"Porque eres tú" Extra Cuatro.
Tristán Hudson
—¿Estás terminando conmigo?
Él solo aplastó sus labios, cerrando las últimas maletas que le pertenecen.
—Ya no voy a estudiar aquí, y tú probablemente conozcas más personas— contestó Dimitry decaído —en algún momento, la relación va a decaerse, Tristán... Sería menos doloroso terminar desde ahora que descubriendo cosas que no querramos luego.
Negué con más confusión. —No te entiendo, Dim, llevamos casi dos años de relación, ¿Por qué de pronto piensas eso?
—¿No lo ves?— sacó —¡Tú vas a conocer personas, tú vas a encontrar gente que es más reservada y centrada como tú! Y ellos estarán aquí contigo, yo voy a estar en otro lugar, no habrá tiempo para nada...
Esto es ridículo.
—Quiere decir que, solo estabas esperando tu graduación para hacer esto— respondí, ya más dolido que enojado.
—Aunque quisieras, no entenderías ese miedo de que la única persona que te ha aceptado, pueda cambiarte por alguien más.
—Una persona que tiene miedo de perder a otra, no hace este tipo de cosas, apréndelo— di por terminado, tomando algunas cosas antes de ir a ver a Tony —y suerte, Dimitry.
Dejé el dormitorio detrás, porque de nuevo, mi ahora ex novio, desconfiaba de mi.
Casi dos años, ¿Y no logré hacerlo sentir seguro?
Si era así, entonces, solo éramos la pareja perfecta en el momento incorrecto.
...
Los sollozos de un pelinegro ebrio se oyen por mi lado, mientras yo palmeana su espalda en un intento de consuelo.
—Eso, llora, Anthony, que el mundo sepa que hace dos años sigues lamentando a la misma persona— dije apoyando sarcásticamente a mi mejor amigo.
Golpeó la mesa de la barra en respuesta, su cabeza pegada a la misma, y su largo cabello cubriéndolo.
—Lo extraño— contestó sacando sus lágrimas —¡Prometiste que ibas a buscarlo!
—Si, Tony, eso hago— volví a responder, pasando su brazo por arriba de mi cuello —ya pasó tu hora de dormir, mañana seguimos en la búsqueda.
Salimos del bar a pasos torpes, ni siquiera yo podría decir que estaba sin una gota de alcohol, cuando evidentemente, yo era quién antes tenía que ser cuidado a la hora de terminar ebrio.
—A dos semanas de tu cumpleaños, y eres un desastre, amigo— comenté dejándolo en el copiloto de su auto —sabes, empiezo a creer que soy un excelente amigo por seguir apoyándote, de nada.
—¡Eres el mejor amigo del mundo!— gritó eufórico, antes de apagar sus baterías y querer dormir.
Fui hasta el piloto para ser quién manejara, no sin antes pedirle las llaves de manera para nada violenta.
Arranqué hasta la universidad, con un mejor amigo ebrio al lado.
Muchas veces, entendía ese dolor no superado de Anthony, él chico que se robó su corazón, realmente lo hizo, robó su corazón y cuál ladrón, se fue sin decirle mucho.
Y cómo pedirle que lo supere, cuando yo tenía meses que había terminado con un chico increíble, y que claramente, me dolía.
...
Jamás me tuve en una idea de qué me vería consumido por el abandono, por una ruptura o parecido, normalmente, veía mis relaciones como algo que al acabarse, solo tenía que continuar con mi vida, que era algo normal que en algún momento iba a suceder.
No me explicaba, que de tantas relaciones que he tenido, la única con la que no parecía poder olvidarla, era con Dimitry.
Muchas veces me quedaba pensando, cómo fue que lo acepté, el día que terminamos, lo dejé ir más fácil de lo que hubiera imaginado.
Tal vez era porque, jamás creí que el día de nuestra ruptura llegaría.
Claro que yo me moría por verlo de nuevo, por escucharlo hablar todo el tiempo y verlo ir de un lado a otro.
Lo extrañaba, más de lo que debería.
Y era lógico que otra vez tuviera que recordarlo, cuando hace un día, tuve que llamarlo para hacerle la cordial invitación al festejo de su primo.
—¡Hudson!
Volteé al pasillo del que me llamaron, antes de llegar a mi dormitorio, para ver al que parecía ser la pareja de Anthony.
No sabía si Chad lo notaba o no, pero, difícilmente él podría enamorar de verdad al pelinegro.
—-¿Puedes preguntarle a Tony si tiene mi cuaderno y mi liga de cabello?— preguntó el platinado con apuros —¡Los necesito pero debo salir, déjalos por debajo de mí puerta, gracias!
Y así nada más se fue, obligándome a ir y molestar a Tony.
...
—Feliz cumpleaños, Antonio— añadió Dimitry a su primo —¡Diviértete mañana!
—Si, sí, gracias— fue la respuesta de Tony.
Y yo, seguía sin creerme que en serio ese chico estaba aquí, más si venía con la única tarea de preguntar por las cosas de Chadler, y terminé en blanco cuando había visto a Dimitry en el dormitorio.
Se veía tan diferente a como él se fue de la universidad, lleno de piercings en la cara, y ahora no tenía ni uno solo.
Pese a eso, carajo, Dimitry seguía viéndose igual de lindo que como la primera vez que lo ví.
Se despidió rápido de Anthony, para pasar por un lado de mi, dispuesto a irse.
De ninguna manera iba a permitirme eso.
Así como él, tuve que despedirme del ojiverde, corriendo tras el castaño.
—Dim— lo llamé cuando lo alcancé, tomé su brazo sin fuerza, que afortunadamente, volteó enseguida —¿Tienes cinco minutos?
Asintió. —De hecho, tengo muchos minutos, ¡Solo estoy ocupado en las mañanas!
—Menos mal— añadí, llevándolo conmigo al dormitorio.
Cerré la puerta detrás de mi cuando ambos estuvimos dentro de la habitación, sus emociones ante esto no eran de nervios, eran de lo que siempre ha sido Dimitry.
Él solo veía curioso el lugar, y terminó por dejarse caer en la cama.
—No pensé que alcanzaría a verte, cambiaste tu cabello, el castaño claro te queda— dijo tranquilamente, con su espalda recostada —¿Cómo te ha ido?
—Bien, en lo que cabe— respondí —¿Qué hay de ti?
—¡Demasiado bien! Enseñar a niños de preescolar a bailar es más divertido de lo que creí, lo juro, ellos son tan enérgicos y sonrientes, siempre que llego, me reciben con saltos y gritos, ¡Me siento muy feliz estando ahí! Es como si todas las personas que aquí se burlaban, allá se convirtieran en mini personas que son todo lo contrario— confesó en un suspiro —... Se siente como si estuviera con gente como yo.
Verlo y escucharlo hablar de nuevo, reconocer esa emoción e ilusión en sus palabras, y saber que, mi chico realmente está bien.
Eso era lo único que yo necesitaba, saber que él no se hallaba sufriendo por los demás, que mi Dimitry, olvidaba poco a poco que ser quién es no está mal.
—Me alegra escuchar eso— opiné con toda la sinceridad en mi boca —me alegra verte.
Sonrió nervioso. —¡A mí igual! Y... Mmh, ¿Has conocido a alguien?
Respiré pesadamente, ya harto del ambiente rígido e incómodo.
Instintivamente, aproveché su posición por completo, me puse arriba de él, separando sus piernas a los lados, y dejando mis manos a los costados de su cabeza.
—No, Dim, no he conocido a nadie de quién esté interesado— respondí al chico —nadie que se ha puesto enfrente de mí ha logrado gustarme a primera vista como tú, si tu notoria duda y miedo es si te olvidé y si encontré a alguien que "me haga sentir mejor", estás muy equivocado, porque yo lo encontré hace dos años casi tres, y no lo he olvidado.
Me miró con esa duda e intensidad que tanto extrañaba, sus ojos marrones siempre habían hecho conexión con los míos, y siempre sentí que solo quería que esos ojos me miraran a mi como su única persona especial.
Tal vez haber llevado las cosas tan apresuradas desde el primer día no fue dentro de lo normal, lo más sensato.
Pero en este instante, no me importaba.
—Anthony ha estado esperando a Eliot por dos años— respondió luego de tiempo —no quisiera dejarte a ti con duda tanto tiempo en el que seguramente me olvidarías, así como yo tampoco quisiera estar años ilusionado de que volveré a verte cuando tal vez tú a mí no me deseas ver ni en pintura.
—Tú no eres Eliot, yo no soy Tony— aclaré —ellos saben su historia, Dim, ellos saben lo que realmente son, y si en un futuro vuelven a encontrarse, ellos sabrán si deciden estar juntos otra vez... Pero nosotros sabemos nuestra historia, yo sé lo bueno y malo que has pasado, tú sabes las cosas buenas y malas que yo he pasado, y los dos sabemos bien lo que uno significa para el otro, deja de compararte con los demás, porque prefiero mil veces que seas único a que seas una copia de otra persona, o que intentes ser quién no eres, te lo he dicho tantas veces.
Hizo una mueca nostálgica, para que de forma escurridiza, pudiera bajarse de la cama.
Con más decisión que hace rato, se fue directo a la puerta.
—Tú nunca tuviste problemas de aceptación— dijo decaído —¿Qué quieres que te diga? ¿Que vamos a intentarlo otra vez y que nada pasó?... Yo no puedo hacer eso, porque no eres el único que ha extrañado a alguien, y créeme, que todos los días lo único que quiero es volver a verte, pero las cosas de complican de solo recordar que tienes a personas mejores que yo conviviendo contigo todos los días.
—Nunca voy a entenderte, Walker— confesé rindiéndome —en serio, jamás pude hacerlo, pero me divertía intentándolo.
Me senté sobre la cama, antes de dejarlo ir.
—Solo déjame decirte, que si te vuelvo a ver en cualquier otro momento, no voy a dejarte ir, ayer volví a hablarte por necesidad, hoy te vi por casualidad, si te encuentro de nuevo, lo tomaré como luz verde para recobrarte.
Él ya conocía mis amenazas de compromiso, él entendía perfectamente que mis palabras románticas a él se manifestaban así.
Salió del dormitorio casi en burla.
Probablemente él no creía eso, pero yo estaba seguro que lo tendría que mirar otra vez, aunque no fuera en el festejo.
...
Las luces del club, y el alcohol, estaban bastante presentes en mi sistema.
Había hecho lo que estuvo en mis manos para que mi mejor amigo la pasara bien hoy, no notaba que estuviera eufórico, pero aburrido no se veía.
También, sabía que invitando a Acacia, él tendría más ánimos y energía.
Aunque la castaña haya tenido una actitud más rara antes de desaparecer entre la gente.
—¡Logré traerlo! Aunque haya sido a la fuerza— se escuchó la misma voz femenina.
Volteé hacia atrás junto con otros, viendo la única figura que yo necesitaba para mejorar la noche.
Vestía con una camisa gris, sus mangas hasta los codos, y sus pantalones negros acompañados de zapatos del mismo color.
Di todo por controlarme ante la emoción, y que no crea que no olvidé lo que le dije ayer en el dormitorio.
—Bendita seas, Acacia Jones— dije bebiendo de mi vaso.
En su bienvenida, por azares de Acacia y de Tony, lograron sentar a mi Dimitry a mi lado.
Claramente, al inicio todo era incomodidad, y después de rato, cuando el castaño que se quedó grabado en el corazón de mi amigo apareció, fue que olvidamos cualquier discusión, y solo hablábamos entre los cinco, como antes lo hacíamos al estar todos juntos.
Las risas volvieron, los roces entre mi castaño y yo aumentaban, así como el alcohol.
Para cuándo acordamos, ya nos estaban llevando a mi dormitorio.
Todo el alcohol nos hizo lo de siempre, terminabamos más dormidos que otra cosa.
Casi siempre era yo quién se mantenía menos ebrio cuando Dimitry y yo salíamos solos, pero cuando había más personas con nosotros, no nos importaba.
Escuchaba los susurros de Tony, de Acacia y de Eliot cuando nos dejaron en mi dormitorio, apenas pudimos llegar.
En cuanto toqué la cama, supe que estaba alguien a mi lado, y ahí me quedé dormido, o al menos eso era lo que había sentido, hasta que casi algunas horas después, en tanta oscuridad y dolor de cabeza, me desperté.
Fue casi inconsciente el momento en el que me levanté de la cama, apenas las cinco de la mañana se marcaban en un reloj de al lado.
Todo me daba vueltas, y la única solución, fue levantarme y mojar mi cara en el baño, si no me bajaba lo ebrio ahora, mañana iba a amanecer peor.
Sequé mi cara con una toalla chica, para que al salir del baño, viera ese cuerpo dormido en mi cama.
Enseguida reconocí esa posición, era de la única persona que conocía que dormía con las piernas flexionadas hacia arriba.
Mi Dimitry estaba en mi cama otra vez, totalmente dormido.
Le debo un gran favor a Jones.
