamente el pálido se veía gratamente recompensado económicamente por ello, cosa que le venía bastante bien en estos instantes en los que tenía que comprar tantísimas cosas. Además, él adoraba a aquel hombre, no le costaba hacerle favores si era necesario. 

-- ¿Hay algo que nos falte pedir de la carta? Casi que hemos comido ya todo. -- Preguntó HoSeok compartiendo el papel con NamJoon, puesto que SeokJin Y JiMin ya sabían qué irían a pedir. 

-- Creo que os falta algunas tartas y lo demás ya lo habéis probado. -- Intentó recordar el más joven, jugueteando con los anillos que decoraban sus regordetes deditos, dentro de poco ya no los podría usar. 

-- Buenas tardes~ -- Canturreó cierto joven albino, llegando con un cachorrito de cabellos castaños y hondeados. 

El corazón de Park se aceleraba solo de verle ahí con un pequeño entre sus brazos, tenía demasiadas ganas de que pronto pudiera ser el suyo. -- ¡TaeHyungie! ¿Cómo estás, osito? -- Preguntó el de labios pomposos poniéndose de pie para poder acercarse a ambos, depositando un besito en la cabeza del infante. 

-- Biem, toy biem. -- Contestó él estirando sus bracitos para que el omega fuera quien lo tomara. A él no le solía gustar el contacto con la gente, pero estar en brazos de la pareja era la gran excepción. 

JiMin tomó al pequeño y aprovechó para dejar un besito casto en los labios de Min, quien le sonrió con dulzura, invitándole con la mano a que se volviera a sentar en el mullido asiento con el pequeño Tae sobre sus piernas. -- ¿Qué querréis de merendar? He de decir que la cocina hoy ha preparado cheesecake  y está sssssssssuper delicioso. -- Recomendó, sacando la libretita donde usualmente apuntaba los pedidos.

-- ¡Me fio de ti, Yoon! Una porción de cheesecake y un caf- -- Kim no pudo terminar debido a que un murmuro cortó lo que iba a decir. 

-- ¿Miel? -- Interrumpió TaeHyung, mirando hacia la barriguita del chico de mejillas adorables. 

Todos los presentes se sorprendieron ante aquel comentario, pero aún más lo hicieron los dos futuros padres. ¿Cómo era posible que Tae hubiera detectado aquel aroma? Era muy pequeño como para distinguirlos normalmente ¿Cómo era posible que hubiera detectado el del otro cachorro a través del embarazo aún?

-- S-sí, TaeHyungie... mi bebé huele a miel. -- Susurró aún anonadado, sintiendo como la manita del chiquitín de dos años le acariciaba con la palmita de su mano, sus ojitos chocolates concentrados en la tierna pancita. 

-- Huete biem. -- Volvió a murmurar Kim, pronto sonriendo geométricamente hacia JiMin. 

Sí, realmente le gustaba el olor a miel. 




Os dejo una fotito de ChaeYoung, la chica que trabaja en la cafetería de YoonGi.

Amo, amo a Chae. 

230423. Kissuuu~~

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