Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06.- "Estanque"

Anthony Walker

Me dejé caer sobre el sofá, mi padre estaba sentado en uno igual con su computadora enfrente, haciendo no sé qué.

Apenas había tenido tiempo de venir a verlo, y apenas me debía acostumbrar a pasar más tiempo en la universidad que acá.

—Ayden— lo llamé, hizo un movimiento de cabeza para indicarme que siguiera —cuando conociste a Frank, ¿Te gustó en cuanto lo viste?

Levantó la vista y me miró, con esa cálida manera de él, era una mirada que te hacía sentir seguro y protegido.

Debería preguntarte qué pasa, pero dudo que me lo quieras decir— dijo, sonreí para mí, siempre ha sido así, de alguna manera sabe sobre lo que la otra persona quiere hablar, y sabe decir lo que piensa sobre eso, no abarca temas que sabe que no debe.

Te lo contaré, lo prometo.

Sonrió. —Lo sé, lo harás. Cuando conocí a Frank, fue atracción física, claramente, pero no solo eso, lo que verdaderamente me atrajo ese día, fue que quería saber su verdadera personalidad, tu padre siempre ha sido muy cerrado, así que por eso quise conocerlo, descubrir al verdadero él.

¿Cerrado? Ese hombre no conoce lo que es tener sentimientos.

¿Qué? Nada de eso, escucha— se sentó en otra posición más cómoda —tu padre es muy limitado en expresarse, pero él nos ama mucho, solo que no sabe cómo mostrarlo a ustedes porque no supieron demostrárselo a él.

Reí viéndolo, aún no me explicaba cómo alguien tan sentimental como Ayden se pudo casar con alguien tan frío como Frank, solo ellos lo saben.

Hace años que un amigo me dijo que, cuando conoces a una persona, obtienes un misterio, y muchas veces el misterio puede estar muy cerrado a ti o muy flexible para descubrirlo— comentó nostálgico, parecía recordar a esa persona.

Pero ahí no se detuvo, siguió hablando con naturalidad.

Cada persona tiene un misterio por descubrir, y sabes quién es al momento que lo conoces, no me había dado cuenta hasta que me lo dijo, pero Frank siempre fue mi misterio por descubrir.

Tienes mucha valentía para atreverte a descubrir ese misterio llamado Frank— finalicé.

Sonrió y dió una pequeña risa. —Siendo sincero, puede que te diviertas o llores al hacerlo, todo depende de qué tanto quieres conocer a la persona, porque cuando descubras sus misterios, probablemente te enamores de ellos, Tony.

Y apenas lo conocí— dije sin pensar.

Lo miré rápidamente, y abrió la boca sorprendido y feliz.

¡¿Por qué no me has contado?! ¿Quién es? ¿Cómo se llama?— preguntó rápidamente.

Mira la hora, ya es tarde— comenté yo y me levanté.

Se cruzó de brazos entre cerrando sus ojos. —Voy a descubrirlo.

Tarde o temprano— finalicé —nos vemos después.

¡Que te vaya bien!— gritó alegre.

Para cuando salí de casa y cerré la puerta detrás, observé al hombre de traje bajar de su auto.

Me quedé esperando a que se acercara, pero solo me vió y pasó de largo.

Cuida tu auto o van a robarlo— fue lo único que dijo con dureza, señalando la ventana de mi auto que estaba abajo.

Asentí decidido a irme. Ni siquiera un hola.
Bien, ya no iba intentar acercarme a él.

...

Lo que había pasado ayer, más la conversación que tuve con Frank al teléfono hoy, ya era boleto suficiente para no querer regresar a casa hasta que ambos estemos más calmados.

Pero no era eso lo que ahora me causaba impacto, era lo que Eliot me dijo.

Si lo pones de esa manera, puede que tu padre y tú se parezcan más de lo que crees.

¿Y si fuera cierto?

Parte de mi infancia, quise ser completamente igual a Frank, como cualquier niño que venera a su padre y anhela ser como su héroe de la niñez.

Solo que ahora que veía realmente todo lo que él ha cargado en cuestión de paternidad, no tenía muchas ansias de querer parecerme.

Sin embargo, era cierto que me tenía que parecer a él en algo, somos de la misma sangre, sería incluso menos lógico que no tuviéramos algo similar, considerando que en el aspecto físico somos casi iguales.

