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Luffy suspiró y asintió decidido sin apartar en ningún momento la vista del papel, de la carta, que reposaba en sus manos.

La había guardado bien en la funda de la almohada y no fue hasta esa semana que se acordó de sacarla.

El papel, ya de color amarillo a causa de los años, quería escapar con el viento.

-- ¿Nos lo vas a contar?

El chico se giró para ver a la arqueóloga que lo miraba sonriente.

-- ¿Cual es la verdadera razón de estas "vacaciones"? -- Hizo comillas en la última palabra.

Sonrió al darse cuenta de que lo habían pescado. La morena no era nada tonta, lo sabía de sobra.

Recordó entonces el momento en el que les dijo al resto de la tripulación que se tomarían unas pequeñas "vacaciones " de aventuras y piratería.

FLASHBACK

Se puso en pie de un salto girándose para ver a su tripulación que ya habían salido ante su llamado.

-- ¿Qué pasa Luffy? ¿Por qué nos llamaste? -- La navegante decidió preguntar lo que todos deseaban saber.

-- ¿Chicos que os parecería tomarnos... una especie de vacaciones?

-- ¿Vacaciones? -- Sanji soltó una carcajada. -- Luffy somos piratas, los piratas no tienen vacaciones. Ya somos libres de hacer lo que nos plazca de por si.

-- Ya lo sé, pero no me refiero a eso. -- Suspiró. -- Estaba pensando... ¿Cuánto tiempo hace ya que no vemos a nuestros seres queridos? A nuestros hermanos, tíos, padres, abuelos, amigos... ¿No os apetecería ir a visitarlos?

Los chicos lo miraron atónitos ante la sugerencia. Resueltamente fue la pelirroja la que volvió a hablar bastante desconcertada.

-- Hombre... pues visto así, sí que echo de menos a mi hermana y a mi pueblo, así como el resto añorarán a los suyos, pero... ¿A qué viene esta idea Luffy?

-- No sé, se me ocurrió por que sí. -- Sonrió el moreno tratando de ocultar su mentira.

-- Ya. -- Surgió un silencio incómodo hasta que volvió a hablar. -- Bueno pues... Por mi no hay problema supongo.

-- Sí, no es tan mala idea después de todo. -- Corroboró Usopp.

Todos asintieron de acuerdo a excepción de una persona.

-- Capitán-San siento decepcionarte, pero yo no tengo lugar cual visitar. -- Habló la arqueóloga algo triste por destrozar la idea de su capitán.

-- ¡No hay problema, vente conmigo! Tengo un asunto que resolver y quizá necesite algo de... bueno da igual. Puedes venir conmigo. -- Sonrió alegre y enseguida volvió a ser el mismo de siempre. -- ¡Yosh! ¡Vamos a comer, tengo hambre! ¡Sanji comida!

-- Ya tardabas en pedirla. -- Rió el rubio volviendo a la cocina para rematar el estofado de carne que estaba preparando.

El resto de los mugiwaras también decidieron dispersarse, pero a ninguno se le había pasado por alto la extraña actitud de su capitán. Luffy les ocultaba algo, probablemente algo personal que no le apetecía comentar, pero algo les ocultaba igualmente.

FIN FLASHBACK.

-- Robin emm... Te acuerdas de mi hermano Ace ¿verdad?

-- Claro que sí.

¿Como lo iba a olvidar sabiendo lo que había sufrido su capitán a causa de su muerte?

-- Bueno... Cuando yo aun vivía en el pueblo, 5 años antes de hacerme a la mar y 2 antes de que Ace marchara, conocimos y amistamos con una niña muy simpática. Siempre jugábamos juntos y nos lo pasábamos bien. Ella y Ace llegaron a enamorarse y pues como todo enamorado llegaron al noviazgo. Pero en una ocasión eso se les fue un poco de las manos y pues... Experimentaron y... -- Estiró la mano con el papel. -- Toma, ya que más da.

Le entregó la carta arrugada y de color amarillento para que la leyera y pudiera así imaginarse ella misma la historia.

Tras leer todo con suma cautela sonrió comprendiendo y le devolvió el papel a su amigo, nakama y capitán.

