Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Nueve



JonGin pensaba que hoy sería un día bastante agradable, y obviamente lo estaba siendo. Estaba pasando la tarde con su chico y además HoSeok y SeokJin, quienes eran sus amigos. Habían almorzado en casa del más mayor y después habían salido a dar un paseo, hasta ahí todo estaba más que perfecto. 

Ahora no tanto. 

Desde el cumpleaños de SeokJin, este había insistido en ir a la cafetería en la que YoonGi trabajaba, quería probar más de sus dulces, quedó realmente encantado. El hecho de pensar que iban a ver al pálido ya lo dejaba un tanto disconforme, no tenía nada en su contra, bueno, solo una cosa, la forma en la que miraba a su omega. 

-- Hyung, no sé si YoonGi hyung estará trabajando hoy, a lo mejor tiene día libre. -- Avisó el rubio de mejillas pomposas mientras entraban en el lugar. 

En un solo segundo se retractó de sus palabras, el albino estaba por ahí moviéndose de lado a lado entre las mesas, tomando nota de lo que los clientes querían con la sonrisa avergonzada que le caracterizaba. -- ¡YoonGi Sunbae! ¡Hola! -- Saludó HoSeok moviendo su mano de lado a lado una vez que el nombrado había terminado de atender aquella mesa. 

Claramente se pudo ver como los ojos del pálido se iluminaron, su sonrisa ensanchándose y no tardando en ir hacia la entrada, incluso tropezándose con sus propios pies, pero no llegándose a caer ya que JonGin con rapidez lo tomó del brazo con suavidad. -- ¿Estás bien, sunbaenim? -- Inquirió el alfa moreno, recibiendo un asentimiento del contrario, que se encontraba tímido de repente. 

¿Cómo podía ser un alfa tan torpe? Otro alfa, en concreto el alfa del chico que le gustaba, le había tenido que salvar de besar el suelo; wow, sí que era digno de vergüenza. -- G-gracias... Me emocioné al veros, no suelen venir a visitarme por aquí. -- 

-- Aigoo, YoonGi-ah, no digas eso, vendremos seguido entonces. -- Fue SeokJin quien habló, mostrando sus brillantes dientes ante el tierno alfa. -- ¿En qué mesa nos podemos sentar? -- 

-- ¡A-ah, claro! No sé que preferiréis, sé que a JiMinie le gusta mucho la del ventanal, él normalmente se pone allí cuando viene. Está libre así que ¿Os apetece esa? -- 

Los cuatro jóvenes se miraron entre sí, o  más bien miraron a JiMin, quien asintió con sus mejillas suavemente coloreadas ¿por qué ese alfa tenía que acordarse de cada uno de sus detalles? Le ponía complicado el hecho de no verle como alguien lindo. 

Teniendo en mente que tenía, que debía, de intentar tener su cabeza y corazón centrados en JonGin, el joven se abrazó al brazo de su pareja mientras Min les guiaba hacia la mesa que tanto le gustaba.

-- Bien ¿Qué os gustaría tomar? -- 

-- Yo quiero un smoothie de yogurt y moras ¿Tenéis tarta de manzana? -- Dijo JonGin mirando la carta plastificada donde estaba todo lo disponible en la cafetería, y YoonGi asintió con su libreta en mano, apuntando. -- Pues una porción, con canela, por favor. ¿Tú que querrás, bonito? -- Kim había dejado de mirar el menú, para ahora mirar a JiMin, acariciando su nariz con la propia mientras sonreía. 

Fue en el instante, en el que YoonGi presenció como la sonrisa del pequeño aparecía en sus labios ante el adorable gesto de su pareja, que el corazón se le estrujó; sin duda alguna, no había sentido algo así antes. La respiración por unos segundos se le había cortado, ese chico parecía feliz junto a ese buen alfa. -- Yo querré, ¡oh! ¿Hay macedonia de frutas con chispas de chocolate? Esa que me diste un día ¿La hay hoy? -- Y el de cabellos blancos asintió con su mirada puesta en su pequeña libreta.

Tenía miedo de mirar al omega a los ojos y que este, por algún a casual, se diera cuenta que le había hecho una pequeña brecha en su frágil corazón. Por supuesto apuntó el pedido del de mejillas regordetas, ahora esperando a que los dos Seok pidieran. 

Jung se decidió por un simple capuchino y el mayor de ambos le dio la opción a YoonGi de impresionarlo, así que sin demorarse más, se puso a ello. En una bandeja se dispuso a ponerlo todo, por supuesto con ayuda de sus compañeros. -- YoonGi-ssi ¿Pasó algo? ¿Algún cliente te dijo algo? -- Preguntó en voz baja SeungWan, quien se temía que algún mal comentario hubiera herido al alfa. 

-- Claro que no, Wanie, los comentarios dejaron de doler hace mucho. -- Respondió el pálido con una dulce sonrisa, echando con delicadeza la leche montada de forma cremosa en el café. No sabía como llamar al sentimiento que lo estaba invadiendo, él siempre había sido consciente, desde el día que había conocido a Park, que era demasiado omega para él. 

Estaba más que feliz de que por lo menos tuviera a su lado un alfa que lo cuidaba bien y además era buena persona, porque JonGin era una muy buena persona, eso lo tenía más que asegurado. YoonGi, como persona, lo tenía asimilado, quien no parecía tenerlo tanto era su lobo. 

Tenía dos opciones, podía estar sufriendo porque el rubio de mejillas adorables no fuera a salir con él en la vida; o podía estar muy contento de haberlo conocido y de poder compartir una bonita amistad con él. Por suerte o por desgracia, Min era demasiado optimista para elegir la primera opción. Por eso mismo fue con la mejor de las sonrisas hacia la mesa, con la bandeja repleta de cosas deliciosas. 

-- Por aquí vuestro pedido, SeokJin sunbaenim, escogí para usted una porción de pan de plátano con chocolate y además un smoothie de vainilla y canela, sé que le gustará. -- 

-- Muchas gracias, YoonGi-ah, estoy seguro de que estará delicioso... Todo huele de maravilla. -- Agradeció SeokJin tomando una cuchara para probar un poco de su merienda. Con paciencia, Yoon esperaba con sus labios levemente estirados, sus manos estando entrelazadas detrás de su espalda. -- Oh, de verdad, esto está de muerte. -- Espetó haciendo como si se derritiese en el sillón, acto que hizo reír a todos. 

La conversación no tardó en fluir y, sin ser  consciente, el peliblanco se había quedado allí junto a ellos, participando en la charla porque ellos mismos lo animaban a hacerlo. Sus compañeros de trabajo, sabiendo a la perfección lo poco sociable que era el joven por su propia cuenta, le dejaron allí, podían apañarse un poco sin él, tampoco había demasiada gente. 

-- Namie no pudo venir porque tiene pronto examen, y ya sabéis como es mi hermano, necesita sus más mejores calificaciones. -- Explicó el mayor de los Kim tomando de su batido. 

-- Pues yo creo que en realidad ha quedado con... -- Las palabras de JonGin se quedaron atascadas en su garganta, no sabía si debía o no de hablar de algo como esto frente a alguien más que no pertenecía a su grupo de amigos; no sabía si era algo demasiado privado. 

Sin poder evitarlo su mirada cayó en YoonGi, quien lo miraba sonriente esperando a que siguiera contando, pero definitivamente este momento lo había vivido demasiadas veces antes. Alguien más mirándole, transmitiéndole sin palabras que no lo quería ahí, que sobraba de alguna forma. -- O-oh, ya me voy, siento haberme quedado. -- Murmuró de forma atropellada, haciendo una reverencia mientras reía un poco para calmar su timidez. -- Si necesitáis algo más, solo llamadme, en seguida seréis atendidos. -- 

Con la misma dulzura que siempre derrochaba, el alfa albino siguió con su trabajo, la mesa quedándose unos cortos segundos en silencio, el cual fue roto por JiMin. -- ¿Por qué lo echaste? É-él... -- el omega se sentía angustiado, la sensación de poder haber hecho que el joven de ojos felinos se sintiera excluido lo estaba inquietando. 