No odiaba a Frank, de ninguna forma era así. Más allá de eso, solo quería saberlo de él, no de Ayden ni de sus propios padres, directamente de él.

Lo único que buscaba era que él mismo me diera una respuesta de por qué no puede preocuparse como normalmente un padre debería. Intento olvidarlo, pero es casi como una espina en la mano que me sigue.

—¡Tony!— gritaron enfrente de mí.

Regresé a la realidad, viendo el rostro de Eliot llamarme.

Me había quedado recordando todo justo cuando estábamos en el estanque cerca del edificio de clases.

—Lo siento, estaba pensando— respondí —¿De qué hablabas?

—Sueles perderte mucho en tus pensamientos. Te estaba preguntando sobre las clases— soltó y volvió a sentarse a un lado de mi —¿No te da miedo faltar?

—No tendría por qué tener miedo, ¿Qué podría pasar además de perder una clase?— expliqué —de cualquier manera, no creo que a los profesores aquí les importe mucho.

—Entiendo— agregó y abrazó sus rodillas —probablemente sea porque nunca he faltado a una clase que tengo un poco de miedo.

—¿De verdad?— me recosté sobre el pasto con mi cabeza apoyada en mis manos -¿Por qué no? Incluso mi hermano lo ha hecho.

—Mis padres han estado sobre mi mucho tiempo, querían que fuera muy disciplinado y el mejor en todo— suspiró raramente —simplemente se hizo una costumbre para mí no desobedecer, es cansado querer exigirte de más.

—En ese caso, me presento— extendí una mano hacia él —Tony, la persona que menos reglas sigue, un placer.

Sonrió y respondió el saludo. —Eliot, él que más reglas sigue, el placer es mío.

Recordaba la suavidad de su mano como la primera vez que la toqué al presentarnos, y seguía la misma sensación que tuve en ese instante de nervios. No era mi culpa, sus manos eran muy suaves.

—Ahora tengo una duda, si nunca desobedeces, ¿Por qué sigues aquí?— incluí —no me molesta, pero tengo curiosidad.

Alzó los brazos. —Que siga reglas no significa que me guste, aparte, creo que estando contigo no corro mucho peligro. ¡Y fuiste tú quien nos trajo aquí!

Miró la guitarra que descansaba en medio de nosotros, y con mucha delicadeza la tomó.

—¿Puedo?

Asentí. —Claro.

La puso sobre sus piernas y la acomodó en una posición no tan buena para poder tocarla. Pero verlo intentar buscar los acordes correctos, me daban una imagen bastante linda de él.

—Nunca he tocado una guitarra— confesó con sencillez —es muy difícil.

—Déjame ayudarte— me levanté y arrastré hasta estar enfrente de él.

Puse mis manos sobre las suyas, y las ayudé a colocarse en las cuerdas correctas.

—Si es tu primera vez, vas a lastimarte— le indiqué, hasta después que soltó una risa burlona —me refiero a tus dedos.

—Yo no dije nada— contestó sonriente.

No encontraba cómo acomodar sus brazos, era difícil desde esta posición.
Entre quejas decidí sentarme justo detrás de él, dejándolo en medio de mis piernas.

Mis brazos acomodaron los suyos para que tuviera un mejor control del instrumento, y al mismo tiempo lo ayudé a al menos entonar una pequeña melodía.

Muy por detrás, escuché algunos chillidos emocionados, al ver de reojo, había un grupo de chicas mirando hacia acá, demasiado emocionadas al parecer.

Fue hasta ese momento, que me di cuenta de la posición compremetedora en la que estábamos.

Pero a él no se le veía incómodo o parecido, todo lo contrario, se veía bastante normal.

—Creo que no sirvo para esto— comentó riendo de sí mismo.

—Con práctica podrías lograr bastante— le contesté.

Por respeto, decidí que lo mejor sería quitarme para que no pensara que iba a intentar nada con él en otro sentido.

Antes de haberme apartado, la cabeza de Eliot se inclinó hacia atrás, apoyándose en un costado de mi pecho.

Dejó la guitarra a un lado, y dentro de mi, parecía que, tantas emociones que estaban encerradas en una caja, salieron.

Fue tan pronto como los nervios llegaron a mi, y no obstante, en lugar de quitarme, preferí mantener mi posición.

