Las páginas de tu historia,

escrita con lágrimas de sangre están,

mezclada con muerte y gloria

de guerreros y traidores.

La ceguera de tus hijos,

anhelantes de venganza,

hastiados de corrupción,

fueron las manos desdichadas

que te entregaron al traidor.

Seducidos por espejismos,

utopías de una fácil felicidad

permitieron que ultrajaran tus entrañas

vistieron de sangre tus ríos

y a tus tierras de desolación.

Vendida y violentada

como prostituta barata

tu cuerpo en manos envilecidas

las manos perversas de los comunistas.

Y tus hijos,

despojados de su sangre guerrera

se preparan para agachar la cabeza

olvidando su libertad

por migajas de pan.

¿Qué mayor ignominia

puedes cometer, venezolano?

¿Cuánta sangre joven debe derramarse

para que tú, hombre "viejo",

puedas despertar?