Pensamiento Número 68
Odio que los vivos actúen como muertos y que los muertos no puedan actuar como vivos.
Extraño voces, constancias, memorias, calores...
Quedo solo con promesas agujereadas; esos asquerosos barriles de vino blanco que, al abrirse, dejan claro que se desparramó su contenido a mitad de camino, tal vez porque el inventor de tal barril nunca le puso la endereza suficiente.
Los muertos me resultan más amigables, cariñosos, cercanos e idealizados; los vivos son una realidad terrible de que son más silenciosos; los muertos gritan en cada cosa que traiga su memoria ¿O es mi conciencia despertandolos? ¿Ignorando que en vida tuvieron igual cantidad de defectos?
Los vivos son algo similar a una brisa: ha pasado, se sabe que pasará otra vez, y se piensa que siempre pasará. Y es en ese resguardo, donde el ignorar que somos un instante se hace consuelo.
¿Pero qué hace la persona que quiere aprovechar la vida, y que la reconfortante ignorancia no calla? Más importante aún: que quiera tener a alguien igualmente comprometido con vivir. Y que al ser tan escaso ese grupo de persona, quede aislada, se marchite, se vuelva océano y deje de ser una isla. Es decir: que se vuelva como el resto. O, más que eso, ¿Quién podría ser realmente ese alguien?¿alguien realmente puede decir y definir quién sería ese alguien?¿O solo queremos creer que puede existir alguien así, para obligarnos a mejorar? Una leyenda, una historia que contar...tu futura historia a contar.
Los muertos, en su letargo, susurran los problemas graves de morir. ¿Qué dicen sus susurros? Crujidos, aspecto, movimiento, olvido, cambio...¿Por qué no pueden defenderse solos? ¿Y por qué los vivos, en capacidad de defensa, nada hacen? Al menos los fallecidos harían algo si pudieran ¿Para qué estoy vivo, si no hago nada? ¿Aquí estoy? ¿Entonces porque no hablo tanto? ¿Por qué soy más silencioso que un muerto? ¿Y por qué teniendo el tiempo para hablar, practico el silencio?
Retornando a la idea fundamental: ¿Acaso me siento seguro con los muertos porque tengo, hasta cierto punto, constancia de qué han sido?¿Y que temo a los vivos por lo impredecible que son? No solo por su silencio. Sino que no sé qué maldades o qué decepciones me pueden generar. Al menos a los muertos, ¿De qué podemos culpar? De nada, prácticamente, nada que valga la pena
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