Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15.- "Familia Walker"

Anthony Walker

—Debe estarnos esperando ya— dijo el pequeño Eliot, somnoliento, aún con su cabeza oculta en mi pecho, yo lo abrazaba cerca de mi para que no cayera de la cama.

—Yo estoy listo para irnos, eres tú el que no despierta aún— dije burlándome.

El amanecer llegó demasiado pronto, aún así sentí que lo poco que dormí fue suficiente, y la poca resaca que tenía yo, sabía que no era comparada con la que tendrían Eliot, Dimitry y Tristán.

Por mientras, yo había dormido con Eliot en esta cama, no fue nada sexual, solo nos mantuvimos pegados para que ninguno de los dos fuera a caer, al final pudo ponerse mi camisa, y yo ropa aparte de esa.

Y aunque a la mitad de la noche esa camisa se subía en su cuerpo dejándome verlo, siempre terminaba haciéndola abajo para que no se sintiera incómodo.

Debía decir, que siempre dormía bien, solo que al tenerlo así de cerca, dormí demasiado bien y tranquilo.

—Estoy cómodo contigo— dijo haciendo un berrinche —no quiero irme.

—Acacia va a enojarse si no estamos listos, y si nos quedamos de igual forma nos van a echar después.

Me miró con un puchero y sus ojos de convencimiento.
Aunque quisiera, no podía cumplir su deseo ahora.

Lo único que si podía hacer, era llevarlo por mi mismo hasta la camioneta de la chica.

—¿Te parece si te llevo?

Entre cerró sus ojos sin apartar su vista. —Suena tentador.

—Te compraré algo para el desayuno y la resaca, pero necesito que estés despierto.

—Me pides mucho— se quejó por última vez —pero, acepto.

En cuanto logré ponerlo de pie a la cama, puse en la maleta la ropa que correspondían a los disfraces, en tanto el castaño arreglaba la cama para no dejarla mal presentada, y ya todo listo, solo quedaba que el chico viniera conmigo.

—Arriba— dije sentado en la orilla de la cama.

Eliot, que aún estaba en ella, enseguida se colocó arriba de mi espalda, rodeando mi cuello con sus brazos, y sus piernas mi cintura, dejó caer su mentón en mi hombro.

Siempre era un privilegio y una felicidad tener a mi artista abrazándome, en la situación que fuera.
No tardamos en salir de la habitación ni del hotel, y finalmente solo pasamos a pagar algo extra como la bañera.

Terminamos por llegar al estacionamiento, dónde en efecto había varias personas con disfraces saliendo por igual, eso pasa cuando deciden cerrar los edificios.

Claro que quería hablar con Eliot sobre lo que pasó entre los dos ayer, no obstante, era algo que debía esperar a que estuviéramos en mejores condiciones.

Llegamos por fin a la camioneta blanca de Acacia, y sorprendentemente, Dimitry y Tristán ya estaban ahí, muriéndose con lentitud y agonía.

—Buenos días— dije burlándome.

Dejé a Eliot en el asiento de ayer, pero él ahora sí estaba más despierto, viendo curiosamente a la pareja que sufría.

—¿Qué tienen de buenos?— preguntó Dimitry, ocultado en Tristán.

Mi primo solo tenía su cabeza recostada en el hombro de Tristán, con sus piernas extendidas por arriba del mismo. Se veía que, a pesar de lo rápido que avanzó su relación desde que iniciamos clase, siempre están juntos, y mi amigo nunca deja de cuidar a Dimitry.

—¿Listos para irnos?— preguntó una castaña en el volante, colocando el cinturón de seguridad, sin siquiera voltear a vernos —haré un pase de lista, Eliot.

—¡Listo y presente!— dijo el chico alegre.

—Tony.

—Aquí estoy— respondí.

—Dimitry— siguió la de ojos dorados.

—Quiero morirme— dijo mi primo en más agonía.

—Tristán— inquirió por último.

—Quiero matarlo— sentenció —no dejaste de roncar toda la noche.

—Y por eso pusiste una corbata en su boca— finalizó Acacia —perfecto, ya podemos irnos.

Con eso, nos fuimos de regreso a la universidad, el camino fue de la misma forma que el de ayer, solo la chica y yo hablando de diversas cosas, y los otros tres, dormidos.

Era curioso ver la rapidez con la que podían estar despiertos un segundo, y al otro caer en un sueño.

Al menos la habíamos pasado bien ayer y hoy.

...

Dos días después de la memorable fiesta de día de brujas, las cosas entre Eliot y yo eran mejores.
Desde esa noche, dormimos en la misma cama, no tenía intenciones de ir más rápido con él, por el momento yo estaba feliz de que estas tres noches las pasaba abrazado a él, me sentía seguro y en paz con él, y quería asegurarme que él por igual.

Fuera de eso, seguíamos tratando con la normalidad de todos los días.
Pero en esta situación en particular, no era de noche, no estábamos dormidos, mucho menos abrazados.

—¿Nervioso?— preguntó el chico a mi lado, en el que ahora sí es mi auto —has hablado bien de tus padres, no veo por qué no serán cómo los imagino.

Haber traído a Eliot por fin, me causaba mucha emoción, pensaba que con eso avanzaríamos otro paso a lo que podríamos llegar a ser. Después de todo, Eliot quería conocerlos, y ellos querían conocerlo a él.

—No son ellos los que me preocupan— dije, y su mano se puso justo arriba de la mía, presionandola —es que, no me esperaba que mis abuelos estuvieran aquí.

Nos encontrábamos enfrente de la casa de Frank y Ayden, al momento en que llegamos, me di cuenta que no solo el auto de ellos dos estaba aquí, había un tercero, que era el auto de mis abuelos.

Naturalmente, los padres de Frank son bastante estrictos y frívolos. Por otro lado, los padres de Ayden son personas con mucho amor para dar.

Lástima que, los padres de Ayden pasaban más tiempo fuera de la ciudad que aquí, dando así la oportunidad a los otros abuelos de venir cuando quisieran.

Y es que, no recuerdo una sola vez que Frank haya hecho una invitación a sus padres a venir, la mayoría del tiempo eran ellos quiénes llegaban de sorpresa, y justamente hoy fue uno de esos días.

Sam y yo jamás fuimos apegados a ellos, porque sabíamos que si no fueron capaces de mantener una relación sana con sus hijos, mucho menos con nosotros.

—Si no estás cómodo viniendo conmigo, puedo irme— me dijo, muy seguro de sí, como si él fuera el problema —no quiero hacerte pasar un mal rato a ti y a tu familia.

—Me da un poco de preocupación, pero no vergüenza— aclaré —de cualquier forma, no voy a dejar que intenten decir algo inapropiado.

—¿Estás seguro?— preguntó temeroso —yo en serio quiero agradarles, pero si no es posible...

—Eli— lo llamé sonriendole —mis padres van a amarte, y mis abuelos no dirán nada que no deban. Y en caso de que todo lo que pienso se contradiga, voy a defenderte.

—¡Vamos!— dijo más alegre.

Bajé del auto con los mismos nervios de saber que estaban todos aquí, solo me faltaba que la familia de Dimitry también estuviera presente.
Que realmente, no me molestaría, sin embargo, el plan original era que solo mis padres y Sam debían conocer a Eliot primero.

Llegamos a la puerta de entrada, me negué a esperar que alguien abriera, yo mismo lo hice con la llave que aún tenía.

Tomé a Eliot de la mano y lo invité a pasar, cerrando la puerta detrás de nosotros, las dos voces prominentes y graves de Frank y Jonathan, se hicieron presentes en cuanto llegamos.

Caminé con mi chico hacía la cocina, hasta que estuvimos frente a todos. Jonathan, Erika, Frank, Ayden y Sam. Todos viendo rápido hasta nosotros.

—¡Tony!— dijo Ayden alegre, se levantó de su lugar y vino a mi para abrazarme, le correspondí un momento, hasta que vió a Eliot maravillado —un placer, yo me llamo Ayden, soy padre de Tony, tú debes ser Eliot.

Asintió feliz. —Es un placer conocerlos.

—Pasa, ponte cómodo.

Ayden regresó a la mesa, dejándonos al castaño y a mí a la vista de todos aún.

—Les presento a Eliot— dije convencido, sin soltar su mano aún —es un amigo de la universidad.

Sí, amigo. Aún.

—Eliot— Frank se levantó de su lugar, para darle la mano con una simpática sonrisa —mucho gusto, soy Frank, imagino que ya conoces el apellido.

—Eliot Callaghan— respondió el pequeño —he oído mucho de ustedes, me emociona estar aquí, espero no haber interrumpido.

—Saluda, maleducado— dije a Sam.

Elevó su vista con la de Eli, y mi chico pareció darle una linda sonrisa, que hizo que mi hermano también se dignara a levantarse y darle la mano.

—Sam, y no me gusta ser su hermano— susurró a Eliot, causándole una risa.

—No lo eres— fue la primera palabra de Jonathan.

Rápidamente, Eliot dejó de reír, y Sam volvió a esa expresión neutra. Con razón estaba tan serio.

Jonathan Walker se puso de pie por igual, y bajó su cabeza un poco para saludar.

—Soy el abuelo de Anthony, un placer Eliot— contestó el señor canoso de traje.

—El placer es mío.

Frank intervino susurrando. —Ya hablamos de esto, Jonathan.

Sabía que Jonathan tuvo problemas en acostumbrarse a qué sus hijos tuvieran parejas hombres, y le costó bastante llevarse bien con Bruno y Ayden, pero al final lo logró.

El problema estaba en qué, fuera de eso, Jonathan no consideraba a Sam de la familia, por ser hijo de Ayden nada más.

Por otro lado, Erika, su esposa, jamás decía nada, solo callaba ante lo que escuchaba de Jonathan.

Y cómo siempre, Eliot no podía dejar atrás a nadie, rápidamente miró a mi abuela, la cual si le sonrió con honestidad.

—Erika— comentó feliz —abuela de Tony y Sam.

—Siéntense, la comida está lista— sugirió el de ojos rojos.

Sin siquiera pensarlo, llevé a Eliot al asiento entre Sam y yo, no podía dejarlo cerca de Jonathan o Frank, en cualquier momento podrían cambiar las cosas, y prefería que estuviera cerca de mi.

Empezamos una comida normal, en la que no hablábamos mucho, a veces Frank y su padre cruzaban alguna palabra sobre el trabajo, y de vez en cuando Erika intervenía, Ayden siempre hablaba y hablaba si quería, y podía ver qué eso le gustaba a Frank demasiado, de alguna forma, siempre le prestaba atención cuando él tenía algo qué decir.

Eso era algo que debía admirar de ambos, ni mi padre ni mi abuelo les negaban la palabra a su pareja, ya sea mucho o poco lo que tuvieran que decir, siempre los dejaban expresarse sin rechistar.

—Y, ¿En qué carrera estás, Eliot?— preguntó Ayden, curioso.

—Artes visuales— comentó orgulloso —me gusta mucho crear con las manos y los colores.

—¿Tienes algún trabajo en mente?— preguntó Jonathan.

—Oh, pues... Aún no— respondió entre muecas —no me dejan trabajar mis padres.

—Eso quiere decir que nos han estado explotando desde los trece años— susurró Sam en burla. Por humor de hermanos, me reí con él, estando de acuerdo.

—Frank y Daniel empezaron a trabajar desde los quince, ¿Por qué no te dejan, exactamente?— volvió a preguntar el hombre mayor.

Eliot pensó. —Mis padres son muy sobreprotectores, dicen que no trabajaré hasta que termine la universidad.

Frank negó sin hacerlo notar, pero el otro Walker, si negó con mucha notoriedad.

—Así nunca vas a enseñarte a trabajar de verdad, y te será más difícil conseguir un buen empleo después.

Vi a Frank estar de acuerdo por primera vez.
Su gesto lo dijo todo, su cabeza se ladeó a la dirección de Jonathan, y asintió levemente, bebiendo de un vaso.

—Abuelo— lo llamé, sabiendo que mi padre no diría mucho —los padres de Eliot son muy estrictos con él, así que por ahora no está trabajando, pero luego de la universidad trabajará en algo que le gusta, no veo por qué preocuparse. Por lo tanto, no sea tan irreverente.

Frank sonrió por lo bajo, como si estuviera recordando algo u orgulloso, e incluso Ayden entendió su gesto, menos yo.

—Para cualquier trabajo estable se necesita experiencia, y no la va a conseguir haciendo dibujitos.

De reojo, noté al castaño bajar su cabeza, aplastando sus labios.

Ahora sí, Erika lo miró con indirectas.

Ayden negó cerrando sus ojos levemente.

Sam no decía nada.

Y Frank y yo, miramos a Jonathan indignados.

—No tienes qué decir eso— reprendió mi padre ahora con fuerza —no son dibujitos, es esfuerzo y estoy seguro que el chico debe hacer arte si es lo que le gusta.

—Está bien, ¿Señores Walker...? El arte es subjetivo, me dijeron por ahí— contestó mi chico, tomando mi mano por debajo.

—El arte no va a darte de comer, o a mantener una familia.

Eliot apretó mi mano aún más, mientras Frank y yo intentabamos comer sin escándalo, podía sentir la conexión entre los dos por querer decir algo más.

Y es que, Eli era tan puro, que odiaba que estuviera escuchando este tipo de cosas.

—¿Y qué tal que él no quiere una familia? ¿Puedes dejar de querer reprenderlo como si fuera tu hijo? Ten respeto— dijo Frank ahora sí más rígido, susurrándole a su padre —es una visita, no un niño.

—Si me preguntas, yo creo que eres muy valiente de soportar a Tony— volvió a susurrarle Sam.

—Creo que siendo su hermano, debes conocerlo mejor que yo, ¿En serio siempre es tan rebelde? Quiero decir, ¿Alguna vez hizo caso a algo?— regresó la pregunta Eliot, provocándome otra sonrisa.

—La última vez que obedeció las reglas fue en primaria— contestó Ayden tranquilo —la profesora nos llamó irritada porque Tony no quería dejar de tocar una flauta en clases.

—Que de hecho, jamás supe el paradero de ese objeto— me quejé.

—Lo escondió él— dijeron Sam y Frank al mismo tiempo, culpandose el uno al otro.

Eliot volvió a sonreír tiernamente, adaptándose al humor de aquí.
Pero aún sentía esa aura pesada.

Seguimos en la comida, hablando de cosas cualesquiera, hicieron varias preguntas a Eli, queriendo conocerlo mejor.
Todo estaba marchando medianamente bien, e incluso Sam parecía tenerle más confianza a la hora de bromear.

Yo mientras tanto, cruzaba miradas con Frank, en las que entendíamos perfectamente lo enloquecido y encantado que estaba yo por esto. Su mirada me decía bien que, Eliot era bueno, y que era un gran chico.

—No le digas a mi hermano, pero ya tomé su habitación como estudio de baile privado— añadió el castaño de ojos azules.

—¿Puedes dejar de llamarlo "hermano"?— y de nuevo Jonathan, con demasiada crudeza —no sé hasta cuándo te quedará claro que no tienes la sangre de ninguno de nosotros, no eres un Walker, en todo caso, Anthony y Dimitry son mis únicos nietos. Y no tolero que intentes integrarte, cuando ni siquiera sabemos de qué mujer vienes.

Dejé caer mi cuchara al plato al mismo tiempo que mi padre. Esa fue la gota que derramó el vaso.

Sam no dijo nada más, se llenó de lágrimas en los ojos, la servilleta que estaba en su mano fue soltada entre coraje, y dejó la mesa con rabia. Salió de la cocina, y corrió a las escaleras de prisa, lo último que escuchamos fue su puerta cerrarse bruscamente.

—Fuera de nuestra casa— dijo Frank rápidamente, su quijada se tensaba.

—Frank, no vas a echarme, soy tu padre— ordenó el hombre.

Erika incluso se levantó dolida, asintió una sola vez en disculpas, para salir de aquí.

Sentí mi sangre hervir al mismo tiempo que la de mi padre, y apenas podía relajarme por la ayuda que tenía de Eliot, que tomó mi mano por completo. Lo cual no me servía mucho, quería gritarle, o sacarlo yo mismo de aquí.

—¿No me escuchaste? ¡No te quiero en nuestra casa!— el pelinegro se levantó más enojado —lo que acabas de decir, es la mayor estupidez que he escuchado, no voy a repetirlo, Jonathan, vete.

Incluso Ayden miraba al hombre canoso con odio, queriendo ir con Sam.

—¿Puedo ir con él?— preguntó un Eliot preocupado.

Ayden lo miró y yo por igual, ambos estuvimos de acuerdo, en ese instante, Eli salió disparado hacia el mismo camino que mi hermano.

—Frank— lo llamé fuertemente —yo lo arreglo.

Jonathan, demasiado orgulloso, se puso de pie con ayuda de un bastón, no dijo nada, solo se fue de la cocina, directo a la sala.

Fui directo a él, realmente enojado.

—Voy a decirlo una vez, nada más— empecé sin gritar, con mis padres en la cocina —acabas de lastimar a mi hermano menor, a Sam Walker.

—Ese niño no merece mi apellido.

—No. Tú no mereces el apellido Walker, tú lo ensucias y lo haces ver mal— añadí con más rabia —él no ha hecho nada malo para que lo trates así, y créeme que si pudiéramos, todos nos quitaríamos de tu árbol genealógico, no sé qué te haya hecho ser de esta forma y no me interesa, pero si vuelves a poner un pie aquí sin disculparte con mi hermano o con Eliot por lo que has dicho, no voy a quedarme de brazos cruzados, ¿Entendiste? Nosotros no necesitamos de ti, Jonathan.

El hombre no decía nada, y no quería que lo hiciera, yo en verdad necesitaba decirle todo lo que he querido.

—Lo que dijiste de la carrera de Eli, tampoco estuvo bien, ten un poco de respeto por todos los trabajos— hablé viendo su expresión seria —nada de lo que dijiste en esta mesa fue cierto ni correcto. Sam es más de mi familia que tú, y Eliot tiene más oportunidades de trabajo de las que crees.

Nada en él cambiaba, pero notaba lo demacrada que estaba su cara por la enfermedad.

—El cigarro está acabando contigo más rápido de lo que imaginas, y te aconsejo no gastar tus días en humillar a personas que no lo merecen— finalicé —y Jonathan, yo no soy tu nieto, no más. Así que ahora lárgate de la casa de mis padres, y no regreses hasta que pidas perdón, porque muerto ya nadie va a esperarte.

Se alejó un poco para examinarme, había estado batallando por no gritarle en la cara, por no querer lanzarlo yo mismo por la puerta.

—Eres su reflejo— sentenció, girando a la puerta —nos vemos después, familia.

Salió con ayuda de su bastón, esperamos bastante tiempo a que entrara a su vehículo y se fuera.

Para cuando notamos que ya no había rastro de él, volví a la cocina.

Frank me vió expectante desde su lugar, con sus brazos cruzados.
Ayden se mantenía junto a él, recargando su cabeza en el hombro de su esposo, ellos parecían muy acostumbrados a las tonterías de Jonathan.

El castaño miró al pelinegro, esperando por algo.

Y Frank por fin habló casi sonriente, diciéndome algo que jamás había escuchado de él.

—Estoy orgulloso— comentó burlón.

—Al menos todos comimos— agregó Ayden en ánimos.

Asentí sin saber exactamente qué decir, porque solo pude subir las escaleras a la habitación de mi hermano, para que al abrir la puerta, observara al pequeño Sam llorar en el hombro de Eliot, sentados en la orilla de la cama que al entrar, te daba la espalda.

Eliot se veía como un hermano mayor... Cuidando de Sam, y diciéndole que todo estaría bien, y más cosas.
El ojiazul en serio lo abrazaba demasiado, al igual que mi chico a él.

Tenía una aura demasiado triste pero a la vez, sabía que Eliot tenía ese tacto para hablar con las personas.
Sam jamás deja que lo abracemos o que nos cuente sus problemas, lo cual es raro, considerando que antes él era quién más quería la atención de Ayden y Frank, y ahora, solo quiere estar solo.

Viendo así a ambos, mis preocupaciones por apoyar a Sam se iban, entre más veía a los dos apoyarse mutuamente al parecer.

Era como una cálida sensación de confianza y seguridad a mi mismo también, en la que cada vez me convencía más que Eliot era único e irrepetible.

La bondad que cargaba en su corazón no podía ser más pura, y pareciera que nadie la pasaba mal si él estaba presente con su sonrisa y consejos.

Él era el indicado.

—No te preocupes por tu abuelo, tienes a tus padres y hermano— le susurró Eli —ellos te aman.

—No me siento de la familia— dijo Sam con la voz entre cortada.

—¿Te digo algo?— siguió con entusiasmo —pienso que es normal que te sientas así, y te entiendo, así que, si lo que quieres es desahogarte, házlo, nadie va a juzgarte.

Sonreí rendido ante Eliot, preguntándome qué hice bien para que este chico se apareciera en mi vida.

Volví a bajar con mis padres, ya estaba seguro que Sam contaba con un amigo ahora, y para cuando llegué, la mesa ya estaba limpia de nuevo, por responsabilidad de los dos hombres casados.

Ahora los dos estaban en un sofá, esperando a que todo estuviera mejor.

—Tranquilo— dijo Ayden a Frank, abrazándole por un lado —al menos ya se fue.

El pelinegro se veía con demasiado coraje, y lo entendía perfectamente.

—Vas a tener que hacer mucho por mi para que no esté enojado— contestó Frank a él, dándole un casto beso en la mejilla.

—¿Por qué debo ser yo el sacrificado?— agregó Ayden, haciendo reír a ambos.

En ese mismo instante, Eliot bajó de la segunda planta, con una sonrisa más ligera.

—Él estará bien— comentó sereno —es un chico muy fuerte, y creo que prefiere salir solo de su tristeza.

