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👽20👽

Beverly.

Los minutos pasaron y el ambiente empezaba a ser eléctrico, mi corazón latía con fuerza y mi cuerpo se meneaba sobre la silla mientras tomaba la gran copa con ron, acercando la pajilla a mi boca y tomar un gran sorbo, sintiendo un nudo en mi garganta y el sabor amargo de la bebida fría deslizarse en mi interior, haciéndome tener un escalofrío al tener el cuerpo caliente. La discoteca se empezaba a llenar y yo ya estaba mareada, gritaba más canciones latinas sin pudor alguno y de vez en cuando me levantaba a bailar con Jazmín, quien movía las caderas al ritmo de la melodía y ganar algunas miradas masculinas.

Nathan y Damian conversaban tranquilamente en sus sitios, fumando y bebiendo de vez en cuando mientras que nosotras cuatro nos alcoholizábamos sin control y danzábamos. Mi cuerpo empezaba a sudar por el calor e incluso había tenido que sujetarlo en una coleta floja para refrescarme un poco, bailando y animar a Jazz y ahora a Destiny también, quienes twerkeaban pegadas la una a la otra y reír sin control.

----¡Y te bote, de mi vida te bote!----cantamos las tres latinas a todo pulmón.

Dejé la copa en la mesa y me levanté torpemente, tomando la mano de Meika e invitarla a bailar como las otras dos, aunque mis movimientos fueron erróneos y mis muslos se cansaron de hacer fuerza al sostener mi peso, pero eran tantas las ganas de bailar que no me importó y seguí.

Todas las personas se levantaron y también bailaron, sacudiendo sus brazos en el aire con energía y cantar como nosotras, parecía como si les contagiáramos nuestra euforia y los animáramos a borrar el poco pudor que tenían. En otra palabras, éramos el alma de la fiesta y no tardamos en vernos rodeadas de personas, tanto hombres como mujeres se pegaban a nuestros cuerpos sudorosos y bailaban al son de la canción, rozándonos entre todos y divertirnos.

Estaba eufórica, sacudía todo mi cuerpo sin vergüenza alguna y de vez en cuando me inclinaba a tomar mi copa para beber, tensando mi mandíbula para no vomitar por el horrible sabor del ron. No podía explicar muy bien su sabor, tenía un toque dulce y amargo que no sabían para nada bien, pero por alguna razón no podía dejar de tomarla y obligar a mi cuerpo a dejarla en mi interior, aumentando mis mareos y mi energía, haciéndome saltar sobre los tacones de las botas y doblar mis tobillos dolorosamente, pero estaba tan distraída que no le ponía atención y seguía en lo mío.

La discoteca se empezó a llenar demasiado y bailar comenzaba a ser incómodo, tener que rozar mi piel con las de otros y sentir sus respiraciones en mi cara creaba escalofríos en mi espalda desnuda, pero no me detuve y busqué la forma de sincronizar mis movimientos al de los demás.

Una mano tomó la mía y al voltear vi a Dest agitada, acercando su cara a mi oreja para gritar.

----¡Vamos afuera un rato, tengo calor!----exclamó y asentí.

Me aseguré de tener mi aparato y la seguí entre los cuerpos, tambaleándome de un lado a otro por culpa de los demás hasta que llegamos a la puerta y suspiramos aliviadas, no sólo por poder tomar aire fresco, sino por tener paz para nuestros oídos del bullicio que había dentro.

----Dios, esto está de locos.----limpié mi frente y asintió.

----Ni que lo digas, pero está genial.----sonrió equivocándose un poco con las palabras.

Abrí mis ojos sorprendida.

----¡Olvidé contarte!----chillé tomando sus brazos----Ares tiene un hermano y esta para follarlo sin parar.----sonreí pícara y bailó sus cejas.

----Uh, me gusta este tema.----chasqueó su lengua----¿Cómo se llama?

----Hades.

Rió.

----¿Qué tienen sus padres para ponerles nombres de dioses griegos?----se burló y me encogí de hombros----¿Está bueno al menos? Tal vez el nombre se lo tenga bien ganado.

----Oh créeme, lo tiene más que merecido.----ronroneé----y sin mencionar que es todo un caballero, de esos que te abren la puerta y te besan la mano.

Jadeó.

----Wow, definitivamente tengo que conocerlo.----arrastró las palabras con picardía y solté una carcajada, levantando una ceja con aire acusador.

----¿Tu no estabas interesada en Damian? Los he visto muy juntitos.----piqué sus costillas.

----Claro que sí, pero de todas formas eso no impide que conozca a más papitos.----mordió su labio.

👽👽👽

Dos de la mañana. Tenía mucho calor y mi cabeza daba vueltas sin parar, mis tobillos dolían por tantos tropezones y mis labios estaban secos por tanto gritar. El lugar estaba repleto de adolescentes mayores que todos nosotros, a excepción de Damian que era el único mayor de edad a nuestro cargo y el único que había entrado limpiamente a la disco, pero parecía que a nadie le había importado.

No sabía donde estaba Destiny o Meika, habían tantas personas que las había perdido de vista y estaba lo suficientemente ebria como para preocuparme y ponerme a buscarlas, por el momento sólo iba a bailar con el morenazo que tenía a mis espaldas. Aún no había visto su rostro por la oscuridad, pero he de decir que tenía un movimiento de cadera diabolicamente sexy y eso provocaba un fuerte efecto en mi, acalorando más mi cuerpo y hacerme voltear hacia él para tomar su cuello, atrayéndolo aún más hacia mi y hundir mis ojos en los suyos.

Eran negros, tanto que era imposible distinguir sus pupilas seguramente dilatadas por la oscuridad, piel pálida y labios carnosos, brillantes por el alcohol y una sonrisa creció en ellos al ver mis ojos fijos en ese lugar.

Sus manos dejaron mi cadera y subieron hasta mis mejillas, acunándolas con sus grandes palmas y rozar sus labios fríos con los míos, haciéndome jadear de impaciencia y provocar que riera por eso. Deslicé mis dedos bajo su camisa y sentí como su piel se erizó, ahora yo reí y entrecerró sus ojos al mismo tiempo que atrapaba mi labio inferior entre sus dientes, mordisqueandolo y mi espalda se arqueó involuntariamente por eso, sentí mi corazón latir con más fuerza en mi pecho y con total desesperación clavé mis uñas en su espalda al mismo tiempo que terminaba de presionar nuestras bocas. Gimió sobre mis labios, seguramente de dolor por mis uñas y enredó sus largos dedos en mi cabello atado, soltándolo y tirar suavemente de él, provocando que soltara un gemido involuntario en su boca, nunca había dado un beso tan húmedo y pasional como este, pero era fantástico y al instante desee aún más de este chico misterioso, obligándome a explorar su torso con mis manos con toda la libertad del mundo.

La música golpeaba con fuerza mis oídos y sentía mi pulso tan acelerado como el suyo, nuestras respiraciones entrecortadas se mezclaban y nuestras lenguas se encontraron en una guerra lasciva, los cuerpos de las demás personas chocaban contra los nuestros y sin importar que nuestros labios danzaran, bailábamos como los demás y nos pegábamos más. El ambiente era abrasador y me gustaba eso, nunca había dado un beso erótico y a pesar de equivocarme más veces de las que quisiera, lo disfrutaba y él parecía también hacerlo, aunque tuviera el control de la situación y me manejara a su antojo en estos momentos.

Los gritos de las personas estaban a mi lado, sentía las luces neones pasar rápidamente sobre mi rostro y el sabor del whisky de su boca se mezclaba con el ron del mío, erizando los vellos de mi piel y otra vez solté un jadeo. Estaba pasando el límite y lo sabía, pero me sentía tan feliz y libre que no me importaba en los más mínimo, me sentía completa y eso me llevó a frotar mi cuerpo contra el del moreno.

----No hagas eso o te llevaré a mi auto, linda.----susurró rompiendo el beso.

Su cálido aliento chocó contra mi rostro y mordí mis labios hinchados, viéndolo con aire travieso y tomar su nuca, rozando mi boca en su oído y susurrar.

----Tal vez quiero me lleves.----mordí el lóbulo de su oreja y su respiración se hizo más pesada.

Bajé lentamente por su mandíbula, rozando mis labios y luego dejar un pequeño beso en su cuello para terminar de tentarlo. No sabía qué era exactamente lo que estaba haciendo, pero había leído algunos libros y supongo que mi mente ahora se guiaba por eso, no sabía si funcionaría pero si me sacaba de aquí y nos divertíamos, mejor.

Reí al verlo tragar saliva y levanté la mirada, guiñándole un ojo y sonreí seductoramente.

----Vale, sólo déjame ir a pagar algo.----dijo y chillé emocionada----quédate aquí preciosa, no te muevas.

----Lo que tu digas, papito.----murmuré sentándome en una silla libre.

Lo vi desaparecer entre las personas y suspiré observando a mi alrededor, seguía sin tener señales de mis amigos y quise levantarme a buscarlos, pero estaba tan deseosa de salir de aquí con el moreno que me quedé quieta y miré la mesa, no había nadie más que yo y una copa con algo transparente.

La tomé con la esperanza de que fuera agua y me la bebí de un trago, teniendo un ataque de tos al sentir el líquido amargo pasar por mi garganta y tuve un escalofrío de pies a cabeza.

Sentí una mano tomar mi brazo y pensando que era el moreno me levanté sin decir nada, me tambaleé sobre mis tacones y me pegué al chico, empezando a bailar y meter mi cara en su cuello para oler su perfume masculino.

《Dios, este hombre está buenísimo》

Sonreí y deposité pequeños besos húmedos en su piel mientras bailaba, sus brazos envolvieron mi cuerpo y sentí como se tensó, respirando entrecortadamente y reí maliciosamente.

----¿Listo para divertirnos?----balbuceé tomando su mano.

Entrelacé nuestros dedos y me moví entre las personas con cuidado, arrastrándolo conmigo para irnos de aquí de una vez por todas y empezar la noche, mi mente divagaba en toda clase de escenas y lamí mis labios secos, ansiosa.

Al llegar a la puerta, hice el amago de salir pero me arrastró hacia otro lado y me pegó contra una pared, hundiendo su cara en mi cuello y morder mi piel con delicadeza, chillé de impresión y me arqueé al sentir su lengua deslizarse hacia mi clavícula.

Contuve la respiración y hundí mis dedos en su pelo, disfrutando de su suavidad y correr mi cabeza para ofrecerle más de mi. Miles de escalofríos recorrieron mi espalda y mis piernas temblaron, cientos de corrientes eléctricas fueron enviadas a mi sistema nervioso y un cosquilleo se formó en mi vientre, abrí mis ojos y vi al moreno del otro lado de la discoteca buscándome.

Mis cejas se fruncieron y parpadeé, no muy segura de que fuera él y decidí relajarme con la idea de que lo confundí, pero al volver a verlo mi corazón dio un vuelco.

¿Quién diablos estaba en mi cuello?

Tomé sus hombros para alejarlo y sujeté sus mejillas para poder identificarlo, mi visión estaba tan borrosa y el lugar tan oscuro que era difícil ver quien era, entrecerré mis ojos y acerqué mi cara a la suya para ver mejor, mezclando nuestros alientos hasta reconocer un par de iris verdes dilatadas y temblé.

----¿Ares?----murmuré acariciando su piel con mis dedos, aún sin creer que era él quien me besaba----wow.

Reí y terminé de acercarnos, mordiendo sus labios con suavidad y pasar mis brazos alrededor de su cuello, parándome de puntillas para alcanzarlo mejor a pesar de tener tacones y lo besé con vehemencia.

Él se tensó por mi acción y tomó mi cintura, devolviéndome el beso por un momento y pegarme más contra la pared y su cuerpo. Un sentimiento de satisfacción me llenó y quise que me llevara a su auto en ese preciso instante, inconscientemente disfrutaba más de lo que debería del beso y al sentir el roce de su lengua, gemí tirando de su cabello.

No sé porque sentía como si hubiera esperado demasiado por esto y ahora reclamaba algo que supuestamente era mío, aunque mi razón me decía que no era así y que si estuviera sobria nunca lo hubiera besado, pero ya no importaba. Poder sentir sus suaves labios y su calor cerca de mi era sensacional.

Intenté mover mi mano para acariciar su piel, pero gruñó y de repente se alejó de mí con el ceño fruncido, reí pensando que lo había mordido muy fuerte y pasé mi pulgar sobre sus labios rojos, sonriendo con los ojos fijos en ese lugar y luego los volví a sus iris pizarra. Me observaba en silencio como siempre y sentí mi cuerpo frío cuando se alejó más de mi, negando con su cabeza y soltar una maldición junto a su nombre, reí otra vez y baile sin tomarle importancia a su repentina reacción, hasta que sentí su mano tomar mi muñeca y tirar de ella para guiarme a la puerta.

No me quejé y me colgué de su brazo para no caer por culpa de la gente, no me sentía con la suficiente fuerza para soportar los empujones de los demás y al estar afuera, el aire gélido de la noche me golpeó en la cara y llenó mis pulmones.

----Vámonos.----murmuró viendo a ambos lados de la calle.

----¡Eh, eh! Destiny y las chicas están adentro, no puedo irme sin ellas.----exclamé soltándome de su agarre----no pienso dejarlas.

----Cosita, no puedo entenderte si me hablas en otro idioma.----levantó sus ojos al cielo.

----¡Que Destiny, Meika y Jazmín están dentro!----chillé señalando la entrada y arqueó una ceja.

----¿Ellas están ahí?----preguntó dudoso, como si no hubiera entendido del todo mis palabras.

Asentí.

----Vale, iré por ellas y tú te quedarás aquí.----tomó mis mejillas y se encorvó para verme directamente a los ojos----¿Entiendes? Tu quédate quieta y no hables con nadie.

----Estas bien rico papi.----ronroneé relamiendo mis labios----te voy a chupar el perro caliente.

Bufó irritado por no entenderme y me ordenó quedarme quieta antes de caminar hacia la entrada, desapareciendo de mi vista y dejarme sola en media acera, pero no me importó y me senté a duras penas en la cajuela de un auto, apoyando mis manos a cada lado de mis muslos y ver mis pies.

Estaba muy ebria y me sorprendía de cierta forma no estar llorando, Destiny me contó que la última vez me puse a cantar rancheras mientras lloraba como magdalena de camino a casa y sinceramente quería evitarme eso, podía estar borracha pero era consciente de que estaba en media calle y la policía podría pasar en cualquier momento, si llamaba su atención no iba a poder negar mi edad y me llevarían a la comisaría, llamarían a mamá y sería el fin de mis días con Noah, aunque no tuviera más que tres días viviendo con él.

Al pasar unos veinte minutos, yo me estaba quedando dormida sobre el auto y Ares seguía sin aparecer, tenía frío y mi móvil ya había muerto por haber grabado tantos vídeos para Instagram. Bostecé y escuché pasos acercarse a mi, luego una mano se apoyó en mi rodilla y obligué a mis párpados separarse para ver quien era.

----Hey.----sonreí----¿Qué haces aquí? Creí que estabas dentro.

----Si, pero tenía rato de no verte y me preocupé.----dijo sereno y tomó mis brazos----vamos.

----¿A dónde?----pregunté bajando torpemente de la cajuela.

----Te quedarás conmigo por hoy, estas muy ebria y es peligroso que estés aquí sola.----sonrió mostrando sus hoyuelos.

Reí suavemente y me cargó como princesa, besó mi frente y empezó a alejarse en silencio entre las sombras hacia su auto. Bostecé otra vez y me acurruqué contra su pecho, cerrando mis ojos y dejarme llevar con toda tranquilidad, confiaba en Nathan y sabía que sólo quería cuidarme de que algo malo pudiera pasarme, lo cual agradecía internamente y seguramente diría cuando despertara, tenía mucho frío en ese auto y había notado que unos hombres al otro lado de la calle me estaban observando mucho.

Caminó por un rato y luego me dejó en el suelo, aún sosteniéndome y sacar de su bolsillo las llaves, le quitó la alarma a su vehículo y abrió la puerta trasero para ayudarme a subir. No esperé nada y me recosté en el sillón, sentí sus manos subir hasta mi muslo y luego sus dedos rozar mi piel, erizando todos los vellos de mi cuerpo y luego bajó el zipper de mi bota para sacarla. Repitió el mismo proceso con mi otra bota y dejó mis zapatos en el suelo, cerró la puerta con cuidado y luego subió para arrancar el auto, me hice un ovillo y suspiré de placer.

----Gracias por cuidarme, Nath.----murmuré adormilada.

----Eres mi amiga, es mi deber protegerte.----dijo tranquilo----ahora duerme, te despertaré cuando lleguemos.

----Vale... buenas noches.----sonreí.

----Descansa.----musitó y todo quedó en silencio.

Relajé mi cuerpo y traté de olvidar el mareo que rondaba en mi cabeza, la paz que reinaba era agradable y el viento fresco que entraba por la ventana era tranquilizador. El auto olía a Nathan y un cosquilleo recorrió mi cuerpo, me encantaba ese olor a menta y chicle que se clavaba en mis fosas nasales, era único y me gustaba bastante.

Inspiré y cambié de posición, pensando vagamente en todo lo que había pasado esta noche y sentí un ardor en mis labios al recordar los besos que di. Ambos fueron únicos y pasionales, pero el moreno era más salvaje y erótico mientras que Ares fue más despacio y sensual, tenía que admitir que ninguno de los dos me había dejado indiferente y traté de hacer un esfuerzo por recordar su nombre al conocernos, pero no daba con él y me frustré por eso.

Me gustaría conocer más a ese chico y tal vez tener una bonita amistad, aunque siempre tendría el fugaz recuerdo de su boca y cuerpo contra el mío, enviando corrientes eléctricas a todo mi sistema nervioso y habría una pequeña tensión por eso, un beso como ese no se olvidaba tan fácil.

Por otro lado estaba el rubio, un chico irresistiblemente irritante y misterioso, aún tenía el sentimiento a flor de piel con pensar en sus manos sobre mi y su cálido aliento mentolado en mi boca. Fue mágico en su momento y claro que me gustaría repetirlo y no sólo una vez, si no que mil veces más y quedar saciada de él, aunque existiera la posibilidad de que en la mañana me odiara y fuera incapaz de verle a la cara al llegar a casa, sin mencionar que Noah me asesinaría por dormir fuera y no avisarle.

Pasaron unos quince minutos hasta que sentí que el auto dejó de moverse y luego oí la puerta del conductor abrirse, me estiré y apoyé mis codos en el sillón para levantar mi torso con pereza, viendo a Nathan hablar con alguien por teléfono y jugar con sus llaves en un dedo, mirando el cielo nocturno mientras escuchaba a la otra persona.

¿Con quién habla?

Me terminé de reincorporar del asiento y a oscuras busqué la perilla para bajar la ventana, recibiendo el viento de golpe y poder escuchar mejor la conversación de mi amigo, quien me daba la espalda y no se percataba de mi.

----Claro que no, no voy a hacer eso.----bufó----es una buena amiga, voy a cuidarla SANAMENTE.----alzó la voz----hasta mañana y regresarla.----se calló por unos segundos y luego soltó el aire de sus pulmones----si me gusta y por eso no voy a hacerle nada, no está bien y no quiero perder su amistad.

Sonreí enternecida y reposé mis brazos en la ventana, dejando descansar mi mentón en ellos y volver a cerrar mis ojos con cansancio, oyendo vagamente la voz del australiano hasta que terminó y suspiró.

----¿Con quién hablabas?----murmuré con voz ronca.

----Beverly, creí que estabas dormida.----balbuceó acercándose----¿Escuchaste mi conversación?

----Si, pero no tienes porque preocuparte, para mañana habré olvidado la mitad de las cosas de hoy.----reí y abrí la puerta, extendiéndole mis brazos para que me ayudara a bajar del auto y entrar a su casa.

Lo vi tragar saliva y mirarme dubitativo durante un momento, hasta que decidió acercarse y me ayudó a salir del vehículo en silencio, evitando mi mirada y me volvió a cargar para evitar que caminara sobre el asfalto húmedo por el sereno de la noche. Me hice una bolita en sus brazos y pegué mi oreja a su pecho, escuchando los acelerados latidos de su corazón y sonreí por eso, no sabía que yo creaba esa reacción en él y me emocionaba por eso, era primeriza en todo esto de las relaciones y besos pasionales, por lo que me sentía súper excitada por saber que tenía esta pequeña influencia.

👽👽👽

Cuando fui consciente, lo primero que oí fue el sonido de un móvil vibrar histérico en el suelo y arrugué mi cara por eso, no me dolía la cabeza pero si tenía la boca seca y muchas ganas de vomitar, por lo que preferí mantenerme quieta durante unos minutos para recuperar bien el control de mi cuerpo y terminar de despertar.

El olor de un perfume masculino estaba impregnado en mi nariz y abrí mis ojos bruscamente, mirando a mi alrededor y tranquilizarme al ver que sólo era la camisa de Nathan que tenía puesta. Él dormía a mi lado y abrazaba una almohada, su cara estaba oculta entre sus rizos y un ligero ronquido salía de sus labios, robándome una risita y me senté con cuidado, aún mareada para examinar a mi alrededor. Las paredes de la habitación eran verdes y el suelo era de madera, habían varios muebles y una pequeña televisión en un soporte en la pared, la cama en la que estaba era de sábanas blancas y tenía muchos cojines del mismo color, las cortinas eran casi transparente pero lo suficiente espesas para impedir la vista ajena.

El cuarto era acogedor y pacífico, lo cual relajaba mi corazón y mente aturdida, no recordaba absolutamente nada de la noche atención y nuevamente el pánico entró en mi al pensar en todo lo que pude hacer, pero ahora tenía la buena suerte de estar vestida y con un amigo, quien tenía un short de pijama y el torso desnudo.

No parecía que algo hubiera pasado y me sentí aliviada por eso, porque si no había hecho algo con Nathan, significaba que tampoco había hecho algo con nadie y estaba intacta.

Me estiré en la cama y el móvil volvió a vibrar como loco en el suelo, fruncí mis cejas y me apoyé suavemente sobre mi amigo para ver si era mi teléfono, llevándome la sorpresa de ver el nombre de Destiny en la pantalla y me apresuré en contestar.

----Estoy bien.----susurré antes de que gritara.

----¿Eh?----balbuceó----ya sé que estás bien, estúpida, Nathan me llamó a eso de las seis de la mañana para avisar que estaba contigo.

----Oh...----dije lentamente y miré al australiano con agradecimiento, ignorando que dormía----¿Y por qué me llamabas?

----Sí, bueno, sólo quería saber si te sentías bien o estabas con la misma cruda que yo.----rió suavemente y sonreí.

----Por suerte no, seguro tomé algo antes de dormir y no siento más que mareo.----chasqueé mi lengua.

----Bueno, al menos saqué provecho de la noche y no me siento tan mal.----canturreó pícara y abrí mi boca, soltando un grito agudo de emoción.

Destiny rió ante mi reacción y Nathan despertó de un brinco, mirándome aturdido mientras yo seguía chillando y lo sacudí con euforia.

----¡No puedo creerlo, no puedo creerlo! ¡Maldita zorra, tienes que contarme absolutamente todo!----vociferé emocionada.

----Obviamente, ¿Tarde de helado?----propuso y pasé rápidamente sobre Nathan.

----¡Pues claro, te veo a las tres!

Rió.

----Vale, nos vemos.----se despidió y terminé la llamada.

Chillé dando saltitos de alegría y aplaudí como foca, ignorando que Nathan me veía medio dormido mientras rascaba su ojo y soltaba un gran bostezo.

----¿Qué pasó? Estás de muy buen humor.----preguntó con voz gruesa, sonriendo de medio lado.

----¡Destiny al fin se folló a Damian!----exclamé----¿Puedes creerlo?

----Vaya, a penas tienen una semana de conocerse.----abrió sus ojos sorprendido y me encogí de hombros.

----Es un nuevo récord para ella, normalmente se los tira a los dos días y luego dice adiós.----hice un mohín----pero creo que con Dami es diferente.

----¿Qué te hace pensar eso?----arqueó una ceja.

----No sé, me lo dice el corazón.----toqué mi pecho y soltó una risita.

Realmente estaba feliz por esta noticia, eso significaba que TeamDesmian pronto se haría realidad y Meika y yo nos volveríamos locas cada vez que los viéramos juntos, es ley de vida.

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