Rebeldes.
Siempre dormíamos durante el día, porque la noche era nuestra.
No sé dónde estáis ahora, pero recuerdo cada locura que cometimos.
El alcohol, los gritos, los malos hábitos y el humo aspirado en los labios de otra persona.
Nadie lograba controlarnos, pocos podían ser de los nuestros.
Oigo risas al recordaros, huelo rebeldía.
No importó cuánto lucharan por salvarnos.
No importó que esos cabrones fingieran preocuparse.
Nosotros sabíamos desde el principio que ya estábamos perdidos y no quisimos evitarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro