Tu amor es el culpable de que no nos conformemos con cualquier cosa, de que siempre quisiéramos más y de que necesitemos re aprender a mirar la vida con cada puesta de sol. Has predicado con tu ejemplo los valores más importantes que hoy tenemos y que siempre conservaremos: a amar con todo nuestro corazón, a tener una mano para dar y otra para recibir, a ser humilde y a sentirnos orgullosos de nosotros mismos y de nuestra familia.

Has luchado contra viento y marea, has calmado las más siniestras tempestades y aunque te hayamos hecho daño con nuestra indiferencia o nuestra inconsciencia siempre hemos tenido un hueco para cobijarnos a medio camino entre tu corazón y tus brazos.

Gracias a ti hoy sé que mis logros me pertenecen y que mis sueños no tienen fecha de caducidad. Y cuando más pequeña me he sentido, más me has acurrucado, llenando con tus besos el vacío que la desesperación provocó. Gracias por colmarte de paciencia a la hora de hacerme ver mis errores y por tener esa fuerza sobrehumana con la que siempre consigues descargar mi espalda para que no sufra.

Sos nuestro mayor privilegio y nuestro mayor regalo. Te lo mereces todo porque nos entregaste la vida a mí y a mis hermanos y por muchísimo más. Es probable que no alcance a entenderlo, pero hoy sé que por mí son tus desvelos y tus anhelos, así como tu mayor felicidad y tu gran orgullo.

Porque aprendiste a hacer todo con una sola mano, porque has "dormido" con un ojo abierto hasta que has oído que llegaba a casa después de una noche de fiesta, porque me has dado tu ultima porción de torta, porque te has aprendido el nombre de cientos de muñecos, porque has tenido la paciencia de conocerme hasta saber qué es lo que pienso y siento.

Gracias por ser la maestra de mi vida, por convertirte en mi ángel de la guarda, por hacer mi carga más ligera, por entregarme tu corazón lleno de amor verdadero y darme el impulso para alcanzar lo imposible. Te deseo con mis hermanos un muy feliz cumpleaños y te amamos a más no poder.