Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11.- "Vieja Amistad"

Eliot Callaghan

El piso no es nada cómodo en ningún idioma.

Pero, no podía creer que dormí en un salón de clases.

El día de ayer, fue sencillamente uno de los mejores días de mi vida, la pasé tan bien que no podía creerlo cuando llegó la noche.
Luego de haber terminado nuestro trabajo con el muro, que por cierto quedó excelente, no encontrábamos dónde dormir.

Porque, de ninguna manera podíamos quedarnos entre el aroma de la pintura.

Anthony mencionó no tener problema con dormir afuera del dormitorio, o dormir en el dormitorio de alguien más, sin embargo, no quiso interrumpir a las personas en su siesta, o que si nos quedabamos fuera, alguien llegara y nos viera, había probabilidad que fueran a decir algo.

Entonces, su única opción fue, dormir en un salón de clases.

Incluso apenas despertando en el frío suelo, podía recordar ese momento en el que estábamos en silencio por toda la universidad, buscando algún salón abierto, solo para dejar caer sábanas y almohadas y ahí dormir.

Sin duda, estaba viviendo cosas geniales con Tony, y todos los días me preguntaba qué era lo nuevo y loco que haríamos.

Y no desperté por mi mismo, desperté por el llamado de esa voz masculina que tanto puede presumir si quisiera.

—Eli, hora de irnos al dormitorio— me llamó —apreciaría que despertaras ya mismo.

Me sentía totalmente pegado al suelo, no porque estuviera cómodo, sino que simplemente mi cuerpo no me dejaba levantar por la gravedad pesada.

Levanté mis brazos a él. —Cárgame.

La broma que salió de mi boca, pareció tomarsela en serio, en cuestión de segundos, me tomó con sus brazos como si fuera una pluma.

Él en verdad me va a llevar hasta el dormitorio cargando, sin importar que nos vieran. Qué amable.

Terminé por abrazarme a él, no iba a oponerme a mi transporte diario.
Abracé su cuello dejando mi barbilla en un lado de su cabeza, y mis piernas rodearon su cintura para un mejor agarre.

Podía sentir como además de cargarme, sostenía con sus manos ambas almohadas que suertudamente estaban pequeñas, y sobre las sábanas, bueno, al parecer estaban sobre mi.

Así como entramos al salón de clases en el que ya amanecía, nos fuimos, sin ser descubiertos. Después de todo, parece que romper las reglas no termina mal siempre. Aparte, me gusta mucho cuando Tony está cerca de mi, me siento más seguro.

...

Fueron pocos los murmullos que escuché de personas en la universidad al vernos pasar, pero al final, pudimos llegar al dormitorio.

—¿También buscas que sea yo quién abra la puerta?— escuché la pregunta de quién aún me tenía en sus brazos.

—Meh, por qué no— contesté.

De igual manera, bajé de él, volviendo a mi altura normal, apenas llegaba al hombro de Anthony, es todo un edificio.

Dejó las sábanas sobre mi, tapando toda mi vista.

—Sostén esto, y esto— señaló alzando mis brazos, y depositó también nuestras almohadas —gracias, qué útil eres.

—¡No hay de qué!— contesté.

Se encargó de abrir la puerta, para que cuando estuvimos dentro, lo primero que hizo fue mover la base de mi cama, y la puso justo donde debía.

Me despojó de las sábanas y demás, y él mismo las acomodó en la base junto con el colchón.
Quise ayudar en algunas cosas, pero cuando me acercaba por algo, él ya lo hacía.

—Puedo ayudar— opiné seguro —no soy tan frágil como crees.

—No creo que lo seas, solamente prefiero que no seas tú quién se canse— aclaró.

—Me pregunto por qué siempre eres tan amable conmigo— dije curioso, arreglando los escritorios de ambos —me gusta eso de ti, no es el mismo cuidado de Daren, el tuyo es más divertido.

—Entonces, ¿Puedo presumir que te caigo mejor que él?— soltó dándome una sonrisa inocente, sentado en la orilla de su cama.

Lo miré, y asentí decididamente. —Puedes, pero no le digas, a pesar de eso, Daren es como un hermano mayor.

—Un hermano mayor que solo quiere manejarte— se dejó caer de espaldas sobre la cama —si te das cuenta de eso, ¿Verdad?

