Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dieciséis



Ir a su ciudad natal y pasar tiempo en familia era todo lo que había necesitado; a pesar de que no todo había sido tranquilidad. El momento de contarle a sus padres la ruptura con JonGin había sido un poco duro, sabía cuanto adoraban al alfa de piel canela; y no era para menos, él siempre había tratado como un príncipe a su hijo. 

Aún así, lo padres del omega siquiera cuestionaron demasiado, por encima de cualquier persona iba su hijo, y si él había tomado esa decisión, estaba bien. A veces el amor se acababa sin más. 

Habían limpiado las lágrimas de su bebé, besado sus mejillas y abrazado con fuerza. JiMin había necesitado aquello demasiado. 

Ahora se encontraba en el último día de la visita a sus padres. Antes un día a la semana solía ser de películas, pasaban la tarde los tres juntos viendo lo que habían decidido en común, así que ahí se encontraban, JiMin en medio de sus dos progenitores con una sonrisita de oreja a oreja, tener el aroma de ambos rodeándole le hacía casi ronronear. 

Había tenido que irse a muy temprana edad de su casa. Apenas con quince ya tuvo que irse a casa de unos amigos de sus padres que vivían en Seoul para poder tener una mejor formación en sus estudios, ya que en su pueblo eran un tanto... mediocres. Con dieciséis sus padres decidieron pagarle un alquiler en un apartamento para él solo en la capital. 

No es que sus amigos tratasen mal a su pequeño, pero tenían hijos alfas y JiMin necesitaba un poco de intimidad como omega ajeno a la casa. Por eso decidieron confiar en la madurez del chico; y fue un acierto. 

Estaban orgullosos de como su hijo había encaminado su vida a pesar de estar separado de ellos. No había descuidado sus estudios y siempre había estado centrado en llegar a lo más alto para poder entrar en la carrera universitaria de veterinaria; algo que consiguió  y estaba a punto de comenzar. 

Los tres estaban callados, concentrados en lo que sucedía en la pantalla. Sus padres eran ambos alfas, madre alfa y padre alfa. La mujer tenía su mano puesta sobre los cabellos dorados de su hijo, acariciando estos con tranquilidad; por lo menos hasta que el teléfono que JiMin tenía en las piernas se iluminó mientras vibraba. 

>> Llamada entrante de "Príncipe de las flores". << 

JiMin siquiera pensó dos veces en tomar la llamada, casi olvidándose de donde se encontraba, y más importante, con quienes. -- ¿Hyung? -- 

-- ¡Hola, Mimi! -- Saludó alegremente YoonGi, escuchando en seguida una suave risita proveniente de los labios del pequeño. -- Te llamaba porque mañana vuelves y, uhm, ¿Quieres que vaya a buscarte a la estación? P-puedo pedir día libre en la cafetería, mi jefe me lo concedió... t-te echo de menos.-- 

El padre del bonito omega puse pause a la película, al principio para que su hijo pudiera terminar de hablar con tranquilidad por teléfono sin más; pero después agradeció haberlo hecho, porque perderse aquella adorable expresión en su pequeño le hubiera dado lástima. 

JiMin tenía su gordito belfo inferior apresado entre sus incisivos para que su sonrisita no se hiciera demasiado grande, sus mejillas pomposas estando conjuntadas con sus orejitas. << Este alfa no puede ser tan adorable, me está robando el corazón demasiado rápido. >> -- Ahá, estaré allí a las siete y media pm, espero verte allí, Gigi. -- 

-- Por supuesto que allí estaré, e-estoy deseando verte. -- YoonGi estaba ansioso por tener el cuerpo del rubio entre sus brazos, su lobo se había mantenido inquieto todos estos días por volver a tener el aroma contrario a su disposición. 

-- Tranquilo, en menos de veinticuatro horas me tendrás allí. Por ciert- -- Park iba a seguir conversando animadamente con el pálido, hasta que fue consciente de la mirada confusa que su madre le estaba dirigiendo. -- B-bueno, te lo cuento mejor mañana, YoonGi-ah. -- 

-- Está bien, esperaré pacientemente. Ojalá estés disfrutando mucho de la estancia en tu hogar, Mimi, te lo mereces. Nos vemos mañana ¿Si? ¡T-t-te quiero! -- Y colgó, el alfa había colgado automáticamente después de haber dicho aquello ¿Por qué había hecho eso? ¿Por miedo a no tener una respuesta recíproca?

<< Yo también te quiero.>> Pensó el de mejillas adorables bloqueando la pantalla de su teléfono cuando la llamada había sido abruptamente finalizada. -- ¿De qué nos estamos perdiendo, JiMinie? -- Fue su padre el que habló. 

-- Bueno... puede que haya maquillado un poquito la ruptura de JonGin, yo, uhm, pues... terminé con él porque otra persona estaba siendo la que hacía que mi corazón se acelerase, y además, mi lobo se sintiera en casa. -- 

Bien, eso si que era una sorpresa. A sus progenitores simplemente les había dicho días atrás que había terminado con el de piel canela porque, simplemente, había dejado de sentir cosas; pero no por la intromisión de otra persona en su vida. -- ¿Cómo es? ¿Por qué no nos contaste sobre él, cariño? -- Su madre acarició su brazo con tranquilidad, temiendo que su pequeño no tuviera confianza con ellos o se sintiera inseguro a sus alrededores. 

-- Él es un alfa muy especial, mamá; creo que puedo decir ciencia cierta que es el chico más sensible y lleno de amor que he podido conocer. Se llama YoonGi, y creo que la mejor definición para que me entendáis es deciros que es alguien que tiene un jardín de flores preciosas en el alma. -- 

El omega no era capaz de alzar la vista de la pantalla del aparato a pesar de que estaba completamente en negro, por alguna razón se sentía avergonzado por estar hablando sobre Min de una forma tan sincera frente a sus padres; suponía que es lo que pasaba cuando te enamorabas de verdad y decías puras cosas cursis. -- ¿Alfa dices? Por lo que se podía escuchar parecía un omega. --  

-- Se lo dicen mucho, papá; pero él lo toma como un halago. N-no sé si eso es lo que queríais para mi, quiero decir, parecíais encantados con JonGin quien es la perfecta definición de alfa masculino fuerte y valiente. YoonGi tiene otro tipo de cualidades, igual de perfectas o incluso más ante mis ojos, así que... espero que ustedes lo comprendáis y- --

-- JiMin-ah. -- Le cortó su progenitor. -- Nos agradaba JonGin porque te trataba como era debido y a ti en ese momento te hacía feliz. Si este tal alfa YoonGi también lo hace, será igual de bienvenido a este hogar. Tenemos curiosidad por conocerle ahora ¿Cierto, YeongMin? -- Inquirió hacia su esposa. 

-- Cierto. -- Asintió pasando su pulgar con cariño por la mejilla de su hijo. 

Estaba orgullosa de como JiMin era alguien con ideas claras que luchaba por lo que quería, definitivamente habían hecho una buena crianza con el omega, dando resultado a un joven seguro de sí mismo, de sus sentimientos y acciones; además de respetuoso y caritativo. No podían pedir más. 



Era un día de verano un tanto extraño, par muchos venía como anillo al dedo puesto que septiembre estaba entrando y con este, las clases iniciarían. YoonGi llevaba diez minutos esperando en la estación de trenes de Seoul, con una mano sujetaba el paraguas azul para cubrirse de la lluvia y con la otra un ramo de flores que había comprado de camino. 

De un momento a otro podría aparecer por allí el omega que tanto extrañó, sentía a su lobo emocionado esperando con paciencia; aunque cada vez menos. 

Claro que se sentía nervioso, tanto como para no poder siquiera controlar su aroma a leche y pan recién horneado; parecía de nuevo un inexperto alfa adolescente emocionado por algo que le gustaba demasiado. 

Cuando menos lo esperó, el tren ya se veía llegar, y lo único que pasó es que su pulsación incrementó teniendo que incluso tragar saliva para que su garganta no se secase, estaba a punto de ver al rubio. 

Una vez el tren se estacionó los viajeros fueron saliendo en orden. En el andén se podían ver reencuentros entre familiares, amigos, parejas ya formadas y... de personas que se gustaban pero no habían formalizado nada, justo como ellos.

El albino se tensó en cuanto vio la cabellera dorada salir del tren dirigiéndose a pasitos ligeros hacia a él mientras tiraba de su maleta de ruedas. -- ¡Gigi! -- Saludó el más bajo cambiando su mirada del precioso ramo de flores al rostro del alfa; estaba fascinado. -- ¿Es para mi? -- 

-- Son tulipanes rojos: d-declaración de amor puro y sincero; eso... significan. -- Especificó teniendo la piel pálida de sus mejillas teñidas en un adorable sonrojo. 

Park tomó el ramo, sintiendo como sus facciones incluso dolían por encontrarse tan sonriente. Sin poder esperarse un poco más; y su lobito interior implorándoselo, JiMin relamió sus abultados labios para dejarse caer sobre la puntita de sus pies, así dándole un efímero beso. -- Me encantan, Gigi. -- Murmuró abrazando el gran ramo. 

YoonGi podía sentir como algo dentro suyo explotaba en mil colores y corazones, el omega le hacía sentir cosas tan bonitas que era incapaz de explicarlas. -- Gracias por aceptarlas. -- Dijo moviendo un poco más el paraguas para poder llegar a cubrir correctamente a los dos sin poder apartar la vista de los brillantes orbes castaños del menor. -- P-por cierto... mamá dice que no estás obligado a venir, pero que hoy van a preparar una cena especial por el aniversario de bodas de mis padres y que estás invitado. -- 

-- ¿En serio? ¿Puedo ir? -- Reafirmó con ilusión, no podía creer que la familia del alfa lo pudieran querer presente en un día tan íntimo. 

Min asintió buscando con timidez la manita contraria, la cual aún sujetaba la maleta de su viaje. no dudando en acariciar esta con su pulgar ni un solo instante. -- Me alegra mucho que te guste el plan, tenía miedo de que te pareciera extraño o precipitado. -- Dijo ahora más tranquilo, viendo que efectivamente su hermano mayor tenía razón y muchas inseguridades que tenía eran algo irreal, que realmente JiMin parecía a gusto a su lado, que realmente era alguien suficientemente bueno como para estar a su lado. -- Vamos, mi casa no está muy lejos de la estación. ¿T-te llevo la maleta? --

El rubio aceptó ofreciéndole la misma, así podía ir abrazando su ramo de tulipanes  y abrazado al brazo del alfa; justo como hace días que quería estar. 

Nunca antes JiMin se había sentido tan emocionado por el inicio de una relación, ni romántica ni amistosa. Todo esto parecía sacado de una de las historias que su mamá le contaba cuando era más pequeño; solo le quedaba estar agradecido con la Luna por haberle colocado en el camino de tan increíble joven. 




El viaje hasta el hogar de los Min no fue para nada pesado ni largo, justo como el pálido de ojos felinos le había dicho. Mientras él vivía en un pequeño apartamento solo, YoonGi convivía con su familia en una casa de dos plantas en una urbanización de casitas familiares a simple vista. Nadie querría vivir en una casa tan grande para él solo. 

Sin JiMin dejar de estar sujeto a su brazo, el albino colocó la clave de la puerta, llevándose una sorpresa al abrirle, puesto que justo su madre estaba allí en el pasillo de la entrada dejando su abrigo en el perchero que tenían allí. -- Oh, no puedo creerlo ¿Aceptaste venir al final? Que alegría. -- Fue lo primero que la mujer dijo, dejando lucir una de sus más dulces sonrisas al tener a JiMin por fin frente a ella. -- Mi nombre es YoungMi, es un placer conocerte al fin. -- 

-- ¿Al fin? Cuanto hablaste de mi a tus papás. -- Rió con dulzura el de mejillas regordetas con su mirada derrochando dulzura hacia el alfa de su lado; por supuesto no tardando en hacer una reverencia hacia la madre del mismo. --  El placer es mío, YoungMi ajumma. -- 

-- ¿Y esas flores? -- Inquirió curiosa, aquellos tulipanes eran preciosos. -- Las podemos dejar en un jarrón con agua ahora para que no se estropeen. -- 

Y claro que el rubio asintió, soltándose del brazo del pálido para ir detrás de la omega albina. -- YoonGi hyung siempre me regala flores... es muy lindo. -- Contó; y el nombrado se arrepintió de haber seguido al chico y a su mamá hasta la cocina. 

Pronto tuvo la mirada sorprendida de su progenitora sobre él, su pasión por las flores en realidad era algo desconocido para su familia; apenas dejaba salir a la luz ese gusto cuando estaba junto a JiMin, porque en serio siempre tenía ganas de regalarle unas, fue por eso que comenzó a interesarse por estas y a conocer sus significados. Algo nuevo en su vida. 

-- Vaya, no sabía que mi cachorro era tan romántic- --

-- ¡M-mamá! Por favor... -- Pidió un poco de compasión el chico de hebras blancas. Demasiado avergonzado se sentía por tener a JiMin por primera vez en casa como para que su madre lo llamase "cachorro" delante del chico que estaba intentando conquistar. El ya era un joven alfa, un hombrecito. -- Mimi ¿Quieres ver la casa? Podríamos hacer un tour cortito, tampoco es que sea demasiado grande. -- 

-- Ah, claro, hyung. -- Aceptó, colocando las flores en el jarrón de cristal que YoungMi se había encargado de llenar de agua. Pronto los tulipanes decoraron el centro de la mesa de la cocina. -- Oh, ajumma, felicidades por su aniversario de bodas. --

La omega quedó embelesada en un solo instante por el eyesmile de Park, podía entender por qué su hijo menor había tenido una especie de amor a primera vista; el rostro de JiMin era precioso e iba en sintonía con la ternura que desbordaba con su personalidad. -- Gracias, JiMin-ssi. Pronto mi alfa llegará con la comida. De verdad se pondrá muy contento de que estés aquí hoy, es un buen regalo, eras más que bienvenido desde hacía un tiempo. -- 

El corazón del rubio palpitó ante el fuerte sentimiento de felicidad, ser aceptado por una familia que no te conoce; pero ya te aprecia, era algo que tanto a su lobo como a él le hacían regocijarse en beatitud. 

Pronto la albina obtuvo otra sonrisa complaciente de parte del menor, e incluso pudo percibir su aroma a chocolate blanco y frambuesa . -- Deja la maleta de JiMin-ssi en tu habitación, YoonYoon; y encárgate de que se encuentre cómodo. -- 

-- Claro que sí, mamá. Vamos, Mimi. -- Para la sorpresa del chico de hebras doradas, fue YoonGi quien esta vez buscó su manita para entrelazar su dedos. 

A JiMin le había quedado claro que al alfa le encantaba caminar de esa forma, pero normalmente era él quien debía de tomar la iniciativa con todo, con cualquier demostración física de cariño. Por eso es que ir de la mano de Yoon esta vez se sintió mejor que nunca, porque sabía que era una demostración de que el pálido se sentía un poco más confiado a su lado, y eso le encantaba. 

