Narra Aria.

- Ari... Te buscan...

Mire a Marlli.

- Mil disculpas Marlli, pero si es tu hijo dile que no quiero verlo.

Marlli se hizo a un lado, un poco brusco.

- Vamos a hablar como corresponde.

- Cualquier cosa estoy abajo...

Apenas se fue Marlli, cerró la puerta con seguro y se acercó a mi.

- ¿Que quieres?

- Hablar como se debe.

Rodé los ojos.

- No hay nada que hablar. Así que puedes irte.

Me pegó a su cuerpo. Intente soltarme, no pude.

- No hasta que me expliques que te pasa.

- ¿Quieres saber que me pasa?

Grité.

Ya exploto.

- Que odio a tu "Mejor amiga". Odio no poder estar contigo sin que alguien lo arruine. Odio este maldito amor imposible y sobre todo odio amarte de esta forma.

Me soltó. Empecé a llorar desconsolada.

- Aria no...

- Esto... Tiene que... Terminarse.

Me senté En mi cama. Él se agacho delante de mi.

- Yo te amo...

Sollozó. Puso su rostro en mis rodillas y siguió llorando.

- Yo también, pero esto no puede seguir así.

Acaricie su cabello mientras seguía desparramando lágrimas.

- Quiero... Quiero que hagas algo..  Antes de... De que te vayas...

Me miró.

- Lo que... Quieras.

Suspire.

- Hazme el amor... Una última vez.

Me paré delante de él.

Sacó mi camiseta suavemente. Acariciando mi piel. Cuando terminó, yo saque su camisa, haciendo lo mismo que él.
Empezamos a besarnos despacio. Caminamos hasta la cama, nos acostamos y terminamos de desvestirnos.

- Te amo...

- Y yo...

Esta vez, no lo olvidaré jamás. Fue lo mejor que pudo pasarme.

Después de terminar, me abrace a él fuertemente.

- Quedate conmigo esta noche... Es lo último que te pido...

- Esta bien...

Me abrazo y beso mi frente.

- ¿Como haremos con Cielo?

- Puedes verla cuando quieras... Si quieres todos los días, puedes venir o nos encontramos para que la veas... No hay problema.

Me acomode entre sus brazos. No quería terminar con esto, pero era lo mejor. Así no sufriría mas. Ni él, ni yo.

- Si... Vendre a verla...

Cerré mis ojos. Caí dormida, sintiendo el roce de nuestra piel.

Narra Juan.

Miraba la habitación y suspiraba. No puedo creer que haya querido terminar conmigo.

Todo es tan... Difícil.

No puedo dejarla. Simplemente no.

La amo demasiado como para irme. No soportaría verla de la mano con otro, o que este destruida por mi culpa. (Cosa que ya pasó)

Me di cuenta que estaba llorando.

Se que puede sonar de poco hombre, pero duele en serio.

Quisiera volver a mi infancia, donde lo único que dolía era un raspón en la rodilla y la única preocupación era si te sacaban o no tu juguete favorito.

Entre llantos y suspiros, me quede dormido.
Apenas despertarme, mire a Aria. Ya estaba despierta, con lágrimas en sus ojos.

- Hola...

- Hola...

Hable desanimado.

- Ya te tienes que ir...

- Si... Lo se...

Me levanté y vestí.
Otra vez mi llanto se hizo presente.

Me acerqué a la cama de Cielo y bese su mejilla.

- Te amo Hija.

Vi que estaba abrazada a un trapo. Reí al darme cuenta que era la camiseta que le di cuando era mas pequeña.

Me acerque a Aria. La abrace y le di un beso. No dije nada, esa era mi forma de despedirme de ella.

Le di un último beso. Un último Abrazo. Una última mirada... Y me fui.

Me fui, con el alma hecha pedazos.