👽09👽
Beverly.
----¡Ya deja de reír y responde, pendeja!----exclamó histérica.
----Ya, ya.----suspiré calmando mi ataque de risa y me senté.
----Contesta, maldita perra del infierno.----se cruzó de brazos y me encogí de hombros.
----Él me lo pidió.----mentí y me sorprendí al escucharme tan convincente.
Ella abrió sus ojos sorprendida y sus mejillas se pusieron rojas, reí y tomé la mano de Nathan para levantarme del suelo, volviendo a ponerme mi bolso con una gran sonrisa en el rostro.
----¿Él... él te pidió mi número?----preguntó avergonzada y asentí.
----Si, me dijo que le parecías bonita.----ladeé mi cabeza y sonrió.
----¿En serio cree qué soy linda?----mordió su labio.
----Sip y me dijo que no iba a perder la oportunidad de coquetearte.----sonreí pícara y se sonrojo aún más.
----Oh...----soltó una risita nerviosa y volvió a ver a Nathan, dándose cuenta de que él también estaba----uh, chico nuevo.----sonrió----soy Destiny.
----Nathan.----sonrió tímido.
----Bueno, Dest, mi tío me dijo que fueras a la dirección.----recordé interrumpiéndolos----dice que es importante.
----¿Estoy en problemas?----juntó sus cejas.
----Noup, pero quiere hablar contigo.----sonreí como el gato de Alicia y ella entrecerró sus ojos, sospechando.
----Vale, nos vemos luego perra, ¡Fue un placer Nathan!----se despidió de ambos con un fuerte abrazo y salió corriendo.
Ambos la vimos irse y nos dirigimos a la clase, a la cual ya íbamos tarde y tendría que inventar una excusa creíble para justificar nuestra tardanza, lo cual iba a ser difícil para mí, contando el hecho de que soy una horrible mentirosa y hasta Nathan, que no me conoce tanto, se dio cuenta de mi vil mentira.
El chico a pesar de ser tímido, cuando tomaba algo de confianza y se abría un poco, era realmente agradable pasar el rato con él y no estresarse. La verdad, sólo tenemos dos días de clases y ya he hecho varios amigos en poco tiempo, lo que me sorprendía bastante, yo era tímida y odiaba socializar, pero por culpa de mi tío u otra persona, he conocido a nuevos estudiantes y no me arrepiento de haberlo hecho.
Hasta el momento, todos han demostrado ser muy simpáticos y me agradaba la idea de estar rodeada por personas así, aunque a todo el mundo le gustaría eso y tener nuevos amigos. Sólo esperaba no avergonzarme ante ellos como ya he hecho con Ares y poder mantener algo de mi poca dignidad.
Aunque no mantenía esa esperanza, era exageradamente torpe y sabía que si no la cagaba pronto, lo haría dentro de un tiempo y sería de una forma tan épica, que todos lo recordarían todos los días para molestarme con eso y quitarme mi dignidad poco a poco, si es que aún existía esa palabra en mi vocabulario.
Conocía a la perfección a mis amigos y si bien sabía que eran incondicionales, eran burlistas y si tenían la oportunidad de burlarse de alguien, no la desaprovecharían y se reirían hasta quedar en el suelo y sin aliento. A veces los odiaba por eso, pero realmente no podía quejarme cuando tristemente, yo también lo hacía y era consciente de que era malo, pero no conocía a ninguna persona que no fuera así y si lo llegara a ser, el cielo caería de la tierra.
Pero sin importar esos pequeños defectos, tenía bien en claro que si algún día necesitaba que alguno me encubriera o ayudara con alguna cosa, sólo tenía que pedirlo y lo harían posible sólo por mi. Por eso no me quejaba y cuidaba tanto a mis amigos, sentía que eran únicos en su especie y a pesar de que no siempre estábamos en pelota o habláramos seguido, la amistad seguía igual de fuerte como el día de la primera travesura juntos y la verdad, sentía que con los nuevos chicos podría confiar igual que con los demás.
Sólo era cosa de que tomáramos la confianza suficiente y ya serían parte de nuestras travesuras, aunque con Damian increíblemente ya tenía esa seguridad y eso que sólo tenemos dos días de conocernos.
El chico inspiraba confianza y tranquilidad.
----Hey, ¿A qué clase vamos?----preguntó caminando a mi lado.