—Lamento que hayas tenido que ver eso— indicó Frank poniéndose de pie junto con su esposo.

Tomé la mano de Eli, pero él parecía no estar afectado por lo que sucedió.

—No tienen qué disculparse, sé lo que es discutir con la familia— contestó.

—Ojalá puedas visitarnos más seguido, eres muy agradable, Eliot, prometemos que ya no verás este tipo de peleas— siguió Ayden.

—¡Yo encantado!

—Es mejor que nos vayamos, aún tienes cosas qué hacer— señalé recordando las muchas tareas que él no ha podido realizar por estar conmigo.

Asintió. —Fue un placer conocerlos.

Terminamos por despedirnos de ambos de la forma más natural que pude. Después de que acompañara a Eliot al coche, regresé para despedirme mejor de mis padres, parandome justo en la fachada.

—Aún tengo una gran molestia porque lo presentaste como tu amigo, ¡¿No le has dicho nada?!— me regañó el castaño, siendo detenido por Frank para que no me atacara.

—Dígamos que somos correspondidos, pero no quiero apresurarlo a qué me de una respuesta, estaba planeando decírselo hoy, solo que luego de la escena de Jonathan no lo veo conveniente.

—¿Tú no conoces a sus padres?— preguntó ahora Frank.

Balbucé. —Eh... Sí, bueno, no están en buenos términos conmigo por ahora, y no están emocionados por conocer al chico que cambió a su hijo obediente.

—Si todo avanza con Eliot, ¡Que más te vale que sea así! Entonces en algún momento tendrás que conocerlos— finalizó Ayden.

—No prometo nada.

Frank dió una risa carraspeada, y simplemente terminé por despedirme, para así regresar con Eliot e irnos.

Claramente, no quise dar una despedida como tal a Sam, aunque debiera, conocía a mi hermano, y era mejor dejarlo solo ahora, lo que dijo Jonathan no era para que él lo dejara pasar, algún otro día vendremos a visitarlos y ahí podía hablar con él.

Así como llegamos a casa de ellos, nos fuimos, en silencio, yo aún quería esperar a que estuviéramos un poco más lejos, ya que estaba en cierta parte muy avergonzando de lo que vió.

Escuché su risa inocente, que cortó la tensión.

—Tony, no tienes qué sentirte mal por esto, tu familia es muy agradable y buena, ¡No entiendo cómo es que Daren decía lo contrario!

—Pasó lo que justamente no quería que pasara— respondí negando.

—Muchas veces no saldrán cosas como queremos, pero en serio no me llevo un mal sabor de boca— tocó mi hombro, y se estiró solo para dejar un beso en mi mejilla —me gustó mucho venir contigo y tu familia.

Pensé arduamente, él en serio estaba feliz de haber venido, aún con todo lo que sucedió.

Bienvenido a la familia, Eliot.

—Probablemente Sam ya prefiera tenerte como hermano, le agradaste más de lo que le he agradado en toda su vida— dije en broma.

—Lo veo como un chico muy solitario, aún así, él los ama bastante— añadió, y luego rió —y, Tony... Eres igual a tu padre, ¡En serio, hacen las mismas expresiones al mismo tiempo! Y también son parecidos físicamente.

—¿Eso es bueno?— pregunté viéndolo de reojo.

Asintió. —Sé que aunque se parezcan, tú eres Anthony nada más, y me alegra que seas a tu manera, sin embargo, de verdad se parecen, eso es muy bueno... Se nota que tu padre los quiere demasiado.

Lo veía muy ilusionado de hablar de él, como si acaso él quisiera tener un padre igual a Frank.

—Y, ¿Viste sus ojos cuando miraba a Ayden?— preguntó mirando a la ventana, con ese tono de esperanza —le brillaban con tan solo mirarlo comer, ¿Qué se sentirá que te miren de esa forma?

—Quizá si hay alguien que te mira de esa forma— dije tranquilo —aunque eres muy inocente para identificarlo.

—¿En serio?— soltó emocionado —¿Quién?

Olvidaba que, Eliot no recordaba mucho de lo que pasó en la bañera, por lo tanto, muchas cosas de las que dije no estaban en su memoria, aún.

Desvié un poco más la charla entre otras cosas. Cuando lo pensaba mejor, me daba cuenta, todo estaba saliendo muy bien, o así me sentía con él, que todo marchaba y marcharía bien, solo faltaba ese pequeño detalle de estar juntos de verdad.

___________________

Abro fila para madrearnos al Johny.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro