👽22👽
Beverly.
Aclaré mi garganta y me moví incómoda en el asiento, aún sosteniendo el volante con la mirada fija en la carretera y rogar internamente porque Hades volviera a tomar el control del vehículo, mi columna empezaba a doler por la posición en la que estaba y mordí mi labio.
----¿Puedes manejar otra vez? Estoy incómoda.----dije volviendo a removerme.
----Eso podemos solucionarlo----sonrió tranquilo y fruncí mis cejas.
No entendí a qué se refería exactamente hasta que sentí sus grandes manos alrededor de mi cintura, levantándome del sillón como si fuera una niña y me puso sobre sus regazos en dirección a la puerta del acompañante, sorprendiéndome y aliviando el pequeño dolor que empezaba a manifestarse en mi espalda. Mis piernas habían quedado extendidas a lo largo del auto y mi espalda contra la puerta, obligándome a girar un poco mi torso para sujetar con ambas manos el material y estar más cómoda. No entendía del todo porque me había puesto sobre sus piernas y dejado el control, consciente que no sabía cómo manejar y que en cualquier momento podría perder el control y estrellarnos contra un poste, aún estaba nerviosa y cada vez que rebasábamos un auto me echaba para atrás por el miedo que tenía a equivocarme.
Mi respiración estaba entrecortada por la adrenalina y mis palmas sudorosas, lo que me hacía mover mis manos a lo largo del cuero para secarlas un poco y suspirar para mantener la calma. El cálido aliento de Hades golpeaba mi nuca y todo mi cuerpo se estremecía por eso, dándome otra descarga eléctrica y un cosquilleo en mi vientre por las fuertes sensaciones que tenía, no sabía exactamente cómo reaccionar y mi mente estaba en blanco, me parecía irreal lo que estaba pasando y trataba de concentrarme en la calle con la idea de que eso aliviaría mis latidos, pero no funcionaba en absoluto.
Al sentir los musculosos brazos de Hades rozar los míos, casi me ahogo con mi propia saliva y su mentón se apoyó en mi hombro para tener la misma vista que yo, mientras que sus manos se posaban sobre las mías en el volante y sus labios acariciaron mi oído al hablar, haciéndome soltar un jadeo involuntario.
----Relájate un poco, princesa.----susurró y asentí como un robot----sólo tienes que concentrar tus ojos en el auto de atrás y en las orillas, así tendrás el control de todo.
----Sabes que no sé conducir y aún así me dejas todo, ¡Estás loco!----balbuceé torpemente y rió, erizando los vellos de mi nuca.
----Eres capaz de hacerlo, además, pronto cumplirás los diecisiete y tendrás un auto propio, ¿Cómo planeas andar sola si no te atreves?----argumentó e hice un mohín.
----Mamá no me va a comprar un auto y papá mucho menos, ¿Cómo pretendes qué tenga uno?----dije sarcástico y sus dedos se deslizaron entre los míos.
《No ahora, por favor》
----Yo te lo daré.----dijo y una escandalosa carcajada escapó de mi garganta, aunque fue más por los nervios del momento----¿Qué tiene de gracioso?
Me encogí de hombros.
----¿Por qué habrías de hacerlo? No me conoces y mi cumpleaños es dentro de cuatro meses.----arqueé una ceja.
----Vale, entonces tengo todo este tiempo para saber cada detalle sobre ti.----dijo con voz inocente, pero sentí que no sólo se refería a mi forma de ser y me estremecí.
Este hombre iba a provocarme un ataque al corazón si seguía con sus insinuaciones, no estaba acostumbrada a este tipo de cosas y de la nada aparecía este y su hermano, confundiéndome y alterando mis latidos.
En los siguientes minutos, cambié de tema drásticamente y sin darme cuenta me empecé a relajar entre los brazos de Hades, recostando mi costado contra su pecho y drogarme silenciosamente con su perfume masculino. Mis hombros ya iban despreocupados y mi pulso se había calmado un poco, mis ojos se concentraron en cada movimiento a mi alrededor y de vez en cuando veía de reojo la mano de Hades cambiar de marcha, acelerando más y más y poner sus palmas sobre las mías para ayudarme cuando veía que me ponía otra vez nerviosa.