----Mhm, química.----dije algo dudosa, aún seguía algo perdida en mi cabeza y no había notado que ya estábamos en el pasillo.
----Oh, genial...----murmuró de mala gana y levanté una ceja.
----¿No te gusta, verdad?----sonreí y asintió----bueno, tenemos dos opciones.
----¿Cuáles?----se detuvo, frunciendo el ceño.
----Primero; o vamos a clases y fingimos poner atención.----levanté un dedo y me hizo un ademán para que siguiera----segundo; nos escapamos a la cancha de fútbol hasta física.
Frunció los labios un segundo y se cruzó de brazos, sujetando su barbilla con una mano mientras meditaba las dos opciones que le di y realmente esperaba que tomara la segunda, yo también odiaba química y en los cuatro años que tengo de estudiar en el Instituto, siempre me he saltado esa clase y aunque esté mal, con un par de dólares sobornaba al profesor para que me pusiera un seis y pasaba sin problemas. Claro está, que todos mis amigos también hacían lo mismo y todos habíamos quedado en el acuerdo de mantenerlo en silencio, prometiendo no delatar a nadie aunque nos pillen y nos metamos en problemas. Incluso Noah estaba en eso y el profesor nos amaba por eso, porque aparte del salario que ganaba aquí, recibía seiscientos dólares más por parte de todos, que poníamos cien dólares cada uno. En total éramos; Mason, Tyrone, Destiny, Meika, Noah y yo. Cien cada uno y todos disfrutábamos de nuestras horas libres, aunque había que andar por las instalaciones con cuidado de no ser pillado por algún profesor o el mismo director.
Ya teníamos experiencia y sabíamos cómo movernos sin problemas, nos coordinábamos y para no llamar mucho la atención, entre los seis nos dividimos algunas partes del instituto. Yo me quedé con la cancha de fútbol, Destiny con el salón de teatro, Mason y Tyrone decidieron compartir la biblioteca, Meika se va a la sala tecnológica y Noah al salón de música.
Estábamos perfectamente divididos y si alguno iba a visitar al otro, escribíamos un ticket falso por si teníamos una emergencia para mostrarlo a algún superior, asegurando que salimos con permiso para ir al baño o cualquier cosa. Obviamente no éramos estúpidos y guardábamos nuestros bolsos en el cuarto del conserje, Noah tenía la llave de repuesto y cinco minutos antes del cambio de clase o receso, corríamos a tomar nuestras cosas y nos dirigíamos a donde teníamos.
Podía parecer estúpido pero todo era por evitar una clase, la cual casi a nadie le gustaba y milagrosamente el director no se daba cuenta de nuestra ausencia.
----¿Y bien?----insistí.
----No sé, ¿Dónde queda la cancha?----sonrió y chille dándole un fuerte abrazo.
----¡Vamos hoyuelitos!----canturreé picando sus mejillas mientras arrugaba la nariz.
Rió ante mi acción y me devolvió el abrazo, levantándome del suelo y dar un par de vuelta, reí escandalosamente y al tocar al suelo, pellizque tiernamente su nariz.
Cualquiera que nos viera pensaría que somos novios o algo, pero realmente me agradaba este chico y creía haberme encariñado demasiado rápido.
----Ber...----me llamó tímidamente, bajando la cabeza y fruncí mis cejas.
----¿Qué pasa?
----¿De casualidad el rubio aquél era tu novio?----murmuró y lo observé aún más confundida.
----¿Qué? ¿Por qué preguntas eso?----pregunté arrugando mi nariz.
----Creo que quiere clavarme un tenedor en la cara.----apuntó disimuladamente con su cabeza detrás mío y giré mi cabeza.
Mis facciones se profundizaron al ver a Ares detrás nuestro, observando la escena con la misma cara inexpresiva de siempre pero su agarre en la tira de su bolso era claramente fuerte, sus nudillos blancos lo demostraban y su mandíbula estaba ligeramente tensa, haciéndola notar más de lo que ya hacía incluso relajada.
Relajé mis hombros y volví a ver a mi amigo con una sonrisa tranquilizadora, volviendo a pasar mis delgados brazos por su torso y abrazarlo con euforia.
----¡Claro que no!----solté una risita y me puse a su lado, aún sujetando su cintura----vamos al cuarto del conserje un momento.
----Vale...----murmuró aún intimidado por Ares.
Sonreí sin separar mis labios y empezamos a caminar, pasando a su lado sin dirigirle una mirada y volver a bajar las escaleras para encontrarme con los chicos, sintiendo como mi amigo se relajaba al alejarnos de la mirada vacía de aquél chico.
Me sorprendía interiormente haber manejado la situación tan bien y no haberme quedado muda o haberme puesto roja, aún seguía muy consciente de la gran cagada de la fiesta y él debía preguntarse de dónde diablos saque los ovarios para verle a la cara tan descaradamente, pero bueno, si él podía verme descaradamente incluso después de tocar su amiguito yo también podía hacerlo. Aunque claro esta que fue mi culpa y él era la víctima de mis torpezas.
Bajamos a trote los escalones, brincandonos algunos hasta llegar a la planta baja y adentrarnos en el pasillo de la izquierda, viendo a lo lejos a todos los chicos guardando sus cosas en el pequeño cuarto.
----¿A dónde vamos? Sabes que no quiero conocer a nadie más por hoy----susurró deteniéndose.
----No lo harás, lo prometo.----dije tranquila y me vio desconfiado.
----Pero vamos hacia ese grupo.----los apuntó disimuladamente.
----Lo sé, vamos a guardar nuestras cosas ahí hasta la siguiente clase.----expliqué y asintió----prometo que no te presentaré a nadie, sólo me das tu bolso para guardarlo y nos vamos sin decir ni media palabra.
----¿Lo prometes?----entrecerró sus ojos y asentí----vale, vamos.
Volví a sonreír y entrelacé nuestros brazos, acercándonos a los chicos y ganarnos sus miradas, primero de confusión al ver a Nathan y luego todos bailaron sus cejas, mordiendo sus labios con una mirada pícara menos Noah, quien se cruzó de brazos y miró desafiante a Nathan. Lo fulminé por eso y al estar a su altura, le tiré mi bolso a Tyrone para que lo guardara y dejara de verme pícaro.
----Dame tu bolso.----pedí suavemente.
----Déjame sacar mis cosas.----susurró tranquilo y sacó algunas cosas, guardándolas en los bolsillos de su jeans negro ajustado.
----Toma, pedazo de excremento con ojos, ponlo junto al mío.----se lo di a Tyrone y todos rieron por mi insulto.
----¿A dónde van?----preguntó Noah, mirando desconfiado a Nathan.
----A la verga.----sonreí falsamente y volví a tomar el brazo de mi amigo----¡Nos vemos, perras!----sacudí mi mano, tirando todo mi cabello a mi espalda como una diva.
----¡Usen condón!----exclamó Mason y volví a verlo sorprendida.
Noah gruñó y le pegó en la parte trasera de la cabeza, haciendo que riera entre quejas y acariciara el lugar afectado.
----Cuida lo que haces australiano, o voy a matarte.----amenazó Noah y lo miré mal.
----¡Que te calles!----chillé y tiré de Nathan----vamos, no les hagas caso a esos idiotas sin cerebro.
Volvieron a reír y les saqué mi dedo del corazón, desapareciendo de su campo de vista al doblar en el pasillo vacío para ir al exterior y relajarnos por el cuarto de hora que teníamos libre. En serio que a veces mis amigos se podían pasar de idiotas con los nuevos, sé que sólo lo hacen por molestar y eran conscientes de que no haría nada inapropiado con Nathan, absolutamente todos sabíamos como era en esas cosas y que nunca haría algo con un desconocido.
Yo no era Destiny como para cogerme al primero que le pareciera atractivo y lo sentía por ella, porque podía ser mi mejor amiga y prima y todo lo que quisiera, pero era medio facilita cuando estaba ebria. Conste que sólo cuando tenía alcohol en su sistema era así, no es que fuera así estando sobria y que se la pasara de cama en cama, aunque si no fuera por mi y mis sermones si lo haría. Pero no me importaba que fuera una facilita, todos sabíamos cómo era y la queríamos tal y como era, a pesar de que a veces quisiéramos matarla por alguna cagada, como la vez que no le bajó el período por dos meses y creímos que estaba embarazada, cuando realmente se había olvidado que se había puesto una inyección para que no le bajara.
Casi la matamos esa vez y de no ser por el agua roja de las clases de natación ese día, Destiny estaría tres metros bajo tierra por mi y los otros tres metros de cada uno.
Al estar en la cancha de fútbol, fuimos a sentarnos en medio de ella sin importar que estuviera haciendo algo de sol, había una agradable brisa que soplaba suavemente contra nuestros rostros y nos refrescaba lo suficiente para no sudar.
Teníamos alrededor de unos veinte minutos aquí y desde hacía unos cinco, me dispuse a jugar con el sedoso cabello de Nathan y entretenerme mientras hablábamos de cualquier cosa, distrayéndome con los diferentes tipos de peinados que le hacía a su largo cabello ondulado, sin mencionar que desprendía un delicioso olor a coco que me derretía mentalmente.
Me sorprendía las cualidades de este chico y sus capacidades de hacerme caer a sus pies, ya sea con una sonrisa o su olor. Era atento y muy conversador conmigo, me hacía reír descontroladamente hasta que mi estómago doliera, junto a mis mejillas adoloridas por la sonrisa pintada en mis labios y no podía evitar ver de reojo sus hoyuelos, los cuales moría por morder y picar con mis dedos.
Era raro tener esas ganas de morderlo, pero siempre que alguien me hacía sentir muy feliz o cómoda me invadían unas increíbles ganas de morder a la persona y no había ni uno sólo de mis amigos a los que no haya mordido ya, todos me hacían feliz y siempre que tenía la oportunidad, les daba un mordisco en alguna parte del cuerpo, aunque mi parte favorita era la barbilla.
----¿Sabes? Creo que también me voy a robar tu cabello, ¡Es hermoso!----sonreí y elevó ambas cejas, sorprendido.
----¿En serio? ¿Qué tiene de especial? Es común y corriente.----frunció sus labios.
----No lo sé, me encanta.----me encogí de hombros----es más...
Acerqué mi cara a su cabeza y hundí mi nariz en su cabello, inspirando su aroma y sentí como se tensó ante mi acción, juntando sus cejas y verme con una pequeña sonrisa en el rostro. Me alejé idiotizada por el olor y suspiré de placer, siguiendo la trenza que hacía y él me veía extrañado.
----¿Qué fue eso?
----Tu pelo huele genial, creo que te envidio y de buena forma.----solté una risita----¿Qué shampoo usas?
----Pantene, obvio.----dijo en tono engreído, adoptando un aire de diva.
Volví a reír y sin poder evitarlo, me acerqué a su cara y mordí con una fuerza moderna su mejilla, él soltó una risotada fuerte mientras sentía mis dientes contra su piel.
Me derretí interiormente y al liberar su mejilla, se sentó con los pómulos algo rojos y picó la punta de mi nariz tiernamente, haciéndome reír.
----¡Mucha ternura!----exclamó una voz rusa, acercándose a ambos.
Giré mi cabeza y vi a la pelirroja extranjera caminar en nuestra dirección, manteniendo una sonrisa dulce en su rostro y al estar a nuestra altura, se sentó a nuestro lado con toda la confianza del mundo. Volví a ver a Nathan y lo miré pícara al verlo idiotizado por la rusa -la cual aún no conocía su nombre-, manteniendo sus ojos verdes en los negros de la chica y sus mejillas rojas como las de un niño.
No dije nada y los observé a ambos en silencio, mordiendo mi labio con una repentina emoción al ver que la pelirroja también se empezaba a poner algo roja, soltando una risita nerviosa ante la mirada de Nathan y puso un mechón de su cabello detrás de su oreja.
《¿Sabes lo qué significa esto? Porque yo si y ya me esta gustando》
Asentí para mí misma, aplicando un poco más de presión sobre mi labio aprisionado y traté de controlar mis chillidos de shippeadora.
No quería asustarlos, primero tenía que hacer que se conocieran correctamente y hacer que fueran tomando confianza de a poco, ya luego reuniría a mi grupo -o sea Destiny y Meika- para informarles sobre la nueva pareja que tenía en mente para que me ayudaran, obviamente no iba a dejar pasar una oportunidad como esta.
Amaba hacer las de cupido y buscarle pareja a todos, de hecho, las chicas y yo teníamos una tradición para todos los catorce de febrero. Siempre en esas fechas, nos reuníamos en la casa de alguna y de todos los estudiantes del Instituto, buscábamos los más compatibles y los hacíamos pareja para una pequeña fiesta que realizábamos todos los quince del mes especial. Claro está que manteníamos nuestra identidad de cupido en secreto y nadie sabía quien sería su pareja hasta el día.
En las noches veníamos a las instalaciones e íbamos de casillero en casillero, metiendo por las pequeñas persianas de las puerta metálicas la carta con el nombre de la persona indicada y al día siguiente, veíamos el fruto de nuestro trabajo.
De todos los estudiantes de aquí, sólo nosotras tres no buscábamos pareja de baile e íbamos juntas, orgullosas de presumir nuestra soltería y disfrutar al máximo la noche. Ni siquiera los chicos sabían de esto y utilizábamos eso a nuestro favor, porque habían veces que les gastábamos bromas con las cartas y nos reíamos en secreto de sus caras de horror, hasta que decidíamos poner el verdadero nombre y ver sus reacciones.
----Soy Irina, mucho gusto.----se presentó con su muy marcado acento ruso, extendiéndole su mano a Nathan.
----Nathan.----dijo sorprendentemente relajado, estrechando su mano----eres rusa, ¿No?
----Si, ¿Y tu australiano?----arqueó una ceja y él asintió----interesante, nunca he ido a tu país pero ha de ser muy lindo.
----Si, muy hermoso.----ladeó su cabeza y ella se puso roja.
¡Esa indirecta, por Dios!
Incluso yo me derretí por eso y ni siquiera iba dirigido a mi, me estaba muriendo de ternura por esto y sin poder aguantar mis chillidos, brinque a los regazos de Nathan y pasé mi brazo sobre los hombros de Irina, abrazando a ambos eufórica y ganarme sus miradas confusas.
----¡Son perfectos! ¡Dios, ya tengo que inventarles un shipp!----chillé pegando sus mejillas a las mías.
----¿Qué es un "shipp"?---preguntó Irina, haciendo comillas.
----Mhmm, como te lo explico...----fruncí mis labios.
Liberé a ambos y tomé mi barbilla, pensando en cómo explicarle que era un shipp. Sabía lo que significaba pero no podía explicarlo, lo mejor sería buscarlo en Wikipedia.
Tomé mi móvil y sin decir nada, me metí a Google y busqué que era un shipp, encontrando la respuesta rápidamente y leérsela a la pelirroja.
----Shipping es un término anglosajón que deriva de la palabra "relationship"----hice comillas----relación, en inglés y que define en general la implicación emocional o intelectual de los seguidores de una obra de ficción en un romance entre dos o más personajes de esta.
----Oh...----dijo lentamente----entiendo.----soltó una risita.
----¿Y por qué nos harías eso?----preguntó Nathan, asomando su cabeza a un costado mío..
----Porque se atraen, por lo menos físicamente se gustan----me encogí de hombros y nuevamente el rubor en sus rostros no se hizo esperar----¿O van a negarmelo?----arqueé una ceja, sonriendo con sorna.
----Buen punto.----murmuraron al unísono y levanté mi barbilla orgullosa.
Me levanté de los regazos del australiano y estiré mi falda arrugada, volviendo a guardar mi aparato en mi falda y bailar mis cejas pícaramente en su dirección. Ambos me vieron confundidos, frunciendo el entrecejo y puse mis ojos en blanco al ver que no captaron mi indirecta.
《Ah, pero si fuera para decirles que son hermosos, ahí sí la entienden a la perfección》
Suspiré y apoyé mis manos en mi cintura, poniendo todo mi peso en una pierna y verlos como si fuera obvio.
----¿Qué?
----¡Esta es la parte en la que los dejo solos para que se conozcan mejor y yo pueda ir con Meika para inventarles un nombre de pareja!----exclamé y elevaron sus cejas.
----Oh... está bien.----sonrieron.
----¡Nos vemos, extranjeros!----me incliné, besando la mejilla de ambos e irme corriendo.
Sentí sus miradas en mí y rogué por no caer al suelo, aunque fue demasiado tarde y ya estaba de cuatro patas contra el césped por culpa de mi cordón suelto. Maldije completamente avergonzada y escuché la escandalosa risa de Irina a mis espaldas, suspiré y sin voltear a verlos, volví a levantarme y seguir corriendo en dirección a la puerta del pasillo.
Dios, ¿Cuándo va a ser el día qué no pierda mi dignidad?
No creía tener tanta mala suerte como para cagarla todos los días, era imposible que el mundo sólo se empeñara en avergonzarme a mí y no repartiera un poco la mala suerte a todos, no pedía que me la quitara del todo pero sí un poco y que de vez en cuando sea Destiny o cualquiera de los chicos el que la cagué. Tener un descanso de los malos ratos y las torpezas me vendría bien, aunque era consciente de que había vivido dieciséis años arruinandome a mi misma por alguna idiotez.
Al estar en el pasillo, me agaché para atar mi zapato y evitar otra caída, ya había tenido suficiente con que Irina y Nathan me vieran, como para seguir con el resto. Al menos ellos dos no se burlaron tanto de mí, pero sabía con seguridad que no importaría si era Meika o Tyrone los que me vieran, incluso Noah o Mason, si me caía delante suyo me iban a molestar bastante.
Me aseguré que el cordón estuviera bien sujetado y seguí caminando, dirigiéndome primero a la biblioteca para saludar a mis amigos y de paso, contarles el nuevo shipp de Destiny y Damian.
----¿Dónde están mis suripantos favoritos?----canturreé suavemente, adentrándome por los pasillos solitarios.
----¿Alguien dijo suripanto?----Tyrone sonrió.
----¿O favorito?----Mason asomó su cabeza y solté una risita.
----A que no saben quien esta con la picazón del amor.----sonreí sentándome sobre la mesa.
Al instante ambos se acercaron interesados, Tyrone apoyando un brazo sobre mi muslo y descansar su mentón sobre su mano, mientras que Mason bajó sus pies de la mesa y se levantó para acercar su cara a la mía, entrecerrando sus ojos y hacerme un ademán para continuar.
----Team Desmian.----solté y abrieron sus ojos sorprendidos.
----¡¿Destiny Vega?!----exclamaron y asentí riendo----¡Oh, por Dios!
----El resto del equipo va a amar esto.----dijo Mason malicioso, jugueteando con sus dedos como los villanos de las películas.
----Claro que sí, ¿Por qué creen qué les estoy diciendo?----arqueé una ceja.
----Vale, vale ¿Y quién es el desafortunado?----preguntó Tyrone con cierto tono de burla en su voz.
----Es nuevo, se llama Damian y es de Canadá, compañero nuestro de curso.
----Voy a disfrutar de su llegada y los nervios de nuestra querida capitana.----rió malévolamente.
----Pero ustedes no están con nosotros.----fruncí mis cejas.
----Ahora sí, ¿En serio crees qué no hablamos con Chad para cambiarnos de curso?----dijo obvio y arqueó una ceja.
Asentí elevando ambas cejas y bajé de la mesa, regalándoles una sonrisa maliciosa a ambos y guiñarles un ojo mientras me empezaba a alejar.
----¡Nos vemos mañana en biología!----saludé sacudiendo mi mano.
----¡Ni lo dudes!----se despidieron y salí de la biblioteca.
Con un pequeño aire malicioso, caminé despreocupada por el pasillo vacío y dirigirme a las escaleras para ir a la primera planta, donde estaba el salón se tecnología y contarle el segundo shipp a Meika. Ya podía escuchar sus chillidos fangirl y sus combinaciones de nombres entre ambos chicos, aunque aún mantuviera la esperanza poder formar una pareja de gays e inventar un nombre Yaoi como tanto deseaba.
Meika tenía un pequeño lado obsesivo por las series japonesas y esas cosas, decía que amaba el Yaoi y fue por culpa de ella, que me di cuenta sobre eso y miles de cosas que me hubiera gustado no conocer. Era demasiada perversión en una persona y me sorprendía que Meika fuera una chica muy dulce y para nada vulgar, cuando leía cosas eróticas sobre parejas gays y lésbicas. Desde ese día no volví a ser la misma y siempre que a mi amiga se le metía la locura de hablar sobre sus mangas y sus parejas Yaoi, todos huíamos para mantener un poco de nuestra inocencia y no imaginarnos tal escena.
Aunque era principalmente yo, que era la más inocente del grupo y prefería mantenerme así. Yo decidiría cuándo sería el momento de pervertirme y todas esas cosas, por el momento iba a preocuparme por mis gomas y shippear a mis amigos.
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