Three 🖤
Al día siguiente, Gerard no ocultaba la ansiedad que sentía por ver de nuevo a Frank, fue el primero en llegar al salón y ahora se encontraba sentado apretando la caja de Pockys en su mano.
Estaba decidido a pedírselo a Frank, quería confesarle tantas cosas pero primero tenía que pedirle ser su pareja de juego
Espero impaciente a verlo entrar pero luego recordó que Frank solía llegar siempre tarde, recostó su rostro en sus brazos y observó como de a poco empezaban a llegar los alumnos.
Luego de varios minutos el salón empezaba a llenarse, en un momento llegó Bert quien se encontraba platicando entretenidamente con su novia, sus ojos se encontraron con Gerard un momento para después desviarlos incómodo y caminar hasta su lugar.
Gerard ni siquiera se inmutó, lo observó pasar a su lado unos momentos hasta que la voz del profesor llegó a sus oídos.
—Muy bien clase todos sentados ya. - dijo serio mientras dejaba sus cosas en el escritorio.—Me alegra que están empezando a ser más puntuales, eso les ayudará en un futuro a ser mejores profesionales y...
El profesor detuvo su charla cuando vio como la puerta era abierta, Gerard sintió su corazón latir con fuerza al instante mientras veía a Frank entrar al salón con su chaqueta de cuero negra.
Gerard pudo empezar a babear y suspirar en ese preciso momento sino fuera por el repentino enojo que lo invadió al ver a nadie más que Jamia prensada de su brazo izquierdo.
El profesor bufó cansado.
—Vaya horas de llegar Iero. - le dice serio, Frank lo miro confundido mientas miraba el reloj en su muñeca verificando que había llegado justo a tiempo. —Si yo digo que viene tarde es por que es así ¿De acuerdo?
Frank rodó los ojos asintiendo y llevó sus ojos al chico de tinte rojo que al instante le regresó la mirada con risueño.
Gerard espero el guiño de todos los días pero se sintió triste cuando Frank simplemente regresó su mirada al profesor Bryar.
—De acuerdo, profesor. - dijo cansado, sus manos que estaban dentro de las bolsas de su chaqueta salieron y fue cuando se dio cuenta que Jamia apretaba uno de sus brazos.
La vio con una ceja alzada ganándose de parte de ella un sonrojo y que se aproximara más a él
Murmullos divertidos se escucharon en el salón por tal escena y Gerard no pudo más que apretar los labios furioso.
—Espero que no sea lo que yo creo el porqué de la llegada tarde.-dijo el profesor Bryar atando cabos incorrectos.—Se sientan juntos ¿No? Pues ya no, clase tomen sus cosas y levántense vamos a cambiar de pupitres.
Por supuesto se escucharon quejas en todo el salón pero de igual forma empezaron a levantarse para ir frente al pizarrón, el profesor Bryar ignoró las quejas y empezó a hacer papelitos con números para todo el salón
—No se quejen tanto, esta es una buena oportunidad para que se conozcan mejor y que convivan con compañeros con los que usualmente no tratan, cosa que se supone ya deberían de hacer ya que casi acaba el año escolar.
Empezaron a hacer una fila para tomar cada quien uno de los papeles, mientras que Gerard llegaba hasta donde se encontraba el pelinegro.
—Frank.-dijo con una sonrisa tímida, el pelinegro lo observó alzando una ceja curioso.
Gerard tomó una de sus manos de manera valiente y antes de decir cualquier otra cosa, sus ojos se encontraron con Jamia que lo miraba de manera hostil mientras se rehusaba a dejar ir el brazo de Frank.
—Jamia por favor, creo que ya es tiempo que me sueltes me dejaras marcas. - le dijo ya cansado Frank.
Empezaba a arrepentirse de haberle ayudado de camino a clases, la había encontrado hecha un lió en el suelo con todos sus cuadernos esparcidos a su alrededor mientras que parecía mareada.
Frank le había ofrecido su brazo para que se apoyara en el hasta llegar al salón ya que se negó a ser llevada a la enfermería y cuando iban llegando logro notar que ya no se encontraba pálida como antes y que sea lo que sea que le hubiera pasado ya se sentía mucho mejor.
Jamia abrió la boca para quejarse pero la voz del profesor Bryar la detuvo.
—¡Jamia Nestor! Ven por tu papel ya.
Con una mueca se alejo de ellos y camino hasta el escritorio por su papelito.
Gerard sonrió triunfante al verla alejarse para luego centrar su mirada llena de brillo en los serios de Frank.
Se atrevió a besarle en la mejilla y una risita tierna salio de sus labios al ver un pequeño sonrojo en las mejillas de Frank.
—Te ves muy guapo el día de ahora Frankie - le dijo de la misma forma.
Frank bufo intentando calmar el latido de su corazón.
—Es el mismo uniforme de siempre Fosforito, ni la chaqueta cambia. - le dijo controlando su voz y mirando a los lados agradeciendo que nadie les prestaba atención.
—Siempre te miras guapo, en especial por tu chaqueta que te hace ver como un chico malo.
Gerard quiso golpearse por sus estúpidas palabras, una cosa era que pensara de esa forma sobre el pero muy diferente era hacérselo saber.
Empezaba a no tener filtro para expresarse con Frank y el realmente no sabia si eso era bueno o malo.
La risa de Frank lo atrajo a la realidad.
—Vaya, mi lindo Fosforito no sabia que pensaras eso de mi. - le dijo con una sonrisa la ladeada mientras acariciaba uno de sus cachetes.
Observo por un segundo de nuevo a su alrededor y cuando al parecer se cercioro de que no los observaban dejo un pequeño y casto beso en los labios del pelirrojo para luego alejarse e ir a tomar su papelito.
Gerard sonrió mientras llevaba su mano a sus labios y caminaba tras el pelinegro, alcanzo a ver el numero 30 en el papel y se sorprendió al ver que le tocaría en el mismo pupitre de siempre, lo vio caminar a su asiento y suspiro aliviado cuando vio que Jamia estaba en los primeros asientos del otro lado del salón.
—Cuando ya están sentados la mayoría, con la persona que tienen a la par continuaran el libro de ayer ¿Entendido?-dijo el profesor Bryar mientras me tendía una bolsa plástica con todos los papelitos.
La decepción se apodero de el al ver el numero 13 en ella, estaría aun mas lejos de Frank.
—Tengo el 29.- dijo una voz femenina al lado.
Volteo encontrándose con Helena quien tenia una mirada y sonrisa indescifrable, parpadeo por unos segundos hasta que tomo su papel y prácticamente le lanzo el suyo con una sonrisa inocente.
—Tenias el 29, amiga.-le dijo y escucho su risa cómplice mientras caminaba a su destino.
Se sentó en el pupitre al lado de Frank quien tenia reposada su cabeza sobre sus brazos, movió el pupitre para unirlos y cuando lo hizo se recostó de igual forma que Frank, observándolo fijamente.
—¿Jugaras conmigo al pepero? - le pregunto en un susurro Gerard.
Frank pareció meditarlo por segundos eternos hasta que por fin hablo.
—Sigo sin perdonarte del todo, preguntame mañana quizas te diga que si.
Gerard hizo un puchero mientras negaba nada contento por las palabras de su pelinegro.
—Lo mismo dijiste ayer y el juego solo es por una semana. - le recordo Gerard.
—No necesitas de un juego para besarme y pedirme una cita sabes, no se cual es tu ansia de participar. - dijo Frank y no pudo evitar sonreir satisfecho por el sonrojo de Gerard.
—Vamos, Frank, por favor juega conmigo, realmente no te quiero ver jugarlo con alguien mas, no lo soportaria ¿lo harias? ¿Me permitirias jugar con alguien mas acaso?
Frank lo observo serio mientras apretaba un poco sus labios.
—No... - murmuro de la misma forma y Gerard no pudo mas que sonreir emocionado por su respuesta.
—Entonces ya esta, jugaremos juntos.
Frank suspiro mientras se enderezaba en el pupitre, observando como Gerard lo imitaba, llevo una de sus manos al cabello del pelirrojo mientras lo acariciaba de manera suave.
—Lo que quiera mi Fosforito.
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