-- Lo siento mucho Luffy. Pero, ¿qué pretendes hacer ahora?

-- Conozco a Vanelope y se perfectamente como actuará. Probablemente habrá intuido mis ideas y habrá vuelto a Foosha. Quiero verla, conocer a mi sobrino, resolver dudas, quizá darles el pésame y... yo que sé, simplemente poder verla de nuevo y despedirnos como es debido.

-- Entiendo. -- La morena sonrió desviando la vista al balcón donde la pelirroja los observaba curiosa. -- Pues vamos a comer, mañana probablemente ya estaremos en la primera isla para dejar a Franky.

-- Sip.

El joven moreno con sombrero de paja se internó a la cocina, dándole un pellizco juguetón en el costado a su querida pelirroja, por el camino, para hacerla rabiar y al mismo tiempo darle a entender que se había percatado de su presencia ante la conversación privada.

-- ¡Idiota! ¡No hagas eso!

Pero Luffy ya había desaparecido tras la puerta con su sonrisa socarrona. La arqueóloga rió divertida ante la sorpresa y sonrojo de la muchacha.

-- Oh vamos navegante-san si sabes que te encantan sus juegos.

-- Callate. -- Refunfuñó entrando también al camarote sin poder bajar su sonrojo de las mejillas.

____x____

-- ¿Seguro que no prefieres venir? No me será molestia.

-- No, prefiero quedarme aquí. Dale saludos de mi parte a tu amiga Luffy.

-- Lo haré. Le hablaré de todos.

Abrazó a su nakama y acto seguido le dio un fuerte apretón de manos al grandullón cyborg del barco.

-- Hasta pronto. Espero estar de vuelta por vosotros en unas semanas y que no halla problemas cuando vuelva, como la última vez.

-- Descuida capitán, aquí te estaremos esperando. -- Sonrió el mayor.

Mientras el resto se disponían también a despedirse el joven moreno volvió al barco. Al cabo de un rato el resto de la tripulación subió y emprendieron viaje dejando a los dos atrás.

Conforme iban pasando los días iban dejando a sus nakamas en sus respectivos hogares. Incluso Brook quiso quedarse en el borde del red line para pasar la semana entera con su gran amigo Laboon, aunque tuviera que pasar los días a la intemperie.

Llegaron al fin al East Blue y quizá la despedida más difícil para el capitán fue la de su querida pelirroja de cabellos amanecer.

Le dio un tierno beso en los labios y la estrechó en un fuerte abrazo.

-- Nos vemos pronto Mi Reina.

-- Sí. Ándate con cuidado y no provoques a más piratas que ya bastante tuvimos con la Big Moom. -- Ambos rieron divertidos al recordarlo. -- Y vuelve de una pieza.

Se recostó en su pecho sin soltar el abrazo mientras ya escuchaba los gritos y maldiciones del alcalde del pueblo al verlos tan acaramelados. Ambos volvieron a reír divertidos ante el panorama del hombre siendo sujetado por Nojiko para evitar que este se abalanzara sobre Luffy y armara la liorda.

-- Bueno me voy ya que sino al pobre le va a dar algo. -- Rió el muchacho besando de nuevo sus labios.

Acto seguido dio media vuelta y subió a la barca provisional que allí habían conseguido. Y con él los dos que quedaban, Zoro y Usopp.

El Sunny se quedaría en esa isla, al cuidado de la navegante, pues todos estaban al tanto de que ninguno de los tres sabría manejarlo bien.

Se despidieron de nuevo saludando con la mano y volvieron al mar para dejar a los dos restantes.

Y finalmente Luffy suspiró cuando los hubo despedido. Usopp enseguida fue corriendo a los brazos de su querida Kaya y sus encantadores amigos, mientras que Zoro se apresuró a visitar el Dojo y también la tumba de su difunta amiga tras despedirse de su capitán por unos días.

Ahora estaba él solo como había empezado 4 años atrás. Puso rumbo a aquella pequeña isla que lo vio crecer entre risas y lágrimas, juegos y penas, bromas y lecciones... Que ganas de volver y saludar a todos...