Ropa a juego
Al momento de verse el uno al otro, ambos se quedaron en silencio por un breve instante, procesando lo que sus ojos veían. Sin poder contenerse, una carcajada escapó de sus labios, una mezcla de diversión y ligera incomodidad reflejada en sus rostros.
No habían esperado encontrarse, y mucho menos vistiendo lo que, a todas luces, parecían atuendos a juego.
—Fue un regalo de Mirai —comentó Tsukasa entre risas, alzando una ceja con cierta resignación.
—Kukuku, entonces supongo que fueron ellas —respondió Senkuu con su característica sonrisa socarrona mientras se picaba la oreja. Sus ojos brillaban con astucia, dándose cuenta de la pequeña trampa en la que habían caído.
Mirai y Suika... esas dos pequeñas sin duda querían reunirlos de nuevo.
Después de la intensa pelea que casi destroza por completo el laboratorio del Ishigami, ambos se habían distanciado. No porque guardaran resentimientos, sino porque las circunstancias los habían mantenido ocupados. Tsukasa había tenido que lidiar con su imagen pública después del incidente, lo que llevó a su manager a llenarlo de entrevistas y apariciones en medios para suavizar el escándalo. Por otro lado, Senkuu, junto con su gemelo Kuro, había estado concentrado en que los admitieran en la NASA, aunque Kuro tenía su propia ambición de ingresar a la Universidad de la Singularidad.
Un mes sin hablarse había sido más pesado de lo que esperaban, aunque ninguno lo admitiera en voz alta. Ambos eran hombres de acción, pero en el fondo, la ausencia del otro se había sentido como un vacío molesto. Por eso, cuando se vieron de nuevo, incluso bajo las circunstancias impuestas por sus traviesas hermanas, no pudieron evitar sentirse aliviados y genuinamente contentos.
Tsukasa dejó escapar un suspiro antes de observar con más detalle la ropa que llevaba puesta Senkuu. Era casi idéntica a la suya: colores similares, cortes complementarios... Era obvio que estaba diseñada para ser un conjunto de pareja. La idea le arrancó una leve sonrisa.
—¿Sabes? Te queda bastante bien —comentó con tono juguetón, cruzándose de brazos.
Senkuu bufó con diversión, observando a Tsukasa de arriba abajo con aire analítico.
—Lo mismo digo. Tal vez deberíamos empezar a cobrar por nuestra imagen de pareja famosa —bromeó, aunque una chispa de algo más se escondía en su mirada.
Tsukasa ladeó la cabeza, sintiendo una ligera calidez en su pecho ante aquella afirmación. Era curioso cómo, a pesar de todo, el científico siempre lograba desarmarlo con sus palabras sin esfuerzo aparente.
—Si vas a decir algo así, al menos invítame a cenar primero —dijo en tono desenfadado, pero con un leve rubor en las mejillas.
Senkuu rió, sin molestarse en ocultar su diversión.
—Hecho. Pero primero, tenemos que llamar a esas dos pequeñas conspiradoras. Apostaría lo que quieras a que están esperando nuestra reacción desde algún rincón escondido.
Ambos sacaron sus teléfonos al mismo tiempo, sonriendo de manera cómplice. Quizás Mirai y Suika habían planeado esto con intenciones traviesas, pero sin darse cuenta, les habían dado justo lo que necesitaban: una excusa para reencontrarse.
Mientras esperaban a que las llamadas fueran atendidas, Tsukasa miró de reojo a Senkuu y, con un tono más bajo, añadió:
—Te extrañé, ¿sabes?
El científico no respondió de inmediato, pero la curvatura de su sonrisa y el brillo en sus ojos fueron suficiente para que Tsukasa supiera que el sentimiento era mutuo.
↺❒∝#TsukaSenWeek
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