Narra Aria.

- ¡Juan Luis!

Grité. Vino casi corriendo.

- ¿Que pasa?

- Ya... ¡Ah! Ya viene...

- ¿Que cosa?

- ¡Tu hijo idiota! ¡Acabo de romper bolsa!

Grité tratando caminar. Juan corrió, buscó a Cielo y las cosas que necesitaba. Me subió al auto, subió las cosas y a Cielo y nos fuimos.

Intentaba estar tranquila. Con Cielo estuve de lo mas tranquila, pero me sentía muy mal. Sentía que algo pasaba, y no era bueno. Sentía tristeza, una angustia horrible y no sabia porqué.

Al llegar al hospital, de inmediato me llevaron a la sala de parto. Juan entró conmigo, dejando a Cielo junto a Logan.

- Tranquila mamá, todo saldrá bien.

Me dijo Tyler.

- ¿Ya sabes que será?

- Me dijeron que seria varón...

Suspire apretando la mano de Juan.

- Bien, cuando yo te diga tienes que pujar. ¿Si?

Asentí. Respiré profundo y empecé con el trabajo de parto.

Pasaba el tiempo y no podía. Me sentía desesperada. Además, esto era un riesgo para mi. Podría ser que el bebé nazca muerto, o yo muera.

Quizás eso era mi angustia. La cual sigue estando.

Una hora pasó, y ahí recién escuché el llanto de mi bebé.

Juan besó mis labios mientras los dos llorábamos.

- Bueno, tenian razón. Un bonito varón.

Tyler me entregó a mi bebé. Sonreí y lo abrace.

- Felicidades mamá.

Juan puso su cabeza sobre la mía, admirando a el pequeño.

El pequeño Juan.

Al rato, me llevaron a la habitación y a Juan se lo llevaron a neonatología para verificar que estuviera bien.

Todos me vinieron a ver y felicitar. Me sentía triste, y lo que salia de mi boca era una despedida.

Me trataban de loca, o que estaba cansada. Pero yo me daba cuenta de lo que decía, unos minutos después. Algo me estaba pasando, me sentía débil.

Después de que papá, Marlli, Manuela, José, Megan, Logan y Joseff se fueran, me quede acostada mirando el blanco techo de la habitación.

Recordaba toda mi vida. Mi infancia, mi adolescencia y mi adultez.

Recordaba cuando mamá me enseñaba a comportarme ante la realeza.

Cuando papá jugaba conmigo a las escondidas.

Cuando me hice amiga de los mellizos, Megan y Logan.

Cuando Brandon y yo salíamos.

Cuando conocí a Luis.

Cuando conocí a Juan.

Mi primera vez.

Mi primer embarazo.

Las noches que lloré por no estar al lado del amor de mi vida.

Nuestro reencuentro.

Nuestras salidas.

Nuestras peleas.

Hacerme amiga de mi enemiga.

Cantar por primera vez.

Mi primer viaje.

Mi enfermedad...

Todo, absolutamente todo. Todo era un recuerdo. Tanto lindo como horrible.

Pero era un recuerdo imborrable.

Mis 25 años estaban adelante de mis ojos como una película. Y tenia ganas de llorar. Pues, todo lo que viví en su momento, lo estoy reviviendo ahora.

- Amores...

Sonreí al ver a Juan, Juan junior y Cielo. Los tres se acercaron y me abrazaron. Bueno, Juan Junior no.

Empecé a llorar. Pero no soltando la tristeza, sino de alegría.

Me di cuenta cuanto los amaba, y lo feliz que me hacia ver mi progreso junto al chico del cual me enamoré.

Y del cual estaré enamorada por siempre.

Narra Juan.

Aria amamantaba a Juancito y sonreía mientras lo admiraba. Cielo solo miraba a ambos y de vez en cuando reía. Yo solo la miraba a ella, Enamorándome una vez mas de lo que era.

Como olvidar ese día que la conocí en un sueño.

Un sueño que me cambio la vida.

Ella me sonreía, vestida de blanco. Y sus ojitos marrones brillaban como la luz.

Al conocerla en persona era exactamente igual.

Y si, me enamoré. Me enamore perdidamente de la Princesa de España.

La Princesa de mis Sueños.

Y ahora la tenia delante de mi, junto a mis dos hijos.

Mi Pequeña Princesa... Y mi pequeño príncipe.

Se que la herí, y me arrepentí de ello. Pero ahora, ella está conmigo y con nuestros hijos.

Los pequeños frutos de nuestro amor.

- Juan...

La mire y sonreí. La notaba débil, y debía ser por la fuerza que hizo en el parto

- Dime amor.

- Ven... Acuestate a mi lado.

Cielo ya estaba acostada con ella y Juancito, así que yo hice lo mismo.

- Juan... -La mire- No olvides cuanto te amo.

- No lo haré mi amor, no me olvidaré jamas de cuanto nos amamos.

Le di un suave beso.

Luego, ella abrazo a Cielo, a Juancito y a mi. Y yo igual a ellos.

Así, los 4 nos quedamos dormidos.

Desperté al día siguiente por el llanto de Juancito. Lo calme y deje que siguiera durmiendo.

Yo me levante de la camilla y sonreí. Es la primer mañana de mi bebé.

- Amor... Arriba, es hora de levantarse.

Acaricie el Brazo de Aria. Ella no despertaba

- Amor, arriba.

Tome su mano y la note fría. Muy fría.

- ¿Amor...?

Mi voz se quebró.

Toqué su rostro, su Brazo y su pierna. Ella estaba fría como el hielo.

- Amor no... No...

Las lágrimas salían de mis ojos.

- Aria... No puedes dejarnos.

Solloce y la abracé fuerte.

La chica de mi vida... Ya no está conmigo.

Sus brillantes ojitos marrones se cerraron para siempre.

Su boca se ha quedado sin palabras.

Su alma... Está en el cielo.

Aria ha muerto.