-- Cariño, solo lo miré, estaba pensando si debería de hablar sobre algo que no era mío frente a él, no sé si NamJoon quisiera que él se enterase de que le gusta MoonByul noona, no era mi intención que se fuera sin más... -- Y JonGin no mentía, no quiso hacerle sentir mal, él solo estaba recapacitando. 

Los gorditos labios del omega se fruncieron, viendo a lo lejos como ahora Min limpiaba las tazas con cuidado, con sus ojitos clavados en estos objetos. La única vez que levantó la mirada fue para, por lo menos, poder disfrutar de la belleza de JiMin desde allí, lo que no esperó es encontrarse con que el rubio estuviera mirándole desde antes. Sentir que le había pillado le hizo agachar de nuevo la cabeza con las mejillas sonrojadas. 

Y eso, mágicamente, hizo que el menor se levantase de su asiento dejando que sus amigos siguieran charlando. Tenía que hablar con él. 

-- YoonGi hyung... -- Llamó el omega una vez que estuvo allí, frente a él. Era imposible no sentirse enternecido ante las mejillas coloreadas ajenas, además al tener una piel tan blanca, se notaban en demasía. 

-- ¿S-si? ¿Qué necesitas? ¿Un sobre de azúcar o- -- 

-- Quería hablar contigo. -- Interrumpió JiMin relamiendo sus belfos, tomando aire para elegir las palabras correctas. -- Hyung, ya te lo dije, mis amigos serán tus amigos, es imposible no tomarte aprecio, ellos poco a poco te ven como uno más, en ningún momento estás sobrando ¿bien? -- 

Aquellas palabras sonaban muy bien, YoonGi había esperado toda su vida que alguien más se las dijera, pero no sonaban del todo creíbles para él, posiblemente se tratase del omega sintiendo lástima por alguien tan patético como él lo era. -- JiMinie, no tienes que preocuparte, en serio. Además, el pasado día, en las audiciones, le dijiste a Jennie que no querías verme; está bien si no te apetece, no te fuerces a hacerlo. -- 

Con toda la culpa cayendo sobre sus pequeños hombros, el de pomposas mejillas parpadeó con su cabeza hecha un completo lío, no le hubiera gustado en absoluto que el alfa se hubiera enterado de eso. En su intento de que la cabeza le volviera a funcionar de nuevo, vio como el albino se giraba, metiendo sus manos en la caja de las flores. 

En un momento YoonGi le estaba extendiendo una camelia, mostrando sus rosadas encías en la sonrisa. -- Toma, estás... estás muy l-lindo hoy... -- Murmuró, felicitándose a si mismo por esta vez no desordenar las palabras, lo había dicho bien. -- ¡Ay, y por supuesto otra más! Debes de dársela a RyunJinie cuando la veas, dile que el príncipe de las flores está esperándole en su cafetería. -- Dijo extendiéndole otra. 

Park no podía salir de su asombro, el contrario estaba ahí tratándole de la mejor forma que alguien pudiera hacerlo, no esperando nada a cambio, siquiera una muestra de afecto ¿Por qué las personas habían hecho a YoonGi llegar a ese punto? Y peor aún ¿Cómo se había permitido JiMin a si mismo contribuir un poquito en esto? Porque sí, si el otro día no lo quería ver era porque se encontraba demasiado confundido. 

Tener al alfa a su lado solo hacía que las ganas de olfatearle un poco más crecieran, quisiera tomarle las manos las cuales siempre estaban frías y calentarlas con las suyas pequeñitas, tal vez cocinar algo juntos, o simplemente pasar el tiempo hablando para conocerle mejor, haciendo que se olvidara sin quererlo de Kim JonGin. 

Bien, él despertaba todo aquello en el omega, pero a fin de cuentas no era su culpa, YoonGi no había hecho nada malo y le había dado la espalda. 

