XXXI |Luna|
No puedo dormir. Los sueños me comienzan a atormentar cuando los recuerdos llegan y mirar la luna es la única medicina que me sana.
Por eso estoy aquí, sentada en la ventana de mi habitación mirando fijamente al cielo, pensando en lo hermoso que sería ser una de esas estrellas. Algunas parpadean, como si estuvieran perdiendo su fuerza; otras se mantienen fuertes, alumbrando con intensidad la noche; mientras que a cada rato algunas pocas quieren irse de viaje a visitar otros lugares. Pero lo que más miro con fijeza es a la luna, tan grande y bella, que a pesar de no estar completa refleja toda la intensidad que presenta.
Me mantengo ahí, toda la noche relajándome con el perfecto paisaje que se muestra desde la ventana. No sé ustedes, pero para mí no hay algo mejor que eso.
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