🍁🌻Capítulo 1🌻🍁
Era un día como cualquiera, el agente Adam atendía la comisaría como siempre mientras su colega Jim se balanceaba en su silla y jugaba con un lápiz por el aburrimiento.
—¡Jim!—golpeó su puño contra la mesa con un gesto de amargura—No vaguees y trabaja.
—¡No quiero!—balbuceo, mientras tomaba una bebida enlatada—no hay nada bueno pasando aquí—hizo una mueca.
—¡No puedes estar así todo el día!—refutò,levantándose de su asiento—pronto vendrán las personas y no quiero que se lleven una mala imagen de la comisaría.
—No ha venido nadie durante todo el día ¿Crees que vengan ahora?—respondió con sarcasmo—Esta ciudad es un lugar tranquilo,calmate un poco.
—¡Dios, dame paciencia!—susurro mientras ponía la mano sobre su cabeza—¡Sabes que los padres de Amaia fueron asesinados y solo te quedas ahí, haciendo nada!
—¡¿Qué quieres que haga?El asesino no dejó evidencia alguna por lo cual llegar a él.
—¡Tú...!—sonó una puerta abriéndose,captando la atención de los chicos.
—¡¿Quién es?! —exclamó Jim.
—Disculpen ¿están ocupados?—respondió Amaia desde la puerta— puedo regresar en otro momento si no lo están.
—No es necesario,ya habíamos terminado de hablar—lanzó una mirada amenazante a Jim.
—¿Qué traes en la canasta,Amaia?—ignoró los gestos de Adam—huele delicioso lo que sea que haya adentro.
—No seas fisgón, Jim—refutó Adam.
—Les traje unos aperitivos que Caroline me ayudó a hacerlos.
—Así que es comida.
—Si, lo traje para que puedan tomarse un descanso y comer juntos.
—Eres muy considerada, Amaia. No es necesario que te preocupes por eso, debe ser cansado traer esa canasta hasta aquí.
—No pesa mucho, además lo hago porque quiero ayudar a Caroline.
—No tienes remedio Amaia, siempre ayudando a otros. —dijo Jim— Algunas veces también debes de pensar en ti y no en los demás.
—¡Jim!—gritó Adam—tú comentario está fuera de lugar.
—No te preocupes, Adam. No me ha ofendido—sonrió—¿Por casualidad hay una sala vacía para servir la comida?
—Si, hay una al fondo.
—Entonces, serviré la comida ahí, los llamo cuando esté lista.
—Está bien—respondió Adam, cerrando la puerta de la oficina general—¿Acaso Amaia te hizo algo?—dirigió su mirada hacia Jim.
—¿Por qué lo dices?—hizo un gesto de disgusto.
—Has estado actuando muy grosero con ella últimamente.
—¿Enserio? No lo había notado.
—No te hagas la víctima, tú sabes muy bien qué tipo de actitud tienes con ella recientemente.
—¿Y qué quieres? Que le de rosas y bombones solo porque el señorito gusta de ella.
—¿Gustar de ella? — dijo Adam tartamudeando—¿A que te refieres?
—No te hagas, Adam, se nota a kilómetros que Amaia te gusta.
—A mi ella...
Un fuerte ruido de platos cayendo sonó desde la sala de adentro, captando la atención de los chicos.
—¡Amaia!—gritaron, mientras corrían a donde estaba.
Al llegar a la sala vieron como un portal y unas manos que cubrían a Amaia se las llevaban ante sus ojos sin poder hacer nada para detenerlo.
—¡Amaia!—gritó Adam, quedando rendido de rodillas en el suelo.
Jim, que intentaba tranquilizar a Adam, se acerca hacia él, encontrando un afiche al lado del canasto.
—¡¿Adam, observa esta nota?
—¿Nota?—corrió presuroso donde Jim.
Hola querido público, soy Momo, su dios servidor que los vio nacer y caer en la codicia. Si tienen esta invitación en las manos, es porque han sido invitados a la gran fiesta en el bosque de Creta.
Y no olviden que es mejor beber vino, que agua.
—¿Una invitación?—dijo Jim.
—Al parecer Amaia tenía esta invitación en su canasta—dijo Adam, mientras revisaba el entorno.
—¿Entonces...?
—¿Entonces que?
—¡¿Entonces, olvidaremos que un portal con manos se llevó a Amaia frente a nuestras narices?!¡¿Por qué eso fue lo que pasó no?!
Adam se quedó pensando un momento en el lugar.
—¡Bien, quédate ahí en silencio, mientras yo hago un informe de desaparición!—voltea en dirección a la puerta.
Adam volteo presuroso a donde estaba Jim y le quitó el afiche de sus mano.
—¡Oye! ¡Más cuidado con lo que haces!
—¡Aquí!
—¿Aquí?
—Aquí está la dirección de impresión del afiche.
—¿Enserio?
—Si, y está a una cuadra de la comisaría—corrió presuroso a tomar su equipo en la oficina general.
—¡Espera,Adam! —se equipo —¡Novato, te quedas a cargo! —le dijo a un practicante que había sido enviado por el Estado, para después salir detrás de Adam.
—Pero señor... —escuchó la puerta cerrarse —Yo apenas llevo un día aquí—dijo decaído.
En un callejón maloliente y descuidado se encontraron una pequeña casa de madera con lunas cubiertas de polvo.
—Parece la casa de los enanitos—dijo Jim.
—No estoy para tus bromas, Jim.
—Vamos, se que también lo pensaste.
—Para nada—respondió Adam, mientras se acercaba a la casa—¿Hay alguien ahí?—tocó la puerta varias veces.
—Al parecer no hay nadie—hizo una señal al ver una sombra que se movía en el interior.
—Al parecer... .
Entre los dos tumbaron la puerta, encontrándose con una anciana que no lucía nada amigable.
—¡Alto, la policía!
—¡Ja! ¡Te tenemos, anciana!
—¿En que les puedo ayudar, muchachos?—dijo con las mano levantas.
—Sabemos que usted ha estado imprimiendo afiches que hace que las personas desaparezcan.
—¿Enserio he hecho eso?—respondió la anciana—no sabía nada de eso
—No quiera engañarnos señora, usted sabe bien para qué eran esos afiches.
—¿Lo sé?—dijo con voz dudosa.
—Si... Usted lo sabe, ahora díganos dónde queda esa fiesta.
La anciana bajó su manos y sonrió frente a ellos.
—Esta bien les daré la dirección y como llegar—agarro unos frascos de los estantes haciendo un círculo en el suelo—póngase en el centro.
—¡¿Se está burlando de nosotros, señora?!—dijo enojado.
—¡Jim! Haz lo que dice...—guardó su arma y se dirigió al centró del círculo.
—Está bien—guardó su arma y se puso al lado de Adam—¿Ahora que?—empezó a alumbrar el círculo—¡¿Pero qué?!
—Vayan directo al bosque y no coman nada—rio frenéticamente mientras los muchachos se desvanecian.
—¡Anciana!—gritó Jim antes de desaparecer.
—¡Pero qué muchachos más graciosos!—dijo la anciana mientras arreglaba sus cosas—se parecen a los que comí ayer.
Desde los cielos, Jim y Adam venían cayendo a gran velocidad sobre un bosque.
—¡¿cómo hago para parar esto?!
—No pierdas la calma.
—¿Enserio me estas diciendo eso en esta situación?
—Me lo estoy diciendo para mi mismo, idiota.
Sus gritos y sumado a la adrenalina eran escuchados desde lo lejos por un dios, quien los ayudó a desviar su camino hacia un lago en el cual cayeron como peces.
Los chicos salieron a la superficie sin poder creer lo que les había pasado.
Unos murmullos y miradas de mujeres atrajeron su atención.
—¿Eres un humano?—dijo una chica al lado de él.
—Quizás—respondió Jim.
—¿Eres inmortal?
—No lo creo—respondió Adam.
—¡Chicas! —Aplaudio—¡chicas! ¡Chicas!—siguió aplaudiendo—¡Dejen a los humanos tranquilos!—se acercó a la orilla—¡Vamos humanos, salgan y muestrenos sus piernas!—extendiendo sus manos al cielo.
—¡Qué cálida bienvenida! —dijo Jim mientras salía del lago junto a Adam.
—¿Y a qué se debe su presencia? ¡Humanos! —dijo Dios.
—Venimos por una invitación del Dios Momo—respondió Adam.
—Oh, el Dios Momo, juzgador de la creación de los dioses y mi querido hermano de copas—dijo sonriente.
—¿Juzgador?—dijo Jim.
—Jugador, crítico y burlón fueron algunos apodos que se ganó en el olimpo, pero todo eso ya es pasado, ahora solo se dedica a hacer fiestas.
—El olimpic... ¿Que?
—Solo queremos saber dónde se encuentra el bosque de creta.
—¡Humano! Todo esto es el bosque de Creta—sonrió junto a las mujeres.
—Genial, ahora estamos perdidos—dijo Jim mientras se sentaba.
—¿Por casualidad no sabrás dónde se encuentra él?
—Por supuesto que lo se, soy un dios.
—¿Podrías llevarnos hacia él?
—Claro, después de compartir copas, con gusto iré con ustedes, levantó dos copas de las cuales se llenaron de vino.
—¡Claro que sí!—respondió Jim tomando una de las copas.
—Gracias pero yo no bebo, asi que ... —las mujeres en el lago y el Dios lo vieron de manera amenazante.
—Osas rechazar el vino de un Dios,humano.
—No era esa mi intención.
—¡Ninfas! — gritó —Hagan que beban hasta la última gota de sus copas ¡Nadie rechazará el vino del Dios Dionisio!—se recostó en su asiento mientras bebía de su vino.
Adam y Jim entraron en una ilusión por los efectos del vino.
—¿Qué hermosos ojos tienes compadre?—dijo Jim.
—No más que lo tuyos, hermosura—respondió Adam.
—Me estás sonrojando—movió su cabeza enrojecida—¿porque no me dijiste eso en la mañana eh?
—Mucha gente, mucha gente, hic.
—Siempre eres así conmigo, nunca me prestas atención, hic.
—Estás muy borracho mejor no hables.
—No lo estoy—se balancea mientras camina.
—Si lo estas, solo mírate.
—No, lo estoy—arrima a Adam a un árbol—Estoy sano y consciente de lo que hago.
—Lo dudo mucho—intenta apartar el brazo de Jim.
—No me empujes, hic—se acerca al rostro de Adam.
—¿En serio lo harás?
—Que Amaia sólo pueda ser cariñosa contigo me pone celoso.
Sus labios chocaron entre sí, logrando un mágico momento entre los dos, quedándose inconsciente después del beso.
—Hola... Hola... Hola...
—¿Quien habla?—dijo Jim, desde el suelo.
—¡Soy yo! ¡Su adorado Dios Dionisio!
—¿Qué quieres?—respondió Adam.
—Yo de ustedes nada pero ustedes de mí sí.
—¿A qué te refieres?—respondió Jim con dolores en la cabeza.
—La visita a Momo recuerdan.
—¡El dios Momo!—dijeron Adam y Jim al mismo tiempo.
—Los humanos son tan olvidadizos—sonríe—, bueno levántense y siganme, que vamos a ir donde Momo.
Adam y Jim se levantan ajetreados por el vino.
—¿Cuánto tiempo llevamos inconsciente? —preguntó Adam
—Dos días—respondió Dionisio.
—¡¿dos días?!
—Espero que Amaia esté bien.
—Amaia no es débil, solo confía en ella—dijo Jim.
—Tienes razón.
Después de haber pasado un río y un sendero, los chicos logran llegar con el Dios Momo, quien presuroso y con una sonrisa recibió a su gran amigo
—¡Dionisio!—gritó alzando la mano.
—¡Momo!—saltó a abrazar a su amigo.
—¿Trajiste el vino?—dice sonriendo.
—No me dicen el dios del vino por nada—sacó una botella de vino—Traída de mi reserva personal.
—Tú sí sabes alegrar un dios.
—Disculpen por interrumpirlo, pero estamos buscando a una amiga
—¿Enserio? ¿Cual de todas es la jovencita?—dijo mostrando a personas tiradas por el agotamiento.
—¡Amaia! —gritó Adam, buscando entre las personas.
—¡Amaia! ¿Estás ahí? .
—¡Aquí chicos! —salió de entre los arbustos—estoy aquí.
—¡Amaia!—dijeron al mismo tiempo mientras se dirigían a abrazarla.
—Me alegro que estés bien—dijo Adam.
—No te imaginas lo que tuvimos que pasar para llegar aquí.
—¿Esa es la chica que buscaban?—dijo el Dios Momo a los oídos de el Dios Dionisio.
—Los humanos son tan sentimentales.
—Dios Momo, libere a las personas y regresalas a sus casas—dijo Adam con mirada firme.— hay muchas personas buscandolas.
—No es necesario que me lo digas humano, las iba a liberar de todas formas—respondió arrogante—.Pensé que los humanos resistian más, pero al parecer me equivoqué.
—Momo que dices si empezamos una fiesta entre dioses—tomo vino—, llamaré a las ninfas y le diré a Hermes que difunda sobre ello.
—Suena bien—respondió—Bueno humano el portal abrirá en unos minutos, así que saca a toda esta gente cuando suceda—se adentra al bosque acompañado del Dios Dionisio.
—Al parecer solo quedamos nosotros—suspiro.
—Esperemos a que se abra el portal y podamos irnos—se tumbó al suelo.
—Adam...Sobre lo que sucedió en el lago...
—Lo hablaremos luego en privado—sonrió.
—¿Hablar sobre que?—dijo Amaia—¿sucedió algo entre ustedes dos?
Adam y Jim se miraron fijamente y dijeron al mismo tiempo—Nada importante—sonrieron juntos.
¡Feliz navidad a todos! En esta ocasion les vengo trayendo un fanfic de mi querida amiga SanGSFranco .Espero que lo disfruten.
Un saludo a mi amiga Mai13xd,espero que la esten pasando bien con tus familiares y amigos.
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