Sabía que aún faltaba mucho camino por delante y tenía el tiempo para sacar información sobre Ares, seguía aferrándome a la idea de conocer absolutamente todo sobre él y comprender un poco más sus comportamientos triviales, así podría evitar ciertas cosas y alejar mis dudas de una vez por todas.
👽👽👽
Al cabo de una hora y media de viaje, el auto se detuvo delante de la entrada de mi edificio y ambos bajamos al mismo tiempo, estiré mi cuerpo al estar parada y solté un pequeño gemido de satisfacción mientras volvía a una posición normal.
Me giré hacia Hades y le sonreí abiertamente con todos mis dientes, tratando de demostrarle mi gran agradecimiento por haberse tomado la molestia de venir a dejarme y de paso, enseñarme un poco a manejar un volante, aunque aún me faltaba mucho por aprender sobre los cambios de marchas y cientos de cosas más. Al menos esto fue un pequeño avance que apreciaba, mamá me había prometido que a los doce años me enseñaría a conducir pero nunca lo hizo y ver que él se había tomado el tiempo, a pesar de que no le correspondiera en nada, me enternecía bastante.
Hades sonrió y metió sus manos en los bolsillos de su jeans, apoyándose contra su auto y verme como si fuera la cosa más maravillosa del universo, sonrojandome levemente por eso y reí nerviosamente.
----Gracias por traerme, en serio.----susurré y asintió.
----Por ti cualquier cosa, princesa.----me guiñó un ojo y se inclinó hacia mi----la pase genial, espero que lo volvamos a repetir.----murmuró en mi oído y dio un suave beso en mi mejilla roja.
《¡Mi corazón, voy a morir de ternura por este hombre!》
Abrí mis ojos como un búho por su acción y él rió, se despidió y volvió a meterse a su auto antes de que pudiera decir nada, arrancando el motor y luego mezclarse con los demás vehículos de la transitada carretera y perderse de vista.
No pude evitar una sonrisa boba y di media vuelta con el corazón en la boca, caminando lentamente hacia la entrada y aprovechar que un vecino venía saliendo para entrar antes de que las puertas se cerraran. Aún seguía anonadada por el lindo gesto de Hades y un rico escalofrío recorría toda mi piel al pensarlo, algo tan simple como un beso en la mejilla nunca me había trastornado como ahora y temí tan siquiera pensar en la respuesta, prefería ignorar por completo eso y seguir a cómo estaba, pensando en lo dulce que era Hades conmigo y en el cosquilleo de mi vientre.
Al estar en la última planta, abandoné el elevador y caminé hacia mi puerta con la esperanza de que estuviera abierta, no quería tener que llamar a Noah para pedirle que me abriera y soportar sus cuarenta gritos en medio pasillo. Crucé mis dedos y tomé la perilla, rezando en silencio y al girar, suspiré aliviada mientras me adentraba al piso y me escabullía al baño para ducharme antes de que mi hermano apareciera, aunque sería raro que no me dijera nada cuando ya eran las dos de la tarde y no me había visto en toda la mañana.
Entré al baño y sin esperar nada, me despojé de toda mi ropa lo más rápido que pude, moría por quitar el sudor de mi cuerpo y refrescar mi piel pegajosa, además deseaba que se llevara todos pensamientos y dudas sobre los hermanos Johansson. En el trayecto de regreso a casa, Hades respondió tranquilamente a todas mis preguntas sobre su hermano y tenía que admitir que descubrí bastante sobre él, cosas que tan siquiera creí posibles en ese rubio insoportable. Era impresionante todo lo que escondía y fingía no tener, como ejemplo cantar; su hermano me contó que cuando eran más jóvenes y vivían juntos, a Ares le apasionaba cantar e incluso compuso algunas canciones, formaron con unos amigos una pequeña banda y grabaron algunas pistas que estaban en casa de sus padres, escondidas en una caja en el sótano entre el polvo. Nunca en mi vida hubiera podido adivinar eso o tan siquiera imaginarlo cantando, era irreal hasta el punto en el que creí que me mentía o se burlaba de mi.
Después de unos cuarenta minutos bajo el agua, salí empapada y busqué con la mirada mi toalla en algún lado, pero al no verla maldije y recordé que había llegado directo al baño.
