Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Noah

Otro día normal de liceo. Siempre lo mismo, subir las escaleras, avisar que llegué, saludar a las chicas y esperar leyendo hasta que llegue el profesor. Daría todo por cambiar esa pequeña rutina de empezar las clases pero daría más por simplemente ver a mi mejor amiga.

Hace dos años atrás, iba a un instituto diferente. Ese año me había empezado a aislar de todos y mi relación con Clarisse, mi mejor amiga, se fue deteriorando. Poco tiempo  después me mude y no arreglé las cosas con ella. Después de un año, me enteré que sufrió un cáncer y no aguanto la terapia. Falleció a los 6 meses de terapia y yo me sigo sintiendo fatal. No me reconcilié con ella, no estuve cuando más lo necesitó, no la pude despedir. Aún me duele, pero lo oculto tras una sonrisa hipócrita que todos creen.

El timbre sonó y el profesor entró dando mi lectura por terminada. La hora pasó y sonó el timbre del patio, hoy no tenía ganas de salir, me quedaría sumida en mi mundo fantasioso donde los protagonistas son felices con solo recibir amor de otra persona, donde siempre una persona te ama. Suspiré agotada de mi depresión y mi estúpida vida mientras sacaba las galletas. Encendí el celular para seguir leyendo pero algo me distrajo. Noah se había sentado a mi lado y me sonreía cálidamente, lo miré un segundo y volví a lo mío.

-Te noto deprimida Leo.-dijo mientras miraba su celular.

-Pues, estás en lo correcto.

No volvió a hablar y mejor para mí. Me adentré en la vida fantasiosa y maravillosa de la protagonista. El timbre arruinó mi concentración y me llevó a bufar sonoramente. Noah, quien aún estaba a mi lado, me miró intentando saber que me pasaba pero se rindió y se levantó para irse a su lugar.

(...)

El almuerzo llegó y para esta hora mi humor seguía igual pero demostraba otra cosa. "Sonreía" mientras "escuchaba" a mis amigas. Estábamos sentadas en el pasto junto a los chicos, entre ellos Noah, que no paraban de bobear y tirarse comida. Si mi humor hubiera sido el de ayer les hubiera dicho que no tiraran comida en donde después nos sentamos, pero como dije, no tenía humor ni ganas para hacerlo. Subí mi mirada de la comida y vi a las chicas expectantes.

-¿Me hablaban?-pregunté. Sus miradas fastidiadas, sobre todo la de Melody, me decían que sí y que hablaban de algo importante.

- ¿Sabes? Hoy estas distraída. Parece que no te importa de que hablamos.- dijo Darla con  una clara molestia. Mi cara de sonrisa falsa se cambió a una de molestia.

-Oh. ¿Sabes?-dije en tono burlón.- A mis amigas tampoco les importa el porque de mi distracción.-dije lo último en tono molesto, mientras guardaba mi comida a medio terminar.

Los chicos habían dejado de jugar al notarme molesta y se habían quedando mirando. Melody y Darla seguía con su actitud perra, ni siquiera sé porque me molesto en llamarlas amigas. Nunca se preocupaban por mí y nunca notaron mis días de depresión en los que casi me llegué a cortar las muñecas con tal de terminar este martirio.

-O ni se dieron cuenta de la sonrisa más falsa que llevaba en mi cara, o tal vez ni siquiera les importo. A que les parece más importante hablar de Franco a que hablar de mis problemas. ¿Algunas vez se preguntaron si estaba bien? Ni siquiera saben de donde vengo, si iba a un instituto público o privado. A que ni saben mi color favorito. Me harté de su falsedad. De sus estúpidas conversaciones donde ponen prioridad el ser puta regalada. ¡Me harté!

Me levanté y me fui furiosa al salón. Sentía que en cualquier momento me derrumbaría, ¿Por qué mi vida apestaba? Odiaba este instituto, odiaba mi estupidez en el pasado y mi actitud emo en el presente. Me fui a tomar aire fresco, dirigiéndome a las canchas. En el camino unas cuentas lágrimas se desbordaron de mis ojos, era mi única forma de desahogarme, de no morir asfixiada con mis emociones y pensamientos. Llegué a las gradas y me interné debajo de ellas, acurrucándome en una viga dejando que las lágrimas se llevaran la tristeza, el enojo y la decepción que sentía.

-¿Leo?- una voz masculina hizo que levantara mi mirada. Pude ver entre las borrosas lágrimas, un pelo castaño y unos ojos casi negros. Era Noah, pero no mostraba su típica sonrisa cálida, sino una mirada preocupada. Nadie me veía llorar.- Leo...

Parecía no saber que decir. Enterré mi cara en mis piernas y me acurruqué aún más. Sentí como se sentaba a mi lado y como pasaba su cálido brazo para arrastrarme junto a él, en un reconfortante abrazo. Me dejé consolar, aferrándome a su camisa mientras lloraba apenas audible. Sentí su mano sobarme la espalda y apretarme más contra él.

-Leo, tranquila. No llores más.- su voz sonaba dulce y cálida contra mi oído. Causando una clara reacción a su favor, me fui tranquilizando. 

De apoco fui soltando mi fuerte agarre de su camisa, la cual estaba arrugada y húmeda. No me solté totalmente, dejé mi cabeza apoyada en su pecho.

-¿Por qué estas así Leo?-preguntó suave en mi oído. No sabía si decirle o no.- Tranquila puedes confiar en mí Leo.

Levanté mi mirada, encontrándome con su mirada, demostraban confianza y una calidez que reconfortaba pero no quería contarle. Tanto tiempo guardado, si lo liberaba parecía que perdería el recuerdo de mi amiga. Escondí mi mirada de sus ojos y me abracé a él. Hacía tiempo no me abrazaban así, hacía ya mucho tiempo que me sentía sola, sin alguien que se preocupara por mi.

-Esta bien Leo, no presiono pero cuenta con migo.

Moví mi cabeza asintiendo, sin dejar de abrazarlo. Su aroma era riquísimo y sus brazos rodeándome me hacían sentir protegida. De pronto algo hizo clic en mi cerebro. "Dónde siempre una persona te ama." recordé lo que anteriormente había pensado. Esto parecía un libro, donde la protagonista se sentía protegida en los brazos de su amado. Nos mantuvimos abrazados por un rato, no me quería mover.

-Leo, ¿Qué te parece comer un helado? Quedan cinco minutos antes que suene el timbre, podemos coger nuestras cosas y ratearnos.

Reí por su idea. Un helado no sonaba mal.

-Claro, un helado.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro