Acabo de escuchar nuestra canción... sí esa que siempre cantábamos en el karaoke, no pude evitar recordar cómo reíamos sin cesar de nuestras disonantes voces, recuerdo como siempre terminábamos abrazados contigo besando mi cabeza.

Al inicio me sentí envuelta en ti, pero a medida que avanzaba las notas musicales comenzaron a aguijonear mi alma, haciéndome saber que yo no puedo evitar desmoronarme al pensar en ti...

Me dije a mí misma que deberé escuchar la canción hasta que deje de doler... pero mi corazón me ruega que lo deje descansar, que no lo haga sufrir más.

Últimamente todas las canciones me recuerdan a ti, pero sé que deberé aprender a vivir con este dolor sordo que a veces me oprime tanto el pecho que no puedo respirar.

Cuando finalmente terminó la canción, tuve que abrazarme a mi misma para poder sostener las partes de mí antes de caer hecha pedazos.

Pero jirones de mi alma quedaron incrustados en el recuerdo que desencadenó nuestra canción que con cada nota musical fue matando partes de mí y despertando otras que ya no dolían...

Te amo y te amaré siempre aún con mi alma hecha jirones...