Serena se encontraba en su casa sentada en la ventana, bebiendo una copa de vino mientras escuchaba algo de música y veía como las gotas de lluvia caían por su ventana.

La pelifuego había llegado a su punto final, su hijo se había casado con la persona que amaba y ya no encontraba sentido seguir adelante. Su depresión la había ganado y estaba disfrutando de sus últimos momentos en esa soledad que no había conseguido alejarla de su corazón.

Cerró los ojos recordando su juventud  y al hombre que había amado hasta al día de hoy sin ser correspondida haciendo que pequeñas lágrimas cayeran por sus mejillas sintiéndose cada vez peor.

Volvió a abrirlos para dar un último trago y enfrente de ella había una pequeña caja, la abrió viendo el revólver de su abuelo junto una bala. Agarró el revolver, lo cargó con esa bala y quitó el seguro.

- Espero que puedas perdonarme hijo- susurró con la voz rota y con una sonrisa triste se apuntó a la cabeza para apretar el gatillo y caer al frío suelo.