Las opiniones son mareas que atragantan a los desprevenidos y los arrastran a las profundidades del océano.

Para evitar las mareas, debemos tener una apropiada embarcación que nos permita navegar estas opiniones: superandolas, aprendiendo de ellas o ignorandolas. Saber ver qué olas nos son propicias para seguir navegando o cuales nos hundirán el barco.

Si nuestro barco se hunde, nos ahogaremos en multitud de opiniones que, sin importar su fin, nos harán daño sin querer provocarlo. No importa si la ola que nos hundió nos hubiese beneficiado: al no saber aprovecharla bien, solo fue nuestro hundimiento.

Así resultamos nosotros si somos de débil corazón y mente; si todo nos lo tomamos como malo y no somos aprendices del todo. Si no entendemos que cada palabra, por insultante que sea la discusión, es un maestro que nos forma; del mismo modo, si no nos preparamos para sacar provecho de una buena ola, pasará de buena a pésima fortuna en poco.

Así, pues ¿Navegaremos con sentido o nos hundiremos donde no hay fondo?