Bufé y escurrí mi cabello para no mojar el suelo, cubrí mi cuerpo con mis manos y salí de puntillas de la ducha hacia la puerta, abriendo lentamente y asomar mi cabeza para asegurarme de que no había nadie en el pasillo y correr como loca a mi cuarto.
Miré en ambas direcciones y abrí más la puerta, pero antes de lograr correr vi una rata gigante salir del cuarto de Ares y correr en mi dirección.
----¡Oh mierda!----chillé y me eché para atrás, tropezando con la alfombra y caer sobre mi trasero----¡Au!
Me quejé y me apoyé sobre mis codos, dirigiendo mis ojos a la puerta y ver a la rata blanca entrar al baño, clavando sus pequeños ojos negros en mi y detenerse un poco antes de mis pies. Mi respiración se atascó en mi garganta y rápidamente me arrastré hacia atrás, parándome y ver aterrada a la rata fijamente.
----Linda rata asquerosa, quédate quietecita y déjame salir.----dije volviendo a cubrir con mis manos mi cuerpo desnudo.
Maldije y busqué con la mirada algo para atraparla, pero no había más que envases de shampoo o crema de afeitar de los chicos. Nada de eso me servía y sentía que me iba a dar un ataque de ansiedad por el animal ante mío.
Desvié mis ojos a la alfombra y vi mi oportunidad, podría hacer que se pusiera sobre ella y tirar la alfombra al final del baño con ella encima para darme tiempo a correr.
Volví a poner mis ojos en la rata y me agaché un poco, chasqueando mis dedos para que se acercara un poco a mi y se pusiera justo donde quería.
----Ven aquí bestia, voy a darte un lindo regalo.----susurré con sorna y ella lentamente fue viniendo----eso es, así me gusta.----canturreé tomando las esquinas.
Sonreí maliciosa y cuando estuvo justo donde quería, tiré rápidamente de la alfombra hacia el final del baño y corrí en pelotas a la salida, cerrando la puerta y echar a correr hacia mi cuarto, pero choqué contra alguien y ambos caímos al suelo. Mi cara impactó contra su pecho y sentí algo duro contra mi vientre, robándome el aliento y con todo el temor del mundo levanté la mirada.
----¡Ay por Dios! ¡¿Por qué estás desnudo?!----grité completamente roja, levantándome de su pecho----¡No me mires, no me mires!----chillé volviendo a cubrirme.
----¡¿Por qué diablos estás mojada?!----gruñó arrancando los auriculares de sus oídos----¡Saliste de la nada!
----¡Ay por Dios, cúbrete, cúbrete!----grité viendo por completo su desnudez----¡Santa virgen María, te estoy viendo el júnior!
《¡Vaya, pero si que tiene un buen amigo! Uff, yo que tu me le tiro encima ya mismo》
Sacudí mi cabeza para ignorar mi conciencia y vi a Ares levantarse del suelo, enrollando una toalla negra en su cadera y tapar su amiguito de mis ojos, también viéndome totalmente rojo a la cara y fruncir el entrecejo. Mi pecho subía y bajaba con rapidez, agitada por su mirada en mis curvas y sentía como si mi cara estuviera hundida en lava por la vergüenza que recorría mi cuerpo.
----¡¿Qué haces desnuda?!----chilló arrojando otra toalla a mi cara.
----¡Estaba en la ducha!----me defendí tapándome----¡Y de la nada salió una rata gigante de tu cuarto y me atacó!
----¿Qué?----sacudió la cabeza y me vio confundido.
----¡Si! Una rata blanca, logré encerrarla en el baño pero hay que llamar a un exterminador o algo.----bufé aún sonrojada.
----No es ninguna rata, es mi hurón.----dijo más tranquilo, relajando sus facciones poco a poco----Maia no hace nada, es inofensiva.
----¡Claro que no, esa... cosa me atacó!----exclamé señalando el baño.
Levantó sus ojos al cielo y me hizo a un lado, pero antes de que me tocara me pegué a la pared para evitar su tacto y me miró fijamente durante un momento, volviendo a dirigir sus ojos a la puerta y abrir. Me tensé y la rata -o hurón, según Ares- salió corriendo hacia el pasillo, robándome un chillido agudo al verla y me pegué aún más a la pared, viéndola irse y escuché una débil risa a mi lado, burlándose de mí.
----¡¿Viste?! ¡Es una bestia!----grité y negó con su cabeza, mostrando una diminuta sonrisa.
----Claro, ¿Viste lo grandes qué eran sus dientes? Uy, aterrador.----se mofó y lo fulminé pegando la toalla a mi pecho.
----Idiota.
----Niñata.
----Engreído.
----Cosita.
----¡No soy ninguna cosita!----chillé golpeando el suelo con mi pie.
----Claro, eres gigante e intimidatoria.----soltó una risita y se encerró en el baño.
Gruñí y le saqué mi dedo del corazón a la puerta, soltando improperios en español mientras me dirigía a zancadas a mi habitación y cerraba de un portazo furioso, demostrándole todo el odio y enojo que sentía hacia su persona en estos momentos.
Me puse mi lencería favorita de aliens y tomé un camisón de Los Simpsons con la cara de Homero, acompañándolo con un short blanco que no se veía por lo largo de la camisa, aunque no me importó y me puse a cepillar mi cabello con la mirada fija en mi reflejo. Mi abdomen ardía por una sola razón y la idea de lo que acaba de pasar me ponía roja, incluyendo a mis pobres orejas y me avergonzaba de ver mi propio reflejo ruborizado al pensar en la magnífica desnudez de Ares, nunca me hubiera podido imaginar que ambos llegaríamos a chocar desnudos por culpa de su rata gigante. Nunca había visto a ningún chico desnudo y que el primer amigo que mis ojos hayan observado sin pudor alguno haya sido el suyo, precisamente el suyo parecía demasiado irreal para mi pobre corazón, el cual aún no se calmaba después de lo que pasó.
No me quejaba de haberlo visto porque el hombre estaba para violarlo por todos lados y atarlo a una cama, pero el hecho de que nuestras pieles se hayan tocado de esa forma y recordar mi cara a centímetros de la suya, hundiendo mis ojos verdes en los suyos y ver sus mejillas rojas como las mías, provocaba que las partes que su cuerpo tocó ardieran en fuego. Aún podía sentir a Ares júnior contra mi vientre y la agradable sensación de nuestros pechos desnudos juntos, aunque haya sido por tres segundos y ambos estuviéramos exaltados por la repentina aparición del otro. Seguía sin saber de dónde diablos apareció, no oí sus pasos en ningún momento o el sonido de alguna puerta abriéndose, simplemente chocó conmigo como si fuera un fantasma y me tuvo sobre él de forma obscena. Estaba segura de que Destiny gritaría como loca cuando le dijera y correría para contárselo a Meika, incluso sería capaz de comprar un letrero en las calles y poner mi cara en ellos para avergonzarme más de lo que ya lo hacía.
Al menos podría presumir que vi su amiguito e incluso lo volví a tocar, sólo que esta vez fue directamente y él no pudo detenerme porque estaba igual de aturdido que yo, lo que me hizo preguntarme; ¿Por qué diablos él iba desnudo en medio pasillo? Se supone que Noah está aquí y podría verlo, a menos de que estuviera dormido y no haya escuchado nuestro escándalo, lo cual agradecía mentalmente. No sé con qué cara hubiera visto a mi hermano después de lo que pasó, sería incapaz tan siquiera de vivir con él por la vergüenza y me iría otra vez con mamá, aunque ahora tengo suficientes motivos para alistar maletas e irme de una vez por todas, tampoco sabía cómo iba a hacer para ver a Ares a los ojos y no morir de pena.
Inspiré y cerré la máscara de pestañas cuando terminé, guardándolo en un pequeño bolso y ver mi reflejo contenta. Me veía bien y fresca, aunque mis mejillas estuvieran un poco rojas y sacudí mi cabeza para borrar la sensual imagen de Ares desnudo antes de que apareciera, no iba a pensar más en eso.
Tomé mi móvil y salí de mi cuarto para ir a buscar gomitas, quería calmar la ansiedad y relajarme en el balcón. Caminé silenciosamente por el pasillo sin saber exactamente que hacer, no sabía a dónde mirar o cómo caminar tan siquiera, me sentía ridícula y preferí correr a la cocina para ahorrarme eso.
Al entrar, dejé mi teléfono en la isla y arrastré un taburete para subir a él, Noah había guardado mis gomas en la gaveta más alta del alacena y a pesar de ser alta no alcanzaba sin ayuda.
----¡Ber, ya llegué!----exclamó Noah desde la entrada y fruncí el ceño.
¿Él no estaba aquí cuando llegué? Eso explica porque todo estaba tan callado y Noah no me estaba esperando con una cuchara de madera en la sala, listo para dejar mi trasero rojo por salir sin su permiso y no volver a dormir.
Sus pasos se dirigieron a la cocina y al verme sobre el taburete, arqueó una ceja mientras dejaba sus llaves sobre la isla, quitándose su chaqueta lentamente y verme curioso.
----¿Qué haces ahí?----preguntó sentándose.
----Dejaste mis gomitas arriba, duh.----levanté mis ojos al cielo y me volví, buscando mis tesoros.
----Vale...----dijo lentamente y aclaró su garganta----siento haberte dejado sola con Ares toda la noche, pero Karen quería que me quedara con ella y una cosa llevó a la otra y cuando me di cuenta ya estaba dormido.----se encogió de hombros y abrí mis ojos sorprendida.
Sujeté mis gomas y me dejé caer sobre el asiento, viendo a mi hermano fijamente y una sonrisa pícara apareció en mis labios al mismo tiempo que me ponía a chillar agudamente.
----¡Oh por Dios! ¡¿Se acostaron?! ¡Ay Dios, ay Dios!----grité corriendo para abrazarlo----¡Tienes que contarme todo, quiero detalles!
Lo sacudí y él rió incómodo, intentando escapar de mis brazos pero se lo impedí y me senté a su lado con una gran sonrisa.
----¡Anda, dímelo todo!
----No te voy a contar esas cosas.----me vio mal----no soy Destiny para andar diciendo lo que pasa con mi novia.----dijo y grité aún más fuerte----¡Mierda, cállate Beverly! Me vas a dejar sordo, maldición...
----Bueno, si no me dices tu, Karen lo hará.----me encogí de hombros e inflé mi pecho con orgullo.
Él me fulminó y abrí mis gomitas, metiendo un puño a mi boca y sus ojos bajaron a mi cuello, cambiando su semblante a uno más serio y tensó su mandíbula, volviendo a verme molesto a los ojos y arqueé una ceja confundida. No entendía porque se molestaba de repente, se supone que no sabía que había salido y estaba intacta, no tenía algo que pudiera delatarme.
----¿Qué es esa mierda de Crepúsculo en el cuello?----gruñó quitando mi cabello y me ahogué con mi propia saliva.
----¿Qué?----balbuceé y toqué mi cuello nerviosamente.
----¿Saliste sin mi permiso, Beverly?----preguntó molesto y negué frenéticamente.
----¡No, claro que no!----chillé.
----¿Entonces cómo diablos tienes un chupete en el cuello?
----Eh... yo es que...----solté una risita nerviosa y me vio aún más enojado----en la noche se metió un vampiro enorme y casi me chupa toda la sangre, ¡Si! Eso, me mordió pero Ares lo sacó y ahora estoy bien.----mentí horriblemente y sonreí como el tiburón de Nemo.
----No es cierto.----susurró Ares entrando a la cocina.
Ambos nos giramos a él y lo vimos caminar hacia la nevera, abriéndola en silencio y tomar una botella de gaseosa antes de girarse hacia nosotros. Su mirada maliciosa cruzó con la mía y sentí como me ponía roja, tanto de la vergüenza como de la cólera y le envié una mirada asesina, si él abría la boca Noah iba a matarme y sería mi fin en este piso.
----¿Qué pasó?----cuestionó mi hermano, dándome la espalda.
Contuve la respiración y me tensé en mi asiento, mordí mi labio y sus ojos pizarra brillaron de satisfacción al verme en apuros, estaba disfrutando de mi metida de pata y quise ahorcarlo con mis propias manos. Él iba a hablar y yo pasaría encerrada una eternidad, mientras él se ríe de mi desgracia y yo sufra un ataque de ansiedad por su culpa.
----N-no pasó nada, sólo quiere meterme en problemas.----farfullé rápidamente.
----Ayer a las once de la noche ella salió con sus amigas...----empezó a decir y me baje bruscamente del taburete.
----¡No es cierto!----me defendí con voz aguda y vi como contuvo una sonrisa.
----Fueron a una discoteca para mayores y se alcoholizo hasta el punto de no poder caminar.----continuó y lo vi furiosa.
《Si salgo viva de esto, voy a destruir su linda cara de un sólo sillazo》
Me puse delante de Noah y al ver su cara, me hice un bolita de nervios y miré suplicante a Ares, rogándole silenciosamente que se callara ya mismo o Noah me lanzaría por el balcón ya mismo. Pero él sólo dio otro sorbo a su bebida y recostó su espalda contra la nevera, cruzándose de brazos y relamer sus labios para seguir hablando.
----Fui a buscarla a eso de las cuatro de la mañana y la encontré succionandole la cara a un chico de nuestra edad, sin mencionar que casi le arrancaba la camisa ahí mismo.----ladeó su cabeza y la cara de mi hermano empezó a ponerse roja.
----¡Que te calles, nada de eso es cierto!----grité pero Noah me envió una mirada de advertencia, callándome al instante.
----La saqué de ahí y la dejé en mi auto para volver por el resto, pero cuando volví ella no estaba y hasta hace una hora regresó.----terminó de decir y volvió a beber.
Me observó con superioridad y mordí mi lengua, mis manos temblaban en puños de la cólera y sentía la mirada furiosa de mi hermano sobre mi, pero no le tomé importancia y grité lo único que pude para sacarlo de sus casillas.
----¡Al menos Hades si es amable y tierno conmigo, no como tu!----vociferé y su diminuta sonrisa desapareció al instante.
Su mandíbula se tensó y su ceño se pronunció, sus ojos se oscurecieron y se paró recto con un aura más oscura. Sonreí internamente al ver que logré lo que quería y levanté mi mentón con orgullo, si él me jodía yo también iba a hacerlo y me valía tres hectáreas de pepino que Noah estuviera a punto de tomarme del pelo, no iba a dejar que se fuera de aquí con su aire de superioridad y se creyera la gran verga por meterme en problemas.
El ambiente en la cocina era pesado, tanto que me costaba respirar y mi pecho se movía con brusquedad, mis ojos se enfrentaban a los suyos y le transmitían toda la cólera que sentía en esos momentos, pero los suyos se mantuvieron inexpresivos en todo momento y de la nada relajó sus hombros, volviendo a recostar su espalda contra la nevera y adoptar un aire indiferente. Entonces una sonrisa surgió de sus labios y levantó el mentón, aunque aún podía apreciar los músculos de su mandíbula tensa y supe que sólo fingía no interesarle.
----A mi hermano le gustan las presas fáciles.----murmuró y lo vi ofendida.
Un nudo se formó en mi garganta y presioné mis labios para contener el aliento, me había dolido eso y quise darle una bofetada por eso, yo no era ninguna puta como para decirme eso y mucho menos él tenía el derecho. Puede que lo haya molestado, pero eso no era motivo para insultarme de esa forma y decir que una fácil que cualquiera podía abrirle las piernas, tenían dieciséis años esquivando a chicos interesados y ya había pasado por muchos insultos de esa clase como para que me siguiera afectando, pero la forma en que la dijo, viéndome directo a los ojos y sin parpadear, revolvió mi estómago.
Me paré recta y levanté la cabeza con orgullo, dejando que una lágrima resbalara por mi mejilla roja y sus ojos la siguieron lentamente, pero no demostró arrepentimiento y eso me enfureció aún más.
----No te pases Johansson, es a mi hermana a la que le hablas.----dijo Noah tan molesto como yo, tensando su mandíbula.
----Eso no impide que sea una fácil.----susurró con seguridad y solté un jadeo de indignación.
----Eres un imbécil.----reí para ahogar el sollozo en mi garganta y tomé mi móvil.
Empujé a Noah y salí de la cocina a paso rápido, escuchando como mi hermano empezaba a discutir con el rubio y abandoné el departamento de un portazo furioso. Fui hasta el elevador y entré en él como una furia, temblando de pies a cabeza y contener mis ganas de gritar por su culpa, nunca en mi vida me había sentido así de ofendida y dolida en mi vida.
《Él es como los demás, es obvio que sólo quería joderme y herirme》
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