—No voy a disculparme, eres muy cómodo y estoy cansado— me aclaró mirándome hacia arriba.

Sonreí. —No me moveré de aquí.

En este punto, ya no tenía conciencia de lo que estaba sintiendo, de lo único que tenía conocimiento real, era que algo muy raro me había causado Eliot desde la primera vez que lo miré.

Pasé tanto tiempo de mi vida rogando para que mi rutina se acabara, y que cosas nuevas me hicieran volver a tener emoción sobre qué pasará después. Ahora sabía, que la probabilidad de que Eliot fuera esa nueva emoción, era alta.

Sin embargo, no estaba seguro si esto iba a terminar en algo bueno.

—¿Cómo es tu familia, Tony?— cuestionó mirando al frente —quiero decir, más allá de lo que pasa con tu padre.

—Mmh... Es una buena familia— empecé a hablar —no somos muy apegados, pero, no somos malos.

—Dijiste que tenías un hermano menor— rápidamente, a su costado tomó una de sus libretas, y de un bolsillo de su pantalón, sacó un lápiz realmente pequeño —¿Cómo es él? Tengo curiosidad sobre ti y tu familia.

—Sam tiene quince años apenas, es muy seco realmente, y, creo que es lo único que puedo decir— dije extrañado —le gusta bailar bastante, y patinar.

—Anthony, es tu hermano menor y no sabes nada de él más que cuatro cosas— soltó sorprendido —en verdad son desapegados.

Inconscientemente, me ví en la necesidad de hacer algunos mechones de su cabello a un lado para que no interrumpieran el dibujo que estaba iniciando en esa libreta.

—No es toda mi culpa, él jamás nos cuenta sobre su vida, tenemos que sacarle información a la fuerza.

Dudó. —¿Y tú a ellos sí?

Guardé silencio, no tenía ninguna respuesta para lo que él me decía. Eliot simplemente me deja sin palabras desde hace dos días.

—Supongo que por eso son familia— dijo con simpleza —yo creo que, tú sientes mucho afecto por tu familia, pero temes que al mostrarselos te traten indiferentes.

Volví a dudar, no era del todo cierto, o quizá yo no lo había visto desde esa perspectiva, lo que si era verdad, era que la ideología de Eliot era bastante inocente.

—Perdona si me meto mucho en esto— habló —es solo que, considero que todas las familias se quieren, solo que para algunas es muy difícil aceptarlo. Y no quisiera verte mal por eso.

Suspiré negando. —La vida no es color de rosa.

Escuché un carraspeo de él, pero se mantenía fijo en su libreta, que poco a poco el dibujo iba tomando forma, si no mal parece, creo que es el paisaje del estanque y edificio enfrente de nosotros.

—Sí, quizá no sé mucho de la crueldad de la vida— habló —¿Sabes por qué? Porque descubrí el arte, el arte de la pintura, del dibujo, y eso es lo que me ha dejado vivir.

—Oh, por favor, gran filósofo Callaghan, explique su teoría— pedí bromeando.

Rió. —Es fácil, cuando trabajas en un lienzo en blanco, es como cuando inicias algo nuevo en tu vida, lo que sea que hagas en el lienzo, siempre te llevará hacia algún resultado artístico, además de qué, es relajante, me hace creer en la bondad humana y que todo está bien, ¿No deberías sentir lo mismo con la música?

—El arte y sus impactos sentimentales son subjetivos— dije convencido —lo que tú ves como una obra de arte que te hace pensar que no hay un mal en el mundo, a mí solo me hace pensar, "qué bonito dibujo".

—¿Y este es bonito?— soltó con inocencia mirándome, asentí de inmediato.

—Lo es, pero en mi caso, quizá para mí la música sea mi momento de paz y tranquilidad dónde me entiendo perfectamente y me olvido de por qué odio mi vida, y para ti sea algo como "qué buena canción".

Asintió sobre mi pecho y se acomodó mejor, solo que esta vez su cadera se movió más contra mi.

Piensa en otras cosas, Tony.

—Entonces, ¿Cómo es que tú ves la vida?— fue su pregunta.

Sin haberme dado cuenta, mis brazos habían terminado por casi rodear los suyos, en un casi abrazo.

—Yo creo que vivir es como componer una canción, tu vida es una canción, ya sea alegre o triste, es tu canción— expliqué. —y bien puedes dejar que las notas hagan lo suyo, o podrías escribir tu propia letra, todo depende de qué acordes quieras tocar y que letras quieras cantar.

—Haré como que entendí lo que dijiste, gran poeta Walker— dijo en tono burlón.

—Te acabo de dar una lección sobre qué tienes que vivir tu vida y te atreves a decir eso— agregué negando con la cabeza.

Rió ladeando su cabeza —¿Y cuál es tu letra?

La manera en la que él quería descubrir sobre mi, me estaba volviendo loco. Todo él hizo de mi un cúmulo de emociones nuevas.

—¿Te digo la verdad? No tengo la menor idea, aunque no lo creas, es tedioso saber algo sobre la vida tan genial pero no poder ponerlo en práctica— contesté.

—Adivinaré— levantó mis brazos hacia el aire simulando crear una frase —"No tengo idea de quién soy".

—Adivinas mal— lo corregí sonriendo —sé quién soy, pero, no sé quién quiero ser, es como si no tuviera un propósito de querer ser mejor, ¿Me explico? No lo sé, simplemente no he encontrado una razón que me motive a escribir mis letras.

—Te explicas bien— afirmó —entonces esa era la razón por la que decidiste estudiar música.

—Algo así.

—De cualquier manera ya sabes por qué decidí art... ¡Vámonos, Tony!

Se levantó inesperadamente, tomó todas sus cosas en segundos y cuando puse atención, ya había tomado mi guitarra junto con mi mano para hacernos correr lejos del estanque.

No supe cómo había pasado o por qué, pero me estaba riendo demasiado al ver sus piernas pequeñas intentar acelerar.

El primer instinto que tuve además de reírme, fue seguirlo en su plan, no sabía a dónde, pero terminé siendo yo quién lo guiara a otro lado.

Pasamos por mucha zona verde y luego entre pasillos, hasta que terminamos en una especie de teatro pequeño.

—¿Qué fue todo eso?— pregunté en susurro cuando entramos.

—Daren estaba cerca de nosotros...— contestó avergonzado —no quería que me viera y se enojara.

Antes de poder preguntarle sobre él, escuchamos hasta la parte real donde el teatro mostraba sus presentaciones, una melodía de piano.

Miramos discretos hasta allá, solo para ver a una chica de cabello castaño, practicando en un piano con mucha concentración.

—Creo que interrumpimos— susurró Eliot.

—¿Tú crees?— dije sarcásticamente.

El rostro de esa chica lo reconocía, era con la que Dimitry pasaba bastante tiempo desde que iniciamos clases, parecían ser bastante cercanos.

—No interrumpen— soltó ella amablemente desde su posición, dejando de tocar —Anthony, ¿Verdad?

Asentí. —Un gusto.

—He oído de ti— se bajó del escenario y vino a nosotros —el chico de música que encantó a todos de primer curso, oh y, el primo de Dimitry.

Miró a Eliot y sonrió abiertamente a él, las luces del teatro apenas me dejaban ver algo raro en sus ojos, nunca había visto unos así, probablemente los de Tristán eran raros por ser morados, pero ojos dorados jamás había visto.

Ella tendió su mano a Eliot, y él en respuesta la tomó cortésmente.

—Eliot Callaghan.

Le sonrió para después saludarme a mí, y de nueva cuenta le correspondí el saludo.

—Anthony Walker, llamame Tony, tú eres...

Sonrió. —Acacia Jones, un placer conocerlos.

Asentimos de acuerdo, se mostraba muy alegre de presentarse con las personas, probablemente por algo es amiga de Dimitry.

—Siéntanse libres de entrar aquí pero, intenten no gritar mucho, los profesores tienen oídos sensibles— comentó burlona.

—Solo escapabamos— dijo el castaño igual.

En cuestión de minutos, nos dió un pequeño recorrido por el teatro, no habría razón para que lo hiciera, pero suponiamos que esta era su manera de hacer amigos.

Y realmente, era una chica agradable, no era la más enérgica, pero si desprendía mucha energía positiva.

Al final, solo optamos por despedirnos y regresar a los dormitorios, habíamos acordado buscar a Dimitry, ya que no había aparecido en todas las clases que tuvo por testigo de ella.

Y casualmente, Tristán tampoco había estado rondando por los pasillos hoy.

______________________

Ya están más allá que acá y ni saben.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro