Bert observaba fijo al chico de chaqueta negra que se encontraba platicando enérgicamente con el entrenador, desde temprano ha sido prácticamente la sombra de Frank y a estado esperando el momento exacto para atacar de nuevo pero o se encontraban en clases, o con Gerard o cualquier otro de los profesores dándoles lata.

Se tapó con uno de sus libros de matemáticas para que no se dieran cuenta que se trataba de él, aunque la mesa en la que se encontraba estaba bastante lejos de la cancha en la que se encontraban, aunque era una de las canchas exteriores y Bert creía que en cualquier momento el calor lo mataría.

Estaba tan concentrado observando como el chico empezaba a encestar con una de las pelotas de basquetbol que no se dio cuenta que ya no se encontraba solo en la mesa hasta que escuchó como estrellaban un libro contra la mesa haciendo que diera un salto en el asiento y soltara un pequeño gritito.

Alzó la mirada y reconoció al chico frente a él que lo miraba serio con una ceja alzada.

-Jamia Nestor  m-me asustaste ¿Qu-qué haces aquí?-le pregunto aún afectado por el susto, observó hacia Frank para ver si había llamado su atención pero por suerte seguía entretenido encestando.

Jamia se sentó en la otra banca de la mesa aún con la mirada seria sobre Bert.

-¿Qué crees que haces?-le preguntó ahora ella y casi ríe por la mirada confusa del otro.

-¿Y-Yo? ¿De qué...?

-Me he dado cuenta que llevas todo el día acosando a mi Frank ¿Se puede saber por qué? ¿Qué quieres de él?

Bert parpadeó sin decir nada por unos segundos, su mirada regresó a Frank justo cuando el pelinegro se quitaba la chaqueta dejando a la vista sus bien trabajados brazos, Bert tragó saliva y su mente empezó a imaginar cómo sería tenerlo en el equipo, haciendo lanzamientos estrella y convirtiendo al equipo en el mejor no sólo del país sino también del mundo.

-¿No son maravillosos sus brazos?-empezó a decir perdido en sus pensamientos.-Y ahora que lo pienso parece que también tiene buenas piernas, no le costaría nada llegar a las bases.

Jamia abrió la boca sorprendido ante las palabras de Bert, no entendía a lo que se refería con bases pero no le daba buena espina que considere que Frank tenía tanto como buenos brazos como piernas.

-Pensé que tenías novia.-le acusó frustrada.-Y que eras hetero.

-¿Eso que tiene que ver?-le preguntó sin entender.

-¡Voy a acusarte con ella!-dijo levantándose y señalándolo.

-¡¿Acusarme de qué?!-dijo levantándose igual ella, tomando la mano que lo señalaba.

-¡Le diré que te gusta Iero!

-¿GUAT? ¡NO, NO, NO! ¡ME HAS MALINTERPRETADO!

Jamia no dijo nada, se zafó como pudo del agarre de Bert y empezó a correr en dirección a las instalaciones de la escuela siendo perseguida por el castaño quién gritaba su nombre tras él.

Frank junto al entrenador Leeth observaron a los dos chicos que desaparecieron dentro de la escuela los habían escuchado gritar antes de eso. El entrenador suspiró cansado sabiendo que tendría que ir tras ellos por la norma de no correr en los pasillos, guardó las pelotas de basquetbol en la bolsa de lona que llevaba preparándose para correr él también.

-¿Pelea de enamorados?-quiso saber antes, dirigiéndose a Frank para ver si él sabía, el chico solo alzo los brazos en señal de no saber y Leeth asintió.-Nos vemos Iero, vete a tu salón que casi empiezan las siguientes horas de clases.

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Helena se encontraba nerviosa en la entrada de la escuela, las clases otra vez habían finalizado y no había tenido su ración de shipper, es más el día siguiente finalizaba el juego del pepero y ellos sólo le habían dado dos de cuatro.

-¡Gerard, Frank! alto ahí.-gritó cuando los vio caminar en dirección a la salida sin notarla

-Hola Helena.-saludó Gerard con una gran sonrisa mientras enroscaba más su brazo al de Frank.-¿Sucede algo?

-Sucede mucho.-dijo alternando sus ojos entre el pelirrojo y el pelinegro.-Mañana se termina el juego del pepero y no veo ningún avance entre ustedes, solo me han entregado dos y no dejaré que se vayan sin al menos...

Gerard la detuvo alzando una de sus manos hecha puño, Helena por inercia extendió la suya y Gerard dejó caer un trocito de chocolate

-Se me había olvidado, lo siento, mañana nos comeremos el último no te preocupes.-le dijo con dulzura Gerard, Hani observaba perdida el pedazo de chocolate sin prestar atención al chico.-Bueno, adiós Helena, hasta mañana.

Vagamente escuchó al pelinegro despedirse de ella también y no estaba muy segura si les devolvió el gesto. Lentamente se dejó caer al suelo preguntándose por que la vida era tan injusta con ella o si había hecho algo malo para no poder disfrutar a su shipp número uno en acción.

-Oye tú, levántate.-escuchó una voz femenina hablarle, hizo una mueca al reconocerla, llevó sus manos a sus caderas y la retó con su mirada desde el suelo, la chica bufó.-Tengo la exclusiva, grabé cuando estaban jugando ahora.

Helena se levantó de un salto sin poder creer lo que sus oídos escuchaban, se acercó a la chica y la observó con seriedad.

-Allison, no juegues así conmigo.-le pidió Helena y vio como la chica mordía su labio para después sacar su celular del bolsillo de su falda, empezó a buscar algo en el celular y cuando pareció encontrar lo que buscaba, se lo extendió a Helena.

-Fue ahora en la primera hora, el profesor Bryar se retrasó y ese par estaba más que ocupado entre ellos.

Helena tomó el celular en sus manos, maravillada.

-Tienes que pasármelo.-le pidió y Allison dudó.

-No lo creo.

-¿Qué? Por favor Allison.-Helena tomó las manos de la chica mientras daba pequeños saltitos.

-Esta bien, yo te paso el vídeo.-dijo soltándose de la chica y tomando su celular.-Si tu me pasas tú contenido Frerard

Helena chilló emocionada.

-¡O.M.G! Eres de las mías, hermana.-rió emocionada, no dejo que la chica hablara y la tomó del brazo para salir de la escuela.

-E-Estoy esperando a Bert.

-¿Quieres el pack o no?

Allison dudó, pero después terminó asintiendo con una sonrisa maliciosa para luego salir junto a la chica.