Jisung había llevado a sus dos mejores amigos Jeongin y Félix a que lo ayudaran a desempacar todas sus pertenencias en su nuevo hogar, finalmente había conseguido una linda casa en donde vivir.

Antes estaba en un departamento compartido con los dos menores, el cual era cómodo pero no tan grande cómo su ahora nueva casa. Estaba realmente feliz por la oferta que le ofrecieron.

Jeongin y Félix estaban ayudando a unos señores a bajar los muebles y amoblar el lugar, — Jisung sería de gran ayuda que nos dieras una mano. — gritó el pecoso esperando que el nombrado saliera de su ensoñación.

— Perdón, es que aun no puedo creer que viviré aquí... es un lugar tan grande y estoy solito. — un pequeño puchero se formó en los labios del castaño.

— Podemos mudarnos contigo Sung. — dijo el menor de los tres haciendo que Jisung corriera hacia ellos a ayudar.

— Sería lindo Innie pero no, solo bromeaba no me molesta estar solo, por fin tendré mi espacio y ya no estaré molestándolos en el apartamento.

— Extrañaremos tus locuras. — mencionó el rubio mientras acomodaba el sofá que habían entrado al casa. — Aunque no del todo.

— Si definitivamente no voy a extrañar verte modelar en lencería, o utilizando faldas, siempre me pareció raro verte hacer eso. — el pelinegro mencionó aquello entre risas mostrando sus adorables hoyuelos. — Eres raro Han Jisung.

— ¡Jeongin! No digas eso que pasaría si los trabajadores esos te escuchan — Jisung observo hacia ambos lados, esperando a que los hombres que estaban ayudando a amueblar no hallan escuchado a su amigo.

Las horas pasaron y la noche llegó, los hombres se retiraron al igual que sus dos amigos, dejando su casa bastante linda y lista para ser estrenada.

Jisung planeaba hacer una pequeña cena, quizá una fiesta aunque aún debía pensar bien aquello también quería conocer a sus vecinos, quería demostrar que el era alguien amigable, quería hacer tantas cosas pero ahora lo primordial era ir a dormir.

Jisung subió a darse una ducha y al terminarla se colocó una camiseta holgada y algo transparente junto con unas medias largas que llegaban a apretar sus muslos, utilizar aquellas presas encendían algo dentro de Jisung, por eso amaba usarlas, se sentía lindo.

Camino hacia su habitación, recostándose en su cama y viendo hacia la ventana la cual era bastante grande, parecía un espejo de cuerpo completo por su tamaño, aunque la vista era hacia el balcón de su vecino, el cual estaba muy cerca pero no se preocupó ya que las cortinas de su vecino se encontraban cerradas, es probable que no lo viera, igual debía colocar pronto algún tipo de cortinas para aquellas largas ventanas.

Se termino de colocar unos pequeños shorts, y se recostó en su cama tratando de quedarse dormido.

Mientras tanto en la casa de al frente su vecino llegaba del trabajo estresado ya que su jefe pensaba despedirlo, Minho cerró su puerta enojado, pensaba ir a desquitarse con alguna puta que encontrara en algún bar de mala muerte.

Al llegar a su habitación lazo su maletín a la cama y se quito su corbata desatándola y desabrochando los primeros botones de su blusa.

Abríos las cortinas de su balcón para recibir algo de aire fresco, al hacerlo se llevó una pequeña o más bien gran sorpresa que hizo su polla calentarse al instante.

— Con que tenemos un nuevo vecino.

¿Qué les parece? Ojalá les guste ^^