Esbocé una sonrisa de forma inconsciente, siempre se veía tan calmado durmiendo, solo en este momento del día parecía que Dimitry tenía un botón de encendido y apagado, el cual lo hacía dejar de funcionar en la noche.
El alcohol bajó levemente. Me recosté por un lado de la cama, bajé las piernas del castaño y lo hice girar a su costado.
Mi brazo atrapó su cintura para abrazarlo y pegarlo a mi, había extrañado tanto tenerlo cerca, sentir que conmigo estaba seguro de cualquier persona que quisiera dañarlo.
Antes de quedarme dormido como lo planeaba, su cuerpo se volteó a mi, incitandome a abrazarlo aún.
Quedamos frente a frente, y su voz somnolienta habló.
—¿Estás despierto?— preguntó en la oscuridad.
—Por poco y dejo de estarlo— contesté pacífico —tú igual deberías dormir.
Acercó su rostro a mi pecho, acurrucándose en él.
—¿Por qué yo?— añadió en un susurro —¿Por qué me elegiste? Has estado dos años conmigo y... Aunque hayamos terminado, me sigues tratando como si todo estuviera normal. Siempre quise saber qué habías visto en mi, y siempre me daba vergüenza preguntar, por lo cuál, mi estado de ebriedad es la solución.
Di una sonrisa ligera, no había nada que él no hiciera con su esencia e ironía.
—Dimitry, no me fijé en ti porque te hayas vuelto mi compañero de cuarto— empecé —¿Te digo algo? Tampoco porque tuvieras lo que me gusta físicamente. Tú me gustaste desde que entré y me sonreiste, que empezaste a hablar, a saltar y a alegrarte de que tenías un nuevo compañero, te veías tan feliz porque alguien nuevo llegó... Y yo no sabía por qué, pero quería verte así todos los días.
Se aferró a mi con más fuerza, dejándome hablar con más seguridad.
—Tú eres transparente aunque te cueste aceptarte— seguí acariciando su cabello —¿Qué te puedo decir? Amo verte feliz, hablarme de cualquier cosa, o cuando a primera hora del día ya estabas lleno de energía, incluso cuando venías a mi cuando te sentías triste, a tu familia, todo lo que tenga que ver contigo. No es una pregunta difícil, me gustas porque eres tú.
Su agarre fue menos firme, lo moví un poco al no escuchar respuesta de él.
La respiración salió de su boca de forma más tranquila, sus ojos volviendo a cerrarse.
Pasé mi pulgar por debajo de ellos, confirmando lo que ya sospechaba.
Limpié su lágrima saliente, era de esas lágrimas que escapaban de su cara por las noches, todo cuando yo le recordaba lo especial que era.
Besé su frente. Si hace un día le aseguré que habría de recobrarlo, hoy iba a cumplirlo.
—No me importa ya quién seas, solo déjame estar contigo otra vez. Voy a cuidarte como siempre lo hice.— finalicé, dejándonos descansar a ambos.
...
Mi parte favorita de la ruptura con Dim, fue cuando hablamos la mañana siguiente y lo hablamos.
Las cosas pasaron más normales de lo que se pudiera creer, él aceptó otra oportunidad, empezar desde cero en una nueva historia juntos.
Nunca me sentí necesitado de estar con alguien, pero con él, carajo, yo necesitaba a Dimitry cerca para estar bien.
Sabía que Eliot y Tony estarían bien, así como yo lo estaría con Dim.
Pasara lo que pasara, ya no iba a dejarlo ir tan fácil, esta vez, iba a dejarle en claro que ni siquiera la distancia iba a decidir qué tan unidos podíamos estar.
Porque yo en serio quería estar con él, explorar el mundo y pasar mis días a su lado.
Tenía la misión de hacerlo sentir seguro, de convencerlo de que jamás iba a cambiar a nadie por él, no entiendo quién en su sano juicio fue capaz alguna vez de hacerlo sentir mal.
De igual manera, ahora estábamos él y yo.
Mi Dimitry y yo.
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A ver a ver, apoco si se acabó ya.
Así essss.
Pues nada que, de nueva cuenta gracias por todo el apoyo a las historias, por sus votos y comentarios los cuales siempre leoooo.
Espero que les haya gustado estos pequeños y sencillos extras de la pareja secundaria los que amo mucho la vdd.
Cuando esto esté subido, en mi perfil ya estará la tercera y última parte de la trilogía que es, la historia de Sammy porque varios ya querían que fuera subida.
En finnn.
Gracias por leer y nos vemos con Sammy, los qm.
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