Me he vuelto de piedra,

Fría, sin piedad.

No niego mi culpa,

 tampoco mi pena.

Los años que  pasan

Son tristes de veras.

Ayer primavera,

De dulces encuentros, 

Nuevas experiencias.

Hoy un invierno ,

De crudas verdades 

Y cargos de  amargos

De ilusiones me invade.

Los sueños de ayer,

Son eso no miento.

Hermosos recuerdos

pero solo eso.

Debo ser fuerte.

Debo seguir

Pero ¿que caso tiene 

Si no he de vivir?.

Mi alma no cesa 

De pedirme más

No importa cuan vieja

se encuentre mi faz

Me he vuelto altanera

Ruda y sin disfraz

No soy esa alma 

De encanto vivaz

Los golpes y caídas

Las risas perdidas

Son cicatrices

De una vida fallida

Quise ser fiel, 

Llegar a lograr

Lo que soñé en mi niñez.

Ahora no puedo

Ya dar marcha atrás

Pues frente a mi puerta

Se encuentra el final.

No creo en el amor, 

El romance ha acabado

En cínica y burla 

Se ha transformado.

Mis manos vacías

El corazón más

Y oscura es la vía

En mi caminar.

¡Ayuda Dios mío!

Que seco está el niño

Que nunca a mis brazos

Llenó de cariño.

¡Ayuda Dios mío!

Ayúdame Dios

Que caigo deshecho 

Sin nadie de abrigo

Sin nadie a mi lado 

De frutos de idilio.