oo 𝘄𝗲 𝗳𝗼𝘂𝗻𝗱 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝗶𝗻 𝗮 𝗵𝗼𝗽𝗲𝗹𝗲𝘀𝘀 𝗽𝗹𝗮𝗰𝗲
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Young Jae, el chofer estacionó el Audi S5 color rojo mientras repasaba mentalmente la charla que había tenido antes con el presidente de Babel, Han Jun Woo, misma en la que había prometido que iba a asignar a abogados de su bufet a buscar si algo que pudiese comprometer a la empresa y deshacerse de la evidencia y testigos de haberlo, a cambio de nuestra protección y una considerable suma de dinero como agradecimiento por su ayuda.
— Señorita Song— dijo Young Jae mi chofer— hemos llegado al restaurante anunció.
— De acuerdo Young Jae— pronunció en agradecimiento, tomo mi bolso, sacando mi espejo de mano para comprobar el estado de mi maquillaje, al estar todo en orden abro la puerta y salir, caminó por el estacionamiento.
Mientras me dirigía a la entrada subterránea mire a una camioneta negra y sonrió al identificar al dueño de aquella camioneta.
Una vez que llegó a las puertas de cristal, que llevan al restaurante, desde donde podía comenzar a oírse la música clásica.
Subo las largas escaleras de cristal mientras paseo la mirada por la decoración del restaurante, pinturas con iluminación cálida y un poco de naturaleza que le da un toque elegante y orgánico al lugar.
— Jamás me cansaré de venir aquí— mencionó para mí misma maravillada por la belleza del lugar.
Al llegar a las puertas del restaurante una mujer de mi edad estaba de pie en la recepción, al hacer contacto visual conmigo arregló rápidamente la pequeña mesa que estaba frente a ella.
— Señorita Song— saluda la recepcionista, abriendo las puertas del restaurante para mí.
Hago una reverencia en saludó al tiempo que sonrió cordial.
— Ya la esperábamos Señorita— comentó la chica abandonado su lugar, guiándome dentro del restaurante, paseo mi mirada por el lugar dándome cuenta de que el lugar estaba totalmente vacío, Si Oh reservo el lugar, deduzco.
La chica me guió hasta la terraza del restaurante donde podía apreciarse la vista nocturna de Gangnam, mi vista dio con él, estaba de espaldas a mi. Podía apreciar sus anchos hombros, su espalda fornida y su cabello negro sedoso.
Si Oh mira por sobre su hombro izquierdo conectando su mirada con la mía y solo entonces me doy cuenta de que había estado sosteniendo la respiración y poco a poco voy sacando el aire de mis pulmones mientras sonrío por vez millón, pensando en todas las emociones que provoca él en mi con solo una mirada.
La chica me lleva hasta la mesa y una vez ahí se detiene.
— Muchas gracias— exclamó mirando a la chica quien asintió en silencio antes de entrar de nuevo al restaurante.
Si Oh me mira mientras sus labios se curvean en una sonrisa y sus ojos desaparecen al mismo tiempo, se levanta abandonando su asiento y camina hasta estar frente a mí para rodearme con sus brazos.
— Te extrañé en el día— pronunció él chico con pesadez.
— También te extrañé— pronunció con el mismo tono de voz.
Si Oh ante mi respuesta me estrechó más en sus brazos, subí mis brazos hasta su cuello y los dejo reposar ahí mientras colocó mi cabeza en en el hueco de su cuello dejando que su aroma inundara mis fosas nasales, whisky, combinado con su perfume. Un olor que amo y que de ser posible me encantaría embotellar.
— Sentémonos— susurró con suavidad mientras se alejaba de mí dejó con delicadeza un beso en mi frente para luego romper el abrazo entre los dos, sonrió ante aquel gesto dulce por su parte— permíteme— mencionó dando un par de pasos hasta llegar a mi lugar.
Puso sus manos sobre mi silla y con una mirada me indicó que me sentase, hago caso a sus palabras sentándome, Si Oh acercó la silla en la que ya me encontraba sentada a la mesa, dándome un poco de espacio.
Luego caminó a su asiento y se sentó.
— ¿Cómo te fue con el presidente?— pregunta tomando la carta de piel con el menú que estaba frente a él.
— Bastante bien— comentó tomando también la mía, leyendo los nombres de los platillos— no ha habido problema problema hasta ahora, y no tienen idea de CTA885, soy muy buena convenciendo a la gente— agregó
dejando la carta en la mesa para verlo
con una sonrisa ladina, misma que fue respondida de la misma forma por Si Oh — deberías dejarme ir a las reuniones más seguido— declaró con seguridad.
— Lo harás— asegura dejando de lado la carta para poder mirarme.
— Mucha gente está en la palma de tu mano debido a mi— agregó mordiendo mi labio inferior de forma provocativa, sabiendo que aquel pequeño gesto vuelve loco Si Oh.
— ¿Mucha gente importante?— pregunta Si Oh fingiendo ignorancia.
— Hombres en altas esferas— respondí confiada— gente que podría sernos útil— respondo con simpleza.
— ¿Y cómo estás tan segura de que están en la palma de mi mano?— cuestionó mirándome mientras bajaba su mirada a mis labios para después mirarme a los ojos de nuevo.
Sabía que estaba tentándome, probándome con aquel gesto pero también sé cómo tentarlo. Por eso inclino mi cuerpo ligeramente hacia adelante dejando mi hombro derecho un poco hacia delante también dándome una presencia dominante y sensual.
— Porque saben perfectamente de lo que soy capaz de hacer— comentó con una nota de peligro en la voz— y por qué nadie se resiste a mi— agregó moviendo mi cabello de forma suave.
— ¿Cómo estás tan segura de eso Min Ji?— desafía Si Oh mirándome fascinado por mi actitud.
— Ni siquiera tú te resistes — digo confiada extendiendo mi brazo para poder llegar a él y con ayuda de mis dedos tocar su mejilla con suavidad y después rozar las comisuras de sus labios y finalmente colocarlos en su mentón y con un poco de firmeza levantarlo para que me mirarse— ves solo un par de toques y mírate— explico dando a entender que el se derritió bajo los movimientos que había hecho.
— Min Ji— dice Si Oh con voz ligeramente ronca con una nota de advertencia en la voz, sonrió ladina antes de alejar mi mano de él.
— Lo sé— digo antes de volver a mi postura usual volviendo a mirar la carta, decidiéndome por cuál sería la proteína que comería.
Una vez que me decido por un risotto acompañado de un Sirlon Hanwoo levantó la mirada, miró a Si Oh quien esta muy pensativo leyendo con detenimiento los elegantes nombres de los platillos, asiente para si mismo seguro de su elección y su mirada da con la mía, el lleva su mirada a la carta que aún está en mis manos, preguntándome en silencio si había escogido lo que comería, asiento en respuesta.
— Risotto, acompañado de un Sirlon Hanwoo— comentó con seguridad, informando la elección de platillos que había seleccionado.
— También un risotto— declara Si Oh con solemnidad— acompañado de un Bounghwa Striploin— informó él.
— Buena elección— expresé sabiendo que aquel corte de carne en particular estaba demasiado exquisito.
Si Oh sonríe ladino de acuerdo con mi opinión.
A los segundos vimos al gerente del restaurante llegar a nuestra mesa, con una tablet en la mano, listo para tomar nuestra orden.
— ¿Qué van a ordenar?— preguntó con solemnidad el hombre mirándonos.
— Un risotto— informó cerrando la carta mirando al hombre— acompañado de un Sirlon Hanwoo— finalizó dándole una pequeña sonrisa cálida.
— En seguida, señorita— pronunció el hombre para después mirar a Si Oh.
— También un risotto acompañado de un Bounghwa Striploin— afirmó Si Oh cerrando el menú— y dos copas de vino Bikandi— agrega el chico.
— Por supuesto— expresó el hombre antes de tomar los menús y para después dar media vuelta e ir a la cocina.
— El día de mañana en la mañana tendré que hacer un viaje de negocios, iré a Estados Unidos— dice Si Oh— para tener una reunión con gente a la que le haré una propuesta para invertir en la empresa— explica con tranquilidad.
— Entonces me encargaré de todo mientras tanto— digo mirándole, en mi cabeza comenzaba a pensar en todas las cosas que debía hacer mientras él estaría afuera— ¿por cuánto vas a quedarte allá?— cuestionó queriendo saber cuánto tiempo estaría afuera para así poder saber cuánto tiempo dirigiría la empresa y tentativamente la fecha en la que regresaría para poder ir verlo en el aeropuerto.
