👽02👽
Beverly.
Al entrar en el salón, buscamos asientos cercanos para hacernos compañía, pero ya todos estaban ocupados, a excepción de un asiento al final de clase y otro al puro inicio.
Nos miramos y entrecerramos nuestros ojos, preparándonos para jugar piedra papel o tijera por el asiento del frente y no irse a semejante hueco, donde estaban los más problemáticos del curso y probablemente nos molestarían si alguna se va a sentar allá, así que rezando diez aves María y veinte padre nuestros, empezamos a jugar.
Piedra. Piedra. Piedra. Piedra.
----Jóvenes, tomen asiento.----pidió el profesor entrando al salón y ambas nos tensamos.
----Te doy veinte dólares.----dije seriamente sacando el dinero de mi bolso.
----Treinta.----me miró desafiante, apoyando el dinero en la mesa.
----Cincuenta dólares y el desayuno de la semana.----sentencié y gruñó.
----¿Chicas?----el profesor habló y ambas volvimos a verlo, notando que los ojos de todos estaban en nosotras.
Lo ignoramos y volvimos a vernos, aún desafiantes por ver quien sufriría al final de salón.
----Ochenta dólares, es mi última oferta.----entrecerró sus ojos y mordí mi labio.
----Por favor tomen asiento para empezar la clase.----pidió impaciente, pero volvimos a ignorarlo.
----¡Ciento diez!----exclamé y abrió sus ojos sorprendida.
----Hecho.----accedió entre dientes y tomó el dinero, yéndose al último asiento.
Sonreí victoriosa y tomé asiento, dejando mi bolso en el suelo y cruzar mis piernas para prestar atención al profesor.
《No puedo creer que te hayas gastado todo el dinero del trabajo por un asiento, que decepción Beverly》
Ignoré mi conciencia y cuando el profesor se colocó en medio del gran tablero, todos dejaron de murmurar para ver que quería anunciar el hombre y empezar de una vez por todas la clase.
----Espero que hayan descansado bastante, porque vamos a empezar con un proyecto de una vez y en parejas.----anunció y todos nos quejamos.
----¿Se puede de tres?----preguntó un chico nuevo.
----¿A qué va el tema?----preguntó uno de los gemelos.
----Primero; el proyecto va a ser de DOS personas, solamente.----dijo haciendo énfasis en la palabra y un par de personas se quejaron----y segundo; es sobre anatomía humana.
----¡¿Qué?!----mi grito asustó a todos, causando algunas risas al ver el brinco que pegó el profesor----perdón...
----Si, como escucho Srta. Jones.----me miró severamente y levanté mis ojos al cielo----así que vayan pasando con su compañero conforme dé los nombres.
Volvió a su escritorio y entrecerré mis ojos, sabía que me iba a poner con alguien que no conocía, el profesor de biología siempre me ha odiado y siempre se ha encargado de hacerme la vida de cuadritos, aunque yo también lo hacía y siempre que dejaba un trabajo, lo entregaba impecable y antes de tiempo para restregarle mi victoria de buena estudiante, a pesar de que lo odiara más que al tomate.
Me esforzaba más en esta materia para irritarlo y dejarlo sin motivos para molestar mis estudios, además de que tenía bien en claro que era la sobrina del director y si me daba la gana, podía ir a pedirle a mi tío que lo echara a patadas por molestarme tanto, pero no le daba la satisfacción de que me viera mal y lo enfrentaba, siempre manteniendo el desafío en mi mirada al cruzar la suya, retándolo como tanto odiaba.
El hombre empezó a dar los nombres y los estudiantes a moverse de sus asientos, tratando de disimular su disgusto al estar con alguien que no conocían o les caía mal. Mantuve mi barbilla en alto, rogando internamente que el nombre de Meika fuera pronunciado junto al mío, pero desgraciadamente su apellido fue junto al de Finn y maldije al viejo en todos los idiomas y con todas las letras del alfabeto, viendo su mirada maliciosa al notar mi molestia.
----Beverly Jones y Ares Johansson.----pronunció con sorna y cerré mi mano en un puño, lanzándole una mirada furiosa.
《Viejo desgraciado, envidia de que te estás quedando calvo y yo tengo una melena Pantene》
El hombre esperó a que me moviera, pero tenía tres cosas que me impedían levantar mi trasero del asiento de metal. Primero; ¿Ares no era una clase de Dios griego o no sé qué diablos? Dudo mucho que ese Dios este aquí y que casualmente le haya tocado hacer un proyecto conmigo. Segundo; no sabía quién era el tal Ares y no veía a nadie mirar al profesor al escuchar ese nombre. Tercero; no me daba la jodida gana de moverme de donde estaba y alzar la voz para buscar a la persona que me tocó, capaz y sólo es una broma del viejo para hacerme quedar en ridículo y enfurecerme más de lo que estaba.
----Srta. Jones, ¿Algún problema para buscar su compañero?----arqueó una ceja, bajando un poco los lentes de sus ojos.
----Me gustaría que me informara quién es la persona, profesor.----mascullé forzando una sonrisa.
Sonrió aún más.
《Pinche viejo maldito》
----Claro, es el joven de allá.----dijo apuntando con el bolígrafo.
Giré mi cabeza en dirección a la persona y un par de iris verde pizarra cruzaron con las mías, haciéndome estremecer y que me intimidara fácilmente.
Tragué saliva y tomé mi bolso lentamente del suelo, colocando una tira en mi hombro mientras me dirigía hacia el chico y sentía la mirada de todos en mi, en especial la mirada malévola del profesor, juro que si tuviera rayos láser ya tendría un hueco gigante en la frente.
Una vez estuve junto a mi compañero, lo examine lo más rápido que pude y evite a toda costa sus ojos, pues me hacían sentir pequeña y nerviosa. Bueno, el chico se veía que era alto a pesar de estar algo encorvado, hombros anchos y brazos musculosos. Era de tez blanca pero no demasiado. Cabello rubio y algo largo peinado hacia arriba. Mandíbula cuadrada y delineada varonilmente con una fina barba rubia que apenas se veía de cerca. Nariz recta, cejas pobladas y pestañas rubias largas.
Si, el hombre definitivamente era un dios griego.
Sin mencionar los tatuajes que recorrían sus brazos y llamaron bastante mi atención.
Tragué saliva y me senté a su lado cohibida, intentando no mostrar lo jodidamente nerviosa que estaba por su mirada penetrante. Relamí mis labios y busqué con la mirada a Meika, quien estaba roja por contener las carcajadas al ver lo impresionada e intimidada que estaba con Ares, la fulminé y volví a ver al profesor, quien se regocijaba con mi sufrimiento y unas inmensas ganas de tirarle mi zapato a la cara me invadieron.
Suspiré y tomé mi bolso, sacando las gomitas para relajar la ansiedad que empezaba a tener e ignorando mi odio hacia el anciano ese, presté atención a los detalles e información que debería tener el proyecto para dentro de tres semanas, lo cual me daba bastante tiempo para lograr superar mis nervios por mi compañero y trabajar como dos personas normales.
Después de apuntar todo y asegurar que no lo olvidaría en la agenda de mi teléfono, la clase normal empezó y todos en silencio empezamos a apuntar lo que el profesor dictaba pacientemente, mientras yo seguía comiendo gomitas con la cabeza gacha y corriéndome un poco hacia la derecha, alejándome lo más posible de Ares y su mirada verdosa. Hasta que pasó la hora y el bendito timbre de receso sonó liberando a todos de su sufrimiento, yo prácticamente tomé mis cosas sin guardarlas y corrí fuera del salón para respirar tranquila.
Al llegar a las escaleras, me senté en un escalón y me dispuse a guardar mis cosas más relajada, viendo como el pasillo se empezaba a llenar de adolescentes y el ruido se hacía más fuerte, vi a Meika salir del salón y me levanté rápidamente del suelo, dando un par de saltitos para llamar su atención y se dirigiera a mí con una sonrisa socarrona.
----Mhm, vaya dios griego te toco.----se burló mordiendo su labio.
----¡Cállate! Sentí que me asfixiaba lentamente a la par de ese hombre.----suspiré irritada pasando una mano por mi cabello.
----Cualquiera lo haría y más que no te quitaba los ojos de encima.----susurró tomando mi brazo para bajar las escaleras.
----¿Verdad qué si? Pensé que estaba loca.----dije aliviada y ladeó su cabeza, soltando una risita----nunca me había sentido así de intimidada por un chico.
----Es normal, te la pasas encerrada en tu cuarto todos los días y que un día te encuentres con tal belleza, impacta.----chasqueó su lengua y levanté mis ojos al cielo.
----Tal vez, pero no sólo su presencia me pone los nervios de punta. El hecho de que debamos hacer el experimento "cuerpo humano"----hice comillas----no me agrada demasiado y más con él.
Ella asintió y abrió su boca para hablar, pero ya el conocido grito de Destiny la interrumpió y llamó la atención de todos, viendo como ella corría en mi dirección levantando los brazos y repetía una y otra vez mi nombre.
----¡Beverly!----chilló y cuando estuvo a unos metros mío, tomó impulso y me tacleó como en sus prácticas, sacándome el aire repentinamente y tirarnos a ambas al suelo----¡Te extrañe, perra!
----Mis pulmones.----gemí con un hilo de voz, tomando sus hombros para alejarla.
Un jadeo de impresión por parte de todas las personas en el pasillo se hizo presente, quité a mi extremadamente agresiva amiga de encima mío y me senté mientras recuperaba el aire perdido, haciendo una mueca con mis labios.
----¿Cómo te sentiste sin mi, eh? Casi lloro al ver que estaba con Mason.----sonrió como si yo no estuviera agonizando delante suyo----ese idiota a veces en serio me salva el trasero.
----¿En serio te toco con él?----preguntó Meika levantando una ceja y ella asintió efusivamente----vaya, al menos los nuevos no van a sufrir tanto con tu agresividad.
----¡Hey! Yo no soy agresiva, soy una damita hecha y derecha.----dijo indignada----¿Verdad Ber?----volvió a verme y palmeó mi hombro con demasiada fuerza, a decir verdad.
----Maldición Destiny, ¿Qué diablos tomas? ¿Esteroides o qué mierda?----la miré mal----casi me partes por la mitad y dislocas el hombro.
----¡Pero qué delicadas, por Dios!----exclamó levantando sus ojos al cielo.
----No somos delicadas, tu eres demasiado fuerte como para ser niña.----nos defendió Meika, ayudándome a levantarme del suelo.
----No es cierto, no es mi culpa que ustedes sean unas debiluchas que nunca hagan deporte.----entrecerró sus ojos.
----¡Yo si hago!----chilló la pelinegra y Destiny la vio como si hubiera dicho una locura.
----Mejor vayamos a comer, ya se me acabaron las gomitas y necesito comprar más.----las interrumpí recogiendo mi bolso.
----¿Todavía tienes dinero?----preguntó Meika sorprendida y asentí.
----Cuarenta dólares más, nena.----le guiñé un ojo engreída y me fulminó, haciéndome reír.
Bufó y tomó nuestros brazos, llevándonos hacia la cafetería para comprar mis gomas y ellas su primera comida del día.
Destiny levantó una ceja sin entender porque discutíamos sobre mi dinero y me miró en busca de una explicación, sonreí y me solté del agarre de Meika para alentar el paso, al igual que Destiny y ella.
----Le pagué ciento diez dólares por un asiento que al final ni use.----expliqué y frunció sus labios.
----¡Y sigue teniendo dinero! ¡Es como un jodido banco andante!----chilló ella y ambas reímos.
----Por favor, las tres sabemos que ese dinero es por el servicio de Jones.----dijo Destiny y negué rápidamente.
----¡Claro que no! El hecho de que papá nos envíe dinero no significa que me den más de sesenta dólares por mes, todo ese dinero es por mi trabajo.----me defendí y ambas arquearon una ceja.
----Ay pero que niña más mentirosa.----dijo Meika levantando sus ojos al cielo.
Bufé.
----Bueno, no me crean entonces.----me encogí de hombros y al entrar en la cafetería, nos dividimos.
Ellas se fueron a comprar su comida juntas y yo fui a una máquina de comida chatarra, sacando un dólar de mi bolso y meterlo para comprar la bolsa de osos de goma, tomándolos con una gran sonrisa y buscar una mesa vacía para esperar a mis amigas.
《Benditas gomitas, no hay nada más dulce y rico que ellas, definitivamente》
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----Y me tacleó como si estuviéramos jugando fútbol americano.----levanté mis ojos al cielo, escuchando las risas de Mason y Tyrone.
----Por algo es la capitana.----dijo Tyrone palmeando el hombro de Destiny, quien seguía devorando su ensalada.
----¿Qué clase de ejercicios hacen ustedes? Esa chica debe tener el doble de la fuerza que yo.----preguntó Meika, cubriendo su boca para hablar mientras masticaba y evitarnos la horrible vista de la comida triturada en su cavidad bucal.
----Tenemos un entrenamiento muy pesado y aparte de eso, llevamos una pequeña dieta.----comentó Mason y fruncí mis labios.
----Diría algo, pero sé que no van a dejar de insistir así que mejor me lo guardo.----tragué las gomitas y todos clavaron sus ojos en mi, curiosos.
Los ignoré y volví a comer gomas hasta que sentí a alguien, literalmente caer sobre mi y tirar mis tesoros al suelo. Chillé y empujé bruscamente a la persona, tirándome al suelo para llorar a mis bebés esparcidas en todas direcciones y maldecir a la persona que me hizo botarlas.
Lloriqueé tomando un osito de goma e hice un puchero.
----Descansa en paz, bebé.----le di un beso y la dejé nuevamente, girando mi cabeza lentamente y ver con mi peor cara asesina al culpable----¡¿Cómo te atreves a matar a tal delicia, descerebrado?!----chillé levantándome del suelo, acercándome a su cara.
Levanté la mirada por la diferencia de estatura y él arqueó una ceja, mirándome sin entender del todo a que me refería con mi delicia, aunque los chicos me entendían muy bien y me veían sorprendidos desde sus puestos.
----Oye tranquila, fue un accidente.----dijo apoyando su mano en mi hombro.
Gruñí y tomé su mano, doblándola con fuerza hacia atrás y hacer que se retorciera de dolor, doblándose mientras hacía una mueca y empezaba a quejarse.
----Ay, ay, sólo fue un empujoncito. No es para tanto.----gimió de dolor.
Tensé mi mandíbula y apliqué un poco más de presión en su muñeca para después hacer la llave que me enseñó papá y tirarlo al suelo bruscamente, mirando al chico con recelo mientras se quejaba de dolor contra el piso, tomando su muñeca mientras se encogía en su lugar.
----Oh, sólo fue un accidente.----me disculpe falsamente y me agaché a su altura----vuelve a tirar mis gomitas al suelo y tu muñeca va a desaparecer.
Asintió y di media vuelta, viendo las miradas perplejas de todos a excepción de dos personas; Destiny y Noah, quien estaba al otro lado de la cafetería. Ellos dos sabían perfectamente que papá me había enseñado todo lo que aprendió en sus años en el ejército mientras estuvo aquí y ahora, a pesar aparentar ser más delicada que una mariposa, podía derribar al tipo más grande sin problema alguno.
Suspiré y tomé un dólar más para ir a volver a comprar nuevas gomas, pasando por encima del chico aún en el suelo y atravesar toda la cafetería, con las miradas clavadas en mi y volver a comprar un nuevo sobre, sonriendo automáticamente de buen humor y volví a mi mesa, sentándome tranquilamente y retomar la conversación que había dejado.
----¿En qué estábamos?----fruncí mis cejas.
----Wow, tu tienes que estar en el equipo, Ber.----dijo Mason anonadado----tienes más fuerza de la que aparentas.
----Sólo fue una táctica de autodefensa que me enseñó papá, no es nada del otro mundo.----me encogí de hombros.
----Tienes que presentárnoslo, entonces.----pidió Tyrone y sonreí triste.
----Me encantaría, pero aún no sé cuando volvamos a verlo.----hice una mueca y me vieron confundidos----él trabaja en el ejército.
----Oh...----dijeron lentamente y asentí----bueno, cuando vuelva dile que tiene a veinte chicos esperando por conocerlo----sonrió y asentí complacida.
Cambié de tema rápidamente y seguimos con nuestras comidas hasta que el timbre sonó, todos soltamos un largo bufido de pereza y empezamos a recoger nuestros bolsos para levantarnos e irnos a nuestra siguiente clase, me despedí de Tyrone y todos nos fuimos por el mismo pasillo, aprovechando que nuestro salón estaba un poco más adelante y el de Mason y Destiny más atrás.
Al entrar, aproveché para tomar la misma mesa que Meika junto a la ventana y evitar todo tipo de contacto con Ares, el resto de nuestros compañeros entraron al mismo tiempo que la profesora de historia. Dejó su maletín en su escritorio y volteó a vernos a todos con una gran sonrisa, ella tenía unos ochenta años y casualmente ya estaba pensionada, pero siempre dijo que amaba enseñar y siguió trabajando a pesar de que ya no era necesario que lo hiciera. La Sra. Young era una mujer bastante alta y delgada, su cabello blanco siempre iba atado en un moño perfectamente arreglado y vestía con vestidos antiguos que tristemente, dejaban ver sus piernas peludas y hacía que la mayoría de personas nos estremeciéramos al verlos.
No estaba en contra de que usara un vestido, pero era un delito federal tener que ver esas piernas todos los días y por tres horas seguidas, era prácticamente una tortura que no merecíamos y ya más de un estudiante se ha ido a quejar con el director, pero él decía que era incapaz de despedir a la dulce anciana sin romper su corazón al ver su rostro perder toda la ilusión de enseñar, pues de todos los Institutos de la ciudad sólo mi tío la había aceptado sin importar su avanzada edad.
Y la verdad la mayoría lo entendíamos, podía ser horrible ver sus piernas y que cuando hablara nos escupiera a la cara, pero la Sra. Young era una mujer jodidamente dulce y tierna con sus alumnos, todos la amábamos porque era nuestra cómplice en nuestras travesuras y a veces, cuando estamos en período de examen nos permite sacar nuestros apuntes para resolver todo. Sabíamos que estaba mal, pero vamos, ¿Quién en su sano juicio iba a negarse a copiar en un examen con la voluntad del profesor? Exacto, nadie y sería pecado desperdiciar esa oportunidad. Por eso todos los cursos siempre llevaban diez en sus notas con ella y nunca estudiaban historia. Era justamente por eso que nos aguantábamos las babas y piernas peludas de ella.
Aunque también era porque a veces nos traía dulces, a la mayoría chocolates y como sabía que yo adoraba las gomas con cada fibra de mi cuerpo, me regalaba un pequeño sobre de gomas que siempre me lo pasaba como si me estuviera vendiendo droga, lo que me hacía gracia y le seguía el juego felizmente por mis dulces o cuando alguna de las chicas estaba en sus días, nos pasaba tampones mejor que los narcotraficantes de cocaína y gracias a ella, le a salvado el trasero a más de una chica junto a las pastillas para el dolor de ovarios. Parecía que un adolescente de dieciséis vivía dentro de su cuerpo viejo y siempre que necesitábamos que nos encubrieran en nuestras bromas, la Sra. Young era la persona indicada para realizar ese trabajo.
La clase transcurrió normal, todos obedecíamos a lo que pedía y cuando menos nos dimos cuenta, la hora de almorzar ya estaba con nosotros y nos retiramos del salón.
----Amo a esa vieja.----dijo Meika comiéndose el chocolate.
----Por Dios, no sé donde consigue estas gomitas pero siempre son las mejores.----sonreí y salimos al parque, yéndonos a sentar bajo un árbol para seguir hablando.
Al ver a Noah con sus amigos, le di mi bolso a mi amiga y le hice una seña para que no dijera nada, ella al entender el mensaje sonrió con sorna y me siguió en silencio hasta mi hermano, quien aún no se daba cuenta de que me dirigía hacia él.
Sonreí como el gato de Alicia y cuando estuve cerca, me escondí detrás del árbol junto a Meika y brinqué a su espalda mientras gritaba en su oído, asustándolo a él y a sus amigos. Me fulminó y los chicos rieron al ver la mala mirada de mi hermano, me senté a su lado y luego Meika saltó a su espalda, también asustándolo y haciendo que soltara un improperio.
----¡Mierda, ya dejen eso!----gruñó y ambas reímos----parecen niñas.
----Tenemos dieciséis, ¿Qué esperabas?----levanté una ceja y me miró mal----además, tengo que aprovechar que eres una nenita que se asusta fácilmente.
----Oh, cállate y cómete tus gomas.----puso sus ojos en blanco y solté una risita.
----Hey Beverly, ¿Por qué casi matas a Ed?----preguntó Mateo.
----¡Botó mis gomitas! ¡¿Puedes creerlo?!----chillé fulminando al chico, que bajó la cabeza.
----Porque no me sorprende.----murmuró Noah sonriendo y sacó algo de su bolso, entregándomelo----toma, llévate esto y vete.
----¡Grosero!----exclamé tomando los dulces.
Sonrió burlón y entrecerré mis ojos, sintiéndome algo incómoda hasta que noté que Ares estaba sentado junto a Mateo, recostando su espalda contra el tronco del árbol y me miraba fijamente sin expresión en el rostro.
Me tensé y bajé la mirada intimidada, Meika sonrió pícara bailando sus cejas al ver porque mi reacción y escuchamos a más personas acercarse a nosotros. Miré de reojo a mis amigos venir y suspiré aliviada al ver a Destiny, me levanté del suelo torpemente y corrí hacia ella para abrazarla, utilizándola de escudo contra la mirada de Ares y no sentirme tan pequeña.
----Aww, ¿También me extrañaste?----sonrió y negué.
----No, te necesito de escudo contra Ares.----murmuré jugando con su cabello, aún oculta contra su espalda.
----¡¿Ares, el dios griego?!----gritó emocionada y las miradas de los chicos se posaron en mí, al igual que la de Ares.
Meika soltó una carcajada sonora mientras sujetaba su estómago y Noah entrecerró sus ojos, volviendo a ver al rubio y luego a mi como si ambos ocultáramos algo, aunque lo único que yo quería ocultar era mi existencia de los ojos de ese chico.
Los chicos me miraron pícaros y bailaron sus cejas, mientras Destiny seguía viéndome emocionada en espera de una respuesta.
----No estúpida, del rubio delante tuyo.----murmuré cerrando mis ojos, sintiendo como toda mi cara ardía en llamas.
----Aww, yo quería al dios de verdad.----se quejó dejando caer sus hombros----¿Y por qué quieres ocultarte de él? Si está bien pinche guapo y sólo mira, no te quita los ojos de encima.----dijo como si nada y la golpeé fuertemente en la cabeza----¡Ay!
----¿No podías decirlo un poco más alto, idiota?----gruñí más roja que un camión de bomberos.
----Oh... ¿No querías qué él supiera?----susurró y me pegué en la frente.
----Dios, ¿Por qué me diste una prima tan lenta?----murmuré y me vio mal.
Asomé un poco mi cabeza por su costado y vi a Meika ya riendo como móvil en vibración sobre Mason, que estaba riendo de igual forma por la idiotez de Destiny mientras Tyrone, Mateo y Ed sonreían divertidos, dejando a Noah y Ares con la mirada clavada en mi cara roja pasión.
Suspiré y cubrí mis ojos con una mano, saliendo detrás de Destiny y caminar lentamente hacia mi hermano por mi bolso.
《Si no los veo, ellos tampoco pueden verme a mi》
Me agaché y palpé por todo el césped mi bolso, pasando por algunas piernas hasta que una mano tomó mi muñeca, deteniendo mis movimientos y escuché un chillido raro a mi lado, que parecía ser una clase de risa agonizante junto a unas palmadas de foca retrasada. Fruncí mis cejas y con todo el miedo del mundo, quité mi mano de mis ojos y lo primero que vi fue mi mano a punto de tocar el aparato reproductor de un chico, levanté la mirada y juro por todas mis gomitas, que sentí como me ponía de todos los colores al ver que estuve a punto de tocar a Ares júnior por estúpida.
Su mano envolvía mi pequeña muñeca y vi a Meika ya azul por no respirar, aplaudiendo como foca mientras Mason le hacía viento con una mano y él se hacía con la otra, también muerto de risa por mi estúpida acción.
Sentí el ardor recorrer desde mi cara hasta mis orejas por lo avergonzada que estaba y rápidamente me solté de su agarre, tomé mi bolso y eché a correr como loca de ahí con Destiny detrás.
《¡ESTUVE A PUNTO DE TOCAR SU AMIGUITO POR NO TOMAR MI PINCHE BOLSO COMO UNA PERSONA NORMAL!》
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