Mientras disfrutaba de la compañia de su familia, se sentía felíz de poder compartir con una chica en la casa. A pesar de que con su padre y hermano siempre la pasaba bien, la compañia de otra mujer, mejoraba el ambiente, tenia con quién tratar tema de chicas y con quién poder sentirse comoda, su cuñada le había transmitido tanta confianza, que sentia conocerla desde hace tiempo.
Eran las 5 de la tarde y el timbre sonaba, Ángel, salio a ver quién era, pero,no encontro nada, sólo una carta que iba dirigida a Carolina, al entregarsela, se fue a su cuarto a leerla.
Era él, sin dudarlo, sabía que era aquél chico que decia quererla, era la misma letra de la carta que le entrego el día de ayer, la cual le gusto tanto que no había dejado de pensarlo, y ahora por medio de otra, la felicitaba y le decia lo mucho que la extrañaba y queria, que la esperaria el 27 en el mismo lugar y a la misma hora.
Sonrisa de extremo a extremo, queria volver a verlo.