— A lo mucho una semana, dependerá mucho de cómo se den las cosas, descuida Min Ji, volverá más pronto de lo que crees— respondió y sabía que decía aquello porque me preocupaba que algo pudiese sucederle, que Si Oh es perfectamente capaz de defenderse a sí mismo, si, pero eso no hace que deje de preocuparme por él.
— Vamos juntos la próxima vez— digo tomando la servilleta de tela que estaba en el plato que bellamente tenía la forma de un cisne para después ponerla en mi regazo, cubriendo mis piernas— podríamos ir a la playa de California— sugiero mirándolo.
— La próxima vez— asegura él extendiendo su mano para tomar la mía, mientras sonríe dulcemente.
— La próxima vez— repito.
— Tres estrellas Michelin— comentó refiriéndome al restaurante— buena elección— elogió pasando la mirada por el lugar.
— Tengo un buen gusto— responde Si Oh a mi comentario con tono arrogante sonriendo ladino.
— Si que lo tienes— reconocí regalándole una sonrisa orgullosa.
Sonrió sabiendo que aquel comentario suyo no iba dirigido solo a su gusto por restaurantes de diferentes tipos, sino que también se refería a mi.
— Lo sé— declaró con seguridad dando una caricia en el dorso de mi mano que en todo el tiempo no había soltado la mía.
Sonrió ante aquel pequeño gesto gesto por su parte, amando esta faceta suya que solo yo conocía, su mirada cariñosa y atenta, la preocupación hacia mi y los momentos en los que es sincero conmigo.
Tal vez no nos hayamos conocido en las mejores circunstancias pero agradezco el haberlo conocido en ese entonces pues Si Oh me salvó, me salvó de mis propios miedos y pensamientos en los que pensaba que no jamás iba a volver a ser querida por alguien, en los que el dolor era la única cosa que conocía.
— Min Ji— pronunció Si Oh haciendo un poco de presión en mi mano al notar que había estado callada— ¿en qué piensas?— inquirió curioso mirándome.
— En cuando nos conocimos— respondí un poco distante— quién diría que aquel lugar tan hostil sería el lugar donde nos volveríamos la esperanza del otro— agregó mirándole francamente.
— Fuiste— comentó Si Oh con franqueza— sin embargo antes de que pudiera decirme el resto una tercera voz hablo.
— Joven Ryu, Señorita Song— pronunció el gerente del restaurante llegando con una charola donde tenía nuestra comida en sus manos y una mesita pequeña.
— Señorita Song— anunció— risotto, acompañado de un Hawoon Sirloin, espero que le guste— comentó bajando la charola a la mesita y después poder pasarme el plato.
— Joven Ryu— hizo la misma acción pasando el plato a Si Oh quien salivó al ver la exquisitez de platillo que había pedido.
— Y por supuesto vino Bikandi— declaró el hombre y a los segundos entró un mesero que aparentaba unos veintitantos con una charola en la que estaban dos copas, la botella de vino, el mesero dejó la charola con sumo cuidado en la mesita y se colocó al lado del gerente en silencio.
El gerente le dio una mirada al chico y el chico metió con rapidez una de sus manos a su mandil que estaba atado a la altura de su cintura, sacó un elegante destapa corchos y se lo pasó al gerente. El gerente de un movimiento abrió la botella y tomó una de las copas sirviendo el vino para después darme la copa, tomó la otra copa e hizo lo mismo para pasársela a Si Oh.
— ¿Desean que les deje la botella o la retiro?— inquirió el hombre.
— Déjela por favor— indique al hombre quien en respuesta asintió y tomó las charolas para luego retirarse seguido del mesero que tomó la mesita y se retiró también, dejándonos solos a los dos.
— Disfruta la comida— decimos al mismo tiempo antes de disponernos a comer nuestro respectivo platillo.
De vez en cuando exclamamos el delicioso sabor de la carne de nuestro corte, combinándole al otro o mencionando lo del risotto.
Mientras disfrutaba de la deliciosa cena no pude evitar pensar en como sería nuestra vida si fuéramos una pareja normal y no tuviéramos el estilo de vida al que nos dedicamos, seguramente comeríamos en restaurantes así a menudo, iríamos a parques de atracciones, iríamos a fiestas.
Sin embargo por más que me encantaría vivir de esa manera con Si Oh sabía perfectamente que jamás podríamos vivir asi, el estilo de vida que llevamos es riesgoso y peligroso sin duda alguna. Pero a pesar de todo, el estar con Si Oh hacía que fuera más fácil de sobre llevar. Si Oh posee algo que me cautiva, algo que solo posee él y lo hace único.
Una vez que terminamos de comer agradecemos por la comida, tomamos un par más copas de vino y luego pedí la cuenta, quince minutos después llegó una mesera con una terminal para poder pagar con tarjeta.
— Yo invito— dice Si Oh la mesera sonriendo tímidamente se acercó a él y mientras el buscaba en su saco su cartera yo me acerco al perchero donde estaba mi bolso y con prisa busco mi cartera, busco con rapidez una tarjeta de crédito.
— No, invito yo— proclamó con la tarjeta en la mano para después mirar a la chica que camino hasta llegar a mi, Si Oh me fulminó con la mirada, sabía que a él no le gustaba que yo pagase la comida o algo que comprábamos para ambos pero que puedo hacer, la niña tiene dinero y pude hacer uso de ese dinero para lo que necesite, después de todo ese dinero lo trabajo yo.
La mesera me dijo la cantidad a pagar, coloco la tarjeta en la terminal para después poder pagar.
— Espero que su estancia aquí les haya gustado y disfrutarán de la comida— dice la chica retirándose.
— Vamos a casa Si Oh— mencioné mirándolo, sabiendo que tiene que descansar lo más posible para poder estar descansado para poder llegar a su vuelo a tiempo.
— A casa Min Ji— respondió Si Oh mientras se levantaba de su lugar y llegar al mío, mientras yo también me levantaba, tomaba mi cartera del perchero.
Si Oh tomó mi mano y entramos al restaurante para despedirnos del personal con reverencias rápidas o sonrisas cordiales, tomó del brazo a Si Oh mientras bajamos las escaleras.
— Le diré a mi chofer que me iré contigo— indicó mirando a Si Oh, él asintió tomó mi celular de mi bolso, lo desbloqueó y llamó a Young Jae diciéndole que me iría con el presidente Ryu.
Ryu también sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón negro formal y texteo algo rápidamente.
— Me gusta como suena— pronunció Si Oh, después de guardarlo nuevamente en su lugar mientras caminamos a su camioneta.
— ¿El qué?— preguntó sin saber a qué se refería.
— Como suena mi apellido cuando sale de tus labios— responde mirándome de forma seductora.
— Ryu Si Oh— sonrió ladina, pronunció cada letra de su nombre de manera coqueta y sensual.
— Eres todo un caso Min Ji— sonríe mordiendo su labio superior mientras abría la puerta trasera dejando que yo entrara para después cerrar y caminar a la otra puerta abrirla y subirse.
— Si pero soy tu caso Si Oh— comenté mientras me acercaba a él para poder recostarme en su pecho.
— Si, eres mi caso— afirmó él remarcando la palabra mi, para después dar caricias en mis cabellos.
El chofer encendió la camioneta y en el camino no hicimos más que estar en silencio disfrutando la compañía del otro. Mi sonido favorito era el de los rítmicos latidos de su corazón, mismo que sabía que late solo para mi, así como mi corazón late para él.
El sitio donde nos conocimos definitivamente no fue el mejor, un lugar donde sí querías sobrevivir debías lastimar a otros solo para poder asegurar que vivieras un par de días más, era un ambiente muy hostil para un montón de niños, donde la vida pendía de un hilo tan delgado que un suspiro podía romperlo, el frío era como navajas en la piel sobre las heridas frescas y recientes, pero fue en ese lugar tan hostil y cruel que un pequeño niño me ayudó a encontrar una buena razón para poder vivir. Para poder continuar. En ese entonces no lo sabíamos pero en ese lugar encontramos el amor en un lugar sin esperanza.
Primer capítulo de People You Know, espero que les haya gustado y si hay algo que les gustara ver en esta historia díganme, sus ideas son bienvenidas.
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