—Me doy cuenta, pero eso no significa que no sea importante para mí— afirmé y caminé hasta él —yo pienso que, es su manera de protegerme.

—Ajá, ¿Protegerte de qué, exactamente?— preguntó en defensa.

—Bueno, él cree que me está cuidando del mal de este mundo, pero yo solo creo que él es quien tiene miedo del mundo en general— respondí tomando lugar a su lado.

Me recosté pegado a él, pero terminé por dejar mi cabeza sobre su hombro, supe desde primer día que nos conocimos, que estar cerca de él era bastante cómodo.

—¿Y tú crees en ese mal?— cuestionó.

—Mmh, no lo sé, es difícil de explicar, siempre pensé que las personas malas no existen, solo personas que no intentan seguir siendo buenas como podrían ser.

Su brazo dejó la cama, para rodear los míos, cosa que hizo que terminara recargado más en su pecho que en su hombro, sentía mucha felicidad siempre ser abrazado por él, era tan reconfortante, jamás iba a cansarme de pensarlo.

Había un grado de confianza con él, que sentía que podía contarle lo más inseguro de mí, y él no me juzgaría.

Agradecía tanto al destino que puso a Anthony en mi vida, porque él llegó a cambiar muchas cosas de mi día a día, que no me imaginaba cómo habría sobrevivido de no ser así.

Y ahora, cómo le explicaba eso a mis padres.

—¿Ya sabes qué traje utilizarás en el festejo?— pregunté curioso.

—Pues, no es como que me dejaran elegir entre las opciones, creo que eligieron un traje de gladiador romano por mi— contestó sin mucha emoción.

—Entonces... Solo debo ponerte heridas en el rostro— añadí seguro —estoy emocionado de esto, jamás había sido parte de algo parecido como maquillar personas.

—¿Me estás diciendo que maquillarás a más aparte de mi?— lanzó ofendido.

—Acacia me llamó entre las clases, dijo que necesitaba más maquilladores y me pidió si podía trabajar con más personas, ¿No es emocionante?

Suspiró sarcástico. —Jamás había tenido tanta euforia en mi vida.

Levanté mi cabeza a él con duda, más que nada, por el tono quejumbroso que salió de su boca.

—¿Te molesta?— cuestioné viendo su rostro, y el observaba el techo negando rotundamente —¿Y por qué suenas tan molesto?

—¿No tienes que estar en clases? Es importante la formación para tu carrera— dijo rápidamente, se levantó de la cama y corrió por mis cosas sin siquiera esperarme.

Tomó sus llaves y mi mochila para poder huir con ella a mi próxima clase quizá.

—¡Al menos dime si no estás molesto conmigo!— dije haciendo el intento de perseguirlo.

¡No me gusta ser pequeño!

...

Lo que pasó después de esta mañana, transcurrió con normalidad.

Tony fue a sus pocas clases, a veces se colaba en las mías por aburrimiento.

Tristán seguía a Dimitry para que el chico no hiciera nada peligroso, y bueno, Dimitry hacía algo peligroso.

Acacia, siempre estaba ocupada, no se veía que ella tuviera momentos de relajación, siempre estaba de un lado a otro resolviendo problemas.

Y Daren, bueno, no sé mucho de él ahora mismo, probablemente estuvo en sus clases.

Por mi parte, decidí regresar al dormitorio, porque lo que dormimos en el salón de clases, no fue suficiente, y decidí faltar a la última clase del día.

En ese lapso del que caminaba, escuché a alguien tararear una canción, una bonita manera de tararear por cierto.

Iba a seguir de largo, pero ahí, en el cruce de un pasillo, esas grandes pestañas y cabello rubio se pusieron enfrente de mí, igual que ayer.

—¡Hola! Eh... ¿Chadler?— saludé con duda al que cargaba una pequeña caja.

El chico sonrió asintiendo. —Hola, Eliot, me alegra encontrarte de nuevo.

—¡A mí me alegra que me hayas encontrado!— respondí —no buscabas la sala de canto para nada, tienes una agradable voz.

—Te agradezco, justamente pensaba en buscar a mi guía, perdona que te moleste de nuevo, ¿Sabes dónde está el edificio "B"?— preguntó sonriente, y sus ojos desaparecieron en cuanto lo hizo, pero sus pestañas seguían llamando la atención.

—Ese es el segundo edificio de dormitorios, de hecho, voy para allá, puedes venir conmigo, ¡No hay ningún problema!

Rió por lo bajo, incluso su risa tenía una buena entonación, ¿Roncará con ese buen tono de voz?

—Eres muy enérgico— comentó —encantado de ir contigo.

Así partimos hacia los dormitorios juntos, apenas haciendo preguntas básicas para conocerse, todo marchaba bien, y apenas estábamos saliendo del edificio de clases teóricas.

—Vaya, no tenía idea que ese era el secreto para esas pestañas, pero son muy bonitas— contesté cuando terminó de relatar la historia de sus pestañas gigantes —ojalá pudiera tenerlas así.

—Yo encuentro tus pestañas lindas— agregó.

—Deberías de ver las de mi amigo, creo que son heredadas por lo que me dijo, pero las suyas también son bonitas y largas, su nombre es...

—¿Tony?— preguntó de la nada.

—¡Exacto!, Espera, ¿Cómo sabes?— giré a verlo.

Pero su vista estaba enfrente de nosotros, y justo ahí, era Tony quién se apareció en nuestra vista.

Nos miró confundido, hasta que al ver a Chadler, sonrió sorprendido.

—¡¿Chad?!— gritó feliz.

—¿Puedes sostener esto?— dijo el chico rubio antes de dejar su caja sobre mis manos.

Luego de eso, corrió alegre hasta los brazos de Anthony, y él lo recibió con un abrazo enorme.

Oh, se conocían.

—¡Qué alegría verte!— soltó el rubio colgado del más alto.

Ambos se sumieron en una alegría que no me esperaba que tuvieran, quizá porque no sabía que se conocían.

—No esperaba verte aquí— respondió Tony bajando a Chadler —¿Cuándo pasó?

—Apenas pudieron decirme que si fue aprobada mi inscripción— agregó y sacudió el cabello azabache de él —mírate, estás tan diferente, la última vez que nos vimos apenas estabas más alto que yo, y ahora, eres todo un hombre, Walker.

—Tú también luces diferente, ¿Desde cuándo te dejaste crecer el cabello?

—Me parece que desde que salimos de secundaria— contestó Chad sereno.

Era un bonito sentimiento ver a Anthony feliz de reencontrarse con alguien más, creí que en este momento debía solo irme.

Pero en el momento, fue que la vista del pelinegro se puso sobre mí, y me sentí aún mejor viendo que su sonrisa creció.

—Oh, cierto, Eliot, él es Chadler, es un viejo amigo de secundaria— soltó tomando mi muñeca para acercarme a ellos —Chad, él es Eliot, mi compañero de cuarto, creo que ya se conocían.

—Tuvimos una buena presentación— comenté feliz —de hecho estaba apunto de llevarlo a los dormitorios, íbamos por el mismo camino.

—¿Necesitas algo de ahí?— preguntó.

Negué. —Solo estaba cansado, quería ir a descansar un poco.

—En ese caso, puedes ir tranquilo, creo que tengo mucho qué ponerme al tanto con él— agregó Chad —gracias por tu ayuda.

—No hay de qué, los veo más tarde— finalicé e igualmente, me alejé de ambos.

Escuché que empezaron a hablar motivados, y no sé si fue por inercia, pero simplemente al estar más alejados, quise voltear a ver de nuevo qué hacían.

Y todo lo que ví fue a Anthony ayudar a Chadler con la pequeña caja, pero ambos seguían hablando aún más cercanos.

Supongo que siempre es bueno volver a ver personas de quiénes hace mucho tiempo no sabías nada, y me alegraba por él, se veía muy... Feliz.

...

Finalmente, pude dormir lo que sentía que me hizo falta de la última noche.

Desde la primera vez que Tony y yo dormimos en la misma habitación, nunca volví a dormir solo, siempre cerraba los ojos con el pelinegro en la otra cama, y al abrirlos probablemente él no estaba ya, o quizá era yo quién salía primero.

Ciertamente, se sintió muy raro estar solo tanto tiempo aquí, pero sabía que en algún lado de la universidad estaba el de ojos verdes divirtiéndose.

En el momento que desperté, me dió por tocar en el mismo lugar donde Tony dejó su mano pintada, me sentía feliz de saber que la marca era suya.

Cuando di por concluida mi siesta, y fui a mojarme la cara, me di cuenta que el celular de Anthony estaba en su escritorio.

Puse mis manos sobre mi boca sorprendido, ¡Lo olvidó!

Tuve que debatir conmigo mismos, en si debería esperar a que él viniera por él, o yo mismo llevárselo.

—¡Nadie olvidará su celular en mi guardia!— dije decidido, para así tomarlo y salir del dormitorio.

Fui rápidamente a todos los lados exteriores de la universidad, no veía a Tony ni a Chad por ningún lado.

Mi último recurso fue el edificio de música, al que fui esperanzado de encontrarlo.

Iba de pasillo en pasillo, había pocas personas ahora, y era entendible, las horas de clase ya estaban acabando.

Pensé que sería mejor rendirme, hasta que empecé a escuchar una voz muy bonita desde un salón, acompañada de una guitarra entonada.

Seguí el sonido por inercia, creía reconocer el sonido de aquella guitarra.

Me acerqué más y más, hasta que ví por un solo hueco entre la puerta y el marco, a dos personas en este salón.

Y fue una de ellas, la responsable de esa voz angelical la que se encontraba cantando, en notas muy altas.

Don't make me close, one more door. I don't wanna hurt anymore— escuché, y vi a Chadler cantar con toda su voz entonada.

(No me hagas que cierre otra puerta más, no quiero sufrir más).

Abrí la boca fascinado, ambos chicos estaban sentados en el escritorio del salón de música, más en específico el salón de canto.

Anthony mantenía su guitarra siguiéndole el paso a Chad, y el de cabello platinado largo, mejoraba sus notas.

¡Stay in my arms if you dare. Or must imagine you there!— su voz subió de tono de nuevo.

(Quédate en mis brazos si te atreves. O debo imaginarte allí).

El chico cantaba realmente como un ángel, y al mismo tiempo, veía como al estar sentado al lado de Anthony, Chad lo veía con unos ojos tan brillosos, como si fuera Tony quién le diera el poder de cantar.

Esa canción en específico, la había escuchado alguna vez en mi vida, pero no recordaba si quiera de dónde o de quién.

—Don't walk away for me... I have nothing, nothing, if I don't have you— continuó con gran pasión.

(No huyas de mi, no tengo nada, nada, nada, si no te tengo a ti).

Quedé totalmente maravillado en un inicio, hasta que la canción siguió un poco más su curso, me mantuve observando a ambos chicos lucirse.

Podía estar encantado con la voz de Chad. Pero toda mi atención estaba total y completamente en el pelinegro.

Sus manos sobre las cuerdas, y el movimiento que realizaba en ellas, las hacía resaltar sus venas, y sus anillos lucian en sus dedos demasiado bien.

Él en cambio, no veía mucho a Chad, se mantenía más ocupado en su guitarra.

Olvidé por completo la canción y la letra, o la forma en la que el de ojos negros mostraba tanto sentimiento en Tony.

Fue tanto mi aturdimiento, que la canción acabó, al igual que la magia.

Iba a pasar por no querer haberlos interrumpido antes, pero me hice detener cuando Chad le quitó la guitarra a Anthony, y en cambio de ella, se recostó en sus piernas.

Su cabeza quedó en el regazo del pelinegro, se compartieron unas grandes sonrisas y felicitaciones, en las que incitó al ojiverde a acariciar su cabello.

—Cantas mejor que hace cuatro años— comentó Anthony sonriendole.

—Y tú sigues siendo tan adulador— respondió Chad de igual forma.

Hice una mueca sintiéndome raro.

Tenía un sentimiento de amargura, o un poco de tristeza, quizá decaimiento, pero no sabía por qué, si solo los estaba viendo.

Sé que deben llevarse bien por ser amigos desde hace años... Pero no sabía que se podían llevar tan bien. No me molestaba, simplemente creía que solo Anthony era así de atento conmigo, de cierta forma, me hacía sentir más especial.

Sin embargo, no me sentía especial ahora.

Y era la primera vez que tenía un sentimiento como este. ¿Cómo saber qué era lo que estaba sintiendo?
Fuera lo que fuera, debía decírselo a alguien.

No entendía ni un poco mi molestia, pero aún así, algo me hizo pasar al salón, de igual forma yo debía darle esto al chico.

—Tony— dije en cuánto pasé —olvidaste esto.

La atención de ambos vino a mí, el rostro de Chad solo fue de alguien que no esperaba que llegase, pero con una expresión amistosa.

En cambio, Anthony en cuanto me vió, postró una sonrisa.

Levanté su celular en mi mano para que lo viera.

—No me había dado cuenta— dijo quitando cuidadosamente a Chad de su regazo.

Caminó hasta mi y se lo entregué felizmente, me agradeció sin siquiera dejar de sonreírme.
De nuevo sería que podía sentirme especial, pero no estaba seguro de eso ahora, aún tenía un poco de molestia.

Debía comentárselo después, me preocupaba este sentimiento.

Tony se ofreció muchas veces a que fuéramos a comer los tres a algún lugar, pero en esa insistencia, recibió una llamada de Dimitry, en la que especificó que necesitaban al pelinegro en otro lado.

Él se fue por su lado, dejándonos solos a Chad y a mí. Se levantó del escritorio y tomó la caja que desde un inicio iba hacia su dormitorio.

—Los escuché un poco antes de entrar, ¡Cantas muy hermoso!— dije sonriente.

Él igual correspondió mi sonrisa. —Oh, muchas gracias.

—Veo que aún no vas a dormitorios, ¿Necesitas que te acompañe?

—Mmh, ¿No te interrumpo? Quizá tienes cosas qué hacer, odiaria atrasar tus tareas— opinó.

—Nada de eso, igual tengo qué volver y al parecer llevar ahora la guitarra de Tony— indiqué señalando el instrumento en la mesa —siempre la olvida.

Rió discretamente, dejándome tomarla.

Estuvo de acuerdo en mi propuesta de acompañarlo, y mientras caminábamos a nuestro destino, fue que mi curiosidad me ganó.

—Entonces, conoces a Tony desde la secundaria— dije tranquilo —¿Son mejores amigos?

—Bueno... Lo éramos, pero yo no lo veía como un mejor amigo— contestó —si te soy sincero, siempre tuve cierta atracción por Anthony desde secundaria.

—Ya veo... ¿Cómo era él?— pregunté.

Sonrió vagamente. —Él siempre ha sido muy amable con todos, y al mismo tiempo era muy reservado. Qué te digo, Anthony es todo un acertijo.

Asentí. —Estoy de acuerdo.

—Ahora imagina a un Tony de catorce años, más bajo que ahora y con un uniforme que nos hacía ver cómo pingüinos— sacó.

La carcajada salió de mi tan pronto lo dijo, con tan solo la primera imagen de un chico de catorce con esas características. Duré casi todo el camino riéndome por dentro de imaginarmelo, pero al tiempo empezó a darme ternura.

Me contó un poco más sobre Anthony, y su personalidad de antes, la que Chad conoció.

—Siempre pensé que Tony era más obediente antes— comenté —o que, al menos cumplía con todo.

—Él siempre fue muy contradictorio con lo que le decían, pero antes no era tan sonriente— siguió hablando —realmente era muy raro verlo sonreír, y hoy no ha dejado de hacerlo.

—Sí... Tiene una linda sonrisa— comenté recordándola.

Yo soy el único tonto que cree, que Anthony sonríe más por mi.
Fue un lindo pensamiento, pero demasiado alejado de la realidad.

—Me alegra mucho verlo de nuevo. En serio, siempre estuve enamorado de él en secundaria, estoy muy feliz de saber que está aquí.

—Oh... Entonces, ¿Tú sigues...?

Asintió. —Probablemente siempre lo he estado, y nuestro reencuentro quizá me hizo saberlo. Ojalá él pudiera verme igual que yo a él.

Callé un segundo, entonces él está enamorado.

No esperaba que eso fuera a salir de su boca, pero en gran parte, volví a decaerme, aunque intentara ocultarlo, no podía, y estaba seguro que él lo notó, solo que no quiso decir nada.

Me sentía muy impotente de no saber qué era lo que sentía, solo creía que, con la llegada de Chad, algo iba a cambiar.

Y es que, sé que él no es malo, no ha hecho nada para que lo creyera, al contrario, ha sido demasía agradable.

Oficialmente éramos dos chicos enamorados del mismo.

¿Y qué esperanzas tenía yo, contra alguien que Tony conoce hace años? Y a eso añadirle, que es alguien que parece conocerlo más que yo, hasta el punto de que pudieran pasarla mejor ellos dos.

Exacto, ninguna esperanza.

___________________

Matarile chicharrón para el que no quiera a Chad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro