Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

diecinueve



Hasta hacía unos veinte minutos estaba siendo un día totalmente corriente para YoonGi, había asistido a sus clases de por la mañana; centrándose como siempre en aprender lo máximo posible aunque se sintiera aislado de todos allí, le gustaría ser capaz de socializar de manera tan cómoda como parecía ser para los demás, pero lo veía casi misión imposible. 

Su última clase había concluido, siendo esta unas prácticas en la cocina de la universidad. El alfa se encontró fregando los utensilios usados por su parte cuando su teléfono había vibrado en el bolsillo de su pantalón. >> YoonGi-ssi, necesito que vengas en cuanto te sea posible a la cafetería, necesito hablar con usted urgentemente. Gracias. << Era el mensaje que había recibido de parte de su jefe. 

Tan pronto como lo terminó de leer se sintió preocupado ¿Había hecho algo mal? Llevaba ya cerca de cinco años trabajando en aquella cafetería, no recordaba alguna vez en la que aquel hombre le llamase la atención, muy al contrario siempre le trataba de manera agradable. 

Con los nervios a flor de piel se dio toda la prisa que pudo en terminar de ordenar y limpiar su material para poder salir corriendo hasta la parada de bus más cercana, las personas lo habían mirado extraño por corretear por los pasillos, pero el albino es algo a lo que ya estaba acostumbrado. 

¿Y si lo iban a despedir? Ay, no. Amaba su trabajo, además, el sueldo le venía muy bien. Su familia era una de clase económica media, pero su carrera era costosa; y los cursos adicionales para especializarse en repostería también serían de elevado coste... quería poder ahorrarle a sus padres ese dinero, y a eso se le sumaba que tener siempre algo extra para poder mimar a JiMin le era de necesidad. 

No porque el omega se lo exigiera, sino porque él como persona y lobo enamorado querían que su futura pareja fuera la más feliz y satisfecha en cualquier ámbito, llevarlo a viajes, comprarle flores, comida rica y cosas que le gustasen. 

Absorto en estos pensamientos fue como acabó llegando a la cafetería donde tantas horas ya había estado. El alfa siquiera era capaz de mantener su aroma, estaba demasiado nervioso. -- B-buenas tardes. -- Saludó nada más entrar, encontrándose con su compañera de siempre, SeungWan. 

-- Hola, YoonGi-ah ¿Qué haces por aquí? ¿Viniste a almorzar? Hoy es tu día libre. -- Inquirió ella curiosa, pero contenta de ver al pálido por allí. 

-- N-no, es que ChungHee-nim me llamó porque necesita hablar conmigo. -- Murmuró sintiendo como su garganta se cerraba. 

La sorpresa se dejó ver en el rostro de la beta, a ella no le había comentado nada, siquiera que estaba esperando la llegada de YoonGi; y eso que había hablado con su jefe durante unos minutos al inicio de su turno. -- Oh, entiendo. Él está en el almacén ordenando un pedido que ha llegado hace unos minutos. Ya me contarás... qué tal. -- Dijo un poco preocupada, le daría mucha lástima si algo malo pasaba con el dulce joven. 

-- Gracias, Wanie. -- Agradeció el mayor apretando una de las asas de la mochila que llevaba sobre sus hombros. 

Tal y como ella le había indicado, se fue directo al almacén para poder encontrar a ese hombre. Estaba agachado abriendo un par de cajas las que tenía que seguir ordenando; pero fue algo que dejó de lado en cuanto se percató de la silueta de Min llegando por el pasillo. -- ¡YoonGi-ssi! Por fin está aquí. -- Saludó incluso antes de que el peliblanco pudiera cruzar el marco de la puerta, mientras se limpiaba sus pantalones un poco por haber estado sentado en el suelo. -- Vamos a mi despacho para hablar mejor ¿Quiere algo de comer o un refresco? -- 

-- N-no hace falta, ChungHee-nim... Gracias aún así. -- El alfa no había almorzado, pero la incertidumbre lo tenía con el estómago cerrado, solo necesitaba saber qué estaba pasando. 