-- H-hyung. -- Estaba a punto de cometer una locura, estaba a punto de cometer una muy grande locura, estaba a punto de cometer una muy muy grande locura. -- Mañana tengo que cuidar de mi sobrina ¿Te gustaría venir a mi casa para estar con nosotros? -- 

-- ¿Qué? ¿Y-yo? ¿Seguro? Puedes invitar a cualquier otra persona seguro que- --

JiMin no pudo evitar abultar su belfo inferior, extendiendo su mano hasta poder tomar las dos flores que el contrario le estaba ofreciendo, llevando estas hasta su nariz para esconder un poco su sonrojo. -- Podría invitar a cualquier otra persona, pero quiero que vengas tú, YoonGi hyung ¿está eso bien para ti? -- 

El pálido pudo sentir como su pulso se aceleraba, tener frente a él a Park tan bonito, sonrojado y pidiéndole pasar tiempo junto a él; eso no podía ser bueno para su salud. -- ¡J-JiMinie, claro que yo quiero y, y, y- -- Su nerviosismo se vio representado en su torpeza, moviendo sus manos sin demasiado control y terminando por tirar una taza de las que anteriormente estaba limpiando. 

Sus compañeros le miraron sorprendidos, y una vez más el peliblanco agachó la cabeza, teniendo sus orejas y mejillas sonrojadas hasta decir basta -- Lo siento... -- Murmuró ¿Cómo era posible que fuera así de torpe? ¿Acaso era una broma pesada del mundo? Aunque no le gustase en absoluto ser así, por un momento pareció valer la pena cuando escuchó la perfecta melodía que era la risa de JiMin. 

-- ¡Hyung! Debes de tener más cuidado, mira, dañaste tus dedos. -- Dijo tomando la mano del más mayor para ver como comenzaba a salir sangre de los cortes superficiales que se había hecho. -- ¿Tenéis botiquín en la cafetería? Debes de limpiarlo y cubrirlo para seguir trabajando y que no se infecte ¿Necesitas que lo haga yo? -- 

Más que nervioso por tener su mano siendo tomada por una de las diminutas de Park, negó efusivamente con su cabeza. -- L-lo hara Wanie, no te preocupes... -- El pálido rió con suavidad, era muy torpe pero... pero ahora se sentía el chico más dichoso del mundo porque el omega había dejado salir su aroma para tranquilizarle un poco mientras acariciaba sus dedos con cuidado. 

El aroma a chocolate blanco y frambuesa hicieron que pareciera que el tiempo pasase más lento; incluso se armó de valor como para conectar sus ojos con los contrarios, pudiendo disfrutar a distancia corta como los ojitos de JiMin eran dos medias lunas, las cuales deseaba besar con cariño antes de dormir. -- Qu-que sí... estaré más que encantado mañana en tu casa. Gracias por invitarme, estoy muy agradecido. -- Finalmente, había conseguido decirlo. 

-- Gracias a ti, por regalarme una de tus tardes, príncipe. -- El omega soltó su mano con delicadeza cuando vio que la compañera del alfa había llegado con el botiquín. -- Esta noche te envío un mensaje con la hora ¿Bien? Ahora debo de volver, me esperan. Si tienes un descansito, siéntate allí con nosotros, hyung. Byebye. -- 

El rubio movió su manita de lado a lado despidiéndose, mostrando sus perlados dientes antes de desaparecer entre las mesas.

-- ¿Habéis quedado mañana? -- Preguntó SeungWan con una divertida expresión mientras curaba las heridas ajenas. 

-- No sé c-como ni por qué, pero sí... -- Fue la respuesta de un aún anonadado YoonGi, quien seguía ensimismado con la belleza del omega a lo lejos. 



Hola angelitos míos, espero que os haya gustado el capítulo. Gracias por todo el cariño que le dais a la obra, me encanta leeros y ver lo que sentís o pensáis jsjsjs. 

He de decir que en esta historia habrá 2Seok seguramente, porque me encantan y no lo puedo remediar, me disculpo. SeokJin y HoSeok posiblemente sean las dos personas que más me hagan reír a tanta distancia, tienen un huequito enorme en mi corazón.

Os quiero mucho, con todo mi corazón. Cuidadse, porfi.

Kissssuuu~~

202121. 










Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro