Alex...
La luz de la mañana pegaba fuertemente contra mis ojos, provocando que los abriera. Unas cortinas desconocidas estaban intentando impedir el paso de la luz, tenía un peso sobre mi cintura y una respiración en mi nuca. Mire de que trataba el peso en mi cuerpo, dándome cuenta de que se trataba de un brazo y yo... ¡¿ESTABA DESNUDA?!.
Me di apenas la vuelta para ver quien estaba detrás de mi, rogando internamente por ver el cabello rubio de mi novio, pero no fue así. Un chico de cabello castaño oscuro, descansaba a mi lado. Me abrazaba por la cintura con su fornido brazo y lo peor de todo, estaba igual que yo, desnudo. Me tape la cara con las manos y suspiré pesadamente. No recordaba nada, solo que estaba tomando con mi amiga, después estaba todo borroso.
-Cuando se entere me matará-dije aún tapando mi cara.
- Cuando se entere ¿Quién?-volteé la cabeza para observar el rostro de mi acompañante mirándome curioso. Tenía los ojos verde oscuro, tirando a marrón. Volví mi vista al techo.
-¿Dónde estamos?-pregunté evitando responderle.
-En mi casa.
-¿Vives con alguien más?-no quería quedar mal.
-No, ahora no.-dijo acariciando mi estómago. Yo lo deje hacer, seguro que comparado con lo que hicimos, eso no era problema. Además se sentía muy bien.
-Perfecto.-dije e intenté levantarme.
-¡Oh! No pequeña tu te quedas acá.-dijo acostándome devuelta. Lo fulminé con la mirada.
-Otra pregunta ¿Cuál es tu nombre? No recuerdo nada de ayer.-dije entre avergonzada y frustrada.
- Eso me ofende, cuando estabas borracha me reconociste de inmediato Lauren.
-Pues si te das cuenta, estoy sobria.-dije con una falsa molestia y burla.
-Soy Alex, estuvimos juntos en la secundaria.
Alex. Alex. Alex. ¡Ah si! Alex. El chico con el que coqueteaba jugando, cuando aún era de secundaria. Solía estar con él y su grupo de amigos en los recesos.
Cerré los ojos mientras pensaba que decirle a mi novio, no podía ir y decir "Sabes Luke, me acosté con otro hombre. Lo siento, estaba borracha." Volví a suspirar y tapar mi rostro. No debí haber tomado ayer, se arruinó mi vida.
-Iré a hacer el desayuno, después te puedes ir.-dijo mientras se levantaba.
Entre abrí mis dedos para ver a Axel, hay que admitir, tenía buen cuerpo, tal vez, solo tal vez hasta mejor que el de Luke. Vi como se ponía su ropa interior y unos pantalones yéndose hacia la puerta no sin antes mirarme a mí. Cuando cerró la puerta, me destape la cara y observe la habitación. Las cortinas azules, las sabanas azules y suaves, y las paredes igual, de color azul. Tenía un guardaropa y al lado de este habían posters de anime, tenía un estante con mangas y su escritorio tenía unos cuantos papeles y libros, además de su computadora.
Me levanté y me puse mi ropa. Me miré en el espejo del cuarto y arreglé un poco mi pelo. Salí de la habitación y me guié por el olor a comida. Cuando llegue a la cocina, observé a Alex haciendo tostadas y el desayunador con jugo de naranja, un té, un café y múltiples mermeladas.
- ¿Siempre tienes desayunos de hotel?-pregunté.
- Tal vez, además hoy tengo una linda visita.-dijo sin verme.
- Tal vez podría quedarme como visita toda mi vida. Apenas desayuno un té en mi casa.
-¿Tu novio no te hace desayunos?- abrí mis ojos como platos, sabía de mi novio.-Tranquila, lo dijiste cuando estabas borracha. No hubiera pasado nada, de no ser que me coqueteabas y además yo terminé borracho.
-Eso me alivia un poco. ¿Ahora que se supone que le diga?-dije golpeando mi cabeza con la mesa.
-Nada.-dijo relajado. Lo miré incrédula. Se nota que no tiene novia.- ¿No tienes resaca?
-No, es la ventaja de ser Lauren, cero resaca.-si es extraño, pero nunca tuve resaca.
Desayunamos en silencio, resulta que la memoria de Alex es buena, tanto que hasta recordaba que no me gusta el café. Cada tanto él soltaba un comentario que me hacía reír. Terminé de comer y me dispuse a salir. Alex no me dejo ir, bueno no sin antes darme su número y la dirección de su casa por si me olvidaba. Salí del edificio y respire profundamente. Ahora eran las 10:00 am, podía ir a casa cambiarme y salir al trabajo. Me tome un taxi, dándole la dirección para llevarme a casa.
(...)
Mientras que subía las escaleras, terminaba de leer los mensajes de Franchesca, mi amiga. Mañana se iba de vuelta a su país, y si, ya sabía de Alex. Saqué las llaves del departamento, me parecía raro que Luke no estuviera preocupado, vivimos juntos y ayer no llegue a dormir. Negué con la cabeza mientras abría la puerta sin hacer mucho ruido.
El departamento estaba en silencio, hasta que una risita femenina lo interrumpió. Me quedé helada sin hacer ruido.
-Ya quieres de vuelta, recién nos despertamos.-dijo la voz chillona. Provenía del cuarto.
-Se que tu también quieres.- era Luke. Me tapé la boca con mi mano, mientras me sentaba en el sillón. ¿Acaso Luke me engañaba?
Yo no podía decir mucho, pero era diferente. Yo le iba a decir, además estaba borracha. Lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Escuché un gemido, eso hizo que mi cerebro reaccionara. Me levanté bruscamente y fui hasta el cuarto. En la puerta me detuve a secar mis lágrimas, carraspeé despacio y me preparé para abrir la puerta de forma brusca.
-L...Luke-la zorra gimió y esa fue mi señal. Abrí la puerta azotándole contra la pared. Las personas que se encontraban en mi cama me miraron. Mi ceño fruncido y mis ojos llameantes de ira debían de dar miedo, ya que la chica palideció.
-Y yo que estaba preocupada por lo que pensaras.-dije mis palabras lentamente, mientras que dejaba que la ira se mezclara con mi voz.
-¡IDIOTA!-bramé acercándome a la cama. Luke se había parado por la sorpresa, sonreí por su cara de temor y le pegué una cachetada.-¡NO TE ATREVAS A VOLVER A HABLARME!-grité.
Caminé a mi armario y saqué mi valija. Guardé mi ropa sin importarme si se arrugaría y cerré la valija. La chica temerosa, empezó a llorar mientras se vestía. No era su culpa que Luke que no le dijera que tenía novia o tal vez lo sabía.
- Tu, chica.- dije sin voltear.- Solo para saber ¿Sabías que Luke tenía novia?
-N...no.-tartamudeó. Suavicé mi expresión para mirarla.
-Entonces no te culpo, solo no te metas con idiotas como Luke, te lo recomiendo.-dije.
Abrí mi cajón y saqué mi plata de allí. Después volvería por mis otras cosas, por ahora me marcharía. Ya en la puerta de mi habitación volteé a ver a Luke.
-No pidas perdón, no digas nada. Vuelvo mañana por mis cosas, te dejo la llave bajo el tapete y otra cosa, esperó no volver a verte.- me di la vuelta indignada y caminé a la puerta. Ya fuera del edificio me dirigí al trabajo sorprendida por no llorar. ¡Púdrete Luke Melps! ¡No me lastimas!
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