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cuatro



-- Entonces... ¿la nena y el nene se casan al final? -- Inquirió la niña pequeña con sus ojos brillantes mirando hacia el chico que le parecía estar contando el mejor cuento de toda la historia. 

-- Nop, la nena es lesbiana y se enamora de su mejor amiga. -- Le dice sacándole la lengua después. 

Ella rió y dio suaves palmas. -- ¡Mamá, le voy a pedir matrimonio a Yeji-ah! -- 

Jimin no pude evitar soltar una carcajada, desparramándose por el sofá con su sobrina apresada entre sus brazos. Poco le duraron las risas, en un instante había obtenido un golpe de su mejor amiga en su nuca. -- Ash, Jihyo... no me pegues, esto es acoso laboral, soy el canguro de tu hija. -- 

-- Y mi mejor amigo también. Deja de contarle historias de amor a la niña que después se las cree y de mayor le destrozan el corazón. -- 

El omega abultó su labio inferior mientras se acariciaba la parte afectada, no había sido siquiera doloroso, pero le gustaba hacer drama y que la pequeña le mimase. -- Tu mamá está amargada... -- Le susurró a Ryunjin, quien negó con su cabeza y acarició las mejillas del mejor amigo de su progenitora. 

-- Mi papá le hizo pupa en el corazón cuando se fue. Yo nunca conocí a papá, pero por lo que mamá me dice, es tonto, muy tonto. -- 

-- Uy sí, yo si lo conocí. Estás mejor sin conocer a ese alfa estúpido, mi vida. Tío Jimin es el hombre de tu vida, te lo aseguro. -- 

La menor asintió con una gran sonrisa, rodeando el cuello del joven con sus brazos.

Los tacones resonaban en el mármol del suelo, el ruido delataba que Jihyo estaba moviéndose de un lado a otro por la sala. -- ¿No tenías prisa para irte? -- Inquirió el de cabellos rubios, ahora pellizcando las mejillas de la bebé, ya no tan bebé, de siete años. 

-- Sí, pero no encuentro las llaves del auto, agh, no sé donde las dejé y- -- 

-- Mami, las dejaste en el bolso marrón, ayer usabas ese. -- Dijo Ryunjin y la mujer no tardó en correr hacia su habitación, en busca de este. Tal y como dejo la pequeña, allí se encontraban. 

-- ¿Qué haría mami sin tin, Ryunjinie? -- Preguntó su madre entrando en la sala con las llaves en sus manos. Hyo se acercó hasta ella para tomarla en brazos y llenarla de besos, escuchando la melodiosa risa de la pequeña, y siendo eso lo que más fuerzas le daba. 

Era madre soltera, no tenía tiempo para nada, muchas veces siquiera para la persona que más amaba en todo el mundo entero ¿Pero qué iba a hacer? Tenía que darle una vida digna. No podía buscar un peor trabajo o dejar de trabajar, claro que no. 

-- Mi vida, hazle caso a tío Jimin ¿Bien? Mamá hoy no va a llegar muy tarde, te lo prometo, estaré aquí para leerte tu super cuento, no de amor, si no de princesas guerreras. Ese que nos gusta tanto a ambas. -- 

-- ¡Guay! ¿Lo prometes? -- Inquirió Ryunjin estirando su dedo meñique hacia su madre, quien por supuesto lo enredó con el suyo y dejó un beso sobre una de sus regordetas mejillas. 

Después de eso se despidió con un beso en la cabeza de Jimin y salió a prisa de su hogar, cuanto deseaba quedarse allí con su hija y su mejor amigo, pero ser directora de planta de una empresa grande no era fácil, mucho menos un trabajo tranquilo. 

Encima de todo, a pocos hombres les hacía especial ilusión que una mujer les mandase, pero vamos, con el temperamento de alfa dominante que Jihyo tenía, no había quien tuviera valor de respirar a su lado. 

-- Bueno, pequeña princesa guerrera ¿Qué es lo que te apetece hacer? Tal vez podemos ver una película, o jugar con tus muñecas ¿quieres maquillarme? Dice tu mamá que lo haces muy bien. -- 

-- No sé, tío Jimin... quiero salir de casa... siempre estamos aquí. -- 

-- Lo sé, mi amor, pero dime ¿Qué te apetece hacer? -- 

La pequeña de cabellos castaños se llevó una mano hacia su barbilla, sus ojitos moviéndose hacia un mismo lado para dar un aura pensativa; por lo que había visto en las películas, así pensaban los personajes, y siempre tenían grandes ideas. 

Sin el omega esperarlo, la pequeña abrió sus ojos con ilusión, bajándose de sus piernas para ponerse de pie y dar algunos brinquitos. -- ¡Quiero ir donde a tío Jimin le regalaron la flor! ¡Quiero una flor para mi! -- 

-- Oh, así que quieres ir a la cafetería... bueno, está bien, es un buen lugar. Ve a por tu abrigo y nos vamos. -- 

-- YoonGi-ssi, ya está listo el pedido de la mesa ocho. -- Anunció su compañera dejándole la bandeja preparada en la barra. 

El día de hoy al peculiar alfa le tocaba servir en las mesas, no le molestaba en absoluto, pero definitivamente prefería estar dentro de la cocina, le gustaba mucho hacer los dulces allí dentro. Tras el llamado de SeungWan fue a tomar el pedido, llevándolo a su mesa correspondiente. -- Aquí está su merienda, muchas gracias. -- 

-- Gracias, es usted un omega muy amable, señor. -- Agradeció uno de los pequeños que se encontraban en la mesa, a lo que el pálido sonrió. 

A pesar de que era alfa, nunca se molestaba porque lo llamasen omega, las personas que se quedaban con su físico normalmente pensaban que se trataba de uno; y para él estaba bien, siquiera lo discutía. -- Gracias, pequeñín, que aproveche. --

YoonGi dio la vuelta con una sonrisa dispuesto a seguir con su trabajo, siendo justamente el momento en el que la puerta principal de la cafetería se abrió, y su corazón no tardó en acelerarse como el de una adolescente. 

El chico que había dejado estragos en su cabeza estaba entrando de nuevo en la cafetería, esta vez no con el chico de la última ocasión, si no con una pequeña bastante sonriente. No sería su hija ¿no? O sea, no le había dado tiempo, esa niña se veía lo suficientemente mayor... 
¿Qué hacía pensando en ese tipo de cosas? Se sentía un idiota con mala educación de repente. 

-- Mal, YoonGi...-- Se susurró a si mismo negando con su cabeza. 

Cuando alzó su rostro vio como el chico de pomposas mejillas tenía su manita arriba llamándole, aquello hizo que se sintiera como un tonto de repente ¿Le estaba saludando a él? o... claro, lo estaba llamando para hacer su pedido ¿En qué estaba pensando...?

-- B-buenas tardes, bienvenidos. -- Saludó apretando la libretita en sus manos donde apuntaba los pedidos. 

Un pequeño grito de felicidad se escapó de entre los labios de la pequeña. -- ¿Es él, tío Minie? ¿El lobito albino? -- Obviamente el de cabellos rubios asintió, haciendo que la niña se colocase de pie en el asiento para poder estar a la altura del pálido, haciendo exactamente lo mismo que Jimin la vez pasada, acariciando sus cabellos blancos. -- Oh... es muy bonito, usted es un omega muy bonit- -- 

-- Alfa, Ryunjinie, alfa. -- Corrigió con una sonrisa. -- Bebé, no te pongas de pie ahí, está mal. 

Las mejillas de Yoongi adoptaron un lindo color rosa, seguía sin entender por qué ese chico tenía tan clara su jerarquía, le ponía inquieto. -- ¡Tío Minie, se sonrojó! Es la primera vez que veo a un alfa sonrojado. -- 

Para Jimin esto era irremediablemente divertido y tierno, el chico de cabellos blanco era peculiar cuanto menos. -- ¿Cómo se llama usted? -- Inquirió apoyando su rostro sobre la palma de su mano. -- 

-- Y-yo, bueno, mi nombre... Yoongi, Min Yoongi. -- Murmuró nervioso no siendo capaz de aguantarle la mirada a aquellos ojitos pequeños. 

-- Yo soy Ryunjin, y él es mi tío Jiminie. -- 

La presencia de la infante de alguna forma le hacía sentir tranquilo, le gustaban los niños pequeños. -- Encantado entonces. -- Dijo más seguro esta vez dando dos suaves toques sobre los cabellos castaños de ella. -- ¿Qué desean tomar? -- 

-- Yo quiero un suuuuuuuuper batido de oreo y vainilla ¿Puedo tío Minie? -- 

-- Claro que sí, a mi me gustaría una macedonia de frutas con yogurt, por favor. -- 

-- Está bien. -- Asintió el alfa mientras apuntaba en su libreta, con los nervios comiéndole por dentro por lo que estaba a punto de decir. -- Si le echas chispas de chocolate a la macedonia está muy deliciosa... -- 

El omega abrió sus ojitos en sorpresa, tomando la carta de comida que ofrecían. -- ¿Siempre se ha podido echar chispitas de chocolate? Nunca antes lo había visto y la suelo pedir mucho. -- 

-- La v-verdad es que no, no viene incluido en la cara, pero bueno, podría añadirlas para ti ¡para que la pruebes y eso! -- Dijo nervioso con sus mejillas sonrojadas y corazón acelerado. ¿Por qué tenía que ponerse así cada vez que veía a ese chico? No era justo, le estaba dando la imagen idiota. 

-- ¿En serio? Gracias Yoongi-ssi. Me encantaría. -- 

Jimin estaba sonriendo y para el mayor era como si pudiera iluminar el mundo con esa expresión, sus ojitos haciéndose dos medias lunas y sus pomposas mejillas siendo protagonistas, aparte de su diente chuequito. -- Bien, en seguida traigo todo y... y eso. -- 

El lobo albino  se dio la vuelta, chocando con un cliente que estaba por irse tras haber terminado. Yoongi se disculpó muchas veces, por supuesto la otra persona rió enternecido por el chico, que pareciera que fuera a caer en colapso por sus nervios en cualquier momento. 

-- SeungWan noona, te traigo otro pedido. -- Anunció el joven soltando un suspiro al estar ya en la barra. Dios, tenía que dejar de estar así de nervioso. 

La chica llegó tomando el papel donde había escrito su compañero, y sin poder evitarlo una de sus cejas se alzó con diversión al ver escrita "Macedonia de frutas + chispas de chocolate" ¿Desde cuándo servían eso allí? -- ¿A quién le estás ofreciendo tu merienda favorita, YoonGi-ssi?-- Inquirió llevando su mano hacia la mejilla derecha del contrario

-- A-a ver, yo solo, esta muy rico, así que, uhm, ¿está bien si... -- Habló nervioso desviando su mirada, dejando que la mano ajena apretase su pálida mejilla con cuidado. 

-- Ow, tranquilo. Lo haré, pero que sepas que es una super excepción, si tuviéramos que servir todas las macedonias con chispas de chocolate, tendríamos que subir el precio del postre. Pero bueno, guardaremos este pequeñito secreto. -- 

Ambos se miraron sonrientes, a pesar de que fuera del trabajo no tenían prácticamente relación, a SeungWan le parecía que ese joven era alguien bastante tierno y además buena persona, sabía que no solo trabajaba en la cafetería, sino que también iba como voluntario a un hospital. 
Y teniendo un hermano pequeño que padecía una rara enfermedad que le hacía estar ingresado cada poco tiempo, Yoongi le parecía alguien admirable. 

No pasaron más de diez minutos en los que el de cabellos blancos estuvo atendiendo y limpiando otras mesas, mientras sus compañeros preparaban los pedidos. 

Su corazón irremediablemente se aceleró cuando le llamaron indicándole que el pedido de la mesa de ese chico ya estaba listo, era su momento de verle...

-- ¡Bien! Nuestra super merienda. -- Aplaudió la pequeña viendo como evidentemente ese tímido chico se volvía a acercar hacia ellos. -- ¿Me traiste una flor, Yoongi-ssi? -- Preguntó queriendo mirar cuál era. 

-- Claro que sí, aquí siempre tenemos flores, más para una chica tan agradable. -- Le dijo el alfa dejando el batido y la macedonia sobre la mesa, además colocando la bonita flor al lado de la infante, quien no dudo en mirarla con ojos brillantes. 

-- Mira, mira, mira tío Jimin... es tan bonita como la tuya. -- 

El omega asintió sonriéndole a Ryunjin, aunque su mirada no tardó en bajar hacia su bol con diferentes frutas, yogurt y esas pequeñas porciones de chocolate. -- Gracias por tu servicio, Yoongi-ssi. -- Agradeció el joven tomando un poco de su postre, efectivamente el toque a chocolate le daba un sabor aún más delicioso. -- Wah... está perfecto... -- 

Min rió con suavidad al ver como la pequeña estiraba sus manitas y abría su boca. -- ¡Quiero probar! Dame un poquito. -- 

En ese momento lo que más le apetecía era sentarse con esas dos personas y conocerles un poco más, pero obviamente no es algo que pudiera hacer ¿cómo iba a dejar de trabajar como si nada? -- Bien, tengo que seguir, me alegro que os gustase. Que aprovec- -- 

-- Yoongi-ssi ¿usted cocina? -- Interrumpió el de mejillas abultadas para después tomar un poco y masticar, con sus ojos curiosos sobre el nombrado. 

-- Sí, bueno. Desde muy pequeño llevo practicando y a día de hoy estoy estudiando estudios culinarios, a pesar de que me gustaría especializarme en postres y recetas dulces, también sé cocinar cualquier cosa de almuerzo o cena o- -- ¿No estaba hablando demasiado de repente? Una vez más se puso nervioso e hizo una reverencia. -- P-perdón, sí, cocino. 

-- ¿Perdón por qué? -- Rió el rubio ladeando su rostro. -- Me interesaba lo que estabas diciendo. -- Comentó abultando su belfo inferior. 

El alfa en el interior de Yoongi movió su cola de lado a lado, ese chico era tan lindo... nunca antes se había sentido nervioso por un omega, él estaba acostumbrado a que estos lo mirasen con asco por ser un alfa un tanto extraño, o con lástima porque definitivamente habían muchas personas que pensaban que nunca iba a ser correctamente querido. 

-- El caso es que dentro de poco es el cumpleaños de un amigo mío, y queríamos hacerle una merienda sorpresa. A mi hyung le encanta comer... por eso es que entre el grupo de amigos pensamos en contratar el servicio de alguien para que nos hiciera lo que queremos. -- Le explicó con una tranquilidad y suavidad que el pálido admiraba, ese chico parecía un angelito en la Tierra... -- ¿Te gustaría intentarlo? Te pagaríamos, claro, es un trabajo. --

¿De verdad estaba pasando aquello? Las manos del mayor estaban tomando la bandeja apretándola como si en algún momento se le fuera a caer, su sueño era poder dedicarse a hacer sus propios dulces y postres, tener su propia pastelería y que la gente disfrutase de las cosas que él cocinase con tanta dedicación y cariño. 

Nunca antes le habían ofrecido algo como eso, y justamente ese omega que ponía alerta todos sus sentidos era la persona que tenía que ponerle un inicio a su sueño. 

-- ¿Yoongi-ssi? ¿Se quedó usted mudito? -- Habló esta vez la pequeña al ver como el alfa solamente miraba a su tío con una expresión la cual le hacía gracia. 

-- P-perdón ,es que- uhm, sería la primera vez que haría algo como esto y me hace muy feliz. -- Explicó agachando su mirada y sonriendo con suavidad. -- Me encantaría. --

-- ¿Sí? -- Jimin movió su cabeza para poder colocarse hacia donde el pálido estaba mirada. -- ¿Seguro? No quiero ponerte en un compromiso. -- 

El de ojos felinos sonrió esta vez al completo  mostrando sus encías y perlados dientes. -- En serio, Jimin-ssi, me encantaría. -- 

-- ¡Perfecto! Tome mi teléfono, apunte su teléfono. -- 

Ahora mismo el peliblanco agradecía que ese chico tuviera ese gran Don de gentes, porque es lo que le estaba permitiendo conocerle. Yoongi era consciente de que si por él fuera, por mucho que ese chico le había parecido sumamente encantador desde el minuto uno, no se hubiera acercado más de la cuenta jamás. 

Hubiera sido desagradable que el omega le mirase con desagrado, pero no, ese joven le sonreía a cada momento, aún sabiendo que era un alfa, ahí estaba mirándole de esa forma tan agradable. 

Con sus dedos temblando por tener en sus manos el teléfono ajeno, anotó en la agenda su número, luego devolviéndoselo y viendo como Park le ponía el nombre al contacto. -- ¡Listo! Te hablaré más tarde. -- Aseguró. 

-- Está bien, muchas gracias, de verdad. -- Volvió a hacer una reverencia y uno de sus compañeros tocó su hombro con suavidad. 

-- Yoongi, te necesitan en la mesa dos. -- 

El alfa se regañó a si mismo, había estado demasiado tiempo hablando, si es que su jefe le había visto podría regañarle, esperaba en serio haber pasado desapercibido, odiaba cuando le regañaban, demasiado se exigía él a si mismo, además de que era demasiado sensible. 

-- Perdón por entretenerte, Yoongi-ssi. -- Se disculpó el rubio con una sonrisa avergonzada. 

-- Oh no, no pasa nada, pero debo de irme ya. Espero que disfrutéis de la merienda. C-cuando tengáis que pagar, avísame, me gustaría... me gustaría darte tu amapola roja. -- Murmuró con su mirada desviada mientras acariciaba sus propios cabellos. -- ¡B-bueno! Hasta luego. -- 

Con prisa sin dejar que el chico dijera algo, se fue a seguir con sus tareas. 

La mirada del rubio omega le siguió, le hubiera gustado agradecerle aún más, ese chico era realmente tierno, posiblemente la persona más especial que hubiera conocido antes, por lo menos esa era la sensación que le daba. 

-- Tío Minie ¿Es ese alfa como los príncipes de mis cuentos? -- 

El nombrado sonrió viendo como el pálido tomaba el pedido de otra persona, hablando de esa manera tímida que lo caracterizaba. -- Lo parece ¿verdad? -- 





Yoongi había llegado por fin a su casa, estaba cansado, quería tirarse en su cama y dormir mucho, mucho, mucho tiempo, pero bueno, a pesar del cansancio, su estómago rugió en cuanto el olor a comida se le hizo presente. 

-- Ya estoy aquí. -- Anunció entrando en la cocina con su mochila en la espalda colgando de un hombro. 

Sus padres estaban preparando la cena juntos, ambos se encontraba riéndose por alguna tontería cuando su hijo menor hizo acto de presencia. -- ¡Yoonyoon! Que bien, tu hermano acaba de llegar también. A la cena aún le queda un poco ¿Por qué no te das una ducha? Cuando salgas seguro que estará lista. -- 

-- Uh, sí, gracias, mamá. -- 

Tirando de su cuerpo el pálido subió las escaleras, la habitación de su hermano mayor estaba cerrada y se escuchaba la música algo elevada, eso significaba que se estaba duchando. Por suerte cada uno tenía su baño propio así que lo podrían hacer a la vez. 

El alfa lavó su cabello y se colocó su pijama, disfrutando del olor de la ropa. 

Efectivamente cuando estuvo en la cocina, sus progenitores estaban sirviendo la cena y su hermano acababa de colocar la mesa. -- Luces cansado, pequeñín. -- Le habló su hermano con una sonrisa. 

-- Hyung, por la  mañana tuve clases y por la tarde trabajé, estoy deseando dormirme. -- Le explicó recibiendo un beso en la frente de parte del anteriormente nombrado. 

-- Bueno, cenas y descansas, cariño. Pero tienes que reponer fuerzas. -- Animó su padre y todos se sentaron en la mesa a comer. 

De vez en cuando participaba en la conversación que su familia estaba teniendo. No es que le aburriera lo que estaban hablando, es que en serio no sabía como no estaba quedándose dormido encima del plato. 

A pesar de incluso haber dado la primera cabezada, su teléfono sonó y la pantalla se iluminó sobre la mesa. Todo el sueño pareció esfumarse. Sus ojos se abrieron y sus mejillas adoptaron un color rosa intenso que no pasó desapercibido por sus mayores. 

Número desconocido.

¡Hola, Yoon-ssi 
Lo primero de todo, gracias por aceptar.
Es usted un alfa muy dulce.
Mis amapolas lo confirman hahaha. 
Usted me dio demasiadas hoy, pero me encantan.
23:16

Mañana le hablaré para concretar qué haremos,
¡estoy emocionado por eso! 
Ahora descanse ¡buenas noches!
23:17

Ojalá nunca se estropeasen. :(
23:20

-- ¿YoonYoon? ¿Qué pasa? -- 

-- C-creo que hay alguien que le gusta a mi alfa. -- Dijo directo y conciso, siendo consciente de como los ojos de sus familiares se abrían con sorpresa.

Él nunca, nunca, nunca, les había dicho eso con alguien más. 

-- ¿A ver? ¡Quiero verlo! Joder, mi hermano enamorado ¡ansiaba este momento! -- 

-- N-no, él no... quiero decir. Él es un omega y estoy seguro al cien por ciento que mi alfa está interesado en él, lo noto, noto como se inquieta cuando está cerca y lo feliz que se pone cuando me hace cumplidos. -- Comentó en un tono de voz suave, demasiado avergonzado, no sabía como siquiera estaba siendo capaz de relatarlo. -- Pero no lo conozco como para saber su personalidad o-o si él podría gustarme como persona y... eso. -- 

-- Entonces adelante, hijo. Permítete conocerle, eres encantador, mi niño. No tengas miedo ¿bien? -- 

Yoongi asintió con su cabeza, sintiendo como su padre acariciaba sus cabellos húmedos. Iba a conocerle, quería hacerlo, ese chico le hacía sentir como nunca nadie antes y se estaba volviendo adicto a esa sensación. 

¡Hola! Espero que hayáis disfrutado este capítulo, se lo quiero dedicar a liadali porque en el capítulo anterior dijo que este era uno de sus fanfics favoritos y eso me puso muy, muy feliz. 

He subido una nueva historia, se titula París, espero que le deis una oportunidad. 

Tenemos dos nuevos personajes, os dejo fotitos. 

Park Jihyo ; de Twice



Park RyunJin ; Shin RyunJin de Itzy 

En esta historia es una niña pequeña, así que os pondré imagen de como la imagino también. uwu

¡Bueno! Una vez más, gracias por leerme, lo agradezco de todo corazón. Espero que os estéis cuidando mucho y que estéis muy felices. Si alguien se siente solitx o tiene algún problema puede hablarme, os leeré encantada, por favor, nunca os sintáis solitos. 

Nos leemos en el siguiente capítulo, angelitos míos. Os quiero. 

Kissssuuuu~~

251120

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