Que solo pensé que iba a ser una noche. Que él me gustaba, pero no quería salir lastimada. Que quería probar de esa manzana prohibida pero no ser el juguete de nadie.

Y entonces fui su aventura, pero de esas que no se olvidan. Porque esas muñecas con las que juegas una vez pero no puedes comprar llegan a ser las mejores; y sabía que eso a él le dolía, ya que me había probado pero aún así no me tenía. Porque como mismo el Himalaya solo se sube una vez y no hay fuerzas para una segunda ronda, él no iba a volver a ver el hermoso paisaje que era yo.

Yo lo quería probar solo una vez y lo hice, pero me encargué de ser la mejor aventura de su vida.