Con la tranquilidad que le caracterizaba, el albino le mostró el salón de su hogar, el jardín a través del ventanal ya que estaba lloviendo y no podían salir, también subieron las escaleras -JiMin fijándose en las fotos familiares que decoraban las paredes-. -- En la segunda planta están las habitaciones de todos y el baño. -- Comentaba el mayor arrastrando la maleta del omega con una mano mientras que con la otra acariciaba la pequeña manita del mismo. -- La primera habitación es la de mis padr- --

-- ¿YoonYoon? -- Otro alfa salió de la segunda puerta del pasillo, era más alto que YoonGi, tampoco demasiado, apenas unos ocho centímetros. Eso sí, al igual que él y YoungMi, era albino. -- Espera ¿Eres JiMin? -- 

El desconocido sujeto para el rubio se acercó hasta ellos con una sonrisa de oreja a oreja. -- Sí, u-un placer. -- Saludó un tanto confundido ante la cercanía de ese alfa que acababa de presenciar, pero que sin embargo parecía ilusionado de verle >> Miel y hierbabuena. << A eso olía. 

-- Él es EuiJin, m-mi hermano mayor. -- Presentó el menor de los Min, pronto teniendo una de las manos del recién presentado acariciando sus cabellos blancos con cariño. -- JiMinie aceptó venir a cenar por el aniversario de papá y mamá. -- Informó a su hermano. 

-- Eso es genial, estaba estudiando pero escuché una maleta, ahora entiendo el por qué, supongo que fuiste a buscarle a la estación. -- Y YoonGi asintió a sus palabras dándole la razón. 

-- ¿Toda tu familia sabe que estuve de viaje? -- Bromeó el más joven de los tres, atreviéndose a pellizcar una de las mejillas sonrojadas del que esperaba que pronto fuera su pareja formal, y por supuesto, recibiendo una asentimiento de cabeza como respuesta. 

A EuiJin casi que se le saltan las lágrimas al ver aquello. Después de ser testigo de cuanto su hermano menor había sufrido en la vida por el rechazo de los demás, estaba presenciando como una persona ajena a la familia lo estaba mirando con ojos gentiles y llenos de afecto. Siempre había deseado presenciar eso, porque su familiar no se merecía menos.

Con intención de prolongar la pequeña broma y además intentar dejar la sensibilidad a un lado, le contestó. -- Ah, JiMin-ah; si tan solo supieras todos los suspiros y lloriqueos que se le escapaban por no poder verte estos días... nos tenía mareados a todos en la casa con el aroma a tristeza. -- 

-- ¡Hyung! -- Se quejó, teniendo un déjà vu con lo anterior vivido con su madre. Pasando una de las mayores vergüenzas de su vida decidió soltar la maleta y tapar con sus manos -y toda la delicadeza del mundo- las orejas del omega bonito. -- N-no escuches, Mimi. --

La melodiosa risita de Park se escuchó mientras alzabas sus manitas hacia las ajenas para acariciarlas y apartarlas con cuidado. -- No seas tímido, Gigi; me gusta escuchar que me extrañaste, yo también a ti. -- 

El alfa menor frunció sus labios aún bastante avergonzado mirando de reojo al mayor, que parecía tener una sonrisa divertida imborrable. -- Sí, sí, ya me voy. -- Dijo al sentir la mirada que Yoon le había echado reprochándole; matándole de ternura en el acto como siempre. -- Bienvenido a casa, JiMin-ah. -- Fue lo último que dijo antes de acariciar el hombro de su familiar y perderse escaleras abajo. 

-- Tu hermano es muy divertido ¿No? -- Comentó el omega volviéndose a colgar del brazo ajeno. 

-- Es el mejor del mundo mundial, JiMinie. EuiJin hyung es la mejor persona que he conocido, q-que ambos se lleven bien desde el primer momento es algo muy importante para mi. -- 

Otro punto más a favor del albino de ojos felinos, Park adoraba con todo su ser el hecho de que YoonGi hablase así de su familia y de que además demostrase cuan importante era este pilar para él. No es como si JonGin no quisiera a sus padres, pero era mucho más independiente de estos de cualquier manera posible, tanto física como sentimental. 

Que Min cuidase tanto el contacto familiar le gustaba, es lo que buscaba él en su futura manada. Uh ¿Ya estaba pensando en esas cosas? Sus regordetas mejillas tomaron rubor ante el pensamiento, lo cual intentó disimular en seguida. -- ¡Quiero ver tu habitación! -- Pidió de repente, y el pálido se lo concedió. 

La última puerta del pasillo era la de su hyung; aunque JiMin por un momento las confundió con las puertas del cielo cuando nada más abrir el aroma del alfa le acaricio su naricita. -- Ah~ huele muy bien. -- Canturreó feliz descolgándose de su brazo para adentrarse en profundidad.

Las paredes eran de color vainilla pastel, y los muebles eran todos blancos. Eso más el aroma a leche y pan recién horneado creaban un ambiente de paz que difícilmente el omega encontrase en cualquier otro lado. -- Gigi, tu habitación es muy lind- --

-- JiMin-ah. -- Llamó el mayor interrumpiéndole, siquiera siendo consciente de haberlo hecho en realidad. 

-- ¿Si? -- Le invitó a seguir hablando, acercándose a él un poco confundido e intrigado. 

El albino alzó su mirada que hasta ahora había estado sobre la moqueta del suelo de su habitación, así encontrándose con los orbes pequeñitos y curiosos del omega que lo había conseguido atrapar desde el momento uno. -- Y-Yo... b-bueno, ya sabes que q-quiero cortejarte y todo eso... -- No supo de donde sacó el valor, pero ahí estaba acariciando una de sus pomposas mejillas con parsimonia. -- Qu-quería pedir permiso para yo, u-uhm, poder también darte besitos o- ¡bueno! n-no sé si te parecerá bien porque claro, a lo mejor e-es temprano o... -- 

JiMin sintió como sus propios ojos se achicaban al estar sonriendo,  apoyando más su mejilla contra la suave palma de la mano de su hyung, y además, posando una de sus manos sobre su torso. -- YoonGi-ah, puedes hacer eso cuando quieras. -- Aseguró con voz calmada. -- Puedes tomar mi mano cuando quieras. -- Dijo entrelazando sus manos libres. -- Puedes jugar con mi nariz cuando quieras. -- Esta vez acarició la nariz ajena con la suya. -- Puedes abrazarme cuando quieras y por supuesto puedes darme miles de besitos, porque los estaré esperando con muchas ganas. -- 

Tal y como había estado haciendo anteriormente con cada permisión que le daba, el omega fue a besar los belfos contrarios de manera efímera, como siempre. Fue una sorpresa sentir que cuando estuvo a punto de separarse, las manos ajenas en sus ambas mejillas se lo impidieron; todo sin perder esa delicadeza con la que YoonGi lo trataba. JiMin podía sentirse el más frágil tesoro entre sus brazos. 

Era la primera vez que ambos tenían un contacto más prolongado, donde sus labios habían encajado de mejor forma y se habían moviendo unos sobre los otros con tranquilidad, saboreando el cariño del otro en cada gesto. 

El omega había posado sus manos en la cintura del peliblanco, hundiendo apenas un poco sus deditos en esta parte por la emoción. Los labios de YoonGi capturando los suyos en una suave succión fue el remate final para sentirse derretir. -- ¿No puedes darme otro besito así? -- Pidió una vez que se habían separado con un sonoro chasquido. 

-- Claro que puedo, Mimi, tantos como el omega más bonito quiera. -- Rió cerca de su boca YoonGi, no tardando mucho más en tomar los labios del más joven una vez más; y deseando poder hacerlo toda la vida y todas las demás.




¡Hola, angelitos! Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, y perdón por la larga espera. La verdad es super raro escribir "París" y luego esta obra jajaja, son polos opuestos. Pero escribir fluff también me gusta uwu aunque no se me da tan bien como a mi bebé Tess jsjsjs. 

¿Estáis bien? Espero que sí. Os quiero mucho, cuidadse ¿si? Kissuu~~. 

191221.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro