Felicidad
Un día soy la dueña del mundo, al siguiente yazco tirada en el suelo.
Defiendo la felicidad por encima de todo, ¿de qué sirve vivir si eres desgraciado?
Pero no todo es tan fácil: a veces ellos influyen en ti, ¿amigos? ¿enemigos? Es indiferente.
Una frase, una palabra. Una simple mirada y piensas, "¿Qué he hecho mal?"
Puede ser nada o puede ser todo, pero eso no lo controlamos nosotros... Qué triste no ser capaz de decidir la propia felicidad, porque...
es realmente agradable sentirse la dueña del mundo, ¿no crees?
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