Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Monkey Spining Monkeys


Por la mañana desperté con las mejillas mojadas y mocos en la almohada. En mi sueño, Joana se burlaba de mí junto con todos los amigos suyos que conozco por mi clara derrota y enorme humillación. También me hacía hincapié en el por qué me había rechazado; porque había alguien mejor que yo. Sí, aquel tío del hotel. Pero, ¿qué tiene él que yo no? Oh, cierto, un cabello más suave y brilloso que el mío, ojos de color, un cuerpo atlético y demás cosas ridículas típicas de un niño rico.

Después de ponerme una sudadera y una gorra, me preparé a salir para seguir al tío este y asegurarme de que aún no me ha ganado el corazón de Joana; dejé comida para Mia lo suficiente para todo el día, el quehacer hecho e incluso ropa a medio lavar, por lo que ahora aquí, después de casi seguirlo por media ciudad en autobuses, terminé caminando detrás de él a un par de metros por la Calle de Silvano. Tiene una mochila en mano, mas como una especie de maleta cargada en el hombro, y desde que salió del hotel, no ha dejado de hablar por teléfono. Debo admitir, que tiene una linda sonrisa.

—Ya estoy casi en la entrada —escucho—. ¿Puedes prepararme unos? Número 10, por favor —lanza una risita—. Gracias.

Continúo siguiéndolo, y desde este ángulo, me parece increíble lo bien que puede lucir sin su ridículo traje negro de gala que usa todos los días; no cambia mucho sin él. En cambio yo, me pongo traje y parezco otra persona completamente diferente. Incluso su cabello luce genial, ¡a pesar de que sólo lo alborotó un par de veces con su mano antes de bajar del autobús! También me he percatado de que tiene un iPhone último modelo, y un par de audífonos Beats, y si no me equivoco, usa lentes redondos. Pero qué coñazo; es Hipster. De pronto, se adentra en un lugar, por lo que me detengo unos segundos a mirar adónde.

—Palacio de Hielo —digo, al tiempo que escudriño el lugar.

El edificio es grande, de color gris y azul. ¿Dónde había escuchado eso antes? Me adentro por las puertas automáticas y me percato de que ha entrado a una segunda habitación.

Cuando intento seguirle, una voz me detiene.

—Disculpe, ¿puedo ayudarle con algo?

Me vuelvo, y veo a una chica detrás de una barra asomándose hacia mi dirección. Justo encima de las puertas automáticas en las que quiero cruzar se encuentran unas letras blancas muy grandes:

«PISTA DE HIELO
ENTRADA»

—Uhm —digo, buscando una excusa aceptable—, busco un lugar para ver... A los patinadores.

Levanta una ceja, seria.

—El acceso a las gradas están en el piso de arriba, siguiendo el pasillo y luego a mano derecha —señala un punto perdido en dirección a la pista.

—Gracias —sonrío, para no parecer sospechoso.

Comienzo a caminar hacia las escaleras para adentrarme en el pasillo y llegar a un punto accesible de las gradas para ver qué tanto hace este sujeto aquí. A mi izquierda hay ventanales que me permiten ver la pista con claridad, y puedo notar que este sujeto es muy popular entre las chicas, ya que varias se han acercado a saludarle.

Cuando por fin termino de recorrer el pasillo y de subir las escaleras, me acomodo en un punto cercano a las escaleras, en la parte del frente. Hace un frío que espanta.

Me pongo en una posición cómoda y comienzo a observar a todos los tíos patinando. Este sujeto ha de tener mucho dinero si viene a patinar en hielo. Justo cuando creo que será esto una pérdida de tiempo, entra Joana y se une a su amigo para iniciar a patinar.

Querer a alguien que no te quiere de vuelta es uno de las peores cosas en el mundo.

(╯︵╰,)

He estado aquí sentado cerca de dos horas y pedazo; casi tres. Faltan cinco minutos para las dos de la tarde y tengo un hambre que no aguanto. Mi nariz y mis dedos se han quedado helados por el frío, a pesar de la chamarra ligera que traigo encima.

Joana y su amigo no han hecho nada mas que patinar y hablar, reír mucho. Ambos se han caído varias veces tratando de hacer movimientos nuevos, pero incluso reían de eso. Verlos me causa un dolor interno, uno muy grande.

2:56 PM
Jamie Bru

Ruben!
Salgamos! :)

Jamie tan tierno como siempre, pero no puedo. Si va él, irá Alejandra —y a ella no le caigo muy bien, además de que necesito continuar siguiendo a Joana y a su amigo. Bloqueo mi teléfono, y justo cuando volteo mi mirada de nuevo hacia la pista, me percato de una peculiar figura pequeña vistiendo un suéter oscuro, patinando tranquilamente con un par de cascos que tiene orejas de gatos.

Y es... ¿Ale? ¿Y ella qué hace aquí? Debe de estar de coña si también viene a patinar a este lugar, y por lo que veo en su forma de hacerlo, parece que tiene práctica. ¿Qué todo el mundo sabe andar en hielo menos yo?

Entonces, tres figuras se acercan hacia ellos, por lo que supongo que son o bien amigos, o bien trabajadores de la pista. Pero cuando me percato de que se sitúan frente a Ale y ella coloca su cuerpo delante de los niños a manera de protección, mi suposición cambia.

En un rápido intercambio de palabras, uno de los sujetos termina empujando a Alejandra por el hombro, pero no le hace caer. Acto seguido, recibe otro con más fuerza que el anterior, por lo que esta vez sí cae. Incluso a mí me duele el golpe que recibe al caer contra el suelo. ¿Qué está pasando ahí? ¿Ellos sólo... La están molestando? ¿Qué hizo?

Vuelvo a mirar a Alejandra, y noto que los tres sujetos siguen ahí. ¿Por qué no se defiende? ¿Por qué no hace algo? ¿Cómo es que la gente de alrededor no se da cuenta de lo que pasa? Me pongo de pie para observar un poco mejor.

Joana y su amigo han dejado la pista, y se dirigen a hacer entrega de los patines. Si no les sigo ahora, les voy a perder. Una ola de culpabilidad me golpea cuando vuelvo a mirar a Alejandra y los tres sujetos comienzan a burlarse de ella. Pero, a juzgar por cómo es esa chica, no creo que la molesten por nada. Pero incluso si lo digo así, no justifica el hecho de que hagan eso. 

Joana y su acompañante están saliendo ya por las puertas automáticas de la entrada. Tengo que irme ya.

Lo siento, pero tengo que continuar siguiendo a Joana.


('ヘ`;)


Después de haberlos seguido por un buen tramo de la calle de las Sicélidas, por fin se detuvieron en un el restaurante Las tres terrazas. Ambos tomaron asiento en las mesitas de afuera, y pidieron algo para comer. Mientras, tuve que contemplar todo el panorama desde la acera, ocultándome detrás de un muro de ladrillos.

¿Qué necesidad tengo de hacer esto? ¿Son celos? O quizá sólo quiera estar recordándome mi dolor. Pero qué tonto soy. Pasada la media hora, estoy aburrido a morir, por lo que le mando un mensaje a Alejandra para ver qué tal van las cosas.

De pronto, un cuerpo choca contra mí, haciendo que ambos nos sacudamos.

—¿What the...? —levanta la mirada, y queda tan sorprendido como yo—. ¿Rubius?

—¿Jamie? Oh, lo siento. ¿Estás bien? ¿Te lastimé?

—¿Huh? No. I'm fine.

Tiene puesta una sudadera color gris y una playera que dice TH91. Su cabello naranja me hace preguntarme qué se sentirá tener el cabello de un color tan distintivo como el de él.

—Menos mal —digo nervioso, y en voz un tanto queda—. ¿Qué haces, amigo?

—Oh, nada —ríe, y me percato de que su cuerpo queda descubierto del muro, por lo que tomo su brazo y lo muevo dos pasos hacia adelante—. Voy hacia mi casa.¿Y tú? ¿Ya te sientes mejor?

—Ah, este... —carraspeo un poco—. Sí, creo. No lo sé —me asomo ligeramente de nuevo por el muro, y me percato de que siguen bebiendo de su jugo rosa—. Vine a revisar unas cosas.

—¿Qué? —indaga, confundido—. ¿Revisar?

—Sí...

Me asomo apenas un poco, y ahí, sentada, suelta una risa que me provoca una punzada al corazón. A pesar de haberme hecho tanto daño, sigo viéndola hermosa, y distante. Casi imposible de alcanzar. Comparándome con el sujeto que la acompaña, no tengo nada qué ofrecer. Creo que ni si quiera puedo ser competencia.

—¿Qué clase de cosas?

—Unas... muy importantes.

Se asoma cuidadosamente y luego se vuelve a mí de golpe, con una línea recta en sus labios, y los ojos relajados.

—Oh, my God —suelta—. ¿Esa es Joana?

—¡Pfff! —río nervioso—. Claro que no. La estás confundiendo.

—¿Qué? No —se vuelve a asomar, y esta vez tiro de su playera para que ella no logre captarlo—. Estoy seguro de que es ella.

Se queda unos breves segundos analizando la situación, y de pronto, abre la boca, admirado. 

—¡Rubius, you're following her!

—¡¿Qué?! —grito, y bajo mi voz de inmediato—. ¡Hostia, tío, por su puesto que no!

Oh, my God...

—No, Jamie. No es eso... yo sólo...

Ah, coño. ¿Ahora qué? Lo sabe todo, le dirá a Alejandra, y Alejandra le dirá a Joana, y entonces Joana me eliminará por completo de su vida, y se burlará de mí, y no querrá verme nunca, nunca más, se casará con este tío y tendrán una mansión lujosa llena de muebles caros, tendrán muchos hijos e irán al puente debajo del que estaré viviendo para burlarse de mí.

Hostia...

—Tranquilo, Rubius —ríe, y me da un leve empujón—. No estás cometiendo ningún delito.

—¿Ah, no?

—No creo —se encoje de hombros.

Se queda callado otro par de segundos, y mientras, me vuelvo a asomar ligeramente. Siguen ambos ahí, disfrutando la comida y las bebidas, el lindo día, y la grata compañía. Una punzada de dolor de invade el pecho por dentro; ¿por qué estoy haciendo esto?

—Hey —me dice, haciendo que me vuelva a él—. ¿Quieres ir a mi casa a comer? No queda tan lejos de aquí. Just a few blocks away.

—No lo sé...

—¿O tienes algo mejor que hacer?

Pienso la respuesta. ¿Realmente quiero pasar el resto de la tarde vigilando a estos dos? Estoy celoso, por su puesto que sí, y mucho, pero, ¿quiero estar martirizándome de esta manera? ¿No debería estar aprovechando el día de otra manera? Quizá sea mejor distraerme para evitar que el dolor que siento me nade en la cabeza, y, deba ocupar mis pensamientos en otra cosa, como un rico almuerzo en la casa de Jamie. Han pasados unos cuantos días desde la última vez que fui.

—No. Vamos.

—¡Nice! —sonríe gratamente—. Podemos comer pizza, sandwiches, u otra cosa, si lo prefieres.

—Vale, suena rico —sonrío débilmente.

Comienzo a caminar junto a él, y antes de sacarla de mi cabeza, resuena en mi cabeza su voz, diciéndome "pero no hoy...".

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro