*Palabra de la semana: abuelo

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–¡Yo lo protegeré! –fueron sus palabras antes de interponerse en el ataque. Hasta ahora ninguno de nosotros entendía el tonto afán de N en proteger aquel lugar, el causante de todos nuestros dolores de cabeza.

Nuestro enemigo sin esperar una explicación lanza otro ataque desmedido, con el objetivo de destruir todo a su paso. El grito desesperado de N por sentirse incapaz de detenerlo, «a estas alturas sus energías se deben haber agotado», me hace reaccionar y parar aquel cúmulo de energía.

–¿Por qué? –mis palabras cuestionan a N.

–No quiero que maten a mi abuelo –creo que he entendido mal, «¿ha llamado abuelo a un árbol?».

–Porque el abuelo no hable, camine o ría como nosotros, no significa que no sienta. Una vida no solo se mide por nacer humano. Aquellas pequeñas formas también sienten amor y dolor, también sienten soledad y desesperación. Ellos también son vida.

Creo que ahora entiendo un poco más las palabras de mi amigo, «¿cuál es el verdadero significado de "ser un guardián"?». Una sonrisa sarcástica se forma en mi rostro, «tanta estupidez la mía».

–Quiero proteger a quienes amo, sin importar que no tengamos el mismo lenguaje. Yo quiero proteger a mi abuelo.