En el hotel muchas personas, entraban y salían a diario. Algunos ya eran clientes, otros eran turistas, y muchos hasta vivían en algunas de las habitaciones. Pero bien si algunas parejas entraban en ocasiones no era específicamente para descansar, más no era importancia de él.

—Hola... —un chico, piel canela castaño había entrado, acercándose a la recepción donde se encontraba Yoongi y Hoseok.

—Buenas tardes, ¿Como te puedo ayudar? —Yoongi no apartó su vista del computador mientras le contestaba al castaño. Y Hoseok solo lo veía, le sorprendía la mirada del chico, y el hecho de que no escucho ninguno de sus pensamientos mientras Yoongi le atendía, su expresión era neutra y no daba señales de sentirse bien.

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