Capítulo 5
Narra Aria.
No dejaba de pensar en él. En lo que me dijo. En lo que pasó durante este año... Me es tan difícil y complejo...
Me dolió mucho lo que pasó, y ya no se que hacer. Aprendí a no perdonar fácilmente, a ser mas fuerte... Pero él... No se.
Ni yo se lo que quiero.
- ¿En que piensas?
Mire a papá. Quien le jugaba a Cielo con un peluche.
- Ya te dije lo que pasó... Pienso en eso... Es... Difícil.
- Ese chico me ha decepcionado. Pensé que se la jugaría mas por ti...
- Lo hizo.
- Te dejó embarazada, te trató mal. Te hizo llorar.
- Pero aún así lo quiero -Alcé la voz- Lo sigo amando a pesar de todo... Será lo que será, pero todavía lo quiero, y mucho. Aún así le costará ganarse mi perdón, me lastimó demasiado.
Suspiró.
- En serio... Creí que soportaría mas... Y si, esta bien lo que dices. Si quieres perdonarlo, hazlo. Es tu decisión y te apoyo.
Sonreí.
- Si...
- También le costará ganarse mi confianza de nuevo... Lo ignoraré, sabes que la ignorancia duele. -Sonrió- Aunque voy a soportarlo, solo por ser el padre de mi hermosa nietecita.
Siguió jugando con Cielo.
- Extraño a Juan...
- Estuviste con él ayer.
- No es solo estar con él... Extraño todo de él. Sus gestos, sus abrazos, despertar y verlo... Todo.
Volvi a suspirar.
- No se que harás, lo que sea está bien... Pero si lo extrañas en cualquier sentido y necesitas estar con él, perdonalo... Quizás puedan volver a estar juntos y empezar la familia de cero.
Se acercó.
- Solo... Que no te lastime, o esta vez lo sigo hasta debajo de la cama para asesinarlo.
Besó mi frente...
- Decide Bien, asegura lo que harás. Sabes que aquí estoy para lo que sea
Sonreí.
- Gracias papá.
- De nada hija...
Se fue. Me acerqué a Cielo y mientras la veía jugar con un peluche, seguí pensando.
Narra Juan.
Estaba leyendo muy tranquilo, cuando sonó mi celular.
Llamada entrante de: Ari.
- Hola.
- Necesito verte en 15 minutos. Te espero en el parque de siempre. Adiós.
Cortó. Mire el teléfono confundido, y finalmente me levanté y fui a cambiar mi ropa. Agarré mis cosas y me fui.
Mientras caminaba al parque, pasé por una tienda y algo me llamó la atención. Era una vincha para bebé, con forma de corona. Blanca y brillante. Era muy bonito. No me aguanté y lo tuve que comprar.
Finalmente llegué al parque y la vi. Estaba sola. Lo mas seguro es que a la bebé la haya dejado con alguien.
- Hola...
Me miró y sonrió.
- Hola.
Besó mi mejilla.
Es extraño besar la mejilla cuando los labios ya se conocen...
- Hola... ¿Podemos hablar?
Asentí y me senté en el banco al lado de ella.
- He estado pensando mucho... Y te perdonaré.
Sonreí, esperando que siga hablando.
- Pero te costará demasiado. Ya no perdono fácil como antes.
- Haré lo que sea para que me perdones del todo.
Asintió.
- Por ahora sólo tendremos trato por Cielo... Mas adelante veré que hacemos con lo nuestro.
Asentí.
- Me parece bien. Es tu decisión y la respeto.
- Era solo eso... Decirte que te perdonare con el paso del tiempo.
Se levantó del banco y yo igual.
- ¿Quieres ir a tomar un café conmigo?
- Esta bien.
No se porqué razón puse la mano adentro de mi bolsillo. Pero la cosa es que no encontraba la billetera.
- Ay no...
- ¿Que pasa?
- Si no dejé la billetera en casa, la perdí.
Empecé a revisar mis bolsillos, pero nada. Y la vincha para Cielo la pague con un billete que tenia suelto. No recuerdo que hice.
- Si es por el café no te preocupes, se puede hacer en tu casa. No es necesario que vayamos a algún lugar.
Suspire.
- Creo que la olvidé... Y espero que sea eso.
Sonrió.
- ¿Vamos?
- Si...
Empezamos a caminar. En un momento, sentí algo en mi mano. Miré y sonreí.
Ella entrelazó nuestras manos.
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