Siguió los pasos de aquel alfa agradable hasta su pequeño despacho, donde se sentaron uno frente al otro. La pierna del albino no dejó de moverse con desespero contra el suelo; y su aroma a pan recién horneado y leche inundaba el lugar de forma involuntaria; no de la mejor manera, sino con un toque agrio que dejaba en claro su situación. -- Tranquilo, YoonGi-ssi, no le llamé para algo malo, respire tranquilo. -- 

-- A-ah ¿no? -- Preguntó sintiendo como el alma le volvía al cuerpo . 

-- No, verá... tenía una propuesta que hacerle; puede rechazarla si no le viene bien, en ese caso nada cambiará, todo sin compromiso ¿Bien?-- 

--Sí, sí, cuénteme. -- 





-- ¿Cuándo va a llegar el príncipe? -- Inquirió la infante mientras le daba a un sorbo a su batido de vainilla. Había ido a casa de su tío de manera inesperada, porque su mamá tuvo una reunión de urgencia en el trabajo; y no es como si no le gustase estar con su tío JiMin, pero hacía mucho que no veía al alfa dulce y realmente lo extrañaba.

RyuJin no era boba, el aroma de ese joven de ojos felinos estaba en la casa de su familiar, y además su mamá le había contado que estaban en un casi algo; eso le ponía muuuy feliz. -- No lo sé, cariño. -- Fue lo que le respondió mientras ordenaba sus apuntes sobre la mesa de la sala. 

Ya llevaba un rato allí colocando todo de la mejor manera posible para que a la hora de estudiar le sea más fácil; y no tenga que andar buscando en diferentes carpetas las cosas, esto lo había estado haciendo mientras su sobrina miraba una de sus películas Disney en la pantalla. 

A decir verdad, estaba un tanto preocupado, era conocedor de que el día de hoy el mayor no trabajaba; así que era de lo más extraño que no se encontrase allí. Desde hacía ya unas largas semanas ambos habían establecido la rutina de prácticamente compartir piso. A veces Yoon iba a su propio hogar, sobre todo los fin de semanas, pero eran días laborales solía quedarse allí junto al omega. Era la solución para poder verse todo el tiempo que les gusta y además de que el alfa descansase de forma correcta, ya que tanto el trabajo como su universidad se encontraban más cercanas al departamento del rubio que a su hogar. Así que, que su hyung no se encontrase allí sin avisar era muy extraño.

Lo primero que el de pomposas mejillas pensó, era que habría quedado con un amigo, pero no es como si el pálido tuviera demasiados... y Jennie se encontraba fuera de la ciudad como era habitual. 

Entonces ¿Dónde estaría el alfa? 

Casi de forma inconsciente abultó su belfo inferior a la par que dejaba de lado todo el montón de folios. -- Al menos podrías contestar a mis mensajes, alfa tonto... -- Susurró echándose sobre la mesa para esconder su rostro entre sus brazos. 

-- ¿Tío JiMinie? ¿Estás bien? -- Preguntó la pequeña habiéndose bajado del sofá, aún con el vaso de cristal en sus manitas; no quería soltar su batido de vainilla por nada en el mundo. 

-- Sí, bebé, perdón. Hoy tío JiMin tuvo que despertar muuuy temprano para la universidad. -- Le dijo, siendo una verdad.

Con cuidado la tomó en brazos para sentarla sobre sus piernas, aprovechando para acariciar sus cabellos con cariño. Agradecía tener a la pequeña allí con él, aunque no podía olvidarse del todo de su inquietud, su compañía le distraía bastante. -- No importa, cuando el príncipe llegue seguro que cuida de mi y de ti. -- Aseguró ella apoyando su mejilla en el torso del omega. 

-- Seguro que sí, RyuJinie. -- Murmuró con una sonrisa, estando a punto de cerrar sus ojitos para disfrutar del aroma a jabón de bebé que desprendía ella, por alguna razón el aroma natural de la pequeña no se podía detectar, JiHyo tenía la sospecha de que su hija sería una beta, y eso estaba completamente bien, no había algún problema en ello. 

No hubo tiempo como para olfatear demasiado cuando el timbre del departamento se dejó sonar. -- ¡Seguro que es el príncipe! ¡Príncipe YoonGi! -- Exclamó removiéndose inquieta la infante, incluso dejando olvidado su batido encima de la mesa antes de correr para abrir. 

-- Espera, RyuJin, no abras... no sabes quien es. -- Avisó el rubio yendo detrás de ella. 

-- Abre, tío, vamos, vamos, vamos. -- 

Tal y como JiMin abrió la puerta pudo respirar en paz, efectivamente delante suyo se encontraba el alfa por el que había esperado toda la tarde. No pudo ser el primero en saludarle, puesto que RyuJin ya se había tirado sobre él para ser elevada por los brazos del albino. -- Oh, pero si está aquí la reina de las flores. -- Saludó el peliblanco con la chica en sus brazos, estando abrazada a su cuello. 

-- ¡Por fin llegaste! Extrañaba a YoonGi oppa, y tío JiMin también lo hacía. -- 

Al escucharla, los ojos felinos viajaron hasta el omega de mejillas adorables, quien lo miraba recargado aún en la puerta. Los orbes pequeños de Park estaban brillantes y sus labios se fruncían de vez en cuando. -- Ya estoy aquí para los dos, no pasa nada. -- Contestó animado, dejando a la pequeña en el suelo, así pudiendo abrazar ahora al joven universitario. 

JiMin aprovechó para hundirse entre los brazos del cocinero, olía a café ¿Había estado en la cafetería? -- ¿Todo bien? -- Inquirió en un murmuró, antes de separarse apenas un poco para mirarle a los ojos; quería asegurarse de que YoonGi le fuera sincero. 

El mismo le asintió con una pequeña sonrisa, robándole un suave besito que le contagió una tonta sonrisita. -- Nada de lo que preocuparse, Mimi; pero si tengo nuevas noticias. --

-- Estuve preocupado, no contestabas a mis mensajes y no sabía donde estabas. -- 

-- Perdón, perdón, estuve muy ocupado, en seguida te cuento ¿Queréis gofres? Podemos merendar eso, vengo hambriento, siquiera me paré a almorzar. -- 

La expresión que se dibujó de repente en el rostro de la infante fue digna de fotografiar, pareciendo más que ilusionada porque le preparasen esa merienda. -- ¡Si! ¡Por favooor! ¿Podemos ver "Hermano oso" mientras merendamos? -- Gritó mientras correteaba hacia la sala, tirándose de lleno al sofá. 

-- ¿De nuevo "Hermano oso"? No te cansas ¿Verdad, RyuJinie? -- Fue JiMin quien le preguntó medio riendo, no sabía cuantas veces habrá visto aquella película a petición de la pequeña; aún así no se quejaba, después de todo era eso, una niña pequeña con su película favorita. 

-- ¡Sip! Es la mejor película del muuundo. -- Dijo con sus brazos estirados hacia arriba. -- Esperaré aquí a que tío JiMinie y YoonGi oppa hagan la merienda, me portaré bien. -- 

-- Vale, cariño, si necesitas algo dinos, no tardaremos nada. -- Avisó el más joven rumbo a la cocina, donde ya el pálido estaba colocándose el mandil color amarillo. Siempre es el que había usado JiMin, pero la realidad es que se había apropiado totalmente de él desde hacía un tiempo para acá. 

El omega se acercó hasta él para ayudarle, tanto a sacar cada una de las cosas necesarias: desde alimentos a utensilios de cocina; hasta cocinar, así agilizando el trabajo del contrario. -- Entonces... ¿Qué pasó hoy? -- Inquirió dejando un bowl de cristal sobre la encimera, teniendo el rostro sonriente de YoonGi frente a él en cuanto alzó la mirada. 

-- La cafetería de mi jefe es un negocio de su familia; y como les ha ido tan bien, han decidido abrir otra nueva. -- Inició el alfa, moviéndose hasta el frigorífico para tomar dos huevos, dejando un besito rápido en la nuca ajena al haber pasado por su espalda. -- Esta será llevada por su hermano pequeño y claro está necesita personal. Me dio la oportunidad de traspasarme a la nueva cafetería, dice que está muy contento con mi forma de trabajar y que ayudaría mucho a su hermano que alguien con experiencia le guiase un poco, además queda más cerca de casa- ¡Q-quiero decir! de t-tu casa, de aquí... -- 

Park soltó una dulce risa al escuchar la autocorreción del albino, pronto pellizcándole la mejilla; manchándola de harina en el proceso. -- Casa, di casa sin más, ambos pasamos mucho tiempo aquí, hyung-ah. Me gusta como suena de esa forma. -- 

YoonGi incluso tuvo que parar por un momento sus acciones, el omega que estaba allí a su lado ahora dedicándole la sonrisa más bonita del mundo lo tenía totalmente enamorado; y su corazón aún no parecía haberse acostumbrado a que fuera correspondido, por eso ahora latía como loco. -- Gracias, Mimi... -- Agradeció frunciendo sus labios con un poquito de nervios antes de acercar su rostro al ajeno, así pudiendo frotar su nariz con la del menor en un gesto cariñoso. --  Discúlpame por no avisarte de que demoraría, no era mi intención preocuparte, no pensé que tardaría tantísimo. -- Murmuró con sus ojitos cerrados para poder concentrarse en el aroma a chocolate blanco y frambuesa. 

-- No pasa nada, Gigi. Estoy muy feliz de la razón de tu tardanza ¿Aceptaste la propuesta? -- 

El peliblanco se separó apenas un poco para asentir con su cabeza. -- ChungHee-ssi me dijo que además mi sueldo aumentará, ya que seré encargado; no un simple empleado. Esto es...woh; nunca pensé que alguien tuviera tanta confianza en mi como para aumentar mi responsabilidad en su negocio. -- 

-- Hyung, es que eres mucho más de lo que piensas; te lo llevo diciendo mucho tiempo, a ver cuando esta cabecita preciosa lo asimila. -- Pronunció con falsa molestia el rubio dándole suaves golpes con su índice en la frente al contrario; de nuevo, manchándole más de harina. 

-- Mimi, si sigues así voy a acabar más pálido de lo que soy. -- 

-- ¿Acaso es eso posible? Mi alfa es un lobo albino muy lindo; pero difícilmente más pálido. -- Rió el de pomposas mejillas siguiendo con su tarea de juntar ingredientes, como si no hubiera dicho algo que alterase aún más al mayor. 

"Mi alfa"; Min sentía a la perfección a su animal interior aullar de felicidad como un cachorro incontrolable. Llevaba un tiempo preguntándose si era tiempo de pedirle a JiMin hacer lo de ellos oficial, al principio no lo hacía por inseguridad y porque quería obviamente que las cosas se dieran a su tiempo... creía necesario que ambos se conocieran más antes de pedirle salir de manera oficial. 

Sus inseguridades se habían borrado con cada uno de los besos que había ido recibiendo de ese joven de adorable rostro y fuerte personalidad;  y sus ganas de ser su novio solo habían hecho incrementar. Deseaba todo su corazón que en un futuro no demasiado lejano, pudiera ver su marca en el cuello del omega más bello ante sus ojos. -- Mimi, mírame. -- Pidió a media voz. 

El nombrado, aún con sus manos sujetando el cucharón con el cual removía la mezcla de bowl-el cual aguantaba con su otra mano-, giró su rostro con sus labios apenas estirados en una sonrisa suave. No esperó que las manos calentitas y grandes del alfa acunasen su rostro con toda la delicadeza que cabía en una caricia. 

-- ¿Gigi? -- Llamó en un susurro, teniendo pronto de nuevo el rostro del albino demasiado cerca, esta vez rozando ambos pares de labios con parsimonia; no  tardando demasiado más en capturar aquellos voluminosos belfos que adoraba. 

Ante aquel beso que estremeció cada uno de sus sentidos, el más joven apretó los utensilios de sus manitas; totalmente embelesado en como la lengua ajena se había adentrado en su boca de manera dulce pero traviesa. No fue de los más duraderos entre ellos, sin embargo  JiMin sintió como una parte de él se derretía entre esas manos tan gentiles. 

Sin haberse dado siquiera cuenta se había embriagado en el aroma del alfa, ese olor en el que quería regocijarse tanto como le era posible. El chasquido de ambas bocas al separarse fue lo que se escuchó antes de que la voz ronca del albino se hiciera presente.

-- JiMin-ah. -- 

El susodicho entreabrió los ojos con pesadez, queriendo en realidad volver a tener esos labios encima de los propios. -- ¿uhm? -- Expiró, dándole a entender que lo escuchaba. 

-- E-estoy preparado para ser tu alfa ¿Tú... lo estás? ¿Quieres? -- 

Cualquier sensación de ensoñación casi que se fugó al instante, la emoción la había empujado hasta hacerla desaparecer. -- ¡¿Lo dices en serio?! ¿¡De verdad?! -- Los orbes pequeños brillaban más que nunca. 

Park había soltado ambos objetos para prácticamente abalanzarse sobre el cuerpo pálido, este teniendo que sostenerle de sus costados; estrechándole en un abrazo en cuanto asimiló la felicidad del omega. -- No miento, Mimi. -- Aseguró con una sonrisa de lado a lado, paseando su nariz sobre la curvatura del cuello del joven. 

-- Ah, hyung; eres mi novio... estoy tan feliz. -- Lloriqueó de manera infantil el rubio, escondiendo su rostro en el torso de ahora su pareja oficial. 

-- La verdad es que podría haberlo planeado mejor, llevarte a una cita y pedírtelo de manera más linda, per- -- 

-- Hyung, fue el impulso más lindo del mundo. Gracias. -- 

Realmente JiMin estaba muy feliz, y su lobo ya ni hablar. Por alguna tonta razón su animal se estaba comenzando a sentir inquieto, llegando a pensar que su alfa aún no le pedía ser pareja por no estar seguro sobre ellos; así que el por fin poder tener clara su relación le hacía estar más que tranquilo y por supuesto considerarse dichoso. 

El más mayor se dio el permiso para separar con suavidad el cuerpo de Park, sonriéndole automáticamente cuando sus ojitos chocaron. -- Te brindaré cada uno de mis días y trataré de hacer todo lo mejor que sepa, lo prometo, Mimi. Muchas gracias por ser mi omega. --  

Los brazos del rubio rodearon el cuello contrario mientras le escuchaba hablar <<Él es realmente todo lo que había soñado desde niño>> Pensó siendo consciente del fuerte amor que ese joven alfa sentía por él. 

De esta manera era como un nuevo capítulo de la historia de amor más bonita para ellos comenzaba, porque esto apenas era el principio de las muchas experiencias que les quedaban por delante. Y qué mejor manera de empezarla que con muchos besos, abrazos, gofres hechos por un cocinero profesional y una cachorrita a la que adoraban invadiendo su sala.





¡Hola, angelitos míos! Aquí un nuevo capítulo. Espero que lo hayáis disfrutado y que os haya aportado un poco de serotonina. <3 
Os quiero mucho, cuidadse, por favor. Kisssuu~~ 120122.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro